Ciclistas
Al ciclismo español le llevará tiempo revertir su precaria situación
Nunca había visto a cero el casillero del ciclismo español en las grandes vueltas
Se han acabado las tres grandes y el balance del ciclismo español es el que es.
Desde que un servidor sigue el ciclismo, y ya no peino canas, pues conocí tarde en champú anticaída, nunca había visto una temporada en blanco para el ciclismo español en su hábitat natural: las grandes vueltas.
? ?♂️ Los mejores PAÍSES en la historia de las GRANDES VUELTAS
1⃣ ?? ITALIA
2⃣ ?? FRANCIA
3⃣ ?? ESPAÑA
4⃣ ?? BÉLGICA
5⃣ ?? REINO UNIDO
6⃣ ?? LUXEMBURGO
7⃣ ?? SUIZA
8⃣ ?? PAÍSES BAJOS
9⃣ ?? ESTADOS UNIDOS
? ?? COLOMBIA? ?? ESLOVENIA se acerca al TOP_10 a pasos agigantados pic.twitter.com/brhNGCFiuk
— Clasificaciones Históricas (@ClasiHistorica) September 9, 2021
Cuando Ion Izagirre cruzaba primero hace menos de un año la gélida meta de Formigal, ganando su etapa en la Vuelta, no podíamos imaginar que tres grandes vueltas más allá iban a completar el primer año sin victorias del ciclismo español.
Pero es la realidad, triste o no, es la realidad, como que hace tres años que ningún ciclista español gana algo en el Tour, Omar Fraile en Mende, o que desde Alberto Contador en el Giro 2015, una general no cae en este lado de los Pirineos.
Es en definitiva el escenario esperado cuando en los años de abundancia y frenesí, aquellas Vueltas copadas por Contador-Purito-Valverde, nadie reparaba en lo que venía.
Si nos permitís ir a la estadística pura y dura, España es la tercera nación del mundo en puntos en el Procyclingstats, sólo superada por Bélgica y Francia, y por delante del país de moda, Eslovenia, con ciclistas top pero poca cantidad, e Italia.
En el ranking de leyendas en activo, Alejandro Valverde es el mejor con diferencia, por delante de Luisle, Paco Mancebo, es que lleva otra eternidad en el negocio, JJ Rohas y Ion Izagirre.
En la clasificación que refleja el estado ciclista actual de la nación, Valverde es el mejor y el único en el top ten mundial, sí, a sus más de cuarenta y pico tacos, seguido de cerca por Enric Mas, segundo en la Vuelta, y más de lejos por Pello Bilbao, Ion Izagirre, Mikel Landa, Alex Aranburu y Jesús Herrada.
Los citados se meten entre los 100 mejores ciclistas del mundo, cosa que en un deporte profesional es ser muy, pero que muy bueno en tu trabajo.
Llama la atención que, salvo Aranburu, el resto de corredores pasa con creces los treinta años, es decir ¿qué pasa con la generación intermedia? y me refiero a los que están entre los 25 y 30 añazos.
Apreciamos fuera del top 100 a Marc Soler, víctima de una temporada calamitosa de caídas, Iván García Cortina, cuánto se ha hablado y escrito de él, Gonzalo Serrano, Rubén Fernández…
Luego tenemos muy bien situados a dos Caja Rural como Ion Aberasturi, el año que viene se va a Trek ¡felicidades!, y Jonathan Lastra y por medio de todo David de la Cruz, todo pundonor en la Vuelta, pero como veis puntos no muchos.
Emergen los Ayuso, Juanpe, Carlos Rodríguez… por detrás
Esta es la imagen exacta, la foto fija para quienes farfullan sobre la crisis que estamos viviendo.
A tenor de los datos que sacamos de la biblia del ciclismo, a tenor de lo que hemos visto en las tres grandes, podemos reafirmarnos en lo que dijimos del ciclismo español tras el fiasco de los Juegos Olímpicos.
Hay calidad, no tanta cantidad como hace treinta años, pero no existe un concepto claro de lo que queremos o perseguimos.
El ciclismo español sigue encapsulado en su eterno objetivo de capturar generales de las grandes vueltas, o de las pequeñas, y no reparara que las tornas han cambiado
Primero que gente que opte a ganar el Tour forma parte de un grupo tan reducido que no todos los países pueden comer de esa mesa,
Y que, paralelamente, la temporada ciclista, el ciclismo contemporáneo, se democratiza, es decir todas las carreras cuentan y valen para el casillero de los equipos y los ciclistas y todo el mundo mira eso con lupa.
No es lo mismo ganar una etapa de una de las vueltas de febrero que una en la Vuelta a España, pero está claro que uno irá con el olfato más fino a la Vuelta, si en febrero ya jugaba a ganar.
En eso el ciclismo español falla y el balance de las grandes vueltas viene a ratificar lo que decimos.
¿Soluciones?
Pues las tenemos en casa, al menos se las hemos escuchado, sin ir más lejos, al seleccionador nacional, Pascual Momparler, tan maltratado tras Tokio 2020, quien aboga por abrir el foco, por crear, por ejemplo, carreras diferentes en España, ser original, poner sterrato, meter adoquines, primar las clásicas y sobre todo dejar atrás los axiomas viejos y caducos de edad y rendimiento.
Juan Ayuso y Carlos Rodríguez son el ejemplo tangible que eso de madurar poco a poco es un tema del pasado, el presente del ciclismo es el ya, sin mirar el DNI del campeón.
Y hasta que estos conceptos no viren, la sequía en grandes vueltas y otras citas no sólo será del momento, también se alargará para el ciclismo español en el tiempo.
Imagen: FB Tour of Britain
Wout Van Aert
Van Aert, dime con quién pierdes y diré lo que vales
Van der Poel, Alaphilippe y Ganna han impedido el arcoíris a Wout Van Aert
Decir que Wout Van Aert estaba jodido ayer, al final del mundial de ciclocross, no hace justicia al momento, Van Aert estaba jodidísimo.
En el podio, no esbozó sonrisa alguna, mirada perdida y cara de póquer, luego vimos su imagen roto en el box, solo, con el casco puesto, pero las gafas no, seguro que soltando alguna lagrimilla de impotencia.
Es una roca de coco, pero ello no quita que le duela en el alma perder una carrera que creo que vio suya.
Mathieu Van der Poel le acaba de abrir brecha en el puja por los mundiales, un 5 a 3 que, viéndoles todos estos años, se ajusta bien a la realidad de uno y otro.
Van Aert ya sabéis lo que pienso de él, pero el nieto de Poupou es canela en rama, un killer en toda su dimensión que si ponemos negro sobre blanco ha ganado muchas veces que perdido frente a Wout cuando de ciclocross hablamos.
Al ver a Van Aert destrozado en la carpa posterior a la carrera pensé en la maldición del arcoíris que le persigue y creo que se puede prolongar.
Mirad la colección de platas que lleva desde el mundial de ciclocross de hace cuatro años y comprobad con quién se las ha tenido que ver.
Al final, rotan los rivales, pero el fijo es Wout Van Aert, como el perejil de todas las salsas, peleándose con auténticas eminencias en lo suyo, sin encajar todos los golpes.
En este tiempo, al margen de perder el oro olímpico ante Richard Carapaz, Van Aert se ha colgado la plata con Van der Poel en ciclocross, pero también con Julian Alaphilippe en ruta y Filippo Ganna en contrarreloj.
Van der Poel, Alaphilippe y Ganna al aparato…
Esos han sido los rivales de Wout Van Aert las últimas veces que estuvo merodeando el arcoiris, la cita de esos nombres marca el nivel del amigo.
Wout Van Aert está en una cantidad de batallas que es imposible salir indemne siempre.
Rara vez falla en la contienda y cuando lo hace es sonado, como en el mundial australiano que acaba ganando Remco Evenepoel.
Y es aquí donde quería ir, que Remco es otra piedra en el zapato de Wout para aspirar a recuperar el arcoíris que tiene por tres veces en ciclocross.
El actual campeón es sin duda un mal compañero para compartir los galones, con esa ambición y forma de hacer, pero tendrán que entenderse si un día les surgen todos los rivales que hicieron aguas en Australia y desmontar de una vez que la celeste belga corre fatal los campeonatos del mundo.
En todo caso, lo que en muchos casos debería ser tomado como una virtud, para Wout Van Aert es un problema, estar en misa y repicando es complicado hasta para él.
Le ha salvado, en gran medida, que sus mejores prestaciones han sido en el Tour, pero, ojo atención, porque este ciclismo ya no es de un mes ni de una carrera y a Van Aert le cabe la presión de salir a ganar siempre y eso muchas veces propicia que pierdas muchas más veces que ganes.
Imagen: FB de UCI Cyclo-cross
Ciclistas
Rui Costa, nunca entierres un campeón
El retorno de Rui Costa es la noticia del arranque de año
En breve tendremos un aniversario de esos sonados, los diez años del Mundial de Rui Costa.
Florencia, qué carrera, qué jornada, el día que Rui llevó esa fama de asaltador de diligencias al extremo.
Diez añazos atrás, el luso era uno MVP del pelotón.
Cada vez que cazaba la fuga, los demás se podían dar por jodidos, cada vez que se ponía un dorsal en Suiza, lo mismo.
Un fino olfato añadido a su cénit físico hasta esa tarde florentina.
Lo que para muchos podría haber resultado el punto de inflexión para Rui Costa no fue el caso.
Rui Costa ha logrado las mismas victorias en los últimos 12 días (3) que en los 6 años anteriores.
Como dato.#VCV2023 🇪🇸
— Juan Clavijo (@Juan_Clavijo_) February 5, 2023
No escapó a la maldición del arcoíris y nunca brilló como en ese 2013, perdiendo jornadas como aquella que le gana Omar Fraile en el Giro de Italia en un mano a mano.
Eso en cualquier otro momento, no se le habría escapado, ese día sí, como en algún otro.
Rui Costa fue importante en el segundo Tour de Pogacar, demostrándose que el UAE le ponía un techo claro a sus aspiraciones.
No sólo era el esloveno, eran otros, que si Ayuso, que si Almeida, que si McNulty…. en un equipo así el brillo individual está sujeto a muchos nombres y múltiples circunstancias.
Por eso el fichaje por Intermaché le ha sentado bien.
Nuevos aires y bríos renovados, corriendo pensando sólo en el presente, sacando el instinto en Mallorca, para retomar el engorde del palmarés, y paseando la genialidad que no caduca en la Vuelta a Valencia, donde, no nos engañemos, no sólo estuvo donde debía, es que ha tenido unas piernas brutales, de ganador.
El final que nos da en Valencia, sitúa a Rui Costa como uno de los corredores más en forma del pelotón, ahora mismo, en el amanecer de febrero, con toda la campaña aún por delante.
Bienvenido el luso, vuelta a los titulares, él y su equipo, que no se baja del podio de los más laureados, pocas estructuras son capaces de sacar tanto a un plantel con estrellas, sí, pero las justas…
Imagen: FB de Volta a La Comunitat Valenciana
Ciclistas
Aprender de Kristoff es hacerlo del mejor de la historia
La experiencia de Kristoff en el Uno X es un lujo para el equipo
Si nos pidiesen un nueve histórico noruego en ciclismo creo que tendríamos problemas en hacerlo más allá de los nombres que todos tenemos en mente: Hushovd, Kristoff, Boasson Hagen…
Si apretamos un poco más, si vamos al PSC, aumentamos la lista con dificultad, habría que irse al histórico ganador de Luz Ardiden, Dag-Otto Lauritzen y el rival de Freire, Kurt-Asle Aversen.
Ahora mismo Noruega tiene por eso un campeón del mundo CRI en Tobias Foss y otros elementos interesantes como Odd Christian Eiking, líder en la Vuelta, y Sven Erik Bystrom, campeón mundial sub 23 en Ponferrada.
Pocos arriba, contados con los dedos de una mano, pero muy buenos y el mejor de todos Alexander Kristoff con 86 victorias.
Cuando hablamos de este tiparraco, que un día ganó Wevelgem y nos preguntamos si estaba lo gordo que parecía en las imágenes, lo hacemos de una de los mejores ciclistas de la actualidad.
Ya no es sólo los dos monumentos y las cuatro etapas del Tour que le contemplan, es lo mucho que se le ha visto, lo mucho que ha influido en carrera y sobre otros -sobre el mismo Sagan en el Tour de 2014- y, especialmente, lo mucho que sabe del oficio.
He leído esta charla con el ciclista en la previa de la Volta a la Comunitat Valenciana y responde esto si su rol en el Uno X tendrá que ver con la tutoría de una chavalada que va por los 24 años de edad media
«Son bienvenidos a preguntarme cosas, pero no soy su entrenador. No he entrado aquí como un gurú. Aunque estoy feliz de ayudar a otros a ajustar objetivos, principalmente probaré las cosas yo mismo en la bicicleta. Todavía me siento como uno más, incluso tengo algunas canas más”
A mí me da la sensación que todos le van a mirar y harán bien.
Pocos ciclistas se han mantenido tanto tiempo tan arriba, volviendo incluso cuando no lo esperábamos, como aquella caótica etapa de Niza en el Tour del 2020.
Con Kristoff van a tener un libro abierto en el día a a día, pero especialmente para mantener el tipo en situaciones de presión extrema: sus dos monumentos son dos incunables de cómo ganar una gran carrera.
Que aprovechen, porque no siempre el mejor ciclista de un país puede acabar su trayectoria en un equipo de casa y Kristoff lo ha conseguido.
Mikel landa
Cosas para ver 2023: Mikel Landa más allá del Tour
Veo muy optimista pensar que Landa opta al podio del Tour de Francia
He escuchado y leído en varios sitios que Mikel Landa está en la terna de aspirantes al podio final del Tour de Francia.
En nuestro podcast nos lo soltó el amigo de A Cola de pelotón, Albert Rivera, quien a veces pierde un poco el norte cuando habla de Mikel Landa…
A mí todo esto me suena a déjà vû.
Yo creo que Mikel Landa tuvo ocasión de pisar el podio del Tour hace tres años, cuando la carrera se fue a septiembre por la pandemia.
Se quedó cerca, aunque no tanto como cuando le tocó correr para Froome y Bardet le rebañó la plaza en el último suspiro, por bien poco.
Pensar que en 2023, opta a esa plaza, sin embargo, me parece muy optimista.
Hay varios mejor posicionados que él, entre ellos sus dos compañeros de podio en el Giro, Carapaz y Hindley, pero no sólo eso, creo que Mikel Landa tocó techo hace un tiempo y esperar la mejora necesaria para dar ese salto es algo iluso.
Digo todo eso, centro el tiro tanto en el Tour, porque me temo que Francia y el mes de julio van a estar muy presentes en todo lo que haga.
Me gustaría ver a Landa brillar más allá del Tour y calendario tiene.
Ya ha buscado la suerte en Valencia y Andalucía parece de su perfil, ambas además sin crono, pero especialmente Tirreno-Ariático, en cuyo podio si que ha estado las dos últimas ediciones.
Italia se le da bien y la Tirreno le gusta y la conoce, lo mismo que sacar algo diferente de su paso por las clásicas de las Árdenas, a las que llega con la tercera plaza en Lombardía como aval que las clásicas duras pueden ser una oportunidad para él.
Por medio la Itzulia, baño de masas y un trazado en el que va a tener buenas opciones para hacer algo bonito.
Somos conscientes que en el Tour se juega todo lo gordo, que sale de casa y que marca la línea entre un gran corredor y un campeón, pero cifrar objetivos tangibles es la clave para no caer en la decepción.
Landa podría pisar el podio, pero sus registros y opciones por el camino son tantos que el Tour no puede copar todas sus miras, espero que así sea.
Su palmarés está lleno de grandes plazas y pocas victorias, nunca será un anotador, pero de ahí a tener sólo 16 triunfos con esa calidad hay muchos matices.
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