Ciclistas
Bradley Wiggins: “Retos, dame retos”
¿Apostarían ustedes en una cita a ciegas con Brad Wiggins que el personaje que tienen delante es ciclista? Fino alfiz estilizado y arrogante, quien defiende título en el Tour de Francia de este año es sin duda un ciclista cuanto menos peculiar. Su carácter extraño, añadido a un británico gusto de entender de la vida, profiere a Bradley Wiggins un perfil indefinible para los cánones ciclísticos de la Europa Continental, que donde en definitiva se juega el grueso de la sesión ciclista.
Cuando puede, aparece vestido en diferentes poses, con gabardinas y tabardos que uno no tendría narices a sacar a la calle, enfundado en finos trajes estampados de riguroso gris tipo lord. Cuadro fino, y raya diplomática. Wiggins rompe el estereotipo de ciclista convencional con una forma de divulgarse rara vez vista. Lo dijeron una vez: “Éste en el fondo quiso ser una pop star”.
Sin embargo vestido de ciclista, este competidor demuestra un profundo respeto por este deporte, tanto que en ocasiones entendemos que es el corredor que mejores armas personales pone en el empeño de ser el mejor en su oficio. Como profesional ha casado a la perfección con esa excelencia que dice mover el alma del Team Sky, laborando cada sesión, cada etapa con un mimo tal que pareciera que no hubiera un mañana.
Pero es que además Wiggo plasma sobre ruedas ese anglosajón sentir de que nada es perenne, que nada es para siempre. Miremos por ejemplo su trayectoria de eficaz pistard aposentado en un escalón inmejorable, con títulos olímpicos y broches mundiales perfilando su progresión de persecucionista. Wiggins tenía tan por la mano la disciplina y había conseguido tal arraigo en el admirador británico que cuando apostó a ganar el Tour podría parecer temerario e incluso arrogante tal concurso.
No desistió y tras dos ediciones de vacío absoluto, contradijo las leyes para ganar su Tour. Rompió el guión previsto. Se propuso un nuevo reto y lo superó. Ahora, en el camino de la diversificación y siendo consecuente por el amor que siente por el ciclismo trabaja con la meta en el Giro de Italia, y por qué no probar a cuajar el doblete con el Tour. Brad respeta el calendario en su extensión.
A priori la acción es mayúscula en dificultad. Si nos tuviéramos que mojar no apostaríamos por ello. Sin embargo, tampoco hubiéramos jugado cuartos por su triunfo en el Tour. Wiggo quiere dar el pasito adelante. En lugar de defender su corona en el Tour por el camino convencional, el del año pasado, quiere pasar por Italia, con el terrible coste físico que conlleva. “Y todo sin doparme” siempre apostilla.
“No quiero defender mi Tour haciendo el décimo como Cadel” afirmó en una entrevista que este mes le lleva a la portada de Cycle Sport. A pesar de tan personalista apreciación, cabe la posibilidad de que incluso lo defienda peor que el australiano. La experiencia de quienes doblaron Giro y Tour lo atestigua, de cualquiera de las maneras, sea como fuere, aunque caiga lo habrá hecho siendo coherente y sincero consigo mismo.
Primoz Roglic
¿Roglic al Tour? No sé yo
Si Roglic fuera al Tour ya no tendría el valor específico de otras veces
Recuerdo en la semana de París-Niza y Tirreno-Adriático que comentamos en este mal anillado cuaderno sobre la necesidad de ver a Primoz Roglic al lado de Jonas Vingegaard en el Tour de Francia.
Claro que entonces no se había corrido el Giro y sí un par de grandes carreras en las que los eslovenos dominaron casi a placer.
Si Pogacar no dejaba ni las migas en Francia, Roglic se apuntaba su segunda Tirreno con la sensación de estar lejos de su mejor punto de forma pero con una contundencia brutal: general y tres etapas.
Esos días comentamos la necesidad de ver a Roglic en el Tour para apuntalar las opciones de Vingegaard en la defensa de su corona.
Si el año pasado nos demostró una cosa es que para derrotar a Pogacar es necesaria la estrategia de «manada» que el Quick Step ha hecho tan célebre, empezar los picotazos por diferentes sitios y al mismo tiempo del gran favorito para hacerle ceder como acabó sucediendo en la célebre jornada del Granon.
Roglic fue clave esos días, incluso magullado tras su caída en el pavés.
Cuando Primoz atacaba Pogacar no podía dejarle ir y en ese tren iba «cómodo» Vingegaard para rematar a su rival.
Eso fue lo que vimos, lo que pasó pero ¿puede suceder este año?
No lo veo tan claro.
Leo que Roglic mantiene hermetismo sobre su presencia en el Tour de Francia, pero confirma que estará en la Vuelta a Suiza, para seguir con ese puzle de victorias en las vueltas de una semana.
Si Roglic va a Suiza es para ganar y para mantener ese punto de forma, aunque no sé yo si es tan sencillo lograrlo y sobretodo si puede prolongarlo hasta julio.
En todo caso, creo que esta vez el peso específico de Roglic en el Tour baja muchos enteros.
Esto lo escribo a priori, luego es posible que me dé en los morros.
Correr el Tour a tope tras ganar el Giro de Italia no es sencillo, incluso tras una carrera, la italiana, que aparentemente no ha significado el desgaste de otras ediciones.
En caso de estar en Francia, no creo que Pogacar, escarmentado del año pasado, entre tan fácil al trapo de su compatriota, más que nada porque sabe que viene con un Giro en las piernas.
La jerarquía del esloveno en Jumbo es indiscutible, al punto de poder disputar una grande a su medida sin reparar en si puede o no estar con Vingegaard en Francia.
Mientras el Giro iba quemando etapas, vimos el grupo del Tour de Jumbo entrenar, creo, por Sierra Nevada, con Laporte, Van Baarle y Van Aert junto al ganador saliente.
En ese grupito faltaban nombres que estuvieron en el Giro, principalmente Kuss y Roglic.
Con ambos vuelven a armar otro equipazo, pero me temo que la carta del esloveno igual ya no vale como antaño, y mejor pensar en otras cosas.
¿Qué habrán ensayado en Sierra Nevada?
Imagen: A.S.O. Alex_Broadway
Ciclistas
Wikiloc sigue en la Sea Otter Europe como “Official Mapping”
Wikiloc ha renovado su colaboración como “Official Mapping” para Sea Otter Europe
Desde Wikiloc comentan: “Estamos muy contentos de continuar un año más como colaboradores oficiales de todos los eventos organizados por Ocisport, como Sea Otter Europe. Nos entusiasma poder sumar esfuerzos con el objetivo común de potenciar el ciclismo y el trail running.”
Además, añaden que “Sea Otter Europe se ha consolidado como uno de los festivales ciclistas de referencia, y el hecho de que este evento tan importante a escala internacional se celebre en la ciudad en la que nació el proyecto de Wikiloc, nos une de una forma muy especial”.
Que Wikiloc sea colaborador oficial de la Sea Otter Europe Costa Brava Girona by Continental 2023 tiene ventajas para los participantes. Todos los tracks de las pruebas del programa deportivo del festival estarán disponibles en Wikiloc, desde donde se podrán consultar, así como descargar o enviar de forma fácil y rápida a un dispositivo GPS.
Wikiloc es una web y aplicación donde se pueden descubrir y compartir rutas de todo tipo de actividades diferentes, como MTB, ciclismo de carretera, trail running o senderismo. A día de hoy ya se han compartido más de 40 millones de rutas por todo el mundo. Rutas que comparte la comunidad, formada por más de 12 millones de miembros.
Además de poder descubrir nuevas rutas con filtros como kilometraje, desnivel o zonas de paso, entre las funcionalidades mejor valoradas de Wikiloc está la navegación outdoor de la app, que permite seguir las rutas de los demás (incluso sin cobertura), así como el hecho de poder grabar tus propias rutas. También la posibilidad de enviar las rutas de manera fácil y rápida a varias marcas y modelos de dispositivos GPS con los que seguirlas.
Ciclistas
Giro: Lennard Kämna sacrifica instinto por un puesto en la general
El Giro de Lennard Kämna acaba en un top 10 lleno de invisibilidad
El otro día, a vueltas con el Giro de Italia, en el podcast de Biciescapa, hablé del Giro de Italia que estaba cuajando Lennard Kämna, en el top ten a falta de una semana para el final.
Ya en Roma, vemos que Kämna ha logrado mantener tan valiosa plaza, noveno al final, en una actuación que, como él mismo admite, le ha dejado muy satisfecho.
En la balanza, la lucha por esa plaza nos ha dejado sin uno de los ciclistas más apreciados del pelotón, uno de esos profesionales que puede hacerte un monumento de etapa en medio del tedio y el aburrimiento, uno de los tipos, como digo en el titular, con más instinto del pelotón.
En este Giro se ha centrado en la plaza, ese puesto en la general que casi todos los ciclistas que entrevistas te sitúan como su gran ilusión.
Claro que lograr esa plaza lleva el peaje de renunciar a escapadas y luchar por etapas, o lo que es lo mismo a su cuota de protagonismo.
Y eso ha hecho Kämna, ir a por el puesto, privándonos de un ciclista mayúsculo
Hace un año escribí esto sobre Lennard Kämna en el Giro:
Con él, recordamos ciclistas incorruptos al paso del tiempo y la memoria, de esos cazadores que sabías que cuando entraban en la escapada, los demás podían darse por jodidos.
Cuando Juanpe abrió fuego en el Etna y llegó a soñar no sólo con la maglia, también con la etapa, todos sabíamos que del corte que le perseguía, la rueda importante era la de Kämna, y no había cojos en esa escapada, entre otros, otro de morro fino, Rein Taaramae.
Conectaba ese triunfo en el Etna con el que lograra en un sitio tan potente para el Tour como Villard de Lans, días después de hacer lo propio en Dauphiné.
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Kämna manejó de forma magistral ese día los tiempos frente a un excelente y desatado Richard Carapaz, en un final con su miga, subida y llano a meta, sacó unos segunditos en la coronilla del último alto, para proponerle una crono imposible hasta el final.
Ese día el alemán demostró un olfato que ha sabido mantener en alguna ocasión más, pocas, pero interesantes, lo suficiente como para hablar de uno de esos corredores a los que es un gustazo ver competir.
Tiene sólo 25 años, etapas en Giro y Tour, también en Dauphiné y Volta, no sé si irá a más, si apostará a generales, si no lo hace aquí tenemos un Erik Dekker, un Pablo Lastras, un Simon Gerrans, corredores que pueden parecer muy diferentes sobre el papel, pero que tienen en común un instinto de esos que sólo podías admirar.
Todo eso que contamos de Kämna hace un año no lo hemos visto éste.
Recordad cuando Kuss nos dijo que prefería ir día a día, luchar por etapas y ayudar al lider que mirar por una octava plaza.
"No me compensa estar picando piedra para ser octavo en una grande" @seppkusshttps://t.co/pi2zgSaG3k#PodcastJS pic.twitter.com/Qbjaoy94Qh
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) May 13, 2023
Lo que el americano piensa no es común a muchos y así seguirá siendo.
Cada corredor es muy dueño de lo que hace y quiere, faltaría más, pero como espectador cualquier cosa que no sea fiarlo todo a un puesto en la general es lo mejor.
Además del gusanillo de quedar entre los mejores en una grande, figura la necesidad de puntos y rankings, un sistema tan necesario como envenenado que se sitúa como uno de los grandes males del ciclismo actual.
Imagen: © BORA – hansgrohe / SprintCycling
Ciclistas
Jonathan Milan, entre Wiggins y Ganna
Las posibilidades de Jonathan Milan ahora mismo son infinitas
Metro noventa largo de bigardo, un físico afinado, puñal afilado, Jonathan Milan venía todo el año avisando que éste podía ser su Giro.
En una edición marcada por la gran actuación de los pistards (Geraint Thomas, Derek Gee…), Jonathan Milan ha sido punta de lanza de una modalidad que muchos han visto incompatible con la carretera y ahí están los resultados.
Su omnipresencia en carrera le ha dado una ciclamino ganada casi por KO, mucho antes de llegar a Roma y no ha sido sencillo, pues ha tenido rivales como Mads Pedersen en el camino.
A Milan le hemos visto delante, detrás y medio en muchas etapas, superando con nota la prueba de la montaña tras brillar en las jornadas en las que le tocaba hacerlo bien.
Sin embargo, a mí lo que más me ha sorprendido es la excelente punta de velocidad que ha sacado ante muy buenos velocistas.
Ya sabíamos que era veloz, que había ganado alguna etapa al sprint, y disputado alguna otra, pero el salto en el Giro es evidente.
El final de Jonathan Milan en la etapa que gana Alberto Dainese, esa forma de remontar a ciclistas lanzados, ha causado impacto, como no podía ser de otra manera.
Ahora nos viene la gran pregunta ¿qué futuro le aguarda a Jonathan Milan?
Es una pregunta buena.
El tipo viene de la precisión de la pista como otros nombres que bien conocemos.
Hay dos tipos de trayectorias.
La de su homólogo Filippo Ganna, con quien se mide en envergadura y datos, asegurando el tiro en hacer bien lo que sabe hacer, es decir competir en pista, cronos y jornadas llanas.
O la de Bradley Wiggins, el persecucionista campeón olímpico que acabó ganando el Tour de Francia.
Ahora mismo no pondría la mano en el fuego por ninguna de las dos opciones.
Hablamos de un superclase, un producto 100% de la Federación Italiana para recuperar la corona olímpica en pista cuya evolución, con la base y calidad que atesora, ahora mismo es un campo infinito.
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Giro: Lennard Kämna sacrifica instinto por un puesto en la general
David
7 de marzo, 2013 En 19:15
También puede ser, que le guste tener la excusa de haber corrido el Giro, y por eso no llegó al 100% al Tour.
Si gana, quedará como un dios griego y si pierde, no pasa nada. Porque el lider teórico en el Tour es Froome y Wiggins "va a ayudarle"
Claro que esto que escribo… Solo son pajas mentales.