Chris Froome
Froome- Geraint: lo que dice el corazón frente a lo que dice la razón
Publicado
4 años atrásen
Por
Iban Vega

Aunque Geraint Thomas se ve fuerte, es de prever que la opción de Chris Froome se acabe imponiendo


Los dúos, las dualidades, la eterna discusión, ¿es el ciclismo un deporte individual o de equipo?
La respuesta sería sencilla si no se tratara de un tema tan complejo.
Resumiendo: el ciclismo es un deporte que gana uno con la imprescindible ayuda del equipo.
A partir de ahí que cada uno saque conclusiones.
Los antagonismos en el mismo equipo son casi tan antiguos como la historia del ciclismo.
Desde tiempos inmemoriales teníamos a Coppi-Bartali, Fignon-Hinault, Hinault-Lemond, Visentini- Roche, Perico-Indurain…
En mayor o menos medida, los miembros de esta noble estirpe entraron en conflicto.
¿Quién no recuerda la Vuelta entre Óscar Sevilla y Aitor González?
El Tour de 2018 nos recuerda, dijimos el otro día, al de 2012.
Seis años después las cosas están como estuvieron y Chris Froome al otro lado de la barrera.


¿Qué quiere Froome?
En 2012, Chris Froome fue «bochornosamente» frenado por la dirección del Team Sky cuando en cada curva, en cada cuesta destapaba las carencias de Bradley Wiggins.
Cuando se giraba, cuando le miraba, le telegrafiaba con la mirada eso de «¿Te ayudo?».
Entonces el Team Sky se ciñó al guión marcado, como en la Vuelta unos meses antes, la Vuelta que ganó Juanjo Cobo, aquel del que nunca más se supo.
¿Geraint o Froome?: buena pregunta
Ahora, como decimos Chris Froome es el palo fuerte de la relación.
Porta el dorsal número uno, está fuerte, aunque no como acostumbraba.
El Froome de los retos dobles o triples debe racionar su estado de forma, que no es infinito.
Ya no es el corredor de los golpes de teatro. Como demostró en el pasado Tour gana por detalles, poco a poco, limando en cada esquina, en cualquier repecho.
Pero como diría el mariachi «sigue siendo el Rey».
Y es por ello que la razón, y la abrumadora lógica que Sky impone a todo lo que hace, invita a pensar que, llegado el momento, Geraint Thomas postrará armas a sus pies y se pondrá al servicio.
Lo hizo, en cierto modo, en la locura de Alpe d´Huez, cuando Egan Bernal se abre, Thomas, de amarillo, trabaja.
Pero Froome, a quien a veces le llevan los diablos, se precipitó, y dejó la labor de su compañero en nada.
Total: para que Tom Dumoulin emergiera como la piedra en el zapato que es.
Froome es la primera baza, sobre todo porque es cuádruple ganador del Tour, maneja la última semana con la solvencia que desconocemos en Thomas.
Pero es que además tenemos registros que ponen los pelos de punta: doblete Giro-Tour, Tour-Vuelta-Giro en línea, cinco Tours, siete grandes vueltas.
Olvidaros de lo que precede su concurso en la carrera: Lo que Froome está consiguiendo es brutal.
El corazón nos dice Geraint
Pero hay otra versión, una copla sentimental, una historia de éxito que no cae en saco roto, una evolución de un ciclista que es campeón olímpico, eso en el imperio es mucho decir, que ha llegado a dominar el Tour.
Es como un Bradley Wiggins bis.
Un Wiggins con matices, porque Geraint es un ciclista incondicional por sus compañeros, que trabaja con la calidad de los líderes, quedando entre los mejores cuando sólo resisten los mejores, siendo él un gregario.
Geraint ha trabajo siempre, sin levantar la voz, siendo recriminado a veces por algunos de sus capos, un saludo a Mark Cavendish.
Ha sido compañero, ha quemado etapas, incluso ha ganado carreras como París-Niza o Dauphiné, que son como el carnet por puntos para optar al Tour.
Y lo ha dicho, lo ha avisado, ha trabajado como si fuera a liderar el Team Sky.
Y eso está haciendo.
Pero hay presión, interna y externa.
Saben que Froome es el jefe y Geraint desconoce cómo responderá en la tercera semana.
Pero Froome trae el Giro en las piernas.
La olla a presión empieza a hervir, Mende abre la traca.
Hay Tour…
Imagen tomada de FB de Team Sky
INFO
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Chris Froome
La «indecente» jubilación de Chris Froome
Publicado
2 meses atrásen
28 de abril, 2022Por
Iban Vega

Es imposible pensar que vuelva el gran Chris Froome
Cierto, lo sabemos y lo estamos viendo, cada carrera en la que concurre Chris Froome es la misma historia, sólo le vemos en la parte trasera del paquete, luchando por no quedarse, eso cuando el molinillo no le da para más y se descuelga.
Sus etapas en línea son lo que estamos viendo, en las cronos y montaña otro tanto de lo mismo.
Desde esa caída hace casi tres años, entrenando en Dauphiné, al huesudo británico ni se le ve, ni se le espera por cabeza de carrera.
Él, al mismo tiempo, vende una realidad que no acabamos de identificar, como que su planificación para el Tour va por lo establecido y que todo está bien.
O nos perdemos en los detalles o no le encontramos explicación.
La parte de ciclista en activo que muestra Chris Froome cada vez que compite es más pequeña según pasan los años.
Dijo un día inspirarse en Valverde, para alargar su trayectoria, pero es complicado verlo
Ahora mismo Chris Froome no entra en pronóstico alguno para el Tour de Francia.
Es más, ni siquiera acercándose al que fue le sería suficiente con los monstruos que están velando armas para la mejor carrera del mundo.
Él sigue con un discurso sostenido en el año largo que lleva en un equipo cuya finalidad, más allá del blanqueo, no adivinamos.
Nos duele y lo admitimos.
Mientras algunos se desmoronan en público porque aspiran a ser quienes fueron, pero las cosas no les sale, a Pinot me refiero, Chris Froome se pasea por las carreras con una complacencia que no creo se aplicara mucho cuando ganó todo lo que ganó.
Que hablamos del corredor en activo con el palmarés más valioso, al menos en grandes vueltas, pues en la historia como él se cuentan con los dedos de la mano.
La tristeza que produce un tipo de su trayectoria dando continuamente la misma imagen es indescriptible y da juego a quienes hablan de «butrón» por la nómina que le cae del equipo.
Muchos preguntan ¿cómo es posible que Froome cobre ese dinero?
La respuesta es sencilla, gana cuatro Tours, y todo lo demás, y luego podrás acceder, aunque sea por un tiempo, a ciertos contratos.
El problema es que Froome no es consciente de que la gente le recordará por lo que vemos hoy, pues es lo más reciente, que por lo que fue anteriormente.
Desconozco si le preocupan estas percepciones o no de la gente, pero en ellas va en juego su recuerdo y en el mismo su legado.
Cada uno es muy libre de alargar lo que le plazca, pero hacerlo tiene consecuencias y tengo la impresión que Froome está dilapidando todo lo que construyó durante ocho años.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Chris Froome
Froome subiendo bidones, el lujo que queremos ver
Publicado
1 año atrásen
25 de junio, 2021Por
Toni Marin


Es admirable la capacidad de reinvención de Froome, aunque sea subiendo bidones
Quedaros son la palabra «bidones»: La salida del Tour en el cogollo de la Bretaña devolverá a Chris Froome a su carrera fetiche, tres años después de ser tercero en la edición que corrió tras ganar el Giro de Italia.
Un retorno por muchos esperado que, como ya dijimos, será muy diferente a lo acostumbrado antes del mismo, pues este Froome ya no viene en calidad de favorito.
En el Israel jugarán, dicen, la baza de Michael Woods, no sé si a general o etapas por que el canadiense con esas cronos no parece la mejor opción para estar muy adelante en París.
Un equipo que también trae a Dan Martin, con la paliza del Giro, pero seguro que su profesionalidad sin techo le dará alguna opción de seguir engrosando un palmarés fetén.
Y Froome ¿qué Tour espera a Chris Froome?
Froome: "el escenario soñado sería ganar una etapa, pero eso es secundario porque el objetivo número uno será proteger a Woods. Así que pueden esperar verme cargando latas durante las próximas semanas. Estaré ahí para ayudar al equipo lo mejor que pueda". pic.twitter.com/muSdjzMeWv
— David Gómez Hidalgo (@davidesportista) June 23, 2021
Él mismo lo ha dicho, con idéntica naturalidad a cuando ganaba o perdía, a cuando explicaba el alcance de las lesiones en Dauphiné.
No os extrañéis en ver a Froome subiendo bidones el año que le vimos doblado en una contrarreloj
Esto es, permitidme la expresión, un tío de puta madre, sinceramente, un ciclista que se reinventa, con el 90%, si no más, de su trayectoria ya conseguida, que se digne a ser lo que el equipo quiera de él… es para alabar.
Somos conscientes de su abultado salario, comidilla todos los días en redes, como si el mundo estuviera lleno de personas que han ganado cuatro veces el Tour -sólo tiene a tres en toda la historia por delante-.
Froome subirá bidones en el Tour, y no sé si serán de Moet o de oro líquido, pero si se tercia los subirá.
¿Es triste verle así?
No para nosotros, pues al final está honrando el oficio que le ha dado todo lo que tiene.
Sinceramente, nos repetimos, no le vemos al nivel de hace más de dos años, pero que trabaje para que recuperarlo es loable y que tenga a alguien que le pague los dispendio, para quitarse el sombrero.
Si Froome sube bidones, como ejemplo máximo del trabajo de gregario, si tira para un compañero, si hace piña en el holle, si genera buen ambiente, hará algo que, ahora mismo, no recuerdo nadie en su lugar hacer.
O acaso ¿os imagináis a Lemond, Hinault, Indurain o Merckx subiendo bidones?
Yo no, desde luego y hablo de estos, por que son con los que se compara Chris Froome, como cuando mentamos a Cavendish entre Merckx e Hinault en el ranking de etapas del Tour.
Son leyendas que siguen ahí, reinventándose, decidiendo ellos cuándo poner pie a tierra y no terceros, por eso, aunque cobre no sé cuántos kilos al año, aunque no sea el de antaño, aunque los bidones que Froome suba estén niquelados en oro… merecen toda nuestra admiración.
Chris Froome
Chris Froome ya no está para ser líder en el Tour
Publicado
1 año atrásen
15 de junio, 2021Por
Toni Marin


La realidad se impone a las ilusiones de Froome en el Tour
Poco a poco sabemos de los ochos, o al menos por dónde apunan, que van a ir al Tour de Francia en poco más de diez días, sabemos el ocho del Bora, con Peter Sagan y Wilco Kelderman, y también que Chris Froome no será el líder del Israel, ese honor recaerá en Michael Woods.
Con la cautela que todavía ofrece el tiempo que queda para el Tour, que el capo de Israel haga este anuncio, que Froome no está para liderar el equipo, es suficiente motivo para pensar que la ansiada recuperación de un ciclista que cae bien a todo el mundo o se alarga sin fecha o sencillamente es imposible.
Al optimismo que se vendió al inicio de año, se le fueron añadiendo motivos y razones que han desembocado en esta situación.
Que Chris Froome se descolgara en los puertos de la Vuelta a España del año pasado era normal, que fuera doblado en el Dauphiné, no, era un síntoma claro que esa recuperación no iba a llegar a tiempo para el Tour, el ansiado quinto Tour, que mucho me temo nunca va a celebrar.
En una carrera cargada de retos, de montañas imposibles, Froome se impuso el de llegar con opciones a este Tour, una cosa es la ilusión y el trabajo diario que seguro ha desempeñado con una entereza admirable, y otra la realidad.
Su tiempo se acababa y él mismo ya lo admitió cuando se borró del equipo británico de los Juegos Olímpicos, pero la bola se ha hecho grande, e imparable.
Para quienes se han preocupado por su abultado salario, Israel confirma que éste no se vincula al Tour, es decir que Froome en este equipo está haciendo mucho más que competir.
Está claro que no está para disputar, pero ello no le quita relevancia ni ojos que le sigan, de hecho su entrada en el Israel le da seriedad y contundencia a la apuesta de este equipo, que sale de arcas privadas, por el ciclismo.
Se acaba de confirmar que Froome va al Tour, no está en él desde hace tres años
De hecho todas las veces que lo ha competido y llegado a París, desde 2012, ha acabado en el podio, cuatro veces primero, una segundo y otra tercero.
Esta estadística debe valernos para recordar este ciclista como uno de los más grandes que hemos visto, que no le hace ascos a coger una bicicleta y ponerse a rodar, respeto máximo por él, incluso ante la increíble hipótesis que prepare la Vuelta en el Tour.
Imagen: FB de Israel Start Up Nation
Chris Froome
El sueldo de Froome se justifica solo
Publicado
1 año atrásen
5 de junio, 2021Por
Iban Vega

Ejemplo, historia y proyección son algunos de los motivos que argumentan el sueldo de Froome
Mucha gente dándole vueltas al sueldo de Froome…
A raíz de la crono del Dauphiné y del momento que Chris Froome es doblado por Nils Politt, hicimos unas reflexiones sobre los esfuerzos que le están implicado al inglés esa necesidad de querer volver a lo más alto, remando contra un corriente que todos vemos muy complicado de remontar, pero con la certeza, para sus adentros, de que está haciendo todo lo necesario para que no le queden resquicios de duda sobre su esfuerzo.
Todo eso está muy bien, pero la sorpresa fue la de unas cuantas personas aduciendo que es indigno que Froome reciba 5,5 millones de euros como sueldo viéndole en esa situación.
Quien haga esa apreciación, creo que se equivoca.
Primero, el sueldo que percibe Froome es fruto de una negociación privada entre equipo y ciclista de la que poco o nada tenemos que comentar, más allá de que nos parezca coherente para con su rendimiento, o no.
Esos cinco millones largos se están pagando al cuatro veces ganador del Tour de Francia, ahora mismo el único en la historia a ese nivel.
Ojo que no es poca cosa, que quememos capítulos a la velocidad de la luz, no implica que no apelemos a la memoria de cuán grande ha sido este ciclista.
Pero no sólo eso, el sueldo de Froome se justifica en el momento que su fichaje pone sobre la mesa la solidez y la contundencia de la apuesta del Israel por el ciclismo, es un acto simbólico, si queréis llamarlo así, pero sitúa a este bloque en la mente del aficionado, sólo con su fichaje.
Este intangible se une al hecho que el ejemplo de Froome de humildad y trabajo en la sombra debería cundir entre aficionados y los propios compañeros.
Un ejemplo que no tiene precio, pues Froome sólo hay uno.
Israel ha hecho una apuesta con Froome, poniendo de su parte todo lo necesario para que el inglés vuelva a ser quien fue, es muy difícil que lo logre, todos lo vemos, y lo hacemos con pena, pero… si, por un casual, lo lograra, ese sueldo será bajo no, lo siguiente.
No es poca la gente que mira con recelo el equipo de Froome, el país que lleva en el pecho, lo que representa, más estos días en los que han vuelto a ser noticia, lo sabemos y compartimos esa percepción, pero por la misma regla de tres, cuestionaríamos el 110% de la estructura de equipos en ciclismo, pues al final todo en la vida tiene su «tara»: no hablemos de los equipos que llevan otros países o ciudades en el maillot, ni de patrocinios como Ineos, que levantan ampollas entre los ecologistas, ni de empresas que se basan en combustibles fósiles.
¿Hablamos de lo que le debe Telefónica, casa madre de Movistar, al estado español en impuestos no liquidados?
A veces es mejor no remover ciertas cosas.
En todo caso, el sueldo de Froome es ahora mismo es que es, pero a nadie se le escapa que, como otros tipo Sagan o Nibali, la revisión será a la baja lo más seguro, pues el bagaje deportivo se resiente como la grandeza de estos nombres nunca lo hará.


Comparar Carlos Rodríguez con Juan Ayuso no sirve de nada


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