Jakob Fuglsang
Alaphilippe & Fuglsang sí eligen el calendario que les conviene
Si las grandes vueltas no son lo tuyo, mejor a otra cosa demuestran Alaphilippe y Fuglsang
Dándole vueltas al carisma, quién lo tiene, quién no, que si el Chava lo tenía, que si Landa lo disfruta… creo no equivocarme al decir que ahora mismo, el ciclista que mejor alinea el carisma a los resultados deportivos es Julian Alaphilippe.
El flaco francés es un tema recurrente en este mal anillado cuaderno, pero no por imposición del ambiente y sí por el admirable ejercicio que hace de su profesión.
El Tour de la Provenza que nos regaló ahí queda, una muesca más que sumarle a una historia de éxito y notoriedad con la que convive diríamos que casi adictivamente, le encanta salir en la tele.
Eso es innegable, como también lo es que sabe muy bien lo que hace y más leyendo lo que dice y cómo lo dice: «Toda carrera de aquí a Lieja será importante«.
Una aseveración que no viene con palabras vacías, tenemos la certeza que el campeón del mundo que le disputa unos segundillos a Egan Bernal para quedar segundo en vez de tercero en la Provenza, vestirá de color, color irisado, cada participación que tome de aquí a Lieja, allá por finales de abril.
Vienen tiempos clave en la pandemia, pero bonitos para el universo cerrado y reducido del ciclismo, la primavera, la misma que nos robó el coronavirus hace un año, aunque sin público.
Y al menos cabe la satisfacción de poder disfrutar de lo que haya, y en lo que se celebre Alaphilippe promete ubicuidad: intentar repetir en San Remo, retomar Flandes donde lo dejó y optar, por fin, a la Lieja.
Todo eso, con un arcoíris enmarcándolo, si eso no es carisma.
Rival hasta la extenuación de Alaphilippe hace dos años, el papelón de la Amstel fue lacrimógeno pero necesario, pues el danés iba al matadero con el francés, Jakob Fuglsang hace una excelente reflexión en la que demuestra ser muy consciente de sus limitaciones:
«Sé que las grandes vueltas tienen un gran impacto, pero si apuestas por ellas y te va mal, parece que la temporada no ha sido buena. El año pasado acabé sexto el Giro de Italia y se consideró un fracaso. La gente se había olvidado que había ganado Lombardía»
Así que con esa premisa, Fuglsang se va a los monumentos, a disputar etapas del Tour e intentar el oro olímpico, no olvidéis que hablamos de la medalla de plata en Río de Janeiro.
Con treinta y cinco años, Fuglsang tiene una de las trayectorias más longevas y curiosas del World Tour y ya tiene suficiente con el cartel de «vueltónamo»: no le cunde, no le sirve.
Fuglsang y Alaphilippe demuestran esa coherencia que tanto hemos echado de menos en otros, y no queremos señalar a nadie…
Jakob Fuglsang
Giro: Jakob Fuglsang, «the special one»
Es curiosa la forma de hacer amigos de Jakob Fuglsang por donde pasa
Entre los pocos favoritos que quedan de la partida en el Giro, hay motivos a favor y en contra para creer que Jakob Fuglsang puede estar en la pomada.
Cuando hablamos del danés no lo hacemos de un recién llegado, estamos hablando de un tipo de 35 años, que emergió ya como gregario de lujo de los Schleck, hace más de diez años, y que ayudó al propio Nibali en el Tour que ganó, hace seis, pero que siempre ha tenido un poquito para él mismo, granjeando uno de los palmarés más curiosos de la actualidad: ojo que ahí van un par de monumentos y sendos Dauphinés.
Un palmarés que tuvo momentos de excelente rendimiento, como la primavera del año pasado, cebando la eterna duda de si Jakob Fuglsang podría algún día con una gran vuelta y es curiosa esta lectura, pues si miramos su palmarés, sólo anotamos un top ten en una grande, fue un séptimo, en el Tour de 2013, entre Mollema y Valverde.
En el Giro 2020, Fuglsang amanece como una de las ruedas importantes, por caché, posiblemente el mejor rival que pueda tener Vincenzo Nibali.
Sin embargo su carrera no está resultando nada sencilla, es el pupas del pelotón, como en las otras ocasiones que creímos que iba a ser su momento, para el danés cualquier momento puede ser malo.
Ha salido del top ten no por quedarse de sus rivales y sí por un pinchazo el día de gloria de Peter Sagan, un percance que comentó así en las redes…
#Giro ???????? / ???????? @jakob_fuglsang (AST) a refusé le vélo de ???????? @FabioFelline (AST), beaucoup trop petit pour lui : "J'aurai eu l'impression de rouler avec le vélo de ma fille."https://t.co/ZjfuuCYR6k via @BTDK (????????)
— Renaud Breban (@RenaudB31) October 14, 2020
No quiso la bicicleta de Felline, por pequeña, aunque para hacerlo más gráfico, la compara con la de su hija.
El comentario no tendría más recorrido, si Jakob Fuglsang no se hubiera destacado en este Giro por un comportamiento muy alejado al que se le puede atribuir a un nórdico.
En la salida de Sicilia lo cierto es que todo fueron malas noticias con el tortazo de Miguel Ángel López, quien llegó y salió cruzado del Giro, y el abandono de Alexander Vlasov ya el primer día.
Con el ruso Fuglsang es explícito, según él Vlasov se ha sentido mal y se ha bajado, no se ha dado tiempo, el prudencial en estos casos en las grandes vueltas, cuando sabes que con el paso de los días las sensaciones pueden mejorar.
También se despacha con Oscar Rodríguez, en su día ganador en La Camperona, que este año ha dado el salto a un World Tour sin excesiva relevancia, aunque la campaña, como el año en sí, se le ha cruzado a muchos.
«Estaría bien tener un gregario en los momentos finales de las etapas» dice.
Jakob Fuglsang about Sicily. Yep, I can now see why Nibali might not say hi to you at the start. ???? #Giro pic.twitter.com/89xbobJDpR
— Mihai Simion (@faustocoppi60) October 13, 2020
Pero si ha rajado de algunos compañeros, ha buscado el rifirrafe con Nibali, con Sicilia saca la artillería.
Habla de carreteras pésimas, cosa que vemos todos y padecen los propios ciclistas y se relaja diciendo que de Florencia para abajo «es África» un torpedo en toda la línea de Italia y del Giro que pone a Fuglsang en el listado de extranjeros odiados por una afición que puede ser muy vehemente, como probó el propio Stephen Roche hace más de treinta años cuando porfió contra el preferido de los italianos para ganar la carrera.
Podrá llevar parte de razón Fuglsang en su discurso durante este Giro, pero no parece la mejor estrategia ir a pecho descubierto, abriendo frentes con rivales y el país en general…
Jakob Fuglsang
La curiosa defensa de Jakob Fuglsang
Andalucía se ha convertido en tierra de reconquista para Jakob Fuglsang
La Vuelta a Andalucía que posiblemente se lleve Jakob Fuglsang por segundo año consecutivo, cae en manos de un ciclista que hace muy poco estaba en el ojo del huracán.
Leía hace poco: Jakob Fuglsang responde con sus piernas.
Andalucía no atrae el nivel de prensa ni presión que otras carreras, esto es un balneario, del que se acordará cuando le acorralen en media Europa con preguntas incómodas.
Responde mientras a todos aquellos que le ponen en duda, en cuestión, ahora que ralla tan alto, con esa temporada que firmó el año pasado y lo que sigue amasando.
No cae en saco roto lo que Fuglsang ha hecho esta semana en Andalucía, la llegada a Grazalema, preciosa, batiendo a Mikel Landa, con ataque de lejos.
Etapa preciosa con dos corredores top delante, un trazado duro, pero sin estridencias y el final en un pueblo blanco, esa calle, ese empedrado…
No es tan difícil y el CICLISMO SIEMPRE POR EL CENTRO DE LOS PUEBLOS https://t.co/N7qXBMXgrq— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) February 20, 2020
El control que ha mediado en el resto de jornadas y la etapa de Granada, una metáfora como Jakob Fuglsang se enfrenta a los problemas y detractores,
Dando la cara, tomando el mando, asumiendo riesgos.
Cruz: todos los portabicicletas
No son pocos los días que el danés de Astana está ahí, viene del ciclismo de Contador y los Schleck, hay que irse diez años allá, y sigue ahí, al corriente de pago.
El camino de minas que le puso a los rivales no fue sólo para ellos, también para su compañero Ion Izagirre, en uno de esos capítulos de morbo que nos gusta despachar cuando vemos a dos del mismo equipo disputándose el trono a la vista de todos.
Es muy posible que la Vuelta a Andalucía siga siendo celeste, por Jakob Fuglsang, el corredor que mientras el mundo le cuestiona, sigue haciendo y amasando, de cara, además, a una primavera que viene de dominar no hace tanto, el año pasado mismo.
Imagen: FB Vuelta Ciclista Andalucía
(*) Permitidnos disculparnos por la irregularidad que ha alcanzado este mal anillado cuaderno en los últimos días, estamos, podríamos decir, de mudanza para tener una plataforma a full en unos días. Stay tuned 😉
Jakob Fuglsang
Jakob Fuglsang ya tiene escrita su condena
La historia de Jakob Fuglsang con Ferrari la hemos visto otras veces y no suele acabar bien
La que se ha liado entre Jakob Fuglsang y Michele Ferrari.
Hace no mucho, veinticinco años, en el pelotón trabajar con Ferrari, con Conconi y otros galenos era prestigio, era estar a la última, saber más que el resto, hacer lo que tocaba hacer.
Hoy esos nombres causan estragos.
A Jakob Fuglsang el año pasado no le iba a salir gratis.
Dice que no hay caso, que no hay nada que decir, pero la patada adelante no es la mejor forma de hacer las cosas, no en este deporte en el que todos dejan todo… para mañana.
Que Jakob Fuglsang se haya visto con Ferrari en su día salga ahora en toda su extensión explica lo perverso del sistema, qué y quién maneja esto, quién decide escamparlo y quién no lo de otros.
Sacarlo en vísperas de la campaña que sigue a la mejor temporada del danés no parece casual, que vuelva a sonar el nombre de Astana, menos.
Los celestes caminan en el filo con tanta asiduidad que nos parece hasta un milagro que mantengan la estructura y el estatus.
El río suena cuando agua lleva, en este caso es celeste, y todo lo que rodea a Alexander Vinokourov es… nebuloso.
Pero la vida sigue, la rueda gira, las cosas siguen su curso.
Mientras unos salen de rositas, otros quedan marcados, Jakob Fuglsang, de quien se han dicho mil cosas mil veces, está marcado.
Su condena no estará escrita en sitio alguno, pero será tangible y notoria, cuando pise una sala de prensa, cuando se le cruce un aficionado, tanto en una carrera como principalmente por las redes.
Tendrá que bloquear gente, aislarse y pensar que lo hace bien, que no le debe explicaciones a nadie.
Yo no sé si se ha visto con Ferrari, en todo caso, si lo hubiera hecho, que se vaya a donde hay que ir… no a un diario primero de todo.
Esa es la realidad, la tremenda realidad en la que convive este ciclismo que dicen diferente al de hace veinte años, al de diez a lo sumo, pero que guarda tics y personajes que nos recuerdan que los cambios parecen cosméticos.
Por que esa información que mancha a Fuglsang viene por varias fuentes y las mismas sitúan a Michele Ferrari de nuevo en el pelotón.
Él lo niega, como otras tantas cosas… ¿a quién creer?
Jakob Fuglsang
#Top2019 Jakob Fuglsang, el danés de colección
En el año de los prodigios Jakob Fuglsang está en el top cinco
Cuando hablamos de Jakob Fuglsang, lo hacemos de un corredor que viene de largo, de aquellos duelos, hace diez años, que se dijo marcarían la década de Contador y Schleck, de esos Tours en los que el bien plantado danés corría para los hermanos dejando espacio a la imaginación sobre su margen y progresión.
Diez años después Jakob Fuglsang es uno de los corredores más sólidos de pelotón, acoplado a la perfección a ese engranaje ganador que es el Astana, sacando la cabeza entre López, Luisle, Gorka y compañía y siendo uno de los corredores del año.
Sacar la coronilla por la chepa de los celestes no es sencillo, Vinokourov, podemos imaginarlo, no pide cosas pequeñas, pide entrega, salir a cuchillo de inicio y romper desde la primera carrera.
Andalucía, febrero, albores de la primavera en flor, paisajes mestizos, playa y montaña Jakob Fuglsang puso la primera muesca del año.
Luego será la tónica, el comodín en todos los paisajes.
Su primavera es una de las más sólidas jamás apreciadas, sólo mejorada por la versión plus de Julian Alaphilippe, su sombra, su condena, también su lastre.
Compañeros en Strade Bianche, cuando Wout Van Aert dimitió en las carreteras blancas, también en la Amstel que les rebañó Van der Poel, desde muy atrás.
Francés y danés fueron pareja de baile, con la certeza de que si llegaba juntos, el mosquetero haría diana.
Pero ello no corta a Jakob, cincelado por el esfuerzo sincero, no escatima, el despliega su ciclismo, de culto, exquisito y tira millas.
Cuando Alejandro Valverde dijo basta camino de Lieja, su candidatura emergió.
Nacex, la bicicleta al fin del mundo
La victoria en el regreso al corazón de la capital del Mosa, el corazón valón, fue un hecho de justifica refrendando con esa pizca de suerte que merece toda hazaña, porque esa salvada, camino en cogollo liejense, una curva mal trazada, un traspiés, casi todo pudo irse al garete.
La salvada del año @jakob_fuglsang @AstanaTeam ???????????? #LBL #LiegeBastogneLiege pic.twitter.com/mTAS75XUHv
— Javi Linares Misioner (@javilinares1) April 28, 2019
Dicen muchos que en la vida casi todo es trabajo, pero la suerte es mucho, muchísimo, ¿qué le hubiera reportado de grande esta primavera a Jakob Fuglsang si esa curva acaba en caída?
La justicia es ciega, pero a veces también justa.
Su asignatura pendiente, y creo que para siempre, será el Tour de Francia, a donde aterriza con Dauphiné en bajo el brazo, pero ni con esas.
Hay carreras que no se dan insistir no tiene lugar, ni se justifica, el Tour y Fuglsang son un binomio imposible, mejor dejarlo, y sacar rédito a las jornadas que van como anillo al dedo, con la etapa que gana en la Vuelta para poenr guinda al año más sóldo de Jakob Fuglsang, la temporada en la que más se aproximó a ese corredor que hace diez años imaginábamos muy arriba.
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