Nairo Quintana
Nairo Quintana, fuera del Movistar hace mucho frío
Que Nairo Quintana deja Movistar lo venimos oyendo hace mucho tiempo
Es curioso cómo pinta el «mercato» ciclista.
No sé si ha sido el triunfo de Richard Carapaz en el Giro, el hecho de que Nairo Quintana y Mikel Landa expiren sus compromisos el 31 de diciembre…
No sé qué ha sido, pero el corrimiento de sillas que se anuncia es interesante, e inédito, diría yo, en pleno mes de junio, en el dulce paseo que va desde el Giro al Tour.
De todo lo que se ha dicho, sinceramente, la opción de Nairo Quintana al Arkea francés me parece una opción sin pies ni cabeza.
Y por varios motivos.
Yo no sé si Nairo Quintana esté bien o no en Movistar, aunque a veces las cosas se hayan ido un poco de madre, como la vez que el papá del corredor habló hace un par de años, cuando lo que sucedía, es que su hijo no iba más.
Al margen de aquello, de la obsesión casi enfermiza de poseer el liderato en exclusiva por parte del colombiano, Nairo Quintana no creo que pueda quejarse de este periplo en el Movistar, el equipo en el que se ha hecho ciclista y la estrella que es.
El rumor de Nairo Quintana al Arkea, para cobrar dos kilos y medio por campaña suena tan raro, que no leímos ni oímos un fichaje más complicado desde aquellos días que se dijo que Purito podía recalar en el Argon, sí el entonces equipo de Kittel y Degenkolb, un equipo hecho para rodar en el llano apostado a uno de los mejores escaladores del mundo.
El Arkea es clase media del pelotón, un equipo que capitanear por una buena pasta puede ser interesante, si no fuera porque el proyecto deportivo no hay por donde compararlo.
Si Nairo espera tener niñeras del nivel de Erviti, Castroviejo o Gorka Izagirre, sin olvidar el periplo de Fran Ventoso, en el Arkea, será complicado, a día de hoy que se lo solucionen.
Brice Felliu, lo más sonado de su carrera empezó y acabó en llegada a Andorra, hace diez años, en el Tour, Amael Moinard, un clásico de las escapadas de primera semana del Tour, Kévin Ledanois, un joven que promete…
Eso es lo más granado.
Si Nairo quería un equipo de perfil bajo, voila.
Luego está la capitanía, esa letra pequeña que debe figurar en cualquier acuerdo que Nairo deba firmar.
En el Arkéea corre uno de los ciclistas más rebeldes del pelotón, aquel que con la sola posibilidad de trabajar por otro salió pues en polvorosa para recalar en un profesional, viniendo del un World Tour.
Será interesante saber el nivel de compromiso sería capaz de asumir Warren Barguil en la causa de Nairo Quintana.
El resto del Arkéa es complicado valorarlo, no entraremos en la opción de Greipel, quien cada vez parece más ajeno al ciclismo porque sencillamente los años pasan.
No hay punto de comparación.
El Cruz Criterium está diseñado para el transporte seguro de la mayoría de tipos de bicicletas
La oferta puede parecer golosa, de ser cierta, el proyecto deportivo no lo es, ni siquiera en el caso que Nairo volviera a ser el de antes, cosa que ya hemos visto que no es sencilla.
Por que otros ya lo experimentaron, un saludo a Rui Costa, salirse de ciertos sitios significa entrar en la intemperie más cruel y atroz.
Movistar puede parecer una mala opción hasta que pruebas otras cosas, otros sitios, y eso los celestes lo tienen bien hilvanado.
Que el tiempo de Nairo en el equipo telefónico hace meses que expiró creo que lo tenemos claro, otra cosa es adónde vaya y cómo marche.
Porque una cosa es querer ser cabeza de ratón y otra creerse pilotar un elefante.
Imagen: FB de Tour Colombia
Nairo Quintana
Nairo, diez años después del podio en el Tour
El ciclismo colombiano extraña mucho a Nairo en este Tour
El otro día empezábamos nuestra conversación con Purito, previa al Tour, hablando de diez años atrás, de cómo se rehizo de una mala primera parte y acabó conquistando el podio, por detrás de Chris Froome y Nairo Quintana.
Aquella edición fue la 100 de la historia del Tour, con un desarrollo muy emocionante, incluso hasta cuando parecía que Froome lo tenía atado.
La conquista del podio por parte de Nairo y Purito nos dio una semana final muy interesante, poniendo incluso en problemas al podio ganador de ese Tour.
Esos días descubríamos un ciclista maravilloso, un ciclista que ha estado en nuestras conversaciones presente, de forma constante, para bien, para mal y para todo lo contrario.
Nunca imaginé que la carrera deportiva de Nairo Quintana pudiera resumirse en estos diez últimos años, pero cada día que pasa invita a pensar que así será.
En esta década Nairo Quintana ha sido el faro sin duda del ciclismo colombiano, a su alrededor ha crecido cantidad y calidad, pero nadie ha arrastrado lo que el boyacense.
Recogió, el cierto modo, el testigo del «papá» Rigo Urán y ha firmado historia gorda.
Aunque esos días de julio de 2013, algunos soñaran con su triunfo en el Tour, lo cierto es que nunca lo tuvo a tocar.
Convivió con un gigante como Chris Froome, que quedará para la historia como el único ciclista en parar su palmarés en los cuatro Tours, y eso le quedó grande.
Quizá el año que mejor lo tuvo fue 2015, pero en su equipo priorizaron tener a dos en el podio, antes que ir a por la primera plaza.
Hay de hecho un Nairo muy diferente entre los tres primeros años a lo que vendría después.
Cuando Nairo accede al podio de 2013, lo hace atacando, tomando riesgos y siendo el comodín ganador de Movistar, incluso con su juventud, sacando a relucir algo que siempre le acompañaría, un instinto brutal para situarse en abanicos y cortes en el llano, sin que importara en exceso su tamaño y peso.
A partir de 2016, quizá fruto que su progresión no llevaba el ritmo de antes, Nairo se convirtió en un ciclista más calculador y conservador cincelando ese meme tan recurrido del codo.
Logró la Vuelta 2016 por estar atento a un movimiento de Contador, no por iniciativa propia, como cuando ganó el Giro 2014 siendo netamente superior al resto, atacando en la jornada reina, sin importar lo que sucedió en aquella famosa bajada en el Stelvio.
Con todo, me acuerdo mucho estos días de Nairo, con un ciclismo colombiano sin referentes en la general, seguro que éste habría estado ahí, pero la truculenta historia del tramadol le ha contenado.
Nairo Quintana
Si Nairo vuelve, gana Nairo no Latinoamérica
El regreso de Nairo al pelotón sigue en stand by
Dice Nairo sobre su posible regreso:
«Estoy a buen nivel, sigo mejorando con la esperanza de volver a tener un dorsal en una gran carrera. El día que logre so, será una gran victoria, no sólo para mí, también para Colombia y Latinoamérica»
Yo entiendo que Nairo se debe a su público, que dice lo que éste quiere oír.
También entiendo que el corredor es «irracionalmente» querido por la afición colombiana, al punto de tener muchas veces un colombiano líder de una carrera pero estar Nairo al lado, y pasar de largo hacia éste.
Es una realidad, es tangible, Nairo cambió la suerte del ciclismo colombiano hace unos diez años por estas fechas, cuando se cargó, por ejemplo, aquel Sky comandado por Richie Porte en la Itzulia.
Pero esa realidad no me vale para lo que dice ahora el ciclista, que azuza cuando y como puede el sentimiento de la afición para hacerse fuerte.
Si él vuelve ganará él y más que nadie, pues ahora mismo le veo con pie y medio fuera del pelotón, por un hecho que además me parece lamentable, pues el tramadol nunca ha sido arma para arruinarle la carrera deportiva a alguien.
Como otras veces digo, que a Nairo le estén haciendo pasar este trago sólo puede significar que sabemos poco o nada de su realidad en el ciclismo.
Nairo merece volver, yo creo que sí, pero no por Colombia o Latam y sí por el ciclismo, pues su pecado no es para pasar por este calvario, ahora que vienen procesiones y esas cosas.
Su pena me parece injusta, a menos que, como siempre digo, sepamos muy poco de la verdad, pero si vuelve, no juguemos a los trileros, ganaría él más que cualquier otro.
Nairo Quintana
Las contradicciones de Nairo Quintana
Nairo se vende fuera con un discurso para los de casa
Me alegro mucho que Nairo Quintana no se retire, aún, del ciclismo.
Lo digo de verdad, muy en serio, creo que es un corredor que tiene buen ciclismo por ofrecer en las piernas, y que su caso, aunque positivo al fin, ha estado lleno de muchas, demasiadas, lagunas, sin embargo no me ha gustado nada su discurso televisado en directo.
Pasando del escenario de a conferencia, eso es opinable, quiero ir al fondo de la charla que Nairo Quintana le ha ofrecido a los suyos, a su país y al mundo del ciclismo que tan expectantes nos tenía.
"Soy un ciclista que sigue disponible para vestir un jersey"
Nairo Quintana NO SE RETIRA pic.twitter.com/9EVrmeDU5i
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) January 25, 2023
Ha sido un relato pobre, mucho, a mi entender, pobre y patriotero pero sobretodo contradictorio
Nairo tiene una atalaya para actualizar su linkedin de «ciclista en activo, gran palmarés pero sin equipo» y no se le ocurre otra cosa que lanzar una diatriba tras otra para contentar al público colombiano.
Que si la fuerza, que si es un luchador, que si los malos momentos… una sarta de obviedades en clave local para luego acabar diciendo que no volvería a correr en Colombia, como Miguel Ángel López, pues se ve con capacidad para competir entre los mejores del mundo.
La vida son actos y no palabras, y a Nairo la contradicción le ha quedado bonita.
Pero no sólo eso, busca empleo en los grandes equipos del mundo, lo dice abiertamente, en medio de un discurso completamente enfocado a contentar a los que tiene más cerca.
No creo que haya sido la mejor actuación de Nairo.
He leído algunos comentarios que estábamos ante el primer discurso del Nairo político.
Dos cosas, le falta un abismo para igualarse con Rigo, en esto es el as, y seguro que tendría recorrido, en Colombia sigue siendo Dios.
En todo caso, pase lo que pase, y a pesar del golpe de efecto seguimos donde siempre, en la casilla de salida y Nairo sigue, a día de hoy, casi mes de febrero, sin equipo para competir.
Nairo Quintana
Si Nairo deja el ciclismo, yo ya no entiendo nada
Que Nairo abandonara el ciclismo demostraría lo poco sabemos de lo que pasa
Cuando el control de Nairo pitó por tramadol tras el Tour de Francia, tuve la sensación que aquel positivo no era un positivo intrascendente por ser ajeno al dopaje, aunque nunca pude imaginar que esta historia pudiera acabar con su retirada del ciclismo.
La sucesión de hechos, desde julio hasta ahora, la tenemos clara.
Cuando saltó el positivo, todos se apresuraron a decir que nada, que no era dopaje, que una sanción menor y a seguir rodando.
Nairo se enrocó con el TAS y no sé si eso fue su perdición, aunque sí el principio del fin.
Que el corredor estuviera programado para la Vuelta y no pudiera tomar la salida me mosqueó, y desde entonces todo ha ido de mal en peor.
Se ha oído de todo, se ha escrito de todo, pero el final que barruntan para Nairo en el ciclismo es un golpe duro, otro, para la credibilidad del sistema.
Cierto es que, en 2020, el agua ya sonó alrededor del ciclista, pero de aquello poco o nada más se supo.
El positivo por tramadol ha podido ser la gota que colmó el vaso, pero han sido tantas las teorías, tantos los cazos entrando en esta sopa, que si amenazas de ASO a los equipos, que si el poder de la UCi, que si…. que no es posible sacar nada en claro.
Como otras tantas veces, el ciclismo es el peor enemigo del ciclismo, la opacidad de este caso lo demuestra y si Nairo abandona el profesionalismo, como se está dando por hecho ahora mismo, va a ser una noticia muy triste, desoncertante e injusta.
Al menos con los datos que tenemos sobre la mesa y se ha dejado saber.
Que la justicia entiende de clases y corredores es un hecho, pero en este caso se van a cargar a la leyenda más grande que ha dado el ciclismo colombiano quien ha despertado de su sueño ciclista de la forma más abrupta.
Cunde la sensación de arbitrariedad y desproporción, cunde la sensación de injusticia y cunde la sensación de que no nos enteramos de nada y que todo va al revés.
Una cosa tenía clara, a pesar de lo visto y escuchado, no veía al ciclista volviendo a Colombia a correr las carreras de casa, cuando uno ha estado con los mejores del mundo, el paso atrás que se imponía al ciclista era inaceptable para su pensamiento.
Si el miércoles se consuma la retirada del ciclismo de Nairo Quintana habremos asistido a otra de esas historias que nos reafirman en la sensación que estamos lejos de saber qué pasa realmente fuera de las carreteras.
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