Ciclismo
¿Cómo puede ganar carreras Enric Mas? Así no
La forma de correr de Enric Mas dificulta mucho que pase del puesto de honor
Veo el final de Tre Valli Varesine, su conclusión, veo a Enric Mas con Roglic, Pogacar, Woods, Carapaz… los grandes nombres que dijeron en la retransmisión y tengo la certeza de que no va a ganar.
Es una certeza, no una posibilidad, porque así lo marca todo a su alrededor y sn fuero interno y forma de correr.
Compite contra gente muy buena, lo sabemos, lo sabe, estar ahí es de ciclista top mundial, pero joder, es que ya sabemos lo que va pasar sin haberlo visto.
Se incrusta en el grupo, en algún momento tienta con algún cambio de ritmo, tímido, sin opción a romper, salvo despiste de los demás, y luego se gira, mira y se abre, para volver a la panza del grupo.
Que Enric Mas no es un ganador lo dice su palmarés, pero no sé en qué momento dejó atrás el instinto que tuvo en Quick Step para lograr dos victorias tan prestigiosas como Arrate en Itzulia y Andorra en la Vuelta.
Sus ataques serán fuertes, no lo dudo, pero es que no se va, no consigue abrir hueco, primero porque la sensación que traslada es de probar a ver qué pasa pero no con el convecimiento que el año pasado mostró en los finales de Emilia y Lombardía.
Entonces logró ganar la primera y quedar segundo en la otra, superado al sprint por Pogacar.
La actitud de Enric Mas en momentos como los que definieron Tre Valli Varesine es un clásico y el seguro anticipo de que puede ganar cualquiera menos él.
Que mire, por ejemplo, a Richard Carapaz, que rara vez se va, pero lo hace convencimiento y cuando la presa se ha ido, al menos, ataca para ser segundo.
Con esa actitud, este ciclista tiene un Giro y un oro olímpico, y en términos absolutos no le veo superior a Enric Mas.
Llegados a este punto, me resulta complicado entender la ambición de un ciclista que parece firmar el puesto por anticipado.
De lo contrario, que busque otra cosa, el corte más lejano, apoyarse en el equipo, sorprender en definitiva… cosas que hacen aquellos que no son tan fuertes como los capos,como Hindley hizo en la primera etapa de montaña del Tour.
A veces creo que la comodidad del lugar, el terciopelo que le rodea, he han quitado las ganas de sacar la calidad que sigo creyendo tiene, calidad que no le da para ganar una grande, pero sí para tener un mejor palmarés del que luce.
Ciclismo
Ciclocross: Los saltos de Felipe Orts no encuentran techo
Más que la plata es la actitud dominadora lo que marca el europeo de Felipe Orts
Pontevedra ha sido el sitio del cambio, del paso diferente, de la iniciativa y el día de Felipe Orts.
Como nos contó hace unos días, desde que supo que la ciudad gallega iba a ser sede del Campeonato de Europa, Felipe Orts marcó en rojo el día y lugar en su calendario de forma.
Queda mucho para el mundial, pero finales de octubre e inicios de noviembre ha dado con su primer pico de forma con el añadido que correr a sabiendas de la tragedia que sucede cerca de su casa no debe ser bada fácil.
Para Felipe Orts, la carrera de ayer es otro muro derribado en su progreso en una modalidad en la que tener un español en la élite era algo impensable hace tan solo unos años.
El ciclocross vive un buen momento a este lado de los Pirineos desde inicios de siglo, una creciente afición, campas competitivas y ciclistas que están ahí, pero en la esfera nacional, sin embargo lo de Felipe Orts es otra cosa, es un salto que espero no se ciña en su persona.
Un ciclista de La Vila Joiosa, en el corazón de la Costa Blanca, emerge, lidera en España y se va a Bélgica a crecer con los especialistas de la modalidad.
Desde aquella plata sub 23 en el mundial de Luxemburgo, cada año ha sido mejor que el anterior para Felipe, cosa que no es nada sencilla, pero lo consigue ¿cómo? viéndolo ahora y siendo ventajistas ha sido marcándose pasos lógicos y objetivos realistas, no ha querido estirar el brazo más que la manga, y el resultado está ahí.
Desde la mentada plata, se situó a cola de los mejores, les persiguió vueltas y vueltas hasta que un día firmó un top ten en competiciones del máximo nivel, luego vino el top 5, también su propia estructura con sus patrocinadores e incluso algún podio.
Este año fue tomó la decisión de irse a Bélgica, a una estructura belga y la mejora se ve ya, no sólo se cuelga la medalla de plata en el Campeonato de Europa de Pontevedra, lo hace tras una carrera brillante, entre las estrellas belgas, proponiendo y tomando riesgos hasta quedarse solo con Thibaut Nys.
Este paso adelante, hecho en las circunstancias morales más tristes, no es un logro cualquiera, es la confirmación que la determinación de aquel chaval de la Costa Blanca iba en serio y tenía fundamento.
Ciclismo
La salida del Giro desde Albania peligra
La geopolítica incide diretamente en la grande partenza del Giro desde Albania
Pocos días después de la presentación del Tour, vendrá uno de los clásicos de otoño, la puesta de largo del siguiente recorrido del Giro de Italia que en el caso de 2025 anunció la salida desde Albania.
Ahora leemos que la presentación de esta vez se mueve de día y crecen los rumores sobre los motivos reales.
La relación ente Italia y Albania no pasa por sus mejores momentos, con la inmigración y la intención de retener migrantes venidos de África en el país balcánico mientras se estudia si Italia los acepta o no.
El pacto no ha podido llevarse a cabo en los términos Giorgia Meloni, la 1ª ministra italiana, pretendía y esa gran salida del Giro en Albania, pensada para conmemorar las relaciones de los dos países, pende de un hilo.
Sin querer profundizar mucho en otras consideraciones, la verdad es que el mero hecho de proponer a un tercer país que te retenga los migrantes mientras tu decides sobre su surte causa sudores fríos.
La alternativa de salida del Giro 2025 sería, como cuando el Covid, Sicilia y ese vergel de paisaje y ciclismo que supone la gran isla.
Veremos.
Es curiosa la tradición del Giro de Italia de llevar la salida a países con poca tradición ciclista, a esta intención de hacerla desde Albania, un estado con innegables vínculos históricos con Italia, se le suman salidas como aquella de Belfast en Irlanda del Norte y la de Budapest en Hungría.
El Giro llegó a salir de Dinamarca y Países Bajos y espero le devuelva alguna vez la visita a España pues la Vuelta 2025, como sabéis, parte desde el Piamonte, convirtiendo en Turín una de las pocas ciudades que ha tenido las tres grandes vueltas en su contorno urbano.
Ciclismo
Cuidar los símbolos como hace el Tour y los franceses
El respeto del Tour por sus símbolos habla de la cultura ciclista de Francia
Cada presentación del Tour, del Giro, también, pero en especial del Tour de Francia es exhibición de cultura, poder, atracción pero sobretodo de símbolos que hablan de una vasta cultura ciclista que se establece en el país desde el minuto uno.
La presentación es algo así como el reminder de otoño de una realidad que en julio nos abruma en base a un estado volcado en la carrera, que se cita en las cunetas, llena las metas y salidas y colapsa los recorridos.
La cultura del ciclismo en Francia es la envidia, y el Tour se sitúa en lo más alto de la montaña de símbolos.
Pero esa cúspide necesita de una base que se ensancha según bajas la mirada.
Te sacan a pasear los nombres de siempre y según avanza en la presentación de etapas te conectan con Louison Bobet, con Raymond Poulidor y te enfocan a Bernard Hinault y Bernard Thévénet en las butacas.
Con ellos entran en historias, imágenes, fotos y demás leyendas para sacar. a relucir lo mucho que ha pasado en Francia desde que se creó el Tour de Francia.
Luego empiezan con sus puertos, con la reverencia al Mont Ventoux, el Tourmalet, el Aspin, la Madeleine,… santuarios ciclistas ambicionados por ciclistas de medio mundo que tarde o temprano pasarán o repetirán en algún sitio de Francia con la bicicleta.
En su viaje seguro que encontrarán algún memorial de la Gran Guerra, pero también esculturas y placas recordando que aquí Eugène Christophe buscaba un herrero que le ayudara a reparar su horquilla rota hace más de 100 años.
Eso está en Saint Marie de Campan, mítico emplazamiento al pie del Tourmalet.
Es un ejemplo de cómo la geografía francesa se llena de guiños e historias, sencillas pero prácticas, por doquier, asentándose principalmente en los símbolos que provienen del Tour.
Luego están los pueblos que dejan imágenes para la televisión con performances que el helicóptero retrata para la posteridad, pueblos en los que los niños seguramente hayan coloreado y leído algún libro sobre el Tour de Francia.
Que la rueda no pare.
Este 2025 todo el Tour será en Francia, poniendo a una racha de salidas internacionales que han expandido y exportado la grandeza de la carrera que nos ofrece diariamente durante julio un enorme publirreportaje de Francia de varias horas.
Envidia sana, pero envida al fin, porque a este lado de los Pirineos el mimo que se pone a estas cosas es anecdótico, y cuando algo, se llame Tour o Giro, goza de una simbología potente, todos la hacen suya y la cultivan, por eso, incluso en sus años deportivos más oscuros, el ciclismo francés ha salido adelante.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Ciclismo
Moments 24 El espejismo de Vingegaard en Le Lioran
Cuando Vingegaard batió a Pogacar, pensamos que había partido en el Tour
La alegría de ver que Vingegaard podía batirse, al menos, en duelo con Pogacar duró poco, pero que nos quiten lo bailado…
Esta maravilla de Tour que se nos presenta vuelve a tener la firma de Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, como en las tres últimas ediciones, y en especial las dos más cercanas.
Volvemos a tener servido el duelo, el mano a mano, como titulaba la portada de L´ Équipe que cuenta los días que quedan para que empiece París 2024.
Le Lioran entró en la geografía de la dualidad más tremenda que hemos visto.
Ayer titulábamos que van empate, y esa fue la sensación pero ojo con las trayectorias de esta gente y su forma de encajar los sinsabores.
A Jonas Vingegaard le queda el minuto lago que le saca Pogacar en la pugna por el Tour de Francia.
No es una diferencia imposible, pero tampoco definitiva, está en el límite de todo y por eso, yo creo, que Pogacar tomó riesgos.
Alentado por las experiencias cercanas, por dar un golpe y sentenciar casi siempre a la primavera, Pogacar quería sentenciar el Tour, no tenía otra intención y con ello al amigo Vingegaard.
Pero a diferencia del Giro, de la Lieja, de la Volta, de la Strade, delante tiene un fenómeno que mantiene con vida la carrera.
Toda esta cursiva viene de aquella tarde, caliente de la situación vista y disfrutada, en las horas posteriores a un nuevo episodio de esta rivalidad que nos está dando la vida.
Advertían muchos sobre el estado de forma errático que podía traer el danés tras una preparación complicada, pero al mismo tiempo nos agarrábamos a la idea que el duelo volviera a tener lugar.
Sin tomar partido por uno o por otro, sólo disfrutando de una rivalidad que lleva el ciclismo a la excelencia cada vez que tiene lugar.
Ese día, Vinegaard le dio a Pogacar donde más duele, dejó que se fuera solo, tomando una distancia que se clavó justo en el momento que el de Visma empezó a tirar a por él.
Le recortó y recortó hasta que le dio caza y le ganó en una llegada que Pogacar ganaría en el 99% de las ocasiones.
Sencillamente magistral, haciéndonos soñar con un duelo que duró lo que tardaron en llegar los Pirineos y con ellos el despegue final de ganador del Tour…
Imagen: A.S.O.
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Juan Manuel Padrón
4 de octubre, 2023 En 12:40
Totalmente de acuerdo. Acaso, más temprano que tarde se verá ante el gran dilema por el que pasan los ciclistas con el correr de los años. ¿Merece la pena terminar mi carrera coleccionando puestos de honor? ¿Quién los recuerda?
Juan Manuel Padrón
4 de octubre, 2023 En 12:41
Totalmente de acuerdo. Acaso, más temprano que tarde, se verá ante el gran dilema por el que pasan los ciclistas con el correr de los años. ¿Merece la pena terminar mi carrera coleccionando puestos de honor? ¿Quién los recuerda?
Carlos Vazquez
5 de octubre, 2023 En 23:45
Si estuviese más de acuerdo contigo sería tu mismo.
David Fernandez
7 de octubre, 2023 En 19:27
Enric Mas es de los corredores mas desagradables de ver correr que yo he visto, y he visto unos cuantos.