Ciclismo en pista
Ver a Torres y Mora en Tokio es un milagro
La pareja Torres-Mora ha sobrevivido a años de auténtica penuria
Hay nervios en la hinchada por que el contador olímpico no corre a favor de España como se quisiera, a falta que Torres corra con Mora la madison, quedó décimo el omnium.
Deciros, que al final los Juegos Olímpicos no son más que el espejo deportivo de un país, de sus apuestas por una u otra disciplina, de su cultura deportiva, más allá de ir al campo a chillar a tu equipo los domingos, e incluso de una población que practique deporte con más o menos asiduidad y sepa, por tanto, cuándo hay que criticar a un deportista con cierto criterio.
No son pocos los que miran el medallero y se preguntan qué hace Italia tan arriba y España tan en el medio
Aquí lo explican bien.
Si leéis el artículo de El Confidencial, mentan varios males del deporte español, y entre ellos hablan de la gestión de las federaciones.
Nosotros podemos decir que en el caso del ciclismo la gestión de la federación y muchos de sus actores no ha sido mala, lo siguiente.
Aprecio mucho a Albert Torres y Sebastián Mora, luego hablaré de ellos y de su madison, pero sinceramente creo que el bronce de David Valero va a ser lo mejor que saque España del ciclismo en todas sus modalidades.
Me temo que será así, y no quiero finiquitar las opciones de la pareja de americana, sólo que la realidad es tozuda y pone cada uno donde merece.
Lo vimos en el ciclismo en ruta, con la confección de un equipo que se diluyó antes que nadie se moviera en serio.
Ya lo dijimos dudo mucho que en ese equipo, el seleccionador haya tenido la opción de elegir bajo su criterio.
Pasando al BTT, el bronce de David Valero se asienta en la apuesta brutal que Carlos Coloma ha realizado con la creación de su equipo, con una estructura profesional, centralizada y eficiente.
Ya pueden en la RFEC sacar pecho con esa presea, les toca muy de perfil.
En BMX, nada.
Y luego está el ciclismo en pista, un auténtico proscrito en España
Es la modalidad de Leire Olaberria, Gema Pascual, Joan Llaneras, el recordado Isaac Gálvez, Toni Tauler, Sergi Escobar, Carles Torrent, José Antonio Escuredo, Salva Melià y otros.
De las cuatro medallas de Atenas 2004 con una nutrida representación a la sola presencia de Sebastián Mora y Albert Torres.
Eso es el desierto.
Ya en 2012, en el segundo año de este mal anillado cuaderno, anunciamos un desastre para la pista española en la elipse de Londres.
Nueve años después la situación es mucho peor.
Sólo hay que ver a los dos representantes de Tokio 2020, un milagro con todas las letras que se hayan mantenido a flote durante todo este tiempo.
Siendo campeones de Europa y de mundo en varias modalidades, trampeando entre unos y otros y fichados in extremis por Movistar hace año y medio largo, cuando Tokio aún se iba a celebrar en 2020.
Aún recuerdo a periodistas de la cuerda de Movistar decir que el fichaje de los pistards les dejaba fríos, como si en la carretera empezara y acabara todo.
En el equipo telefónico han tenido el cobijo que muchos de sus rivales en el madison vienen disfrutando hace años
Ojo por que esa americana va a estar llena de ciclistas del World Tour: Elia Viviani, Benjamin Thomas, Larsen Norman Hansen, Simone Consonni, Ethan Hayter…
Es increíble que Torres y Mora se hayan mantenido entre estos nombres con tales apoyos.
No sé si podrán colgarse la medalla en la carrera por relevos del velódromo, lo veo difícil, pero si lo consiguen, nunca olvidarán que en este camino ellos, antes que nadie, han sido héroes, unos putos héroes, pues algunos han convertido el pasado reciente y presente de la pista española en un solar.
Ya pueden en la web de la RFEC seguir anunciando rutas y quedadas ciclistas, que mientras en los Juegos Olímpicos podrán decir que cada vez menos gente vive del ciclismo en España.
Ciclismo en pista
Albert Torres & Sebastián Mora, no ha podido ser pero….
La trayectoria de Albert Torres y Sebas Mora evidencia que el talento nunca ha dejado de existir en España
La americana de París se estaba complicando, pero por algunos momentos estaba yendo muy bien para Albert Torres y Sebastián Mora.
No coger vuelta se estaba convirtiendo en una condena, pero las opciones no estaban consumidas, de hecho Portugal así lo demostró.
Iba Albert Torres por la cuerda cuando un belga salió rebotado de en medio del peralte y lo llevó por delante.
Albert se levantó dolorido pero no le dejaron volver a pista, ¿el motivo? lo desconozco, pero ahí acabó todo.
Acabó una carrera a la que ambos, Albert y Sebastián, llegaban pletóricos de forma.
Habían golpeado con fuerza el pelotón en las primeras vueltas y hacían daño.
Hace unos días Albert Torres fue finalmente el ciclista español en el omnium donde las primeras pruebas le perjudicaron excesivamente ante una puntuación excelsa que le dejó cuarto, a un lamido de la medalla.
Eso es, la medalla, los Juegos Olímpicos, eso ha sido el motor de Albert Torres y Sebastián Mora estos años, una gota en el desierto que es la pista española merced a una gestión inexistente y descuidada.
La RFEC ha pasado olímpicamente del ciclismo en pista.
Ambos han demostrado que si se apuesta por ellos responden, que si se siembra, se recoge.
Los portugueses lo han dejado «clarinete», con dos medallas, pero Albert y Sebas no han podido llegar a ese podio olímpico.
En el camino, una trayectoria complicada, llena de fe, de malos momentos y otros buenos, pero sobretodo trufado de calidad.
El estado de forma que han lucido en París demuestra que cuando se pone los huevos en el cesto correcto, las cosas funcionan.
Ambos entraron en el Movistar justo antes de Tokio, se retrasaron los Juegos, pero siguieron en el equipo telefónico y fueron creciendo.
Mora no fue renovado, pero me consta que Albert es muy apreciado en el equipo telefónico, ha corrido varios Giros y ha mejorado lo suficiente para haber sido uno de los mejores en las carreras que ha tomado parte en París.
Ha llegado en un estado de forma brutal, suficiente para competir con otras figuras del World Tour.
Ojalá su ejemplo no caiga en el olvido.
Dado que para Los Ángeles 2028, la pista española va tarde, que miren a los que suben y triunfan en los europeos para ciclos a más largo plazo e igual que hicieron otros, la Real Federación Española de Ciclismo apueste de una vez en esto, que da medallas, que es espectacular y da salida a grandísimos atletas.
Imagen: RFEC
Ciclismo en pista
Juegos Olímpicos: España sigue sin encontrar el velódromo
El espectáculo del velódromo de los Juegos Olímpicos sigue ajeno a España
Este miércoles central en el programa de pista era día grande, se jugaban las dos persecuciones por equipos en el velódromo de París, el instante más potente del ciclismo en pista de unos Juegos Olímpicos.
Lamentablemente, Italia no ha logrado mantener el cetro de Tokio, digo lamentablemente porque los que azules lograron hace tres años fue algo especial, poner coto al dominio anglosajón en las carreras reinas de la pista.
Un paréntesis que ha durado poco, pues las aguas han vuelto a su cauce, con una finalísima que nos suena, un Australia vs Gran Bretaña, condicionado por el récord del mundo que firmaron los australianos, dejando el listón en 3´40´´largo.
Esto va para el infinito y más allá.
El ciclismo en pista encuentra en los Juegos Olímpicos el momento cumbre, en el velódromo se juega lo gordo e importante de una modalidad que depende mucho de esta cita, en especial los velocistas.
España fue, hace un tiempo, un referente en la pista.
Raros eran los Juegos Olímpicos que no finalizaban con una o varias preseas.
Desde el kilómetro de José Manuel Moreno en Barcelona 92, el podio se hizo familiar para corredores españoles, en especial en carreras de fondo, pero también con platas tan singulares como José Antonio Escuredo en un keirin.
Hay una prueba del algodón sobre el trabajo de un país en ciclismo en pista, se llama persecución por equipos, una carrera agónica que una vez describí tras leer el libro de Bradley Wiggins.
Es dolor en superlativo, sumado a una coordinación digna de un tango, del mejor baile que puedas desplegar sobre una madera, sólo que a casi 70 kilómetros a la hora.
Una fila de cuatro corredores, en la que se relevan con perfección, tomando la rueda de los compañeros sin perder ritmo.
España fue bronce hace veinte años, hoy está perdida.
Madre mía🙈… cualquier día despegan del suelo😅. El récord nacional🇪🇸a 10” del último equipo que pasa ronda. Hace un tiempo estábamos a 6” del récord mundial. Cuando veo esto recuerdo aquellas palabras del @deportegob “para que queréis más si con lo que tenéis hacéis medalla…” pic.twitter.com/5TJ7yEVrhU
— sergi escobar (@losergiescobar) August 5, 2024
Como en Tokio la selección española se ciñe al dúo Sebastián Mora y Albert Torres, dos talentos para la americana que se mantienen a flote merced a su apuesta personal.
La Real Federación Española de Ciclismo está para figurar en esta modalidad, escuchad a nuestro amigo Luis Román, el narrador de la pista olímpica en Eurosport, y buen conocedor del desastre de gestión que ha borrado la pista española del mapa mundial.
Albert Torres ha hecho un omniun de casi medalla -qué carrerón- y luego buscará la suerte de la americana con Sebastián, lo suyo tiene un mérito terrible, son una isla el medio del desierto y lo que es peor, la selección española de ciclismo en pista va muy tarde para Los Ángeles 2028.
Ciclismo en pista
El Mundial de Italia y España no tuvo nada que ver
Los españoles siguen sin tener el gen competitivo italiano en un Mundial
No sé el motivo, pero la selección italiana fue una de las últimas selecciones que anunció su alineación para el mundial.
Cuando lo hicieron, este tweet me llamó mucho la atención.
Hablamos mucho de la crisis del ciclismo español.
Pero este 8 es dramático.
(Ya tenemos campeón 😜) https://t.co/P6medbfKvQ
— Javi Amado (@Fontania_) August 1, 2023
Es cierto, la nazionale no vive sus mejores días, un equipo acostumbrado a traer casi tantos corredores como estrellas, a ser siempre protagonista y a llevar la manija de la carrera.
Tanto italianos como españoles, protagonistas en un porrón de mundiales, han traído lo mejor de lo que podían disponer para esta carrera y en pleno mes de agosto, dos semanas después del Tour y a tres de la Vuelta.
Así las cosas, sin embargo, la diferencia entre ambos bloques ha sido importante.
Italia ha corrido a lo grande, como siempre, tomando riesgos y asumiendo algún control sobre la carrera, sabedora que era inferior a daneses y belgas.
Matteo Trentin estuvo hasta que se cayó no sé muy bien cómo, entiendo que enganchado con la valla o alguien del público, y Alberto Bettiol sencillamente lo bordó.
Dijo que soñó en grade, y lo hizo.
#2023GlasgowScotland Décimo a 4 minutos. Totalmente extenuado Alberto Bettiol después de rodar en solitario durante tres vueltas y soñar incluso con el oro. pic.twitter.com/uJ1dGXTLkG
— Andrés Cánovas (@andrescanovas) August 6, 2023
Armó y disparó entre Van der Poel, Van Aert, Evenepoel, Pedersen, Pogacar y cia.
Rodó muchos kilómetros sólo, tuvo tiro de cámara y protagonismo en una carrera épica y consiguió acelerar la reacción de los grandes por detrás.
Su diferencia nunca superó el medio minuto, pero se vació incluso en medio del diluvio.
Puso el azul italiano donde siempre ha estado, entre las mejores del mundo.
Por contra España ha cuajado un mundial decepcionante, en el que no atisbo autocrítica alguna.
Pascual Momparler ha llevado lo mejor que podía llevar -no sé yo si a la vista de lo visto, Lazkano habría cambiado mucho el panorama- hasta ahí, nada que decir, pero una vez en carrera, el tsunami que se montó barrió el maillot español de vanguardia.
Ion Izagirre y Alex Aranburu fueron los últimos en aguantar, pero nunca se les vio con opciones ni siquiera de pillar un corte.
Iván García Cortina, que aquí tenía un buen terreno, ni asomó, en otra actuación muy lejana a lo que podríamos esperar de él.
La forma de caer de una y otra selección es a lo que vamos.
Ni Italia ni España llevaban equipos de relumbrón, pero unos decidieron dejar marca en la carrera mientras otros siguen, cinco años después de Valverde e Innsbruck, completamente ajenos a las mejores plazas de una carrera como el Mundial.
Imagen: Federciclismo
Ciclismo en pista
¿Por qué serían deseables más y mejores velódromos?
Un ciclista experimentado lo es más si pasa tiempo en los velódromos
La semana pasada recibí un wasap del periodista de TV3 Jordi Bentanachs avanzándome que aquella conversación que habíamos tenido en Horta antes de la pandemia, enero de 2022, sobre velódromos, iba a ver la luz, finalmente, el el Telenoticias del domingo por la noche.
Admito que la cosa quedó ahí, hasta que pude apreciar en persona el poder que sigue teniendo la televisión convencional, cuando el mismo domingo por la noche varias personas me escribieron diciéndome que me habían visto, que qué chulo y esas cosas.
Al margen de lo anecdótico, quiero felicitar a TV3, en concreto a Jordi, por acordarse de una realidad que un 99,9% de la gente ignora, pero que es cierta, y es que en los velódromos hubo un tiempo en el que era prestigioso estar y dejarse ver al albur de veladas de pista, en ambientes densos de humo y gritos.
?? Dels més de 40 velòdroms que van arribar a haver-hi a Catalunya només en queden sishttps://t.co/K35Jnwo763
— Esport3 (@esport3) March 7, 2022
Al mismo tiempo, lamento que mil cosas pasaran por delante, durante estos dos años, para sacar todo el material que Jordi ha desarrollado este tiempo, cierto que ha habido una pandemia, pero…
Aunque lo lamentaremos poco, pues hay cosas que no cambian, sea en Barcelona, Madrid o la China oriental, y el ciclismo en pista preocupa cero o casi cero.
Y es una pena, porque el reportaje mostró, primero el estado de los velódromos catalanes en la actualidad -el de Lleida necesita de una gravel más de una fixi de pista-, y luego que hay un núcleo duro, pequeñito, pero peleón que sigue ahí, en Mataró, Montroig y Tarragona dando lo mejor para meter el gusanillo a las nuevas generaciones -me hizo ilusión ver a Escobar, todo un doble medallista olímpico, Medina y Moreno, tanto tiempo después-.
Ni uno cubierto y habiendo ganado 3 medallas olímpicas no hay previsión, luego vienen todos a sacarse fotos… ?
Campos de césped artificial crecen como las setas…— sergi escobar (@losergiescobar) March 7, 2022
¿Por qué es importante un velódromo me preguntaréis?
Además de que algunos fueron testigo de grandes personajes e historias -Mataró con los Timoner- un velódromo bien utilizado sacaría a la calle cientos y miles de ciclistas experimentados a circular con mayor seguridad por los sitios.
Ciclistas que, si son pequeños, irían con la bicicleta en el ADN, porque la manejarían desde los inicios, pero además convencidos que la bicicleta sería una alternativa viable y eficaz en este mundo apretado por los sobrecostes de la energía.
En la pista, los niños y no tan niños aprenderían el manejo correcto de la bicicleta, potenciarían su estado físico, mejorarían reflejos y lo más importante, conocerían las sutilezas de una modalidad maravillosa que en el países que creemos referentes causa furor.
En definitiva abriríamos a puerta a una especialidad que merece más y mejor respeto que el apreciado en Tokio 2020, que está mucho más presente de lo que imaginamos, sin ir más lejos en las carreras del World Tour que tanto nos flipan, muchos pasan por la pista…
Lo hizo Flecha de joven, como nos cuenta en el podcast que hemos empezado a producir para Gobik, pero es que, como bien nos ha confirmado él mismo, Miguel Ángel López se pasó por el velódromo de BCN hace pocos días para mejorar lo que se pudiera mejorar sobre la cabra.
Dicho todo esto, y sumado a la posibilidad de generar eventos como el que pone huevo en Palma de Mallorca, la Champions League de pista, y por tanto generar riqueza, al margen de atraer selecciones y estrellas a entrenar, creo que tenemos un pequeño maná que deberíamos saber explotar y vender la necesidad de hacerlo.
Al menos ha salido en un telenoticias en hora punta con la confianza que no vuelva a tardar otros dos años en ver algo similar.
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