Tadej Pogacar
Pogacar nos deja sin una Strade de época
Sin Pogacar la Strade Bianche se centrará en los dos cocos más algún outsider
Aunque no ha sido oficial hasta ayer, la cosa se venía barruntando, el calendario de Tadej Pogacar iba a omitir la Strade Bianche.
Ya nos avanzó Matxin en el podcast que el esloveno se iba a ver con Jonas Vingegaard antes del Tour casi seguro y en efecto, será en la París-Niza, una carrera que este año se lleva los peces gordos.
Que Pogacar esquive la Strade es malo para el espectador que esperaba con palomitas el duelo a tres con Van Aert y Van der Poel, más viendo como llegan estos desde el ciclocross y el esloveno ganador en Jaén.
El arranque de campaña de Pogacar, su dominio tanto en la clásica jienense como en la Vuelta a Andalucía ha despertado muchos comentarios sobre cómo iba a aguantar ese estado de forma hasta el Tour de Francia.
Aunque parezca lo contrario, el esloveno corre, compite y gasta, pero no tanto como pudiera parecernos, nunca ha corrido dos grandes vueltas, está largos periodos ajeno a la competición y su genética es indiscutible.
El corredor quiere completar un palmarés de leyenda y para ello va a ir variando las cosas según convenga y las expectativas que le genere.
Por ejemplo, Pogacar ya ha ganado dos veces el UAE Tour y Tirreno y una la Strade, y por ello ahora apunta a la París-Niza, a menos de medio año del Tour que, por otro lado, nunca ha escondido que es su gran objetivo.
Pero no el único, pues hay otro, el Tour de Flandes que se le quedó en el cajón de los asuntos pendientes, tras haber tenido a nada poder dejar a Van der Poel en el Oude Kwaremont y perder la plaza en el podio en el sprint final.
Ese día, esa carrera quedaron marcados en Pogacar, yo creo, incluso más que la Milán-San Remo, donde entran otras variables como el descenso del Poggio en el que no sé yo si un aspirante al Tour debe arriesgar lo que expone Mohoric.
A todo lo dicho queda un reto complicado de conciliar en el ciclismo moderno, la combinación de competir en la Strade Bianche y al día siguiente estar en la París-Niza.
A Pogacar, que le encantan los retos, le atrae éste, pero quizá mejor otro año.
Tadej Pogacar
Que Pogacar no deje de ser Pogacar
El calendario 2024 de Tadej Pogacar nos trae de cabeza
Lo dije varias veces, y celebré cuando le dieron el Vélo d´Or, Vingegaard se merecía este galardón porque había sido capaz de ganarle el Tour dos veces además al mejor ciclista del mundo, a Tadej Pogacar, quien sin la mejor carrera en su palmarés en 2023, piensa en cómo la va a recuperar en 2024.
Una cábala en la que muchos pensamos y le damos vueltas.
¿Qué hará Pogacar en 2024?
Dónde queréis ver a Pogacar batiéndose como sólo él hace en 2024???
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) October 18, 2023
Hace unas tres semanas hicimos esta pequeña encuesta que acompañamos de un post en el que dejábamos claro que si una cosa interesa a la gente es el Tour de Francia.
Y ojo, porque el perfil de seguidor de este mal anillado cuaderno tanto en redes como el que frecuenta el lugar suele ser muy friki, del gusto de las clásicas, los sitios míticos, Flandes, la primavera y esas cosas.
Ello no quiere decir que prescinda del Tour, no por Dios, pero que contempla el ciclismo como algo de 10 meses que merecen la pena ser seguidos.
Dicho esto, hecho este inciso, a Pogacar se le acumulan las faenas para el 2024 y cada día leemos algo nuevo que le puede interesar.
Es un peaje claro para un corredor que ha roto muchos esquemas mentales que teníamos establecidos y asentados desde que veíamos ciclismo, esquemas que dictan que un ganador del Tour no puede optar a Flandes y Roubaix o viceversa.
El tema es que Tadej Pogacar tiene todo el calendario, creo que sin excepción, en su punto de mira y dentro de sus posibilidades, con única duda de Roubaix, que creo superaría si se prepara bien.
Y es ahí donde reside el problema, porque el chavalín va cumpliendo años y en su afán de derribar muros siguen surgiendo retos, como el de ir al Giro, asaltar el oro olímpico y mundial -ojo que ya tiene medalla en ambos-, correr dos grandes el mismo año o recuperar la corona del Tour.
Todo eso es posible para él, cierto, pero al mismo tiempo podría condicionarle en su objetivo de dominar la primavera como lo ha hecho este año, ganando París-Niza, Flandes, Amstel y Flecha del tirón, y siendo decisivo en San Remo.
Y eso es lo que me temo puede pasar en 2024, que Pogacar se pierda en un mar de objetivos que encaminen su preparación lejos de los escenarios en los que nos ha hecho disfrutar tanto este año.
En el fondo, por eso, no perdáis de vista que Pogacar tampoco compite tanto, han sido 49 días de carreras, de ellos 21 sólo en el Tour, el tema es que cuando se pone un dorsal luce tanto, que cada carrera parece contar el doble en la mente del aficionado.
Tadej Pogacar
Pogacar tiene que ir a por el Tour
El aficionado medio prefiere a Pogacar recuperando el Tour que probando Roubaix
No hay ciclista que entusiasme más que Tadej Pogacar ni carrera más grande que el Tour de Francia así que, aunque pueda sorprender, estas respuestas son coherentes.
Dónde queréis ver a Pogacar batiéndose como sólo él hace en 2024???
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) October 18, 2023
Aún y a riesgo de ofender a esos que se ponen malos cuando se habla bien de Pogacar, lo cierto es que la amplitud de la pregunta que hicimos hace un par de días habla un poco de los registros de este corredor.
El año pasado recuerdo que hicimos un post hablando de los rivales con los que se había batido Pogacar antes, durante y después del Tour, ahí salieron Van Aert, Van der Poel, Roglic, Vingegaard, Mohoric, Landa… una lista que fotografía un ciclista de dibujos animados, capaz de abordar lo que se le ponga por delante.
¿Cuántos ganadores del Tour se han atrevido con Roubaix? Pues en ese escalón la singular, situamos a Pogacar
En este mal anillado cuaderno concluye mucho friki, tipo al que escribe, del que esperaba votara por Roubaix.
Pero no, el Tour sigue siendo el Tour y todos esperan ver a Pogacar recuperar su corona el año que viene, muy especial por ser olímpico y tener un mundial en Suiza con un recorrido que le puede favorecer.
Una cosa es obvia, sí Pogacar quiere recuperar la corona del Tour, mejor que se olvide del Giro, sobretodo teniendo en cuenta el nivel de excelencia que ha alcanzando Vingegaard.
Un Giro con sólo Pogacar como capo sería un monólogo, salvo sorpresa mayúscula, hecho que tampoco le deseamos a la carrera italiana, tan flojita estos años.
La opción del Giro, por es, condicionaría toda la primavera y aquí van las clásicas y buena parte de los grandes instantes que nos ha regalado el esloveno este año.
A mí, personalmente me seduce mucho la opción de tentar el adoquín de París-Roubaix, pues sería el registro definitivo para el corredor.
Si doblegara el infierno como ha volado en San Remo y ganado en Flandes, a éste ya sólo se le podría pedir la luna.
Tadej Pogacar
Pogacar en Lombardía: Ganar sin ser el mejor, a priori
Pogacar no llega con las mejores sensaciones al Giro de Lombardía
El otro día, cuando en el podcast de Biciescapa me preguntaron por el posible ganador del Véló d´Or, me declaré fuera de juego en la posible respuesta, aunque una cosa más o menos tuve clara una cosa, no se lo daría a Tadej Pogacar por mucho que fuera ganador en Lombardía e incluso tras su inicio de campaña.
Esa fue mi sensación, veo otros nombres más destacados y en especial uno Jonas Vingegaard para el balón de oro del ciclismo.
Pero mientras se resuelve esa elección, tornamos nuestra mirada a Lombardía ponemos el foco en el doble ganador de las últimas ediciones: Tadej Pogacar.
Estoy muy de acuerdo con lo que se dice en este tweet…
En el final de temporada Pogaça no ha conseguido soltar a nadie con sus ataques, ha perdido los sprints que ha disputado y no ha ganado ninguna clásica 🤔
¿Favorito para #IlLombardia? 🍂 pic.twitter.com/72uJyfUMsc
— El Farolillo Rojo (@Farolillo_Rouge) October 4, 2023
Para el esloveno esta edición de las hojas muertas es el reto más importante de los últimos tiempos, pues se le pone por delante el muro de revalidar título en su monumento fetiche sin haber transmitido las mejores sensaciones.
El Pogacar que aterriza en este Lombardía no ha logrado soltar a nadie en las clásicas italianas recientes e incluso se ha visto netamente superado por Roglic en Emilia, claro que esta carrera no es el indicativo final sobre lo que puede pasar entre Como y Bérgamo.
Tadej Pogacar acostumbra a ganar muchas carreras antes de iniciarse y esa no es la conclusión que tengo ahora mismo sobre la mesa.
Desde el Tour parece querer alcanzar un estado de forma que se resiste a ser excelente, algo así como el que lució hasta su caída en la Lieja.
Con este escenario, no descarto gente de su equipo e incluso marcar la baza de Adam Yates y Marc Hirschi, quien parece carburar mucho y bien en tiempos recientes.
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La llegada a Bérgamo creo que abre más el abanico y pone más en alerta a Roglic, Carapaz y otros favoritos que si no están atentos y sus equipos no funcionan pueden ver el caballo volar antes de pensar en disputar el triunfo.
Este monumento llega en un instante preciso para muchos nombres, todos con sus cosas y sus intrahistorias: última de Roglic en Jumbo, Landa que se despide de Bahrain, Evenepoel y su futuro sin aclarar…
…y a todo esto la sensación de que el dorsal uno no llega de dulce.
Tadej Pogacar
Poco se habla del mundial de Tadej Pogacar
La relevancia de Pogacar en el ciclismo se explica en este mundial
Han pasado seis días de la medalla de bronce de Tadej Pogacar en el Mundial de fondo de Glasgow y le he dado varias vueltas a la carrera que realizó el esloveno.
Bueno, más que a la carrera, a la propia determinación de venir aquí, dos semanas después del Tour y batirse con los especialistas en su terreno tras pasar un mal trago competitivo en Francia.
Sé que cuando Matxin nos dice que Pogacar es un chico feliz montando en bicicleta, podemos tomarlo como un tópico sin más, pero es que la actitud del esloveno corrobora que eso no son sólo palabras, que haya estado en el mundial de crono, una semana después del de ruta y que se haya batido con nobleza y con lo que tenía, me parece un monumento al ciclismo.
Pogacar vino al Mundial con su segunda plaza en el Tour aún fresca.
Lo confirmó a los pocos días de acabar la gran carrera, confirmando sendos mundiales, sabedor que aquí tenía, sobre el papel, más que perder que ganar.
El domingo pasado dio la cara en un circuito que no voy a decir que no le iba, pues al final parece que todo le va bien, pero que sí le dejaba en inferioridad ante esos rivales.
Claro que a Van der Poel, Van Aert y Pedersen, en especial, ya los había batido en su casa, en Flandes, sus campas y muros, con nitidez absoluta, en uno de los hypes del año.
Pogacar fue bronce tras plantarse un sprint «walking dead» a Pedersen, toda vez que Van Aert se le había ido.
Un doble ganador de Tour, con todo lo que arrastra en su palmarés, disputando un bronce hasta el desmayo.
Se vio cómo salía de la rueda de prensa, casi arrastrado por sus auxiliares por el cansancio extremo que le dejó la carrera.
Cuatro días después Pogacar compareció en la crono y fue doblado, como hace un par de años, por Filippo Ganna.
Me dolió verlo, pero al mismo tiempo dimensionó el carácter de este corredor que todo lo disputa como nunca habíamos visto antes o que, cuando no se ve para ganar, tampoco renuncia.
Quedó más allá del puesto 20 y Eslovenia se queda con una plaza en la crono de París 2024, igual que España.
Que pasó la semana en Glasgow lo corroboramos viéndole dar el avituallamiento en la carrera femenina.
Pogacar haciendo de auxiliar de su selección (Eslovenia) en la prueba femenina y esperando a su pareja Urska Zigart. pic.twitter.com/Eb5vs29gQQ
— Joan Prats (@JoanPrats360) August 13, 2023
Dije en su día, en las jornadas de depresión del Tour, que ojalá Pogacar nunca cambiara su forma de correr y lo mantengo, es la joya de este ciclismo, el que más reluce y mejor lo vente.
Este mundial de Glasgow es otro motivo más para quererlo.
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