Ciclismo antiguo
¿Qué sería hoy de Merckx?
Publicado
5 años atrásen
Por
Iban Vega

17 de junio, ayer sábado, es fecha especial en ciclismo, pues lo más grande que ha visto este deporte sopla las velas. Eddy Merckx ha cumplido 72 años y recordamos, como hace un par de temporadas, el pelotón entero se citó en torno a su persona para reconocerle las setenta primaveras.
En el siempre imposible ejercicio de comparar épocas, carreras y ciclistas, nos llamó la atención el otro día, cuando sacamos un post hablando del día que Merckx hizo pública su retirada del ciclismo, el debate que se formó alrededor de lo que sería de él en el ciclismo actual, en este deporte que seguramente él vio cambiar, porque nunca ha dejado el circo, pero que seguramente en sus años mozos no entendería.
Entre otros comentarios, se dijo que hoy Eddy Merckx sería un ciclista mucho más anónimo que en su época. Aunque en cierto modo, estoy de acuerdo, creo que en el arriesgado ejercicio de pensar qué suerte correría, Merckx no cabe duda que hoy no tendría forma humana de aguantar la tralla que se daba en su tiempo.
Las temporadas, fruto de la globalización, se han alargado hasta el extremo la carretera solo hiberna entre noviembre y diciembre. Aunque Merckx competía en sesiones de seis días en otoño y se prodigaba por algún ciclocross en invierno, no cabe duda de que la exigencia y que hoy cada carrera se compite a morir, y muchas veces con los grandes nombres ya en liza.
Merckx amasó campañas en las que ganaba Roubaix, Tour y Mundial, por hablar de los extremos de su poder. Hoy esas opciones se cierran diametralmente con una especialización llevada al máximo nivel: batirse con Van Avermaet y Sagan en Flandes es un ejercicio enfrentado a un Tour contra Froome. En los años de Merckx se podría plantear, y eso que ya había especialistas, porque nunca vimos a Ocaña en el adoquín ni a De Vlaeminck en el Tour…. pero hoy los bicharracos que centran el tiro sacan de la quiniela a los “generalistas”.
Y ojo, porque, como digo, al belga le tocó lidiar con rivales duros, el profesionalismo no llegaba a la actualidad, pero no estaba rodeado de “amateurs” como a veces se ha insinuado. Una cosa por eso que siempre he oído de Merckx, es que contaba con métodos y gente a su alrededor que le daban una ventaja competitiva que hoy no existiría en la misma proporción, porque al final todos trabajan con guarismos más o menos similares. Cuando los demás iban, el “caníbal” volvía. Es la democratización de la ciencia en ciclismo.
La calidad de los equipos es otra línea. Merckx contó con lugartenientes de esos que marcaban la diferencia, ciclistas a los que no se les permitían alegrías si su jefe estaba ahí, porque cuando se ponían al comando sembraban el pánico. El reparto de fuerzas entre varias escuadras y la presencia de líderes de hoy hace que el equipo sea importante, pero no lo más.
Otra, el entorno y la parte mediática. Conocido es, de primera mano además, el carácter del campeón de campeones, tan centrado en ganar no, machacar, que se despojaba de cualquier humanidad en el trato con los demás. ¿Cómo gestionaría Merckx su twitter? y no hablo llevado por terceros, jefes de prensa y similares, como podríais imaginar, hablo del manejo directo de la persona en las redes.
Y por último ganar, y cómo ganar. Acostumbrado a arrasar, la victoria en nuestros tiempos se decide a veces por detalles, nimios y pequeños, pero decisivos, márgenes estrechos que el belga supo gestionar, aunque fueran los menos, hoy muchas veces el nivel de fuerzas es casi idéntico entre los grandes, lo vimos en el Giro, en el que nadie rebasaba con facilidad. ¿Qué haría un corredor hecho a base de plasmar su intimidación?
Imagen tomada de TenVinilo
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Ciclismo antiguo
Tour 1983: Cuando Perico fue el loco de los Pirineos
Publicado
3 días atrásen
2 de julio, 2022Por
Iban Vega

En ese descenso Perico revolucionó la imaginería del Tour 1983
Aquella bajada del Peyresourde en el Tour de 1983 fue un icono, al punto que llegó a inspirar hasta cuadros perfilando a Perico dándolo todo cuesta abajo, al punto que le llamaron el «Loco de los Pirineos».
En castizo francés: «Le Fou des Pyrénées».
No hace mucho vi una fotografía de Perico con Philippa York, su nombre actual, aunque hace casi cuarenta años, era el de Robert Millar.
Cuántas historias firmaron estos dos, cuántas veces se cruzaron aunque si hubo una sonada fue ésta, en el Tour de 1983, cuando Robert Millar le rebañó una etapa de antología a Perico.
Una jornada que fue de Pau a Luchon por el círculo de la muerte de los Pirineos aunando Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde, para acabar, como tantas veces en Luchon.
Una de esas jornadas de antes, que quisiéramos revivir ahora.
Sea como fuere aquello fue brutal, bestial, casi 200 kilómetros corridos a cuchillo merced al primer acelerón de los colombianos, ya en el Aubisque, dando las primeras pinceladas del infierno que se avecinaba.
Luego en el Tourmalet, Patrocinio Jiménez aguantaba en cabeza con un Robert Millar que olía la pieza.
El escocés no dio más de un relevo en condiciones, sabedor que lo importante estaba por llegar.
Montaba ese día un cuadro que fue el primero con piezas de carbono en ganar una etapa del Tour un cuadro que, no hace mucho, vimos en un hotel de Flandes que recomiendo a quien quiera sumergirse en el ciclismo de todos los tiempos, el Flandrien Hotel.
Millar se escapó solo en el Peyresourde y emprendió el descenso hacia Luchon.
Lo hizo con 35 segundos sobre Perico que venía de dejar atrás al que acabaría siendo ganador de aquella carrera, el rubio Fignon, entonces un buen ciclista, joven y prometedor que, de repente se vio con dos Tours y toda la vida por delante.
Una vez fijadas las posiciones en la cima del Peyresourde, vino esto…
Pedro delgado, alias le Fou des Pyrénées (Tour 1983).pic.twitter.com/zoofTbm4zh
— David Guénel (@davidguenel) May 2, 2022
Con un riesgo que excedía toda norma, Perico se acoplaba, sin casco, a pelo hacia la parte delantera de su manillar, con la barbilla por delante, la mirada en la siguiente curva y todo el valor del mundo.
Le faltaron al bueno de Perico, 23 años en su bautismo internacional, seis segundos para dar caza a Robert Millar, haciendo de esa etapa del Tour de 1983 la primera página de un libro que recoge una de las grandes rivalidades de tiempos recientes.
Ser el loco de los Pirineos no le valió a Perico ese día, pero su estampa hizo fortuna, demostrando que no todo es ganar, también hay que marcar y emocionar, cosas que a Pedro se le dio muy bien siemore.
Ya sabéis, a los pocos días sería segundo en el Puy de Dôme.
El ciclismo español entraba en la modernidad.
Imagen: FB Movistar Team
Ciclismo antiguo
Angel María de Pablos: «Fignon me dio una entrevista en español sin problema»
Publicado
6 días atrásen
29 de junio, 2022Por
Iban Vega

Al habla Angel María de Pablos con Pello Ruiz Cabestany sobre las sutilezas de la narración ciclista
En los días más duros del confinamiento por el Covid, hace más de dos años, las reposiciones de ciclismo fueron uno de los momentos más esperados de la jornada, un instante que aguardábamos cada tarde y que nos llevaba, entre otros sitios, a los años ochenta con la voz de Angel María de Pablos.
Para muchos fue un descubrimiento, una voz radiofónica en Televisión Española, perfectamente modulada y cargada de poesía que nos narró el primer ciclismo que recordamos.
Angel María de Pablos y Pello Ruiz Cabestany, ciclista por aquellos años, nos ayudan a reconstruir la vida del narrador de las Vueltas de Pino, Perico, Belda Hinault y Marino.
Cabe recordar que Angel María de Pablos empezó como redactor de ciclismo del Norte de Castilla, en el Trofeo Virgen del Carmen, en su provincia de Valladolid.
Ha pasado mucho tiempo, tanto que sólo cabe recordar que aquel día compitió un tal José Pérez Francés, del que hablaban maravillas, pero que no era profesional aún.
Era entonces un chaval que casi no había cumplido la mayoría de edad y ahí empezó, contando el ciclismo en vivo y directo desde el coche.
Con Angel y Pello, transitamos, por las sutilezas de la narración ciclista, una habilidad de la que el periodista vallisoletano hizo un arte que despertó el interés del mismísimo Miguel Delibes.
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Ciclismo antiguo
Tres de los ciclistas muertos en la Primera Guerra Mundial ganaron el Tour
Publicado
6 días atrásen
28 de junio, 2022Por
Iban Vega

Recordamos alguno de los ciclistas que perecieron en la Primera Guerra Mundial
El día 28 de junio de 1914 se marca como la primera jornada de la Primera Guerra Mundial, una máquina de destrozar generaciones y sueños de la que los ciclistas no fueron ajenos.
Mucho menos divulgada que la segunda, aquella conflagración fue una barbarie tan grande y tan mal resuelta que dio origen al segundo capítulo, veinte años después en unos de los ciclos más horrendos y espeluznantes de la historia de la humanidad.
El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa a manos de un estudiante nacionalista serbio abrió la veda.
Luego los imperios centrales entrarían en conflicto con las naciones aliadas dándose diversos escenarios al mismo tiempo donde perecieron millones de personas en batallas interminables e irresolutas.
Años antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, el Tour había nacido con salud, fervor y los primeros grandes ciclistas de la historia
Los nuevos tiempos cabalgaban en bicicleta, ese elemento ya menos exótico que pasó de pulular por las ciudades a estructurar competiciones y apuestas integrales donde grandes diarios se lo jugaban todo a eventos deportivos.
Así nació el Tour y así crecieron sus primeros héroes, dándose la circunstancia de que tres de los ciclistas pioneros de la carrera acabarían sus días en el fragor de la Primera Guerra Mundial.
Hablamos de la terna formada por Lucien Petit-Breton, François Faber y Octave Lapize.
Entre los tres escribieron el palmarés del Tour desde 1907 a 1910 y los tres encierran historias de excepción.
El nombre real de Lucien Petit-Breton fue el de Lucien Georges Mazard, si bien pasó a la historia, incluso al palmarés del Tour con el apodo de pequeño bretón.
Hablamos de un excelente pistard de la época, que vivió tiempo en Buenos Aires y que pudo batir el récord de la hora en el mítico velódromo parisino de Buffalo, el mismo lugar donde Henry Desgrange lo fijó por primera vez a finales del anterior siglo.
Petit-Breton superó los 41 kilómetros en sesenta minutos antes de ganar el Tour por doble ocasión, siendo el primero en lograrlo en la historia.
Durante la I GM, en 1917, sería herido en las contiendas de Vouziers, el lugar donde falleció un piloto llamado Rolland Garros.
Al poco tiempo, fruto de las heridas fallecería en el hospital de Troyes.
François Faber fue luxemburgués, el primero en ganar el Tour esta carrera antes del legendario Nicolas Frantz.
Faber ganó la edición de 1909. En su condición de no francés estuvo adscrito a la Legión Extranjera de Francia tomando parte en la Batalla de Artois, en el norte del hexágono, no muy lejos de Roubaix.
Allí, en 1915, fue informado de que iba a ser padre, pereciendo en el momento de la celebración de la nueva en la trinchera.
Una bala alemana le dio muerte.
Un fatal descuido que le impidió conocer a su niña.
Autor de la famosa frase de “sois unos asesinos” fruto de la primera travesía pirenaica del Tour entre lobos acechantes en las cunetas, Octave Lapize había ganado la edición de 1910.
Sargento del ejército francés, pereció en Pont-à-Mouson en 1917 durante un combate aéreo.
En su epitafio se puede leer: “Muerto por Francia”.
Ciclismo antiguo
Tour 1985: La prioridad siempre fue Hinault
Publicado
1 semana atrásen
26 de junio, 2022Por
Iban Vega

Así fue el Tour 1985 de Hinault, el último ganado por un francés
Cuando Bernard Tapie ideó La Vie Claire y envió una oferta a Greg Lemond, nunca escondió otro objetivo que el Tour de 1985 iba a ser para Bernard Hinault.
Tras dos años de dominio del insolente parisino, Laurent Fignon, infringiendo dolorosas derrotas al que había sido su mentor, en especial en el Tour del año anterior, era el momento para que Hinualt acudiera raudo a su cita con la historia, pues el de 1985, iba a significar su quinto Tour.
Hinault quería silla en la mesa de Merckx y Anquetil en una gesta que es el mito del ciclismo, los cinco Tours
Hablamos de una dificultad tal que, desde entonces, sólo Miguel Indurain se ha sumado a la fiesta, y vamos camino de los cuarenta años de esta efeméride.
En todo caso nunca se escondió que 1985 era el quinto turno de Hinault en la carrera francesa.
Así se le hizo saber a Greg Lemond, quien habría de dar un paso al lado en el liderato y dejar al ídolo bretón llevarse los honores con una condición, que al año siguiente Bernard le devolviera el favor a Greg.
Todos sabemos lo que sucedió en el Tour de 1986, icónico, antológico y maravilloso, pero poco se recuerda del anterior.
Y es que hay en la vida una cosa que se llama juventud que cuando entra en brillo, todo lo demás languidece.
Eso se debió pensar viendo a Hinault yendo a menos según avanzaba la carrera hacia París.
Cada vez más justito, Hinault demostraba problemas para estar con los mejores, al tiempo que Lemond iba preguntando ¿qué hay de lo mío?
En la famosa etapa de la niebla de Luz Ardiden que gana Perico, Hinault va con lo justo.
Lemond se ve en cabeza con Chozas y Roche con su líder a un minuto.
El americano ve el panorama y pide permiso para ser más activo en el corte, la respuesta es tajante, desde el coche Paul Koechi, el director de la historia que más sapos ha debido tragar, le dice que ni se le ocurra .
Al día siguiente, en la mini etapa del Aubisque que gana Roche, la historia se repite, la respuesta es la misma.
«Greg, te jodes, pero no»
Bernard Hinault iba atufado, al punto que de aquellos días surgió aquella curiosa «amistad» con Lucho Herrera y la complicidad de ambos en carrera.
Lemond obedece porque no le quedan más opciones, tiene la promesa de Hinault: «Tras el Tour de 1985, te ayudo a ganar el siguiente«.
Una promesa de campeón es complicada de tragar y Lemond nunca tuvo claras esas intenciones, de hecho a los hechos nos remitimos.
«El año que viene volverá Fignon -por desgracia tardaría más en regresar- y si él está Hinault no querrá quedarse fuera» dijo Lemond, medio convencido de la promesa de su compañero.
En todo caso, que Hinault ganara ese Tour tiene hoy su relativa importancia, pues estaríamos un año más cerca de la última victoria francesa en el Tour.
Imagen: Reddit


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Tour 1983: Cuando Perico fue el loco de los Pirineos
Ahora que estamos tan atentos a Carlos de Andrés y Javier Ares, Angel María de Pablos, junto a @viciosport, nos cuenta cómo era narrar ciclismo en los años ochenta
https://www.ivoox.com/angel-maria-pablos-fignon-me-dio-una-audios-mp3_rf_88884548_1.html
#PodcastJS con @Tuvalum
En este ciclismo de esperar, proteger al líder, medir y ritmos semi cicloturistas no sé si tendrían sitio esos dinamiteros que entendían todo esto como un todo o nada.
Lo comentan mano a mano @eduardochozas y @raulbanqueri
https://www.ivoox.com/habria-sitio-este-ciclismo-para-corredor-audios-mp3_rf_89340722_1.html
#PodcastJS con @Tuvalum
A todos nos ha gustado ver uno de esos ciclistas que "molan" como Magnus Cort escapado y espoleando las masas, pero al mismo tiempo la suya ha sido una historia que refleja el nulo interés competitivo que ha tenido el tramo danés en este Tour.
https://joanseguidor.com/tour-2022-dinamarca-salida/
#TDF2022
¿Habría sitio en este ciclismo para un corredor como Eduardo Chozas? @ivoox https://go.ivoox.com/rf/89340722?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_content=audio&utm_campaign=tw_autopublish
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