Nairo Quintana
La Vuelta: Si Nairo quiere ganar tendrá que atacar más y hablar menos
Con Nairo vemos que unos se quejan… otros corren
Cuando hablamos de Nairo, a veces nos acordamos de Jan Ullrich.
Suelen referirse a Jan Ullrich, cada que se escribe algún artículo sobre aquel ciclismo maloliente de la década anterior, como “el hombre a rueda de Armstrong” o “la eterna sombra del americano” o cosas por ese estilo.
Ullrich, ganador del Tour de Francia previo al desastre, fue el consabido segundón detrás de un Lance Armstrong imbatible y con sobredosis de EPO, que le oscureció y humilló a su gusto cada vez que quiso.
Rivales en la carretera, acabaron de colegas en su suerte común de condenados al ostracismo y el desprecio por los escándalos de dopaje.
Tal vez llegará el día en que hablemos de Nairo Quintana como “el hombre a rueda de Froome”, si aceptamos la comparación, que es bastante odiosa.
La Émonda de Trek prima la ligereza
Durante sus tres mejores participaciones en el Tour de Francia (2013, 2015 y 2016), Nairo Quintana fue una sombra amenazante y a veces peligrosa a las espaldas del británico, pero una sombra al fin y al cabo, porque nunca pudo derrotarlo.
Nairo, un corredor que cuando salta del grupo puede romperlo todo, ataca poco, y a veces no ataca nunca.
Le hemos visto pasar semanas enteras, etapa tras etapa, alto tras alto, meta tras meta, a rueda del molinillo del equipo más poderoso del mundo, esperando una supuesta debilidad que nunca llega porque ni él, ni sus compañeros, ni los demás rivales se prestan a provocarla.
¿Es el ciclismo que hay?
Puede ser y la culpa no recae en el corredor colombiano: son estos tiempos de robots energúmenos sin carisma sobre la bicicleta y de pisteros que suben más rápido que los escaladores, quienes le han dejado por fuera del juego. No sólo a él, también a otra decena de corredores excelentes que acaban estrellados contra ese muro que es el equipo Sky, o disciplinados en el trenecito como borregos rumbo al matadero.
Nairo no tiene la culpa del ciclismo que le ha tocado en suerte, pero sí tiene la culpa de sus palabras.
Y sus palabras quejándose de que los demás van a su rueda cuando es el principal favorito de la Vuelta a España no tienen presentación.
¿Espera que los rivales le lleven en coche para que los liquide a todos en las cuestas de la tercera semana? ¿Va a pedir relevos en Covadonga?
¿Este es el corredor que enamoró a su país en 2013?
Mientras él y sus compañeros y su director técnico se quejan por el clima, por el pavé, por los relevos, por el pinganillo, por las etapas llanas con viento, por las alergias, por los riesgos de esto y aquello y lo de más allá, otros corredores se callan la boca y atacan.
Ataca “Supermán” López tratando de abrir huecos.
Ataca Nelson Soto y logra un cuarto lugar en la etapa, eso en un pelotón plagado de especialistas.
Ataca “Pácora” Restrepo, se monta a una fuga repleta de calidad y acaba segundo.
Si Nairo quiere ganar tendrá que atacar más y hablar menos.
Nairo Quintana
Nairo y los restos de la generación de 1990
Buena parte de la generación del 90, la de Nairo, está a otra cosa
Ojo que cuando hablamos de la generación de 1990, lo hacemos de Nairo Quintana y contemporáneos como Tom Dumoulin, Peter Sagan, Rohan Dennis, Romain Bardet, Michal Kwiatkowski, Fabio Aru, Esteban Chaves, Thibaut Pinot y el gran Peter Sagan.
Ahí no van Tours de Francia, en gran medida por culpa del monopolio del Team Sky, pero sí Giros. Vueltas, monumentos y mundiales de los dos tipos, crono & ruta.
Ahora si miramos alguno de los miembros de esa generación, veremos que están a otra cosa, con objetivos más pequeños o incluso fuera del ciclismo, digamos que sólo Nairo Quintana está con la idea de los máximos escenarios, incluso por delante de los aún activos Bardet, Chaves y Kwiato.
Antes de entrar en harina, mirad este gráfico en Bicio para explicar lo que fue esta hornada hace cinco o seis años y dónde está ahora.
Y no es un reproche, el que diga que hoy están muy lejos de aquellos días, es una realidad que viene explicada, en mi opinión por esa pléyade de jovencillos que empezaron a brillar desde los 19 ó 20 años.
El atropello que sufrieron con la irrupción de los Pogacar, Remco, Bernal y cía ha sido notorio.
Palabras de Mikel Landa, que no es del 90, pero sí del 89, cuando Remco Evenepoel ganó la Vuelta a Burgos de 2020: «Estos no nos van a dejar ni las migas«.
Así ha sido en gran medida, pocas grandes carreras se han disputado sin ellos en liza y cuando han estado han monopolizado el debate, junto a otros, que no son tan jóvenes, pero sí muy buenos, como Roglic o Vingegaard.
El mejor resumen lo tenemos rápido diciendo que las mejores pruebas de 2024 han quedado entre Pogacar, Remco, Roglic, Van der Poel y Vingegaard.
Aquella generación tuvo elementos que podemos extrapolar a la actual: Por ejemplo, Peter Sagan explotó muy pronto, igual que Nairo Quintana, que fue segundo en el Tour con el maillot blanco de mejor joven.
Tardaron algo más en saltar a la fama Esteban Chaves y Tom Dumoulin.
Estos dos han sido especialmente efímeros, el colombiano dio el paso en la Vuelta 2015, pisó dos podios y ganó Lombardía en 2016 y desde entonces destellos en medio de la oscuridad.
Dumoulin tocó techo en el Giro 2017, estuvo en el podio de Giro y Tour del año siguiente, y una lesión en la rodilla en la grande italiana le sacó de las quinielas para siempre hasta retirarse parcialmente, ser plata en los Juegos Olímpicos e irse para siempre al año siguiente.
Fabio Aru llegó a ganar la celebrada Vuelta de 2015 y pudo ser líder del Tour para ir a menos con sus problemas físicos.
En este sentido, las trayectorias de Kwiatkowski y Pinot han sido más estables y sólidas en el tiempo, como la de Peter Sagan hasta antes de la pandemia.
Con esta foto, en este escenario, Nairo Quintana quiere mantener viva la llama de su generación, con las apariciones estelares de Romain Bardet.
Entre los dos, y esperando que Chavito nos deje alguna muesca, tienen una misión muy complicada en medio de estos lobos.
Nairo Quintana
Los 5 grandes momentos de Nairo Quintana
La vuelta de Nairo Quintana es motivo para recordar que este ciclista dio momentos gran ciclismo
La imagen de este artículo la recordaréis, Tour de 2013, Mont Ventoux, Nairo Quintana ataca primero, luego le alcanza Froome, quien acababa de descolgar a Contador, y le acaba superando.
Ese día Nairo Quintana llegó a la cima del monte pelado y se vino abajo, se cayó al suelo del esfuerzo inhumano que acababa de protagonizar, roto y destrozado, acunado por su auxiliar.
Esos días había fiebre con Nairo, no quiero saber cómo se vivió en su país o en su continente, pero me lo puedo imaginar.
Eran dias de sol y brillo en la mejor carrera del mundo en la que debutaba siendo segundo, mejor jove, maiillot de lunares y ganador de una etapa.
El combo…
Al calor de su «re» fichaje con Movistar he querido rescatar cinco grandes momentos de Nairo Quintana.
Entre los mejores en el Cuitu Negru
Una carretera improvisada llevó a la Vuelta 2012 más allá de la cima de Pajares.
En el grupo de los mejores se volverían a quedar Purito, Contador y Valverde con un silencioso colombiano que estaba allí, a sus 22 años, con los capos de la carrera.
Recuerdo que se atrevió hasta atacarles, aunque no le salió bien, quedó ahí, en el momento álgido de la carrera, como días después en Fuente Dé, cuando formó parte del corte bueno que aupó a Contador hacia su segunda Vuelta.
Éxtasis en Le Semmoz
No habían pasado ni doce meses del Cuitu Negru, que Nairo Quintana se hacía mayor a los ojos del mundo en pleno Tour de Francia.
Con Valverde eliminado en unos abanicos, Movistar se convenció que el colombiano era su mejor baza, y vaya si lo fue, poniendo en apuros al propio Froome hasta el mismo epílogo en el que se impuso de blanco, en la cima final del Tour para firmar su plaza de plata.
Val Martello: Nairo Quintana al asalto al Giro
Recordaréis aquel Stelvio, la nieve, la neutralizada y los gritos de Gorka Izagirre arropando a Nairo en medio de la tempestad.
De aquel descenso del Stelvio se dijo mucho, pero lo más cierto fue que en esa carrera no había ninguno más fuerte que Nairo Quintana, ni siquiera el ocasional líder Rigo Urán.
La llegada de Nairo en aquella nevera, solo, ganando la etapa, sentenciando el Giro es una de las jornadas más bellas de ciclismo de la pasada década.
Entre la nieve del Terminillo
Aunque Vuelta y Giro brillen en su palmarés, a Nairo le queda un bien grupo de vueltas de una semana entre las que destacan la Tirreno que sentenció en medio de la nieve del Terminillo.
En el mismo sitio que había ganado Lucho años antes, el boyacense dio un recital complicado de ver porla cortina de nieve que acompañaba su marcha, un espectáculo de esos que se olvidan.
La liada de Formigal
Una de las mejores cualidades de Nair ha sido estar siempre atento a cualquier circunstancia de la carrera.
Ahi va también su gran dominio de los abanicos y el hecho de no haber quedado cortado casi nunca en uno de ellos, eso cuando no se ponía él mismo a tirar.
En aquella etapa de Formigal de la Vuelta 2016, Nairo estuvo al quite del movimiento de Contador y sin que casi se percatara, Froome había perdido la Vuelta por el enorme hueco que se les había abierto.
Y es que la noticia dela vuelta de este corredor no puede ser cualquier cosa, aunque la última gesta suya que señalemos sea de 2016, no quita para que siga pensando que ahí hay madera para hacer cosas que sigan engordando una leyenda única.
Nairo Quintana
Nairo en Movistar y lo de la segundas partes
El fichaje de Nairo por Movistar era tan obvio que me sorprende que sorprenda
Cuando el otro día hablamos con Nairo Quintana en Andorra, le preguntamos por su presente, el anhelo de volver e incluso de los tiempos del Movistar, le dije con toda la sinceridad que me gustaría volver a verle vestido de ciclista.
Porque el corredor nos podrá gustar más o menos, tendrá esos dejes que le han hecho muchas veces alejarse del gran público y esas actitudes que no veo acordes a su categoría, pero lo que el ciclismo le estaba haciendo a Nairo era un injusticia monumental, una aberración al propio sistema y sus reglas, impidiéndole competir por un positivo «blando» de tramadol que desde el primer momento se vendió como algo nimio, pero que el paso de los meses convirtió en una condena no escrita.
Hace casi dos meses, nuestro compañero Guillem nos pasó unas fotos de Nairo hablando con Unzué y Matxin en la salida dela Vuelta en Andorra.
Fueron unas fotografías que se vieron en muchos sitios, en varios medios que alimentaron los comentarios de volver a ver al ciclista compitiendo.
Según cuenta Carlos Arribas en ese momento está el origen del regreso de Nairo al Movistar.
Nosotros, a la luz de esas imágenes, y viendo cómo estaba el mercado, muy complicado para el equipo, por la marcha atrás de Carlos Rodríguez, concluimos:
Viéndole tan bien con Unzué, pienso en la vuelta de Nairo al equipo, un equipo en el que explotó y se convirtió en uno de los mejores ciclistas del mundo.
Nairo necesita Movistar y estos a Nairo, más cuando lo de Carlos Rodríguez pinta como que no y el mercado no es infinito.
Creo que la sanción sobre el colombiano por el tramadol es una injusticia monumental, asentada en percepciones pero no en una aplicación estricta de la norma, y que el tema del representante, el amigo de Eusebio, deberían ser escollos superables por un bien mayor que nos devolviera al pelotón uno de los corredores más importantes de los últimos años.
Nairo no está para disputar una grande, pero sí para sumar y contribuir durante el año en un equipo que no destaca precisamente por su poder anotador.
¿Veremos producirse el milagro?
Pues se produjo el milagro, hubo «gol en las Gaunas», Nairo volverá a ser ciclista de Movistar en un movimiento a puro huevo, pues ambos se necesitan yo creo que en la misma medida.
El colombiano es todo lo ganador que el equipo no ha sido estos años, no necesariamente para una gran general, pero sí para etapas y otras carreras que también hacen equipo y palmarés.
Nairo perfectamente podía haber colgado la bicicleta, incluso a sus 32 años, mira que se hacen coñas con su edad, pero no quería dejar ese regusto de salir por la puerta de atrás, hablar con él era girar constantemente sobre el mismo tema y los mismos argumentos.
Me gustaría saber cuál es el caché de corredor, me lo puedo imaginar, pero la confianza que destila le puede valer recuperar parte de esos contratazos que firmó cuando estaba arriba.
Ojo, atención, al movimiento generacional que implica este asunto, pues ya podéis ver dónde están la práctica totalidad de los rivales que Nairo ha tenido en su camino.
Nairo Quintana
Qué díficil lo tiene Nairo Quintana
Aunque Nairo Quintana mantenga la esperanza, no hay respuesta al otro lado
La cosa es sencilla, al menos de puertas hacia afuera, pero no sé yo si Nairo Quintana es consciente de ella, o si quiere darse cuenta.
En todo caso, pasan los días, las semanas y los meses y la fotografía es fija, no varía, Nairo Quintana sigue sin equipo para el año que viene.
Hemos compartido un rato con él, la semana pasada, sabemos cosas de su entorno, que es acomodado, como no podía ser de otra manera tras 10 años en la élite y ganando lo más importante, le vemos saludable, fino, con la familia bien, negocios que tiran a su alrededor, proyectos como el del café, e incluso siendo un ídolo en su país.
Viendo cómo he visto colombianos por medio mundo siguiendo a su estrella, puedo pensar que Nairo es top 3 de popularidad entre los suyos.
Pues bien, con todo esto alrededor suyo, Nairo Quintana quiere seguir compitiendo y no duda en venderse como listo para ponerse un dorsal, mañana mismo, si se le precisa.
Y no sólo eso, le da vueltas a su figura, a su influencia, a lo que representa para tanta gente para ponerse en el escaparte y decir que tienen que ficharle.
Todo eso me dijo el otro día en Andorra, y ni creáis que atiende a una palabras que buscan hacerle reaccionar.
Cuando le dije que al otro lado, en la parte contratante, entre los equipos, no hay respuesta, él vuelve a su carril y habla de preparación, disciplina e ilusión por volver.
No hay vuelta de hoja, y como bien digo al principio, me cuesta creer que lo que vemos tan claro desde fuera él no lo detecte.
Hay una sanción encubierta, como tantas cosas en el cicismo, sobre su persona por un positivo que en teoría ni era dopaje ni era grave.
Hace un año largo que tuvo que renunciar a correr la Vuelta, luego vino su salida del Arkea -menudo bajón de resultados este año del equipo- y con todo ello, ¿el fin de Nairo Quintana?
Leí alguna cosa, cuando dijimos que íbamos a entrevistarle, sobre si este mal anillado cuaderno había sido uno de sus principales haters.
Si tuvierais delante a Nairo Quintana
¿qué le preguntaríais? #PodcastJS— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) October 10, 2023
Ni mucho menos, cuando Nairo lo ha hecho bien, se ha admitido igual que he escrito aquellas que no me ha gustado cómo ha actuado, pero una cosa tengo clara, e igual que le dije en persona, me gustaría volver a verle competir, más que nada por que su sanción encubierta y no oficial me parece una vergüenza.
Imagen: Guillem Riera
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José Luis
6 de septiembre, 2018 En 22:21
Esos ataques mirando atrás… o el para mi «vergonzoso» ataque de la covatilla, cuando ya se había acabado el puerto… ¿qué esperaba?. Mi chica, que antes no veía el ciclismo y ahora es gran fan de Sagan, Niballi o Dumolin… a fuerza de esperar algo de Nairo, se refiere a él como «Nada» Quintana.