Ciclistas
«La Vuelta es una gran oportunidad en un año sin eventos» Javier Guillén
Recorrido a vista de pájaro sobre el pasado, presente y futuro inmediato de la grande española
A vueltas con La Vuelta, La Vuelta a España, la que es tercera grande en lo cronológico que este año 2020 que nunca olvidaremos se irá entre octubre y noviembre.
Y tenemos varias dudas que nos asaltan sobre la grande, por eso Javier Guillén se pone al teléfono, para poner luz sobre un panorama que ofrece pocas certidumbres.
Recuérdanos, Javier, ¿cuánto tiempo llevas al frente de La Vuelta?
«Antes de ser director, llevaba desde el 2000 vinculado a la carrera, luego fui nombrado director general el uno de diciembre de 2008, tomando el relevo de Víctor Cordero»
2009, año del debut
«Así es, mi primera Vuelta es la que sale de Holanda«
¿Qué fotografía ofrecía la Vuelta esos días?
«Lo primero que me encuentro es una carrera en medio de una gran crisis económica, y no era poca cosa. Podríamos decir que en 2005 el ciclismo ya había pasado una primera crisis, la del dopaje, y ahora ésta»
¿Cuál fue la primera consigna?
«Salvar la economía del evento, ni más ni menos, con algo a nuestro favor, la solvencia de nuestros socios, Antena 3 y ASO, pero eso no nos eximía de ser viables»
Al margen de lo económico ¿qué le faltaba a la Vuelta en 2009?
«Personalidad. Si el Tour era el amarillo y lo francés y el Giro el rosa y la tradición, nosotros necesitábamos construir nuestra marca, la personalidad de la carrera»
¿Qué trabajáis para potenciar la personalidad de la carrera?
«Elementos como el maillot, que pasó a ser rojo desde 2010, y la confección de un recorrido que fuera televisivo. Buscamos un efecto acción-reacción viendo cómo lo tomaban los medios»
¿Aquella crisis tuvo cosas buenas?
«Sí, una de ellas es que nos permitió arriesgar, por ejemplo en los recorridos. Propuestas para mejorar la Vuelta, a nuestro entender, sin que implicaran un sobrecoste económico»
¿Han valido la pena esos riesgos?
«Si lo miras ahora ves que la Vuelta siempre ha sido rentable. Los años 2009 y 2010 fueron complicados, pero en perspectiva, la trayectoria es solvente»
¿Cuáles fueron los mejores años de la Vuelta en lo económico?
«Hay un ciclo muy bueno que va desde 1998 a 2002, luego empieza a caer por los motivos que te expliqué»
El hecho de ser la grande de España ayudará…
«A la Vuelta nunca le han regalado nada, todo compromiso con un ente público, por ejemplo, llevaba una contraprestación asociada, bien fuera en televisión o publicidad»
El maná público como se vio hace tiempo no podía ser eterno…
«Aplaudo la gestión privada siempre respetando los valores del ciclismo como deporte y ética, la única forma de evolucionar las cosas es persiguiendo un beneficio a final de año, por pequeño que sea»
¿Qué foto haces de la Vuelta en febrero de 2020?
«Una carrera con una gran dimensión internacional, con una identidad y rasgos bien definidos, con estabilidad financiera y buena cobertura televisiva, junto al apoyo de patrocinadores y sedes. Esa es la foto que teníamos en perspectiva de 2020 a 2024″
Entiendo que no será la de mayo de 2020…
«No desde luego, la de ahora es de dos planos. El primero a corto plazo, 2020, el otro a partir de 2021, que podríamos decir es similar al de febrero de 2020″
Si hablamos del primer plano…
«Pues vemos que la crisis lo paró todo de golpe y ello no implica que todo se reactive de golpe. La Vuelta está muy vinculada al turismo, por ejemplo, y a nadie se le escapa cómo está el turismo. Con todo creo que estamos en mejor situación que en 2008″
¿Es objetivo decir que habrá Vuelta en 2020?
«Lo es, sí. Trabajamos para ello, hemos ideado planes, nos hemos encajado en el calendario, ahora bien, no tengo bola de cristal para saber cómo estaremos en octubre»
¿Hay ganas de Vuelta?
«El año que más. Veremos qué pasa en agosto e iremos decidiendo»
¿Cuánto daño le hace esta crisis a la Vuelta?
«Es un daño que no sólo nos concierne a nosotros, es al ciclismo en general. Podemos decir que no compromete nuestro futuro, pero impacta en nuestras cuentas»
¿Cómo están vuestros patrocinadores?
«No se puede establecer un parámetro general, a ver qué resulta de todo esto»
Habrá que ser imaginativos…
«Sí desde luego, habrá que negociar muchas cosas, compensaciones entre otras que intenten mantener el nivel de inversión, sin ajustes. También hay que valorar las oportunidades que ofrecen las nuevas fechas»
La Navidad no queda tan lejos…
«Por ejemplo, ¿no podríamos hablar de estaciones de esquí sin ir más lejos? ¿por qué no pueden surgir patrocinios inesperados?»
Un slogan para esta Vuelta
«La Vuelta es una gran oportunidad en un año sin eventos»
La Vuelta 2020 ¿con o sin público?
«Son varios los escenarios. El ideal es con total normalidad. Sin publico o con menos gente es algo que está en los planes pero serán decisiones que se tomen más cerca del arranque de la Vuelta. Antes de La Vuelta hay otras carreras que nos irán marcando el paso. Ahora trabajamos con dos grupos uno en La UCI y otro interno, más adelante veremos el propio del CSD. Aún es pronto para saber cuál será el protocolo definitivo eso será la situación quien lo decida. Todo está abierto.»
Vamos para el final ¿qué es para ti el Tour?
«Es la excelencia de este deporte, la historia en su máximo esplendor, pero al mismo tiempo la modernidad del ciclismo. Para mí es el gran evento deportivo de carácter anual»
¿El Giro?
«Es tradición, siempre respetuoso de sus orígenes y de dónde viene, explota muy bien los recursos que tiene»
La Vuelta en tres palabras…
«Innovación, imprevisible y dureza«
A nosotros nos da la sensación, por eso, que la Vuelta no alcanza el nivel de implicación de la gente que sí vemos en el Tour y Giro en Francia e Italia, respectivamente…
«Creo que nuestra implantación de marca entre el español medio es mucho mejor, eso sin embargo no esconde que en Italia y Francia la gente se asocia mucho con sus grandes. Nosotros somos más de ídolos, que de evento. En ese sentido creo que estamos por detrás, pero trabajamos en llegar a cualquier lugar que se nos proponga, mejorando la implantación»
Un deseo para 2020
«Que haya Vuelta, será síntoma de que estamos más cerca de nuestra ansiada normalidad»
Foto: Luis Angel Gomez / PHOTOGOMEZ SPORT – FB de La Vuelta
Ciclistas
El cuarto fue el Tour más largo de Pogačar
Ciclistas
La estatua dorada de Pogačar está en UAE y no en Eslovenia
Pogačar vive días de pompa en los UAE con su nueva estatua dorada
El ciclismo vive estos días su propio espejismo dorado en el desierto.
En Abu Dabi, el equipo UAE ha rendido homenaje a su gran emblema, Tadej Pogačar, con una estatua bañada en oro frente al club ciclista local.
No es metáfora: una figura brillante, a tamaño real, del esloveno inclinando el cuerpo en su gesto clásico de reverencia, como si agradeciera al cielo… o a su mecenas.
Una de esas figuras que cierto mandatario chalado se diseña con IA.
El acto fue la guinda de un fin de semana que lo tuvo todo: fans, patrocinadores, estrellas y fuegos artificiales.
El UAE Team Emirates celebró su mejor temporada con 95 victorias, 97 si se cuentan todas las del año, pero las de Del Toro en México cuentan para 2026.
Pogačar firmó 20 de ellas, incluyendo tres Monumentos, su segundo Mundial consecutivo en Ruanda y un cuarto Tour de Francia.
Una temporada de videojuego.
Y todo, en casa del patrón, donde el ciclismo se ha convertido en símbolo de modernidad y orgullo nacional.
La grandeza se compra podríamos decir, pero es es así.
En Al Hudayriat Island, el circuito de moda en Abu Dabi, se mezclaron niños con bicis nuevas, directivos con camisa blanca impecable y los ídolos de este deporte que, por un fin de semana, se vistió de gala en el país del lujo y los récords.
Todo a lo grande, como exige el guion en un lugar donde nada se hace a medias.
Pogačar llegó en 2019, con 21 años, y en apenas seis temporadas se ha convertido en la cara visible del proyecto y en el ciclista total del siglo XXI.
A su alrededor, el UAE ha levantado una estructura que combina músculo financiero y talento deportivo como pocas. Y ahora, la estatua cierra el círculo: el campeón convertido en mito… todavía en activo.
El ciclismo siempre ha tenido sus estatuas: Bahamontes en Toledo, Quintana en Boyacá, Boonen en su Taaienberg.
Pero lo de Pogačar es distinto, la suya no está en su casa, que se llena de maillots y trofeos, está en los Emiratos, como si el dinero atribuyera la bandera.
Es la imagen del nuevo tiempo: velocidad, datos, dinero, redes sociales y luces LED. Un deporte que se mira en el espejo del oro, mientras sigue soñando con la épica del barro.
El esloveno se tomará ahora un respiro antes de volver a la carga.
En 2026 puede igualar a Merckx, Hinault, Indurain y Anquetil.
Y quién sabe, quizá cuando eso ocurra, en Abu Dabi ya estén fundiendo otra estatua.
Ciclistas
Tim Merlier domina el arte en el que Philipsen es el mejor
Tim Merlier es el patrón silencioso del sprint
En un año de tanta igualdad entre los hombres rápidos, Tim Merlier ha sido el más constante.
Sin fuegos artificiales, sin grandes titulares, pero siempre ahí, ganando —al menos— una etapa en cada vuelta por etapas que disputó.
Desde febrero hasta octubre, el belga del Soudal-Quick Step se ha mantenido en la línea más pura del sprinter clásico: oportunista, sólido y, sobre todo, regular.
Su calendario ha sido un viaje sin apenas sombras, una demostración de oficio más que de velocidad bruta.
Merlier no es el que más impresiona en un esprint lanzado, pero sí el que más veces levanta los brazos cuando todo se ordena en el caos.
En ese caso me quedaría con Jasper Phiipsen, quien como su compi Mathieu, se centra en las grandes ocasiones, y a veces ni eso, porque en el Tour una caída le dejó fuera cuando tenía opciones de seguir sumando.
Pero volviendo sobre Tim, en un pelotón de talentos que vienen empujando, Merlier sigue representando esa vieja escuela del sprinter que elige su terreno, mide su energía y rara vez falla.
Olav Kooij ha sido se lleva también mención, y con motivos.
En un equipo, el Visma-Lease a Bike, que nunca se ha construido alrededor de un velocista, el neerlandés ha firmado una temporada de enorme consistencia.
Ha ganado en todas las vueltas que terminó, menos una.
Lo suyo no es la potencia bruta, sino la eficacia.
Ahora, el salto a Decathlon Ag2r La Mondiale promete cambiar su panorama.
Por fin tendrá un bloque que trabaje para él. Si el equipo francés logra entender su manera de correr —discreta pero letal—, Kooij podría ser una de las grandes irrupciones del próximo curso.
No será un Merlier o un Philipsen en cuanto a presencia mediática, pero tiene el perfil del sprinter moderno: rápido, inteligente y cada vez más completo.
Kooij competió con competencia en casa: A sus 20 años, Matthew Brennan ya es un nombre propio.
Doce victorias en su primer año WorldTour, una cifra que en otros tiempos habría parecido imposible.
Brennan representa esa nueva generación que no entiende de jerarquías, que no pide permiso.
Es rápido, sí, pero también fuerte y tácticamente despierto.
En un ciclismo donde la precocidad se ha vuelto norma, el británico destaca por su instinto: sabe cuándo arriesgar, cuándo esperar, y cómo leer un esprint con una madurez impropia de su edad. Lo suyo no es una promesa, sino un presente.
Y si mantiene la cabeza fría, su futuro puede ser enorme.
Otro que tal, Paul Magnier
Lo normal con un joven francés que gana en febrero es no volver a verlo en todo el año.
Pero Paul Magnier ha roto el molde.
Ganó el primer día en la Étoile de Bessèges y siguió brillando hasta el final de la temporada.
Casi tantas victorias como Tadej Pogacar: una cifra que obliga a mirarlo de otro modo.
Magnier ha demostrado algo más que velocidad: capacidad para sostener un nivel alto durante todo el año.
Su progresión invita a pensar en un 2026 con más oportunidades y mayor presencia en las grandes citas. Francia tiene en él a un velocista con alma de clásico.
Biniam Girmay, cuando el listón se vuelve carga
La decepción del año, aunque con matices, lleva el nombre de Biniam Girmay.
Tras su sensacional Tour 2024, con tres victorias y el verde de París, su 2025 se quedó sin brillo.
Estuvo cerca varias veces, pero no remató ninguna.
El eritreo ha pagado el peso de las expectativas y quizá la falta de una estructura pensada para él.
El talento sigue ahí, pero necesita recuperar confianza, reencontrarse con su mejor versión.
Porque el ciclismo necesita a un Girmay en plenitud: no solo como velocista, sino como símbolo de diversidad y ambición en el pelotón.
Imagen: A.S.O./Charly López
Ciclistas
El Top 3 del ciclismo español lo forman Ayuso, García Pierna y Romeo
El año del ciclismo español sigue la tónica de los anteriores: no es malo, pero se detecta mucho margen
El ciclismo español cierra 2026 con un sabor agridulce, entre el orgullo y la duda.
Hay talento, sí, pero seguimos esperando ese gran salto que devuelva al país al centro del mapa.
Y si hay que poner nombres, el podio nacional del año lo conforman tres jóvenes que representan tres formas distintas de entender la bicicleta: Juan Ayuso, Raúl García Pierna e Iván Romeo.
Empezando por Juan Ayuso, no hay debate posible: es el mejor ciclista español del momento.
Su temporada lo dice todo.
Dos etapas en la Vuelta, una en el Giro y otra en la Tirreno-Adriático.
Una hoja de servicios que muchos firmarían sin dudarlo, aunque deja ese regusto extraño de quien siempre parece estar cerca, pero no remata.
Ayuso sigue siendo un prodigio, valiente, con un punto de genio que a veces se le vuelve en contra.
Corre mirando de tú a tú a los mejores, pero también transmite la sensación de que sus antiguos compañeros del UAE, los del Toro, Almeida o el propio Pogacar, siguen un peldaño por encima.
Aun así, su madurez crece y su carácter competitivo mantiene viva la esperanza de una gran vuelta española en su nombre.
El segundo nombre es Raúl García Pierna, un ciclista que, sin ruido, se ha ganado respeto y minutos de pantalla.
Su victoria en la crono de la Route d’Occitanie fue solo la confirmación de un corredor en plena evolución.
En el Tour de Francia firmó una actuación meritoria, siempre al servicio del equipo, muchas veces al lado de un inspirado Kevin Vauquelin, y en la Vuelta demostró ambición hasta que una caída lo sacó del camino.
Raúl es constancia, trabajo y fiabilidad, un ciclista que no necesita luces de neón para brillar.
Y cerrando el podio, Iván Romeo, el más carismático, el más joven, quizá el más imprevisible.
Este año dio un paso adelante con victorias de calidad, incluso en el Critérium du Dauphiné, pero sobre todo dejó huella por actitud.
Su Tour, lanzado a por etapas y acabando en el suelo, resume bien quién es: coraje puro, sin cálculo.
Romeo no da puntos UCI con su carácter, pero sí algo más valioso: emoción, ilusión, esa chispa que hace volver a mirar el televisor cuando el pelotón se apaga.
Tres nombres, tres estilos, y un mismo deseo: que 2027 sea, por fin, el año en que España vuelva a ganar de verdad y que de paso otros que dieron un paso atrás, vuelvan donde merecen.
Imagen: ASO
-
Ciclismo1 semana atrás
El mal paso de Oier Lazkano y Movistar
-
Ciclismo1 semana atrás
De Lazkano a Vinicius: El ciclismo sigue teniendo grietas
-
Noticias de ciclismo1 semana atrás
La bicicleta «made in Spain» busca su ritmo de crucero
-
Ciclismo1 semana atrás
E3 de Harelbeke mete el Oude Kwaremont pero al revés
-
Ciclismo antiguo1 semana atrás
DEP Luis Zubero
-
Ciclismo2 días atrás
Vingegaard pierde rueda de Pogacar, Visma de UAE
-
Ciclismo6 días atrás
Ahora viene la contra de Oier Lazkano
-
Ciclismo7 días atrás
10 momentos de 2025: El Giro sin deudas para Simon Yates










