Ciclistas
Van Avermaet y los que resisten
Publicado
5 años atrásen
Por
Iban Vega

Dicen que la vida es de los que tienen talento, sin duda, pero sobre todo de quienes resisten. Aquellos que caen y se levantan y así hasta el bucle infinito, tienen visos de salir airosos, a la larga, a veces muy a la larga, en su empeño y lograr lo que buscan. A mí, la primavera de adoquines que ha firmado Greg Van Avermaet me parece un poco eso y es más, me parece la perecta continuación a una racha que ya merecía y que, como veis, no parece tener parangón.
Hace poco más de un año, Greg Van Avermaet era un corredor en forma, muy en forma, pero Flandes y su vuelta tienen una cosa en su parte inicial, algo oscuro que las crónicas no acostumbran a narrar: las caídas de los grandes nombres, porque en ese tramo que muchos considerarían un prólogo sin interés, dejaron sus opciones en años diferentes Boonen, Cancellara y el año pasado Avermaet.
Llorando por la situación y roto por el dolor, Van Avermaet recogió sus restos en la carretera y se conjuró. Empezó su Grand Slam. Se puso en órbita en el Tour, ganando una etapa excepcional, dejando atrás a Thomas De Gendt en una subida para auparse con el amarillo. Luego vino su oro olímpico, en un recorrido que en teoría no era para él, hasta Sagan renunció a disputarlo.
Abrió en ese día de agosto, calor sofocante y humedad que atraviesa, sin saberlo el belga un ciclo de triunfos muy singulares para él, pues Van Averamet, siempre rápido, se había distinguido por perder en grupos pequeños, esos que manejó un día a su antojo y en los que una vez, por ejemplo, Fabian Cancellara le rebañó todo un Flandes. Y digo eso porque Van Avermaet cumplió con el vaticinio de su punta de velocidad sobre Fuljsang y Majka.
Y ya sabéis una cosa lleva a otra, y el de BMC se hizo una pesadilla para Sagan. Igual que en el Tour de hace dos años, le batió en Canadá, en una carrera memorable, que hizo las veces de mundial y demostró que Greg ya no era el primavera de otras veces que relevaba sin esperar nada a cambio, nadó y guardó fuerzas, y luego, a inicios de esta primavera, en la Het Niuewsblad.
Antes de Roubaix, tocó pelo en Harelbeke y Wevelgem con desenlaces similares, batiendo en la primera a Gilbert y Naesen y en la segunda a Keukeliere, éste rapidísimo aunque sin la pólvora para ganarle. En Roubaix dejó a Stybar segundo y Langeveld, tercero. Una primavera casi perfecta. Cuatro grandes clásicas sobre cinco posibles, y en la que no ganó fue segundo. Si Flanders Classics hiciera un ranking, al que sumara Roubaix, sería una hoja limpia.
Van Avermaet ha demostrado que quien resiste puede acabar emergiendo. No siempre pasa, no es una regla fija, pero cuando llevas unos años tocando las mismas teclas, te dejas lo mejor de tu persona en ello y ves que no entra el balón, uno se desespera. A Sagan le costó un mundo ganar un monumento, a Van Avermaet también, pero celebramos que ya tenga un adoquin en su casa. Seguro que le guardará un lugar especial, para que lo vean bien los de casa y los invitados.
No podía ser de otra manera, el sueño de una vida. No sé si se prodigará por Ardenas. No hace mucho decíamos que precisamente Van Avermaet era de los pocos que podía brillar en ambos terrenos como posiblemente lo haga este año Gilbert. Si está, perfecto, en caso contrario que descanse, se lo ha ganado, ya lo creo, ha roto el techo de cristal y nos ha demostrado eso de quien la sigue…
Imagen tomada de http://www.rondevanvlaanderen.be/
INFO
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Ciclistas
Carlos Rodríguez va a la Vuelta pendiente de otros
Publicado
1 día atrásen
11 de agosto, 2022Por
Iban Vega

Hay que recordar que Carlos Rodríguez no llega de líder a la Vuelta
Ante lo que se le viene encima en la Vuelta, recuerdo que le pregunté a Carlos Rodríguez por la presión del relevo en el ciclismo español.
Sin cambiar el tono de su voz, ni mostrar nerviosismo, fue claro, dice que no le preocupa, que él hará su camino y veremos dónde le lleva.
Que no es justo hablar de relevo, que es gente que llega y se va, que continuamente entra y sale gente, lo que pasa es que ha coincidido que estamos en un momento en el se han ido varios muy buenos en poco tiempo.
Y zanja: «No vamos a tener un nuevo Valverde o un nuevo Contador, porque fueron ciclistas irremplazables»
Así es Carlos Rodríguez, así es esta generación tan señalada y presionada, personas con una madurez de tal calibre que solventan el tema de presión con una sinceridad a la que sólo podemos agarrarnos para creer y desearles lo mejor.
Recuperamos ese momento de la charla de finales del año pasado, para ver dónde se mueve este chaval cuya suerte ahora mismo está marcada, pues todos hablan del debut de Carlos Rodríguez en la Vuelta a España.
Un debut que viene salpimentado por una presencia casi constante del corredor a lo largo y ancho de la temporada, Carlos Rodríguez no se ha ganado el puesto en la Vuelta por ser el chico español joven, se lo ha merecido con una constante exposición, que además ha sido bautizada con victorias.
Cada año por estas fechas, desde hace unos agostos, decimos que la canción de la Vuelta a España habla de relevo y nuevos ciclistas de casa capaces de brillar.
Es la obsesión de algunos, sin reparar en lo que se hace para tener grandes ciclistas, prestos a competir en el ciclismo más exigente y multinacional que conocemos desde que seguimos este deporte.
¿Qué esperar de Carlos Rodríguez en la Vuelta?
Quiero pensar que algo más que trabajo en el seno de su equipo.
Es obvio que hay galones y que, por mucho que se venda que Carlos puede ser la bomba en la carrera, el Ineos viene con unos objetivos marcados.
Ni más ni menos que lo que vimos en la Vuelta a Burgos, Carlos Rodríguez descolgando figuras para su compañero Pavel Sivakov y éste rematando en el podio.
Lo que ha hecho Carlos en presente temporada es muy potente, pero dudo que se salte el turno de gente como Richard Carapaz, Pavel Sivakov o el mismo Ethan Hayter, ganador ahora en Polonia.
Seguro que los tres no estarán perfectos, pero que fallen todos es complicado.
Richard Carapaz está ahora mismo entre los diez mejores especialistas en grandes vueltas en activo, cuenta con cuatro podios y un Giro de italia en su haber, y un trabajo por concretar desde que no pudiera sacarle lo suficiente a Roglic en La Covatilla, hace dos años.
Pero una gran vuelta es larga y da eso, vueltas.
Los roles se mueven, las sillas tiemblan, y un Carlos Rodríguez con galones inesperados o la responsabilidad de rematar en una fuga podría perfectamente medirse con los mejores.
Y eso no es presionarle, es situar su talento donde merece, si bien sabe que cada día que pase delante será pisar terreno desconocido para su juventud, un problema que hace veinte años lo sería, pero es que ahora vienen tan aprendidos que dejamos esa puerta abierta.
Imagen: FB Vuelta a Burgos
Ciclistas
El Sosa de Movistar se queda muy lejos de lo esperado
Publicado
3 días atrásen
8 de agosto, 2022Por
Iban Vega

El rendimiento de Iván Ramiro Sosa en Movistar se preveía irregular, pero no tanto
Cuando Iván Ramiro Sosa fichó por Movistar acabamos diciendo que…
A diferencia de Nairo y Miguel Ángel López, quienes desde bien jóvenes se veían para disputar generales, Iván Ramiro Sosa aún no tiene definida la suerte en las grandes vueltas ¿Movistar le encarrilará?
Mientras vemos eso, lo fácil sería encasillarle en un cotizado pero relevante puesto de «coleccionista de cumbres», un tipo de corredor que en chez Unzue ya han tenido en la persona de Leonardo Piepoli, un ciclista del que muchos hablan bien pero con la boca muy pequeña.
Pero dejando asuntos turbios al margen, la variedad de cimas que adorna el palmarés del italiano bien podría ser una inspiración para el colombiano más colombiano del presente si el esfuerzo de tres semanas se le hace bola.
Medio año largo después, podemos opinar que Sosa se ha movido en la franja baja, muy baja, de las expectativas que despertó su fichaje por los telefónicos.
Admitidlo, todos esperábamos a verlo en Burgos, carrera que ha ganado dos veces, las dos además dando muestras de un talento tan grande como inestable.
En la carrera, en su carrera, no se le ha visto más que perseguir en Lagunas de Neila, otrora su coto particular, esta vez otro palo en la rueda del equipo azul.
Cuando veía el duelo Almeida vs López, recordé el mano a mano que mantuvo el segundo con Sosa en ese mismo sitio años atrás.
Nada que ver con el presente.
Siempre he pensado que Iván Ramiro Sosa era el eslabón perdido del ciclismo de escarabajos, sufridos colombianos, irregulares, con días intratables y jornadas negras.
Un ciclista del que se podía esperar todo, hasta que un día pudiera ser un tipo para la general, pues cuando explotó era aún muy joven.
Sigue siéndolo de hecho, con 24 años.
Pero tanto tiempo después, tantas oportunidades quemadas, no sé si son la mejor noticia para el corredor.
Recordad el pollo que se armó con Trek, cuando ficho por Ineos.
Con los ingleses brilló poco o nada, pero al menos tuvo días de cierto brillo, como ese Piamonte que no le disputa a Bernal o la bienquerida Vuelta a Burgos o un Tour de Provenza.
En Movistar. Sosa logro la Vuelta a Asturias y estar delante en O´Camiño, una vuelta en la que Movistar sólo tuvo la sombra del Israel.
Fuera de ahí, nada, nada de lo que echar mano para justificar esos dos años que tiene con el equipo.
El Giro, una carrera que no le va nada mal, lo solventó con una escapada y punto.
Poco o nada más que viéramos, luego será de los que hace equipo y contribuye al grupo, pero esas cosas desde el sofá no las vemos.
Si el patrón fuera único, lo achacaría sólo al corredor, pero es que lo de Sosa lo vemos con tanta frecuencia en Movistar,… es fichar por ellos y caer en picado el rendimiento, que cuesta creer en el azar tantas y tantas veces.
Cuando esa caída de rendimiento y resultados es tan generalizada tenemos la calculadora de puntos UCI echando humo.
Primoz Roglic
Roglic no necesita el tren del Tour
Publicado
5 días atrásen
6 de agosto, 2022Por
Iban Vega

Que Roglic no gane nunca el Tour poco o nada le minará el carisma
Entre las consecuencias menos comentadas del Tour de Francia que finalizó hace un par de semanas poco se ha hablado de Primoz Roglic y su futuro.
El lugar del esloveno en el ciclismo mundial ha quedado desplazado, que no anulado, tras lo visto estas tres semanas en Francia.
Ayer, las redes saltaron de alegría al verle de nuevo sobre una bicicleta, cosa que, a quince días de la Vuelta, no sé si es ir muy justo en los plazos.
En todo caso, el Roglic que abandona el Tour de Francia con fracturas, y eso que yo mismo dije que su retirada podía ser pensando en la Vuelta, creo que empieza a tener claro que el Tour de Francia cada vez lo va a tener más difícil, por no decir que imposible.
A la hegemonía que parece dispuesto a establecer Tadej Pogacar, se le sumarán nuevos nombres y el triunfo de un propio compañero en Jumbo, Jonas Vingegaard, joven aún y con margen, lo hemos visto, en todos los terrenos.
Roglic ya no sólo porfía por el Tour con gente de fuera, que le salen ganadores de la mejor carrera en su propio equipo.
La cosa se complica.
No sé si hace dos años, en la edición de septiembre, Roglic y Jumbo pudieron haber hecho algo más para distanciar a Pogacar antes de la crono final, pero lo que me parece de aquellos días es que el esloveno que viene de los saltos de esquí nunca más va a tener tan cerca el Tour, como entonces.
Sin embargo, la gente, la plebe, ha aprendido a querer a este esloveno tan discreto, como sorprendente de cuando menos lo esperas y duro como un pedrusco.
Lo apreciamos además con la estadística en mano, pues Roglic merece formar parte de una selecta y amplia lista de ciclistas que no han necesitado el Tour para situarse entre los mejores de la historia.
Ahora mismo en el Procyclingstats, Roglic está entre los mejores 50 ciclistas de siempre, un baremo que es fidedigno de la estadística que maneja el esloveno.
Parte del cambio que el ciclismo ha experimentado estos años es merced a su forma de correr y competir, él ha contribuido a sacar este deporte del tedio de la pasada década.
Para situaros al fenómeno, deciros que se mueve entre Perurena y Ocaña, muy cerquita de Froome y por delante de Zulle, Bugno y Freire.
Roglic se mide en la distancia a ciclistas como Sean Kelly o Laurent Jalabert, ciclistas con mejor palmarés que el esloveno, pero que despertaron sentimientos similares en nosotros, pues con ellos aprendimos a apreciar ese tipo de corredor que nunca salía a ver qué pasaba o a probar, que competía y disputaba todo y que al final, ganara o no, dejaba el mejor sabor de boca posible.
Imagen:A.S.O./Aurélien Vialatte
Ciclistas
Dylan Teuns, Israel y los puntos UCI
Publicado
6 días atrásen
5 de agosto, 2022Por
Iban Vega

El fichaje de Dylan Teuns por Israel es una jugada perfecta
Hay un momento del desenlace de la última Flecha Valona que, admitidlo, el tiempo se para: Alejandro Valverde encara el final con opciones reales de ganar, «ay Dios que lo tiene» pensamos muchos, pero al final aparece una centella belga, huesuda y flaca, llamada Dylan Teuns para arruinar el sueño y quitarle la corona en su cima favorita, el Muro de Huy. Pues bien, todo esto me recuerda en cierto modo a lo que acabamos de ver con el fichaje del belga por el Israel.
A cinco de agosto, a media tarde, mientras estamos entre Burgos, Polonia y Portugal, aplatanados por el sopor estival, el Israel saca la noticia del fichaje de Dylan Teuns.
No es una noticia cualquiera, pues viene a cumplir con muchas cuestiones, algunas acuciantes, demostrando que esto del World Tour son matrimonios de conveniencia hechos y desechos a gusto del consumidor.
Dylan Teuns me parece uno de los ciclistas más valiosos del pelotón actual.
Con un cartel no sé si de problemático, pero sí de persona complicada, Teuns ha sido un ciclista de gran recorrido para el Bahrain, un equipo en el que admitía no estar cómodo.
En este tiempo, el belga ha ganado etapas en el Tour, una de ellas la famosa de Le Grand Bornard en la que Pogacar propició un destrozo histórico, y la última Flecha Valona.
Corrió el último Tour, en el que no sonó la flauta, pero cumplimentó casi 400 kilómetros escapado.
Este bagaje no le ha dado el lustre de otros, pero en el círculo de los equipos es muy apreciado.
En la carretera Dylan Teuns es un buen negocio e Israel es consciente.
El equipo de Chris Froome, que cerrara un Tour tan exitoso, anda también en la lucha por eludir el descenso del World Tour.
No van nada sobrados en el objetivo, pero le echan madera y cultivan el morbo en la pugna por seguir en el máximo circuito.
Es un fichazajo, con todas las palabras, un corredor de rendimiento inmediato, en medio de la campaña con opciones de empezar a sumar mañana.
Que no cunda el pánico, sus puntos de Bahrain se quedan en el equipo rojo, pero es madera para lo que viene por delante.
Es curioso, casi paradójico, que fuera quien evitara la Flecha Valona de Valverde en abril, pero las cosas salen así porque así está montado el tinglado.
Movistar y su gente juegan en la liga de los mayores, ante rivales con posibles y margen de maniobra.
Quizá les convenga otra cosa que no celebrar los «puntos» de Valverde con su puesto en una etapa de Burgos.
Mientras el Israel tira de chequera y cierra un transfer de tronío, que diría Ares, Eusebio Unzué concede entrevistas en las que invoca a la benevolencia de la UCI para «dejar las cosas como están» que venimos de la pandemia y está todo muy mal.
En qué embolado se han metido los telefónicos y qué zozobra van a tener hasta final de campaña.
Imagen: A.S.O./Gautier Demouveaux


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