Ciclistas
Tour: El Team Sky vino a ganar y eso hace
Si nada falla Geraint Thomas asegurará el triunfo en el Tour, que será el sexto del Team Sky en siete años
Dijo Bradley Wiggins que el Team Sky quería el Tour para sí, daba igual con quién, y eso era lo que importaba.
Dijo Bradley Wiggins que con tal de ganar el Tour con el equipo, a Dave Brailsford le daba igual tener engañados dos corredores o mantener la tensión entre ellos hasta el final.
La jornada reina de los Pirineos, una etapa de distancia de cadetes pero brutales desniveles, ha desvelado el plan del Team Sky.
Un plan que tenía bicefalia, no tridente, pero que ha sido efectivo, porque desde un principio trabajaron para hacerlo posible.
El equipo ha ganado el Giro con Chris Froome, y eso pesaba en el Tour, habida cuenta del desgaste que se experimenta en Italia.
Sabedores de ello, y de que Geraint Thomas está en la flor de la vida, en el mejor momento jamás soñado, activaron el plan: dos al frente.
De hecho Geraint Thomas lo ha dicho varias veces: Venía al Tour en plan líder.
Y para ello rodeado de nebulosa y confusión el liderato hasta que a más de 2000 metros, por encima de Saint Lary, la niebla se fue.
Geraint Thomas merece este Tour
El otro día fuimos pesimistas sobre las opciones de Geraint en el Tour.
Lo que Chris Froome está haciendo es tan grande, tan goloso, y encima cinco Tours que pensábamos que el Team Sky lo priorizaría.
Pero los kilómetros y horas de trabajo de Geraint para otros han tenido recompensa en el equipo de casa.
El equipo que recogió a un chaval del proyecto británico de pista, doble campeón olímpico, y le ha aupado a ganar el Tour.
Es cerrar el círculo. Un Wiggins, second part, pero con salvedades.
Geraint no parece que se vaya a conformar con esto.
Porque con dos minutos y algo más sobre sus rivales, una jornada de montaña, que no acaba en alto, y una crono, una hecatombe quitaría Geraint de ahí.
Sobre todo porque ha salvado el día más complicado.
La etapa de la parodia de la salida en parrilla, un poco de folclore para aderezar un paseo por las nubes de 65 kilómetros.
El Team Sky ha quemado kilómetro en superioridad, marcando el tempo, frenando cualquier intento, enfriando los ánimos hasta el final.
De Roglic a Nairo
La llegada a Portet, más allá de Saint Lary, allí donde ganara Jaskula a Rominger e Indurain, ha destapado, por fin, a un Nairo en su papel de capo.
Atacando desde abajo, sabedor que la general está imposible, ahí se lleva su segundo triunfo de etapa en el Tour.
Por fin Nairo corre como merece el caché que mueve.
Y el otro personaje es un esloveno de deportes de invierno que ha protagonizado la explosión más sonada de los últimos años.
Cuando Primoz Roglic ganó una crono del Giro entre viñedos de Chianti, de eso hace dos años y pico, nadie imaginó esto.
Es otro como Tom Dumoulin, lo que se gana, y ahora está a puertas de un podio del Tour, lo hace callando y trabajando.
Lo consigue en un ciclismo hostil para ciclistas como él y sacando provecho de cada paso.
Primoz Roglic es, desde ya, primer espada en los pronósticos del próximo Tour.
Lo mismo que Geraint.
Por suerte el ciclismo es un carrusel que no para, que no espera. Chris Froome lo ha probado.
Imagen tomada del FB del Team Sky
INFO
El gravel, la modalidad para cuando acabe el verano
Ciclistas
El Giro está precioso, Juan Ayuso sí sale reforzado
Esta vez sí, Juan Ayuso sale reforzado cara a disputar el Giro, pero ojo con Roglic
Hay que reconocerle a este Giro varios méritos. El primero, y más importante, es habernos ofrecido más emociones y habernos planteado la carrera más bonita de los últimos años. El paisaje que nos deja la crono es excelente, y la actuación de Juan Ayuso estuvo a la altura de la jornada clave de este Giro.
Una etapa entre dos joyas toscanas: Lucca, con su preciosa muralla, y Pisa, en su Campo dei Miracoli, donde todos miran la torre, pero pocos se detienen en las maravillas románicas que la rodean.
En esa recta se disputó una parte sustancial de la crono —la segunda y última—, un tramo cambiante según el capricho del tiempo: de seco y parcheado a completamente empapado por el diluvio.
La jornada fue muy buena para Juan Ayuso, pero excelente para Primoz Roglic.
La maglia rosa de Del Toro sigue en su poder y dormirá esta noche en la misma habitación, pero al mexicano la crono claramente le vino grande.
Y lo digo con la misma rotundidad con la que el domingo le reconocí que voló, lisa y llanamente, hasta la cima de Siena.
El Giro se aprieta en las plazas nobles.
Pero vayamos por nombres.
¿Quién es el principal beneficiado?
Sinceramente, creo que Primoz Roglic.
Salió después de Ayuso, pero creció en el último tramo.
No sé si se vio favorecido por la lotería de la lluvia, que caía caprichosamente sobre los capos, pero logró recortarle una buena renta al líder, Isaac Del Toro.
El esloveno es una roca. A los problemas del sterrato se sumó una caída durante el reconocimiento de la crono, justo antes de uno de los puentes pisanos sobre el Arno.
Nunca lo demos por muerto.
Luego viene Juan Ayuso. Muy notable, de gran nivel y excelente rendimiento, que esta vez sí lo refuerza con vistas al Giro. No al 100%, porque Roglic estuvo más fuerte, pero sí de manera importante.
Dentro del combo que es el UAE, Ayuso crece y se acerca al líder.
Sinceramente, no esperaba una crono tan floja del mexicano. Ayuso gana galones, pero ojo: esta general está tan abierta que alguno de sus compañeros de atrás —especialmente Adam Yates— podría sorprender con una escapada táctica.
El Giro ha quemado su primer tercio y, como ves, está precioso.
No quiero olvidar el papel de Antonio Tiberi, el mejor italiano hasta ahora y el único con opciones reales en la general; Simon Yates, en el umbral del minuto; y esos dos del UAE que, me temo, serán la espada sobre la cabeza de los rivales: el otro Yates y el amigo McNulty, a quien las tres semanas quizá sí le queden grandes.
Mucha gente a las puertas de los tres minutos.
Mucha gente para darnos el Giro que hace tiempo estábamos esperando.
Ciclistas
Juan Ayuso quiere ganar el Giro, luego si eso el equipo
Enric Mas
Movistar: ¿Dónde va a estar mejor Enric Mas?
Movistar tiene en Enric Mas la horma de su zapato
Renovado hasta 2029, anunciado justo en el descanso del Giro de Italia, Movistar se asegura a Enric Mas, para mí el ciclista que mejor describe al equipo telefónico.
Sólo dos victorias, la más sonada, esa del Giro de la Emilia en los dorados días de otoño de 2022, pero buenos puestos, unos cuantos.
Cada equipo activa e interpreta el contador como le place, y a Movistar le interesa Enric Mas en clave doméstica: podios en la Vuelta, alimentar la esperanza del Tour y pescar en carreras tipo Itzulia o Volta, cuando no en clásicas como Lombardía, porque en Lieja no se ha prodigado.
Es lo que hay, y es lo que habrá hasta 2029, cuando expira el nuevo contrato.
¿Les sirve?
Sinceramente, no le veo mayor recorrido.
Han demostrado con palabras y hechos que sí, que les vale, que les resulta perfecto. Cualquier otra interpretación es marear al personal.
Enric Mas venía de un bloque anotador como el Soudal para entrar en el encefalograma plano de emociones que le propicia Movistar.
En estos seis años, Enric Mas, lo que es emocionar en la Vuelta 2021, en Itzulia y la mala suerte de las caídas que superó con trabajo y otro podio en la Vuelta.
Son tal para cual. Y no lo digo en sentido crítico; lo digo en el más estricto retrato de la realidad, fiel y exacto con lo que vemos.
¿Saldrá Enric Mas del guión que se repite cual Día de la Marmota?
Quizá un día se encienda la luz del Giro, como se iluminó la de cazar escapadas en el último Tour, cuando la general estaba descartada.
Si hay cambios, serán estos: mínimos. La seguridad y la zona de confort en la que se han instalado no se cuestiona.
En todo caso, se hace caso omiso de ambas en instantes puntuales, como por ejemplo en la etapa final de Itzulia, un día en el que Enric, a pesar de su fallida negociación con Almeida —a la vista de todos—, brilló en la tormenta.
Enric Mas es el origen, el tuétano histórico del Movistar que, al mismo tiempo, hace crecer ciclistas diferentes como Pelayo, Romeo o Barrenetxea, entre otros, que aspiran a otra cosa, que corren más con los tiempos.
Ya sabéis, chez Unzué es de tradiciones instaladas, y el resto, a las mismas, se impone. No vaya a ser que…
Ciclistas
Giro: ¿Y si Isaac Del Toro aguanta?
La edad ya no es argumento para pensar que Isaac Del Toro no pueda con el Giro
No hemos hecho más que superar la primera gran etapa clave del Giro de Italia —sin contar aquella llegada en alto— y ya vuelve a sonar con fuerza el debate de siempre: ¿quién manda realmente en el UAE Team Emirates? ¿Quién es el líder natural del equipo más potente de esta edición?
Porque, seamos sinceros, da igual lo que hagan.
Llevan a los más fuertes: líderes sólidos y gregarios que podrían liderar sin problemas cualquier otro equipo WorldTour.
Y en medio de ese lujo de nombres, la etapa de la tierra nos deja más señales del Giro que muchas ruedas de prensa y comentaristas insistiendo que Juan Ayuso es el líder.
Y esas señales, hoy por hoy, dicen que en UAE hay mucho gallo para un corral muy pequeño.
Una cosa es lo que dice el plan… y otra lo que dice la carretera.
Y la carretera ha hablado alto y claro: Isaac del Toro, el mexicano sin matices, está pidiendo paso.
Aún tiene que demostrar si puede ser el líder absoluto, sí, pero a día de hoy, con dos semanas por delante, es el ciclista más fuerte de esta caravana.
No quedó duda en la tierra que conduce hasta el Campo. Su actuación fue completa, redonda, total, con todos los matices de un rendimiento de élite.
Apostar ahora únicamente por Ayuso sería, sinceramente, una miopía.
En un equipo tan potente como UAE, tener solo un plan es casi un error.
Y más cuando tienes a un chaval de 21 años haciendo lo que hoy Isaac.
Porque no solo fue potencia: fue lectura de carrera, inteligencia táctica, frialdad. Se movió en el momento exacto, puso a prueba a un especialista como Van Aert y luego, con un ataque certero, metió presión a Roglič y le dio a su equipo una segunda bala real para la general.
Sí, sobre el papel, Juan Ayuso sigue siendo más fiable. Pero no se puede ignorar a Del Toro.
Tiene piernas, tiene cabeza y, sobre todo, tiene hambre.
Y en este ciclismo actual, donde los jóvenes vienen tan preparados como veteranos, pensar que no puede aguantar hasta Roma es no entender cómo funciona esto hoy en día.
Isaac ha aprendido rápido. Ha trabajado para otros, ha entendido su rol, ha esperado su momento. Y ahora lo tiene.
Ese espacio deportivo que siempre reivindica Matxin está más que merecido.
El mexicano lo está aprovechando con todo.
Y si sigue así, no solo se habrá vestido de Adam Yates: opta a ganar todo un Giro.
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