Ciclistas
Milán-San Remo: cinco outsiders
En la Milán-San Remo romper el sprint es la clave
Dejadnos recordar que el año pasado, en estas rondas previas a las grandes carreras nos llevamos el gato al agua siempre. Desde la Milán-San Remo hasta la Lieja, alguno de los cinco que marcamos, acabaron el podio recibiendo el calor del ganador.
Permitida esta licencia, vamos a por esta Milán-San Remo, la carrera que pone verde al invierno para hacer florecer la primavera, una primavera que se juega en 291 kilómetros de recorrido archiconocido.
Primera parte, desde los aledaños del Castello Sforcesco al Tuchino, por las llanuras lombardas, y una segunda, ya con el Mediterráneo casi siempre a la izquierda, que es una ruleta rodando a mil por hora en busca del sucesor de Michal Kwiatkowski.
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Las claves de la Milán-San Remo: los tres capos, en sucesión, Mele, Cervo y Berta, la posterior Cipressa y el Poggio di San Remo, una pequeñísima elevación que con 278 kilómetros en las piernas parece un Tourmalet.
Miquel Poblet lo sabía muy bien.
Y eso sí, el descenso, ese tramo entre invernaderos por curvas de herradura, que enerva a quien lo aprecie.
Obras de arte de trazar, auténticos milagros para salir indemne de tanto y tan apreciable peligro.
Los top 5 para la Milán-San Remo
Michal Kwiatkowski, el number one en la espalda, el ciclista que tiene todo para hacerlo bien: es potente en la subida del Poggio, baja como los ángeles y tiene sprint, el suficiente para amargar incluso a Peter Sagan. Es sin duda el gran favorito, con un azul y un tridente, traídos de la Tirreno, que visten más aún ese «pole» que pisa en los prolegómenos de la salida.
Greg Van Avermaet, a pesar de una campaña algo discreta, si el belga al que le sienta mal el frío está inspirado, puede tener recorrido. Nos parece, como Kiato, un ciclista perfecto para a Milán-San Remo, aunque en definitiva lo es para cualquier clásica que se proponga, es potente en subida, buen bajador y tiene punta de velocidad. Evitar el sprint final es su clave.
Arnaud Démare, si se llega al sprint no vemos porqué no puede ganar una clásica que por cierto ya tiene en su palmarés. Con grandes velocistas en casa, y el coco del año, Dylan Groenewegen fuera de la lista del Lotto-Jumbo, el de Groupama es el más clasicómano de todos los velocistas.
Matteo Trentin es la gran baza italiana en una carrera que no gana uno de casa desde 2006, cuando Filippo Pozzato rompió el sprint. Las virtudes de Trentin son similares a las de Kiato y Van Avermaet, pero es que además corre en casa, es la baza anfitriona y la competitividad italiana se multiplica si encima se ven espoleados. Es que hablamos de una Milán-San Remo.
Philippe Gilbert, esto es más un deseo que una realidad, porque para el renacido belga posiblemente ésta sea la clásica que más le costaría, siempre sobre el papel. Veloz, intrépida y eléctrica, la Milán-San Remo necesitaría de algo más de dureza para que Gilbert abra el melón, un poco como Flandes o Amstel, sin embargo, su presencia impone e incluso puede acabar condicionando a otros. Sin Gaviria además tiene el completo favor de su equipo, antes de jugar la carta de Viviani.
Imagen tomada del FB de Milano Sanremo
INFO
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Ciclistas
Tirreno-Adriático: Juan Ayuso en hora y forma
Juan Ayuso puede añadir la Tirreno-Adriático a un inicio de 2025 inmejorable
No ganó de forma aplastante, quizá acostumbrados a ver exhibiciones brutales vestidas de UAE, pero la temporada de Juan Ayuso, hasta esta Tirreno-Adriático, está siendo de 10.
Los rivales los conocíamos, estaban marcados, incluso un Filippo Ganna, y eran buenos, Tom Pidcock, hiperactivo, Jai Hindley y el propio Mikel Landa.
Ninguno se lo puso fácil.
Pero Juan Ayuso, marcado desde la salida, vivo y con todas las opciones de cara a esta etapa reina, cumplió el pronóstico.
La etapa había arrancado muy movida, con Mathieu van der Poel atacando desde el kilómetro 0, lo que prometía emoción.
Después de un ritmo frenético, finalmente se escaparon ocho corredores: Gianni Vermeersch, Benjamin Thomas, Samuele Battistella, Jasper Stuyven, Chris Hamilton, Magnus Cort Nielsen, Andrea Vendrame y Andrea Pietrobon.
El pelotón no dejó que la fuga se distanciara demasiado, con equipos como Bahrain y UAE interesados en la etapa, ya que era la única montaña del Tirreno-Adriático.
La diferencia comenzó a reducirse en la subida final, donde primero Bahrain y luego UAE, excelso Del Todo, como el año pasado en esta misma carera, pusieron presión a Filippo Ganna.
Vendrame, que ya había ganado una etapa en esta carrera, se lanzó en solitario con 5 kilómetros para la meta. En esa misma subida, Ganna fue descolgado del grupo por Isaac del Toro, quien, como decimos, impuso un ritmo muy duro.
Poco después, Ayuso atacó y, tras él, se unieron Pidcock y Hindley.
Mikel Landa logró conectar con ellos, pero Ayuso no dejó de atacar. En los últimos 3 kilómetros, el español lanzó varios ataques hasta dejar atrás a sus rivales.
Fue una gran demostración de madurez de Ayuso, quien, pese a la presión y las expectativas sobre sus hombros, controló la situación y ganó con autoridad.
Pidcock fue segundo y Hindley tercero, y no se lo pusieron fácil.
Imagen: FB TirrenoAdriatico
Ciclismo
La caída y abandono de Vingegaard son una muy mala noticia
Ciclistas
La seguridad le quita el sueño a Vingegaard
La caída de Itzulia ha disparado los temores de Vingegaard sobre la seguridad
Para Jonas Vingegaard el accidente de la pasada Itzulia puede ser un antes y un después, lo admitió en su día y ahora lo refleja cada vez que habla de seguridad en el ciclismo.
Ciclistas
Jasper Philipsen va para MVP
Hay pocos ciclistas más valiosos que Jasper Philipsen
Podríamos decir que Jasper Philipsen aún no está en la mesa de los grandes, pero sin duda es uno de los ciclistas que más se acerca a reclamar su lugar.
Hoy en día, Philipsen es uno de los corredores más valiosos del pelotón, no solo porque tiene el nivel para competir y no desentonar al lado de ciclistas como Mathieu van der Poel, sino también porque ha demostrado ser capaz de asumir el mando en momentos cruciales y decidir las carreras a su favor cuando la situación lo requiere.
En las últimas temporadas, el belga ha dejado huella, especialmente con sus victorias en el Tour de Francia y en la Milano-San Remo.
Además, sus dos segundos puestos en el París-Roubaix resaltan la consistencia y el nivel de sus actuaciones.
Es impresionante la cantidad de victorias que ha logrado, muchas de ellas de gran calidad.
Su capacidad para adaptarse y brillar en diferentes escenarios lo ha consolidado como uno de los referentes del pelotón.
Es cierto que a veces se le ha señalado por su actitud algo «mafiosa», como aquella vez en el Tour de Francia, cuando mostró una ambición y control casi abusivos dentro del pelotón. Sin embargo, no se puede negar que Philipsen ha evolucionado hasta convertirse en un ciclista indispensable en la actualidad, un verdadero diferenciador en la carretera.
Su presencia, por ejemplo, ha elevado el nivel de su equipo, Alpecin, y le ha dado a la formación una dimensión competitiva que rivaliza con los grandes equipos.
Mientras que a Van der Poel no se le conoce tanto por sacrificarse por un compañero, Philipsen ha demostrado ser un corredor por quien Mathieu pone el equipo por delante cuando es necesario.
Además de su talento, Philipsen destaca por el buen ambiente que transmite en el pelotón, manteniendo una buena relación con otras grandes estrellas, como Tadej Pogacar y Michael Matthews.
A pesar de sus momentos de tensión, su carácter competitivo y su espíritu de equipo han sido clave para consolidarlo como uno de los ciclistas más completos.
En cuanto a su evolución como sprinter, Philipsen ha dejado atrás las críticas que alguna vez recibió, como cuando nuestro querido Adrián García lo apodaba «Jasper Disaster».
Hoy es uno de los sprinters más letales, habiendo superado las 50 victorias, muchas de ellas de gran nivel, como las nueve etapas del Tour de Francia y varias etapas en la Vuelta a España. Además, su victoria en Kuurne-Bruxelles-Kuurne este año ha sido una clara señal de su potencial, demostrando a Visma que en Alpecin tienen un rival formidable.
No solo es un hombre de victorias en el sprint, sino también un corredor versátil.
La victoria en el Gran Premio de Escalda de hace dos años, donde brilló rodando de manera sublime sobre los adoquines, lo consolidó como un gran especialista en terrenos difíciles, donde se mostró eficiente y competitivo, conectando con otros velocistas belgas que también dominaban las piedras.
Hoy, la presencia de Philipsen es uno de los principales alicientes para poner en aprietos a Pogacar en la Milan-San Remo.
Como es bien sabido, si Van der Poel no logra romper la carrera, Philipsen será uno de los hombres clave.
Este 2025 ya ha comenzado a demostrar cómo puede hacerle daño al mejor ciclista del mundo, reafirmando que está preparado para luchar por los títulos más prestigiosos.
Imagen: A.S.O.
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