Ciclistas
Ciclistas: los saludos no penalizan en Strava
Los saludos entre ciclistas son un tema cíclico
Hace unos días Juanpe López, neo del Trek, salido del Kometa de la Fundación Contador, hizo un comentario sobre los saludos entre ciclistas:
Aunque la bici es nuestra compañera de sufrimiento, siempre hay un hueco para levantar la cabeza y saludar ???? El saludo ciclista forma parte de nuestra cultura y estaría bien no perderlo ☝???????? @fotografiaNane #WeAreATeam pic.twitter.com/p3pQjaTXEx
— Juanpe López (@juanpelopez97) June 14, 2020
Nos sorprendió, mucho, que un ciclista profesional dijera esto.
Obviamente salir a full con la equipación de Trek o Kometa te hace distinguible en la ruta, obviamente si no saludas, la gente no se olvida.
Es casi seguro que Juanpe no haya saludado siempre que se le hayan cruzado por la carretera, él se gana la vida en esto y muchas veces cuando se le vea por la carretera no esté pasando el rato, y sí trabajando.
De esta manera, es casi seguro que más de una vez haya omitido el saludo.
Sin embargo, que lo diga nos llama la atención, por cuanto pensábamos que defender los saludos entre los ciclistas era una cuestión viejuna…
No saludar a un ciclista que venía de frente hace 20-30 años atrás era impensable….según han ido pasando los años he visto que cada vez menos gente lo hace cuando a su vez se ha multiplicado por 100 el número de ciclistas…mucha gente nueva con poca cultura ciclista…????♂️????♂️????♂️
— pedro lahera (@pedro_lahera) June 14, 2020
Lo pensamos a raíz de un post que escribió nuestro compañero Jordi Escrihuela hace un tiempo y todo lo que le vino después:
El otro día sacamos un artículo sobre los saludos ciclistas que dio que hablar.
En el mismo argumentamos que este sencillo gesto de complicidad, respeto y educación, se está perdiendo.
Que ya no nos saludamos como antes y que ya no se lleva.
El texto era sólo eso: opinión, y así se escribió, con respetuosa reflexión sobre algo que parece muy evidente de un tiempo a esta parte.
¿Por qué comento esto de nuevo?
Me sorprendió el alcance que tuvo su lectura y me sentí desbordado por la cantidad de comentarios de ciclistas que me expresaron su acuerdo, o desacuerdo, en un debate que había abierto «casi» sin querer.
El escrito fue muy compartido en redes sociales y se convirtió en foco de críticas para todos los gustos: favorables, en contra, y alguna hasta insultante.
La publicación recibió centenares de reacciones en Facebook, desde el «me gusta» hasta el «me enfada» pasando por el «me divierte», «me asombra» o «me entristece».
Además las diatribas que tildaron este opúsculo como de desastre, o de acierto, según consideraron otros muchos, venían desde diferentes puntos de vista de nuestra familia ciclista y la mayoría muy bien argumentadas.
El alboroto que produjo mi exposición, en la que aún sigo insistiendo en este hecho, hizo replantearme este segundo capítulo sobre una de las más clásicas costumbres entre ciclistas, ya que de todo lo generado por esta discusión, filtrando la calidad de la cantidad de las opiniones vertidas, se puede elaborar un trabajo de fin de grado sobre las buenas prácticas ciclistas para sacar nota.
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Podemos debatir sobre lo humano y lo divino del saludo entre ciclistas, si hay que retomarlo, si no, si es innecesario… todo lo que queráis.
Pero hay una cuestión de humanidad y educación que habla de cada uno de nosotros y del colectivo, saludar al cien por cien de los ciclistas es imposible, hacerlo de forma reiterada, siempre que las condiciones inviten a ello no lo vemos tan complicado.
No saludar no puede ofender, pero te retrata, sobretodo si no te implica un esfuerzo sobrehumano, y eso, aunque algunos lo vean pedante, es una realidad, más en un deporte que vende solidaridad, esfuerzo y sacrificio, pero también compañerismo y complicidad en un colectivo que en la carretera tiene muchas cosas en común, una de ellas un entorno a veces hostil, por el tráfico y los peligros de la ruta.
Me encanta esta reflexión de un buen amigo de Facebook:
Y es que los saludos entre ciclistas es una cosa, otra es la camaredería entre los mismos y la ayuda cuando alguien lo necesita.
Julien Vermote, pro del Cofidis, se paró a ayudar a un aficionado con una rueda pinchada no hace tantos días.
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=3118583288235514&set=a.379737912120079&type=3&theater
El noventa por ciento como es natural lo hacemos pero aún quedan borregos que ni viendote en apuros se paran a ayudarte.Insolidarios maleducados..
— Telesforo Román Inarejo (@InarejoRoman) June 14, 2020
Si un pro es capaz de apearse de su mesa de trabajo en un momento así, ¿cómo podemos tener una amplitud de miras tan estrecha en la carretera y encima justificarlo?
Los ciclistas que ruedan por la carretera no sólo comparten espacio…
Primoz Roglic
Roglic podría hacer historia en la Vuelta a Suiza
Con la Vuelta a Suiza, Primoz Roglic lograría una estadística de leyenda
En la resaca de Giro, valoramos el papel y determinación de Roglic para el Tour de Francia, pero también el posible rodeo por la Vuelta a Suiza.
Ojo, que lo que está en juego ahí no es poca cosa.
Las siete grandes carreras de una semana podrían acabar, de una manera u otra, en el palmarés del esloveno, demostrando una variedad de registros y continuidad en el tiempo que hemos de valorar positivamente.
En ocasiones, hablamos del Roglic pancartero, del ciclista que especula y mide cada paso, pero obviamos la sostenibilidad en el tiempo de su carrera deportiva.
Parece que fue ayer, pero Primoz Roglic lleva en la élite desde 2016, cuando dio el salto adelante para porfiar por las cronos del Giro ante el mismo Tom Dumoulin.
Desde entonces, nunca hubo un paso atrás en su progresión.
Al año siguiente estrenó su palmarés en el Tour, ganando a Contador, entre otros, en las pendientes del Galibier.
Luego se quedaría a un paso del podio del Tour que gana Geraint porque Froome sacó el genio de campeón en aquella famosa crono en Iparralde, para dar el salto definitivo en 2019 aunando triunfos en UAE, Tirreno y Romandía, antes de ser podio en el Giro y ganar su primera Vuelta a España.
En este tiempo Roglic ha construido un puzle tan valioso que sólo le falta la pieza de la Vuelta a Suiza para lograr una estadística brutal.
La Itzulia y Romandía abrieron una cuenta que creció en 2019 con UAE y Tirreno.
La cosa con las carreras francesas fue más complicada.
Tuvo a un paso sendas victorias en París-Niza y Dauphiné, pero en ambas, una caída de última hora dio al traste con el objetivo.
Pero si una cosa tiene este corredor es que es ejemplo de caer y levantarse con la misma facilidad.
El año pasado, en una campaña que podríamos decir «mala» para su estatus, aunó ambos éxitos, primero en Niza, salvando los muebles con Van Aert en la etapa final, y luego en Dauphiné, transmitiendo la sensación que estaba un punto por debajo del mismo Vingegaard.
Este año sumó la Volta a Catalunya a su causa ante el acoso de Remco Evenepoel, dejando el foco sólo y exclusivamente en la Vuelta Suiza, la muesca que le falta para ser un ciclista más legendario aún.
Que Roglic no complete las carreras con las exhibiciones de Pogacar no significa que estemos ante un tipo con una base ciclista tan profunda como el palmarés que le representa.
Ojalá vaya a la vuelta helvética y se aúpe aún más en el imaginario con un año sencillamente brutal, más aún sin haber transmitido, salvo en la cronoescalada final del Giro, estar en su «best» en ningún momento, como si las victorias fueran fáciles, que entran solas.
Imagen: Guillem Riera
Primoz Roglic
¿Roglic al Tour? No sé yo
Si Roglic fuera al Tour ya no tendría el valor específico de otras veces
Recuerdo en la semana de París-Niza y Tirreno-Adriático que comentamos en este mal anillado cuaderno sobre la necesidad de ver a Primoz Roglic al lado de Jonas Vingegaard en el Tour de Francia.
Claro que entonces no se había corrido el Giro y sí un par de grandes carreras en las que los eslovenos dominaron casi a placer.
Si Pogacar no dejaba ni las migas en Francia, Roglic se apuntaba su segunda Tirreno con la sensación de estar lejos de su mejor punto de forma pero con una contundencia brutal: general y tres etapas.
Esos días comentamos la necesidad de ver a Roglic en el Tour para apuntalar las opciones de Vingegaard en la defensa de su corona.
Si el año pasado nos demostró una cosa es que para derrotar a Pogacar es necesaria la estrategia de «manada» que el Quick Step ha hecho tan célebre, empezar los picotazos por diferentes sitios y al mismo tiempo del gran favorito para hacerle ceder como acabó sucediendo en la célebre jornada del Granon.
Roglic fue clave esos días, incluso magullado tras su caída en el pavés.
Cuando Primoz atacaba Pogacar no podía dejarle ir y en ese tren iba «cómodo» Vingegaard para rematar a su rival.
Eso fue lo que vimos, lo que pasó pero ¿puede suceder este año?
No lo veo tan claro.
Leo que Roglic mantiene hermetismo sobre su presencia en el Tour de Francia, pero confirma que estará en la Vuelta a Suiza, para seguir con ese puzle de victorias en las vueltas de una semana.
Si Roglic va a Suiza es para ganar y para mantener ese punto de forma, aunque no sé yo si es tan sencillo lograrlo y sobretodo si puede prolongarlo hasta julio.
En todo caso, creo que esta vez el peso específico de Roglic en el Tour baja muchos enteros.
Esto lo escribo a priori, luego es posible que me dé en los morros.
Correr el Tour a tope tras ganar el Giro de Italia no es sencillo, incluso tras una carrera, la italiana, que aparentemente no ha significado el desgaste de otras ediciones.
En caso de estar en Francia, no creo que Pogacar, escarmentado del año pasado, entre tan fácil al trapo de su compatriota, más que nada porque sabe que viene con un Giro en las piernas.
La jerarquía del esloveno en Jumbo es indiscutible, al punto de poder disputar una grande a su medida sin reparar en si puede o no estar con Vingegaard en Francia.
Mientras el Giro iba quemando etapas, vimos el grupo del Tour de Jumbo entrenar, creo, por Sierra Nevada, con Laporte, Van Baarle y Van Aert junto al ganador saliente.
En ese grupito faltaban nombres que estuvieron en el Giro, principalmente Kuss y Roglic.
Con ambos vuelven a armar otro equipazo, pero me temo que la carta del esloveno igual ya no vale como antaño, y mejor pensar en otras cosas.
¿Qué habrán ensayado en Sierra Nevada?
Imagen: A.S.O. Alex_Broadway
Ciclistas
Wikiloc sigue en la Sea Otter Europe como “Official Mapping”
Wikiloc ha renovado su colaboración como “Official Mapping” para Sea Otter Europe
Desde Wikiloc comentan: “Estamos muy contentos de continuar un año más como colaboradores oficiales de todos los eventos organizados por Ocisport, como Sea Otter Europe. Nos entusiasma poder sumar esfuerzos con el objetivo común de potenciar el ciclismo y el trail running.”
Además, añaden que “Sea Otter Europe se ha consolidado como uno de los festivales ciclistas de referencia, y el hecho de que este evento tan importante a escala internacional se celebre en la ciudad en la que nació el proyecto de Wikiloc, nos une de una forma muy especial”.
Que Wikiloc sea colaborador oficial de la Sea Otter Europe Costa Brava Girona by Continental 2023 tiene ventajas para los participantes. Todos los tracks de las pruebas del programa deportivo del festival estarán disponibles en Wikiloc, desde donde se podrán consultar, así como descargar o enviar de forma fácil y rápida a un dispositivo GPS.
Wikiloc es una web y aplicación donde se pueden descubrir y compartir rutas de todo tipo de actividades diferentes, como MTB, ciclismo de carretera, trail running o senderismo. A día de hoy ya se han compartido más de 40 millones de rutas por todo el mundo. Rutas que comparte la comunidad, formada por más de 12 millones de miembros.
Además de poder descubrir nuevas rutas con filtros como kilometraje, desnivel o zonas de paso, entre las funcionalidades mejor valoradas de Wikiloc está la navegación outdoor de la app, que permite seguir las rutas de los demás (incluso sin cobertura), así como el hecho de poder grabar tus propias rutas. También la posibilidad de enviar las rutas de manera fácil y rápida a varias marcas y modelos de dispositivos GPS con los que seguirlas.
Ciclistas
Giro: Lennard Kämna sacrifica instinto por un puesto en la general
El Giro de Lennard Kämna acaba en un top 10 lleno de invisibilidad
El otro día, a vueltas con el Giro de Italia, en el podcast de Biciescapa, hablé del Giro de Italia que estaba cuajando Lennard Kämna, en el top ten a falta de una semana para el final.
Ya en Roma, vemos que Kämna ha logrado mantener tan valiosa plaza, noveno al final, en una actuación que, como él mismo admite, le ha dejado muy satisfecho.
En la balanza, la lucha por esa plaza nos ha dejado sin uno de los ciclistas más apreciados del pelotón, uno de esos profesionales que puede hacerte un monumento de etapa en medio del tedio y el aburrimiento, uno de los tipos, como digo en el titular, con más instinto del pelotón.
En este Giro se ha centrado en la plaza, ese puesto en la general que casi todos los ciclistas que entrevistas te sitúan como su gran ilusión.
Claro que lograr esa plaza lleva el peaje de renunciar a escapadas y luchar por etapas, o lo que es lo mismo a su cuota de protagonismo.
Y eso ha hecho Kämna, ir a por el puesto, privándonos de un ciclista mayúsculo
Hace un año escribí esto sobre Lennard Kämna en el Giro:
Con él, recordamos ciclistas incorruptos al paso del tiempo y la memoria, de esos cazadores que sabías que cuando entraban en la escapada, los demás podían darse por jodidos.
Cuando Juanpe abrió fuego en el Etna y llegó a soñar no sólo con la maglia, también con la etapa, todos sabíamos que del corte que le perseguía, la rueda importante era la de Kämna, y no había cojos en esa escapada, entre otros, otro de morro fino, Rein Taaramae.
Conectaba ese triunfo en el Etna con el que lograra en un sitio tan potente para el Tour como Villard de Lans, días después de hacer lo propio en Dauphiné.
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Kämna manejó de forma magistral ese día los tiempos frente a un excelente y desatado Richard Carapaz, en un final con su miga, subida y llano a meta, sacó unos segunditos en la coronilla del último alto, para proponerle una crono imposible hasta el final.
Ese día el alemán demostró un olfato que ha sabido mantener en alguna ocasión más, pocas, pero interesantes, lo suficiente como para hablar de uno de esos corredores a los que es un gustazo ver competir.
Tiene sólo 25 años, etapas en Giro y Tour, también en Dauphiné y Volta, no sé si irá a más, si apostará a generales, si no lo hace aquí tenemos un Erik Dekker, un Pablo Lastras, un Simon Gerrans, corredores que pueden parecer muy diferentes sobre el papel, pero que tienen en común un instinto de esos que sólo podías admirar.
Todo eso que contamos de Kämna hace un año no lo hemos visto éste.
Recordad cuando Kuss nos dijo que prefería ir día a día, luchar por etapas y ayudar al lider que mirar por una octava plaza.
"No me compensa estar picando piedra para ser octavo en una grande" @seppkusshttps://t.co/pi2zgSaG3k#PodcastJS pic.twitter.com/Qbjaoy94Qh
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) May 13, 2023
Lo que el americano piensa no es común a muchos y así seguirá siendo.
Cada corredor es muy dueño de lo que hace y quiere, faltaría más, pero como espectador cualquier cosa que no sea fiarlo todo a un puesto en la general es lo mejor.
Además del gusanillo de quedar entre los mejores en una grande, figura la necesidad de puntos y rankings, un sistema tan necesario como envenenado que se sitúa como uno de los grandes males del ciclismo actual.
Imagen: © BORA – hansgrohe / SprintCycling
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