Ciclismo antiguo
Bugno en 5 esenciales
Una clase que no caduca, eso es Gianni Bugno
Miradlo ahí sentado, tranquilo, semblante relajado, con ese porte, con tal estilo, es Gianni Bugno, ya al final de su carrera, cuando se prodigó en la Vuelta a España con éxito y fortuna.
Algo menos de treinta años han pasado de esa imagen, pero todo en ella es vigente, como eterna la clase y singular el carisma del protagonista.
Yo he querido recuperarlo, una vez más, en este mal anillado cuaderno, en cinco esenciales.
Un palmarés de culto
No es el más laureado de su generación, pero vaya listado de triunfos.
Etapas en las tres grandes, algunas de gran sello rodador, otras de sprinter, contra el crono e incluso subiendo, junto a un par de monumentos y otros tantos mundiales de fondo.
Igualadlo.
La clase nunca caduca
Le queda la fotografía de posiblemente ciclista con más clase y elegante sobre la bicicleta.
Nadie se derrumbaba con tanta categoría como Gianni Bugno, un corredor que pasó por todos los estados del ciclismo en muy poco tiempo, de grandísima promesa a verse superado por Indurain en lo ciclista y Chiapucci en el carisma.
Mentalidad frágil
El techo que le marcó Miguel Indurain, en especial a partir de la famosa crono de Luxemburgo, fue demasiado para él, excesivo.
No aguantó el duelo con el navarro más de dos Tours, aunque luego, por su parte, siguió haciendo sus cositas.
Un sprint largo y demoledor
Entre las muchas facultades que exhibió Bugno destacó su sprint, ya veis un aspirante a grandes vueltas, un ganador del Giro, destacando por su sprint en estas líneas.
Gianni Bugno era de lanzar los sprints a lo largo, de lejos, sabedor que era capaz de desmontar grandes velocistas desde lejos.
El mundial de Benidorm fue un ejemplo de ello, una capacidad para resolver única.
¿Una victoria? Flandes 1994
Mirad el vídeo, cómo resuelve una carrera de 270 kilómetros ante Johan Museeuw, Andrei Tchmil y Franco Ballerini.
Da el último relevo, lanzando la llegada a 300 metros de meta y aguantando a Museeuw, el Museeuw que iba camino de ser rey de los adoquines, hasta la misma línea de meta.
Estos lujos tenía el amigo Gianni, una vez había dejado de optar al Tour… se consolaba con Flandes.
Ciclismo antiguo
Eddy Merckx en el Giro: cinco triunfos y enormes polémicas
La corona de Merckx en el Giro tiene cinco joyas
Eddy Merckx, para muchos el mejor ciclista de la historia y del Giro, por ende, nació en 1945 en Meensel-Kiezegem, Bélgica.
Dicen que desde los ocho años ya andaba en bici y tenía como ídolo a Stan Ockers, una figura del Tour de Francia.
“El Tour lo era todo para mí”, diría años después.
Su verdadero nombre es Edouard Louis Joseph Merckx y fue ciclista profesional entre 1961 y 1978.
Durante esos años se ganó el apodo de “El Caníbal” porque quería ganarlo todo, y casi lo logró: 525 victorias en su carrera, incluyendo cinco Tours de Francia, cinco Giros de Italia y una Vuelta a España.
También ganó tres mundiales, casi todas las clásicas (menos la París-Tours) y batió el récord de la hora.
Un monstruo en vida.
Merckx y e Giro, binomio lleno de aristas
Su relación con el Giro fue especial: lo ganó cinco veces y dejó huella en cada participación.
En Italia lo adoran casi tanto como en Bélgica.
Eso sí, su carrera no estuvo libre de polémicas.
En tres ocasiones dio positivo en controles antidopaje (fencamfamina, norefedrina y pemolina), aunque él siempre defendió su inocencia.
A pesar de eso, su legado sigue siendo enorme.
Se retiró en 1978 y desde entonces ha recibido todos los honores:
Barón en Bélgica, Comandante de la Legión de Honor en Francia, y el trofeo UCI al mejor ciclista del siglo XX.
Hay velódromos, calles, estatuas, libros, cómics y hasta una marca de bicicletas con su nombre.
De vez en cuando, aún aparece como comentarista en carreras o sólo se deja ver para revuelo del personal.
“El Ogro de Tervueren” no solo está en lo más alto de la lista de los mejores ciclistas de todos los tiempos: es una leyenda viva.