Ciclismo antiguo
Así murió Tom Simpson
Publicado
5 años atrásen
Por
Iban Vega

Jaime Mir seguía quemando etapas del Tour, hasta que llegaron a la base del Mont Ventoux, allí todo se aceleró…
“Nada me ha impresionado más en la vida que la muerte de Tom Simpson en el Ventoux. Recuerdo que Plans y yo lo superamos en coche en plena subida, antes de que cayera. En ese momento ya le vimos muy perjudicado, no era capaz de llevar la bici recta. ‘vaya pájara lleva este chico’, nos dijimos. Nos enteramos de que se había caído. Un poco más arriba, Plans, que entendía perfectamente francés, me dijo que se había vuelvo a caer. ‘No puede ser, no puede ser, a este chico le pasa algo’”.
Julio de 1967. Ciclismo de quilates a un lado y a otro de los Pirineos, ciclismo de luto, ciclismo negro. En quince escasos días Jaime Mir contempló cómo dos corredores perdían la vida en la carretera compitiendo y practicando el deporte de sus amores, ejerciendo su profesión. El día soplaba caluroso, extenuantemente seco en las lomas del Mont Ventoux, el monte que describió Petrarca y que desde antiguo los romanos dejaron pelado, como un gran pedrusco, solo, en medio de la Provenza. Mir llevaba el 600, el único de toda la caravana del Tour, que Joan Plans dispuso para seguir la prueba para El Mundo Deportivo.
Para seguir leyendo…
Te puede interesar
Ciclismo antiguo
Recordad a Laurent Jalabert como el gran campeón que fue
Publicado
21 mins atrásen
5 de julio, 2022Por
Iban Vega

Pocos ciclistas me marcaron como Laurent Jalabert
Laurent Jalabert es un el nombre y apellido de uno de los mejores ciclistas que he podido ver en treinta años largos de ciclismo.
Una trayectoria que se desarrolló especialmente durante la década de los noventa, la más sucia, la peor repurada, la que todo lo pone en cuestión.
Fue el baby del pelotón en el Toshiba, compartiendo entrevistas con el eterno Gilbert Duclos Lasalle.
Luego pasó a la ONCE y en su primer Tour vestido de rosa ganó la etapa de Bruselas en la que Lemond y Chiapucci le tendieron una emboscada a Indurain.
A los dos años, dos acontecimientos clave en su carrera: la etapa que gana en los Lagos de Covandonga y la brutal caída de Armetiéres por culpa de un gendarme que quiso ver el pelotón más cerca de lo recomendado.
No hubo rincón de su cara que no escupiera sangre.
En 1995 logró su campaña redonda con victorias que fueron desde la París-Niza a la Vuelta a España dejando por el camino la impronta de ciclista insaciable pero tremendamente respetuoso con el rival, cosa que no es sencilla.
Ese día, camino de Mende, donde por cierto se bautiza la montaña con su nombre, vestido de verde, rozó la perfección poniendo en jaque el coche de Banesto.
Luego con los años se convenció de que el Tour no estaba en su perfil, pero que sin embargo podía hacerse grande, e irrepetible, a base de triunfos que otros no prestigian pero que él siempre tuvo en el punto de mira.
Cerró el círculo, por decirlo de alguna manera, cuando fue campeón del mundo contra el crono en San Sebastián, asaltando el terreno que más se le resistía.
Incluso en los años que podríamos llamar de añadido no paró de acumular triunfos como la montaña del Tour, la Clásica de San Sebastián, que en sus mejores años tanto se le resistió, y el Giro de Lombardía.
Ese fue Laurent Jalabert, un competidor nato, una persona que vivió por y para este deporte, que cometió pecados, qué duda cabe, pero que nos dejó muesca en los corazones.
Recuerdo cuando en 2013 puso en duda la limpieza del ciclismo.
Habían pasado quince años después de aquel infausto Tour que empezó doblado con el masajista del Festina cargado de mierda camino de Dublín y finalizó con todos los equipos españoles en casa –qué poco sabemos de cierto sobre ese episodio-.
Lanzar estas acusaciones sobre su deporte como Jalabert no nos gustó.
Lo escrito escrito está, removerlo con la hilaridad que se confiere no conduce a nada salvo a convertirse en el hazmerreír del mundo, por si no lo fuera ya.
Sólo una recomendación para padres incautos, nunca pongan un deportista de elite como referencia para sus hijos, la experiencia nos dice que los ídolos se hacen sobre pies de barro.
Cuando no es un diario que dice que consumió EPO en su juventud, es otro que afirma que alterna con señoritas o defrauda al fisco.
El autor de este cuaderno no tiene la más remota idea sobre la culpabilidad de Jalabert y sus rivales en las prácticas que se denuncian.
Es más, ni siquiera me planteo valorarla pues raya lo absurdo.
No conduce a nada tanta revisión, pues deja hueco el pasado y enturbia el presente sin que la catarsis sirva de mucho, pues siempre vendrá alguien que haga pitar el control.
Como en su día respondí a mi quiosquero de cabecera, cuando me dijo que sospechaba que su querido Eddy Merckx iba hasta las trancas:
“Pues sigue como le recuerdas. El deporte de alto nivel es como la magia, tiene truco, y no le des más vueltas, siéntate en el sofá y disfruta. No pienses en lo que hay detrás, ni lo sabes, ni lo entenderás”
Pues eso.
Ciclismo antiguo
Tour 1983: Cuando Perico fue el loco de los Pirineos
Publicado
3 días atrásen
2 de julio, 2022Por
Iban Vega

En ese descenso Perico revolucionó la imaginería del Tour 1983
Aquella bajada del Peyresourde en el Tour de 1983 fue un icono, al punto que llegó a inspirar hasta cuadros perfilando a Perico dándolo todo cuesta abajo, al punto que le llamaron el «Loco de los Pirineos».
En castizo francés: «Le Fou des Pyrénées».
No hace mucho vi una fotografía de Perico con Philippa York, su nombre actual, aunque hace casi cuarenta años, era el de Robert Millar.
Cuántas historias firmaron estos dos, cuántas veces se cruzaron aunque si hubo una sonada fue ésta, en el Tour de 1983, cuando Robert Millar le rebañó una etapa de antología a Perico.
Una jornada que fue de Pau a Luchon por el círculo de la muerte de los Pirineos aunando Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde, para acabar, como tantas veces en Luchon.
Una de esas jornadas de antes, que quisiéramos revivir ahora.
Sea como fuere aquello fue brutal, bestial, casi 200 kilómetros corridos a cuchillo merced al primer acelerón de los colombianos, ya en el Aubisque, dando las primeras pinceladas del infierno que se avecinaba.
Luego en el Tourmalet, Patrocinio Jiménez aguantaba en cabeza con un Robert Millar que olía la pieza.
El escocés no dio más de un relevo en condiciones, sabedor que lo importante estaba por llegar.
Montaba ese día un cuadro que fue el primero con piezas de carbono en ganar una etapa del Tour un cuadro que, no hace mucho, vimos en un hotel de Flandes que recomiendo a quien quiera sumergirse en el ciclismo de todos los tiempos, el Flandrien Hotel.
Millar se escapó solo en el Peyresourde y emprendió el descenso hacia Luchon.
Lo hizo con 35 segundos sobre Perico que venía de dejar atrás al que acabaría siendo ganador de aquella carrera, el rubio Fignon, entonces un buen ciclista, joven y prometedor que, de repente se vio con dos Tours y toda la vida por delante.
Una vez fijadas las posiciones en la cima del Peyresourde, vino esto…
Pedro delgado, alias le Fou des Pyrénées (Tour 1983).pic.twitter.com/zoofTbm4zh
— David Guénel (@davidguenel) May 2, 2022
Con un riesgo que excedía toda norma, Perico se acoplaba, sin casco, a pelo hacia la parte delantera de su manillar, con la barbilla por delante, la mirada en la siguiente curva y todo el valor del mundo.
Le faltaron al bueno de Perico, 23 años en su bautismo internacional, seis segundos para dar caza a Robert Millar, haciendo de esa etapa del Tour de 1983 la primera página de un libro que recoge una de las grandes rivalidades de tiempos recientes.
Ser el loco de los Pirineos no le valió a Perico ese día, pero su estampa hizo fortuna, demostrando que no todo es ganar, también hay que marcar y emocionar, cosas que a Pedro se le dio muy bien siemore.
Ya sabéis, a los pocos días sería segundo en el Puy de Dôme.
El ciclismo español entraba en la modernidad.
Imagen: FB Movistar Team
Ciclismo antiguo
Angel María de Pablos: «Fignon me dio una entrevista en español sin problema»
Publicado
6 días atrásen
29 de junio, 2022Por
Iban Vega

Al habla Angel María de Pablos con Pello Ruiz Cabestany sobre las sutilezas de la narración ciclista
En los días más duros del confinamiento por el Covid, hace más de dos años, las reposiciones de ciclismo fueron uno de los momentos más esperados de la jornada, un instante que aguardábamos cada tarde y que nos llevaba, entre otros sitios, a los años ochenta con la voz de Angel María de Pablos.
Para muchos fue un descubrimiento, una voz radiofónica en Televisión Española, perfectamente modulada y cargada de poesía que nos narró el primer ciclismo que recordamos.
Angel María de Pablos y Pello Ruiz Cabestany, ciclista por aquellos años, nos ayudan a reconstruir la vida del narrador de las Vueltas de Pino, Perico, Belda Hinault y Marino.
Cabe recordar que Angel María de Pablos empezó como redactor de ciclismo del Norte de Castilla, en el Trofeo Virgen del Carmen, en su provincia de Valladolid.
Ha pasado mucho tiempo, tanto que sólo cabe recordar que aquel día compitió un tal José Pérez Francés, del que hablaban maravillas, pero que no era profesional aún.
Era entonces un chaval que casi no había cumplido la mayoría de edad y ahí empezó, contando el ciclismo en vivo y directo desde el coche.
Con Angel y Pello, transitamos, por las sutilezas de la narración ciclista, una habilidad de la que el periodista vallisoletano hizo un arte que despertó el interés del mismísimo Miguel Delibes.
Este podcast cuenta con el patrocinio de Tuvalum.com
Tuvalum es la web líder en Europa en compraventa de bicicletas de segunda mano certificadas y revisadas por mecánicos.
Si quieres vender tu bicicleta, súbela a Tuvalum y en 48 horas te la tasan y te hacen una oferta de compra directa. Ellos se encargan de todos los trámites, recogen la bicicleta en tu domicilio y te hacen el pago en tu cuenta bancaria. Sin tener que quedar con desconocidos.
Y si lo que quieres es comprar una bicicleta, en Tuvalum tienes el mayor catálogo con la mayor garantía, porque todas las bicicletas usadas son revisadas por un equipo de mecánicos y se entregan con 12 meses de garantía.
Si estás pensando en comprar o vender una bicicleta, Tuvalum.com.
Ciclismo antiguo
Tres de los ciclistas muertos en la Primera Guerra Mundial ganaron el Tour
Publicado
6 días atrásen
28 de junio, 2022Por
Iban Vega

Recordamos alguno de los ciclistas que perecieron en la Primera Guerra Mundial
El día 28 de junio de 1914 se marca como la primera jornada de la Primera Guerra Mundial, una máquina de destrozar generaciones y sueños de la que los ciclistas no fueron ajenos.
Mucho menos divulgada que la segunda, aquella conflagración fue una barbarie tan grande y tan mal resuelta que dio origen al segundo capítulo, veinte años después en unos de los ciclos más horrendos y espeluznantes de la historia de la humanidad.
El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa a manos de un estudiante nacionalista serbio abrió la veda.
Luego los imperios centrales entrarían en conflicto con las naciones aliadas dándose diversos escenarios al mismo tiempo donde perecieron millones de personas en batallas interminables e irresolutas.
Años antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, el Tour había nacido con salud, fervor y los primeros grandes ciclistas de la historia
Los nuevos tiempos cabalgaban en bicicleta, ese elemento ya menos exótico que pasó de pulular por las ciudades a estructurar competiciones y apuestas integrales donde grandes diarios se lo jugaban todo a eventos deportivos.
Así nació el Tour y así crecieron sus primeros héroes, dándose la circunstancia de que tres de los ciclistas pioneros de la carrera acabarían sus días en el fragor de la Primera Guerra Mundial.
Hablamos de la terna formada por Lucien Petit-Breton, François Faber y Octave Lapize.
Entre los tres escribieron el palmarés del Tour desde 1907 a 1910 y los tres encierran historias de excepción.
El nombre real de Lucien Petit-Breton fue el de Lucien Georges Mazard, si bien pasó a la historia, incluso al palmarés del Tour con el apodo de pequeño bretón.
Hablamos de un excelente pistard de la época, que vivió tiempo en Buenos Aires y que pudo batir el récord de la hora en el mítico velódromo parisino de Buffalo, el mismo lugar donde Henry Desgrange lo fijó por primera vez a finales del anterior siglo.
Petit-Breton superó los 41 kilómetros en sesenta minutos antes de ganar el Tour por doble ocasión, siendo el primero en lograrlo en la historia.
Durante la I GM, en 1917, sería herido en las contiendas de Vouziers, el lugar donde falleció un piloto llamado Rolland Garros.
Al poco tiempo, fruto de las heridas fallecería en el hospital de Troyes.
François Faber fue luxemburgués, el primero en ganar el Tour esta carrera antes del legendario Nicolas Frantz.
Faber ganó la edición de 1909. En su condición de no francés estuvo adscrito a la Legión Extranjera de Francia tomando parte en la Batalla de Artois, en el norte del hexágono, no muy lejos de Roubaix.
Allí, en 1915, fue informado de que iba a ser padre, pereciendo en el momento de la celebración de la nueva en la trinchera.
Una bala alemana le dio muerte.
Un fatal descuido que le impidió conocer a su niña.
Autor de la famosa frase de “sois unos asesinos” fruto de la primera travesía pirenaica del Tour entre lobos acechantes en las cunetas, Octave Lapize había ganado la edición de 1910.
Sargento del ejército francés, pereció en Pont-à-Mouson en 1917 durante un combate aéreo.
En su epitafio se puede leer: “Muerto por Francia”.


Recordad a Laurent Jalabert como el gran campeón que fue


¿Habría sitio en este ciclismo para un corredor como Eduardo Chozas?


Ciclismo en Gran Canaria: Las caras del Pico de las Nieves


Tour 2022: Chapeau Dinamarca



El ciclista debería escuchar lo que se dice y se piensa de él


Tour 2022 para inquietos – vol I


Angel María de Pablos: «Fignon me dio una entrevista en español sin problema»


David de la Cruz: «He crecido en el cambio»


Eduard Prades: «Puedo decir que no he tenido un buen padrino»


Edu Prades y Terres de l´Ebre: «Mis rincones ciclistas»


La desconexión entre el aficionado, Movistar y Enric Mas empieza a ser notable


Tour 1983: Angel Arroyo le dio la vuelta a la tortilla


Tour 1992, eso ya no volverá



El ciclista debería escuchar lo que se dice y se piensa de él


Tour 1983: Cuando Perico fue el loco de los Pirineos
Ahora que estamos tan atentos a Carlos de Andrés y Javier Ares, Angel María de Pablos, junto a @viciosport, nos cuenta cómo era narrar ciclismo en los años ochenta
https://www.ivoox.com/angel-maria-pablos-fignon-me-dio-una-audios-mp3_rf_88884548_1.html
#PodcastJS con @Tuvalum
En este ciclismo de esperar, proteger al líder, medir y ritmos semi cicloturistas no sé si tendrían sitio esos dinamiteros que entendían todo esto como un todo o nada.
Lo comentan mano a mano @eduardochozas y @raulbanqueri
https://www.ivoox.com/habria-sitio-este-ciclismo-para-corredor-audios-mp3_rf_89340722_1.html
#PodcastJS con @Tuvalum
A todos nos ha gustado ver uno de esos ciclistas que "molan" como Magnus Cort escapado y espoleando las masas, pero al mismo tiempo la suya ha sido una historia que refleja el nulo interés competitivo que ha tenido el tramo danés en este Tour.
https://joanseguidor.com/tour-2022-dinamarca-salida/
#TDF2022
¿Habría sitio en este ciclismo para un corredor como Eduardo Chozas? @ivoox https://go.ivoox.com/rf/89340722?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_content=audio&utm_campaign=tw_autopublish
Lo + leído
- Enric Mas4 días atrás
La desconexión entre el aficionado, Movistar y Enric Mas empieza a ser notable
- Ciclismo antiguo1 semana atrás
Tour 1983: Angel Arroyo le dio la vuelta a la tortilla
- Ciclismo antiguo2 semanas atrás
Tour 1992, eso ya no volverá
- Opinión ciclista2 días atrás
El ciclista debería escuchar lo que se dice y se piensa de él
- Ciclismo antiguo3 días atrás
Tour 1983: Cuando Perico fue el loco de los Pirineos
- Ciclismo1 semana atrás
Comparar Carlos Rodríguez con Juan Ayuso no sirve de nada
- Ciclismo antiguo1 semana atrás
Para calentar el Tour, de Merckx al vacío francés
- Ciclismo antiguo2 semanas atrás
El deshollinador que ganó el primer Tour