Ciclistas
La de Rui Costa no es una victoria de un chuparruedas
Me resultaron curiosos algunos comentarios a raíz de Rui Costa. Desconozco cuál es la imagen y concepto que en el pelotón tienen del nuevo campeón del mundo. No es algo nuevo. Muchos recuerdan su afaire con Carlos Barredo hace unos años cuando acabaron a mamporros para poner inicio a esta antipatía hacia el portugués. No sé, la verdad, pero los silencios hablaron en muchos twitters cuando llegó el momento de reconocer el éxito del luso.
Sin embargo en lo que hace referencia a su forma de correr en Florencia, me quedó cien veces con las maneras de Rui Costa, un corredor dotado de un excelente físico que colmó una jornada para enmarcar. Rui Costa estaba en cualquier listado de posibles ganadores hecho con sentido común. El luso llegaba a Toscana con una temporada de excepción reforzada por la poco común hazaña de ganar dos etapas en el Tour.
Parece ser que correr de forma inteligente, midiendo los tiempos y saliendo una vez, pero cuando realmente hay que salir es ser chuparruedas y lo siento pero no puedo estar de acuerdo. Rui Costa no situó a un cegado Vincenzo Nibali a entregarse en la tarea de neutralizar a Purito. Ni le dijo a su compañero de fuga y equipo, Alejandro Valverde, que debía vigilar la rueda del italiano, cuando la suya, la de Rui, era la más peligrosa para que Purito no ganara el Mundial.
En la carrera florentina hubo dos ciclistas de Movistar que tuvieron protagonismo y que responden a un perfil muy diferente al de Alejandro Valverde. Primero Giovanni Visconti, ganador de tres etapas en el Giro, que estuvo fugado durante un buen trecho y sirvió para que los italianos cogieran aire y volvieran de cara al final. Luego Rui Costa, con el desenlace que todos sabemos.
Tanto uno como otro no se distinguen por ser generosos en el esfuerzo por el compañero, saben trabajarse su hueco y sacan partido a sus innegables cualidades. Hacer eso tiene mérito y sin duda es elogiable, luego que tengan directores en carrera que les permitan guardarse un poquito para ellos, es otra cosa. Vamos lo mismo que dijimos de Dani Moreno durante la Vuelta.
Cabe por eso preguntarse cómo será el futuro de Rui Costa en el Lampre, una reliquia del antiguo esplendor italiano en el máximo nivel. Al portugués la cupo la suerte de correr en un poco disimulado anonimato, pero anonimato al fin y al cabo. Sus movimientos siempre han tenido cierta bula, a pesar de saber el peligro que encierran sus opciones. Cabrá ver cómo maniobrará Rui Costa siendo señalado por el arco iris, y no hablamos tanto de maldición, que seguro este fenomenal corredor sabrá burlar, como de sentirse mirado.
Por de pronto ha ganado un Mundial con una resolución bellísima, atesorando inteligencia. Cuando se iniciaba la última subida a Fiesole y él se mantenía ahí, con los mejores, tuvo que esquivar una carrera de eliminación que por ejemplo había enviado la poderosa selección británica a casa, en bloque. Estar en esos niveles no es casualidad, no puede serlo. Rui Costa es un superviviente, incluso de momentos complicados cuando se le vinculó al dopaje, de esa criba por ejemplo no salió ileso Carlos Barredo, y Rui sí. Son las cosas de la vida.
Foto tomada de @Toscana2013
Ciclistas
Que Wout Van Aert se quede con lo mejor de la Vuelta
El final de Van Aert en la Vuelta no esconde una carrera excelente
Cuando Wout Van Aert se levantaba del suelo en ese descenso, recién estrellado contra una pared de montaña asturiana, era vigente líder del maillot verde y oficioso de la montaña de la Vuelta a España.
Así dejó la carrera Wout Van Aert, marcando estilo y dando que hablar, siendo protagonista hasta el segundo final de su primera Vuelta.
Un final que sí, es triste e injusto pero no por ello mil veces visto y sufrido, en Wout y en otros muchos ciclistas.
Hay que ser por eso justos, decir que el ciclismo le debe una a Wout sería exagerado, por esa regla de tres le debe mucho a otros muchos, pero ello no esconde que nos entristece verle ya fuera de una carrera a la que había acudido a buscar un poco de calor y ha acabado de la forma más abrupta.
La Vuelta a España de Wout Van Aert ha sido de excelencia, enfocada, como decía, para recuperar el gran ciclista que siempre ha sido y a contrapié desde marzo y la caída en Flandes.
Lo estaba siendo.
Protagonista desde el inicio, delante en la etapa uno, en una crono, no ha dejado palo por tocar, entrando en los sprints con Kaden Groves, entrando en cortes y fugas, haciendo trabajar al equipo -a Sepp Kuss, en especial- en Córdoba y buscando fortuna en etapas que sobre el papel no le iban.
Ha sido el Wout Van Aert de los grandes Tours, del 2020 a 2023, el ciclista excelso y total, capaz de brillar a diario, desde el kilómetro cero de etapa, como si fuera una clásica, como si al día siguiente no hubiera etapa.
Él ha sido garante de esta nueva forma de correr sin reservas y contra los manuales a la que nos hemos acostumbrado.
Con el estado de forma que arrastraba y la felicidad que exhibía, la mejor versión del belga había vuelto a primera plana, con Europeo y Mundial en el horizonte.
Ahora, en esta senda hacia Covadonga, los nubarrones vuelven a surgir alimentando las incertidumbres sobre si llegará a tiempo.
Sin duda no es la mejor manera de plantear objetivos así, con la gente que tendrá delante, además.
Decir que el ciclismo le debe una a Van Aert sería exagerado, pero al mismo tiempo me gustaría que le tuviera guardada una buena de aquí a final de año.
Imagen: Unipublic/Cxcling/Toni Baixauli
Ciclistas
Vuelta: Marc Soler siempre está
Tres etapas en la Vuelta son un gran premio para Marc Soler
Nos dijo una vez Marc Soler que su gran ilusión pasa por ganar una etapa del Tour de Francia, cosa que no es imposible, incluso corriendo para Pogacar, pues siempre surgen algunas opciones, pero mientras tanto, la Vuelta a España va premiando uno de los mejores talentos surgidos en este lado de los Pirineos.
Marc Soler es un lujo hecho ciclista, «especialista en meterse en charcos» como recordó Antonio Alix su acalorada Montonera, merece premios como el de los Lagos de Covadonga, como el que más.
Descartadas las generales finales, el premio de etapas como en la cima más legendaria de la Vuelta a mí al menos me sabe a gloria, pues le recompensa en la medida que otros corredores de su calibre nunca lo han sido.
Es un trotón que mil veces ha tirado para otros, para quien se tercie, desde Nairo a Landa, llegando a ser el mejor consuelo de Pogacar en el Col de la Loze.
Por sus piernas ha pasado parte del mejor ciclismo que hemos visto estos años, generando escenarios que nos han dado grandes momentos,
Ciclísticamente es indiscutible.
Recordaréis la Vuelta 2020, la de otoño y la pandemia, cuando cazó unas cuentas fugas, después de ganar el Lekumberri, encontrándose uno más fuerte, como el su hoy compañero Tim Wellens.
Este año Marc Soler llevaba más de 700 kilómetros en fuga con todo tipo de desenlaces, pero nunca proclives a su favor.
La etapa que perdió ante Wout Van Aert por bajar un momento al coche fue la más sintomática y dio que hablar.
Sin embargo nunca ha desistido y ha seguido cazando fugas, hasta llegar a los Lagos de Covadonga.
En un terreno que no le era el más proclive del mundo, se ha manejado a chepazos y zarandeos en la zona más dura hasta salir airoso y firmar un éxito en el que era difícil de creer a inicio de los Lagos de Covadonga, con ciclistas más livianos en la pugna.
Diana en muchas ocasiones, me alegra que hablemos de Marc no por los jardines en los que se mete y sí por pisar el podio, se lo merece, es un pedazo de ciclista que valoramos más hoy, cuando el ciclismo español no tiene tantos como él.
Imagen: Unipublic – @SprintCycling
Ciclistas
No se habla del último baile de Rigoberto Urán
La Vuelta ha sido la grande que peor ha tratado a Rigoberto Urán
Hace menos de diez años, cuando mirábamos el fecundo paisaje del ciclismo colombiano, comentamos de Rigoberto Urán…
Rigoberto Uran fue el colombiano que destacó cuando casi nadie en su país lo hacía.
Mientras en los hornos de Boyacá y Antioquia se cocían los campeones que justo ahora empiezan a emerger, Uran se situaba entre los mejores del Tour, entre Contador, los Schleck, entre Armstrong y Nibali. Un ciclista de negro, negro Caisse d´ Epargne, en medio de los mejores del mundo, la nota exótica de ese país que un día tuvo grandes escaladores pero que con el nuevo siglo quedó fuera del mapa, podríamos pensar.
Pero Uran plantó la semilla y marcó el camino, llegó incluso a colgarse la plata en Londres, cuando la cosa empezaba repuntar.
Uran demostró a toda esa chavalería que era posible, pero es que además era posible con humildad, simpatía y desparpajo, siendo uno mismo, luchando hasta la extenuación, mostrando un espíritu de superación fuera de toda duda, un espíritu endurecido por experiencias vitales que no somos capaces de figurarnos.
Y en ese 2012 asomó Nairo en la Vuelta, confirmando lo que demostró en el Tour del Porvenir.
Y al año siguiente Nairo casi gana el Tour, nada menos, descabalgando a Froome al final con el estilo de Uran, fiel a sí mismo, sin aspavientos, transmitiendo humildad, dulce barniz de una ambición férrea y grande, como no podía ser de otra manera en alguien que quiere ganar el Tour.
Me ha llamado la atención lo poco que se ha comentado del colombiano y su retirada en la primera semana de Vuelta a España por caída.
Fuera del Tour de Francia, Rigoberto Urán fijó en la Vuelta a España la última grande de las 25 en las que ha tomado la salida estos últimos 15 años.
Él fue el primero de la gran generación que Colombia le legó al ciclismo la década pasada, aquella de Nairo, Chavez, Miguel Angel López, Bernal, los Henao y otros tantos.
Cuando ese apasionado ciclismo «languidecía» a inicios de siglo, Rigo marcó el camino con miguitas.
La Vuelta a España es la grande que peor ha tratado a Rigo, sólo le ha dado una victoria de etapa ni podio alguno, como sí ha logrado en Tour y Giro.
Hacía tiempo que no optaba a generales, tocó techo el día que hizo segundo en Francia tras Froome, pero supo buscar sus opciones en escapadas como en la foto que ilustra este artículo en el Monasterio de Tentudia, hace dos años.
Ya hablaremos a finales de año, en el balance pertinente, de Rigo y su carrera, pero lo suyo en la Vuelta ha sido un signo de los tiempos, de cómo el ciclismo y la actualidad engullen grandes figuras y referentes para otros que vinieron detrás.
Me consta que a Rigo no le van a faltar quehaceres en el futuro, este señor se ha granjeado negocios y vida social lo suficientemente intensos como para no querer vivir de rentas que bien se ha ganado.
Imagen: A.S.O./Pauline Ballet
Ciclistas
Vuelta: Roglic no es pancartero en Covadonga
La llegada a los Lagos de Covadonga debería ayudar a Roglic a decantar su 4ª Vuelta
A vueltas con que si Roglic es pancatero puro y duro, veremos si en los Lagos de Covadonga el esloveno es capaz de tomar el liderato de la Vuelta a España.
Y es que hasta la fecha, el que considero gran favorito para la carrera ha mostrado todas sus caras en estas dos semanas de competición.
Caras favorables como en Cazorla o Ancares, sitios en los que se apresuró a atacar de lejos y no tan proclives en Cuitu Negru y Hazallanas.
Roglic es el gran aspirante para ganar la Vuelta, pero su solidez no es la de antaño, por momentos duda y los Lagos de Covadonga vienen para pasarle el algodón.
Con estas sensaciones pasamos la jornada de descanso, en los prolegómenos de la cima más histórica de la Vuelta a España con un poco más de 40 de leyenda, grandes nombres y ciclistas que sentenciaron a carrera en su cima, como el mismo Roglic.
Hace tres años, la respuesta de Roglic a una tentativa de Egan Bernal en el Fito, les dejó solos en cabeza y un gran desconcierto tras ellos, pues si nos llega a ser por los Bahrain, las diferencias habrían sido escandalosas.
La jornada de Lagos de Covadonga de la Vuelta 2021 es la típica a los que nos agarramos a la versión de que Primoz Roglic no es sólo un pancartero que atacaba cuando las vallas de meta se distinguen en la ruta.
Ese día, salió a por Egan Bernal y le relevó lo suficiente hasta el pie de la subida final, donde se fue solo para sentenciar la carrera, nada menos que su tercera Vuelta.
Ahora los Lagos vuelven a sugerirse como un buen compinche para seguir sumando en la Vuelta a España.
Yo no creo que Roglic sea un pancartero, en todo caso casi nunca ha necesitado tomar riesgos, al contrario, cuando lo ha necesitado, lo ha hecho.
Mirad atrás en esta Vuelta y las veces que Roglic ha atacado a pie de puerto, tanto en Cazorla como en Cuitu Negro, añadiendo el arreón de Ancares.
El tema ha sido que a Roglic muchas victorias le han llegado con el arreón final y las bonificaciones que le han valido.
Vueltas como la Tirreno del año pasado, en la que ni hizo más que abrir hueco ganando tres etapas ha tenido unas cuantas pero ello no ha quitado que cuando ha tenido que arriesgar, lo ha hecho.
Espero que gane su 4º Vuelta, creo que el ciclismo debe trabar bien a sus corredores más talentosos y entregados y Roglic cumple ambas virtudes.
Imagen: Unipublic
-
Ciclismo3 días atrás
Vuelta: Sólo O´Connor puede estar contento
-
Ciclistas1 semana atrás
Vuelta: Roglic no es pancartero en Covadonga
-
Ciclismo5 días atrás
Kern Pharma en la Vuelta, los milagros no existen
-
Ciclismo3 días atrás
En el desastre de Landa en la Vuelta el primero que falla es él
-
Ciclismo1 semana atrás
La triste retransmisión televisiva de la Vuelta
-
Ciclismo1 semana atrás
Vuelta: Una general con pies de barro
-
Ciclismo7 días atrás
Los Lagos de Covadonga dejan la Vuelta soñada
-
Ciclismo1 semana atrás
Turismo ciclista en una Gran Canaria sostenible
Rui Costa
4 de octubre, 2013 En 10:37
Gracias por tu message. Qualquier uno de los 4 merecia ganar, pero la suerte hei tenido yo. Pienso que saber ler la carrera es ser listo y no chuparruedas. Qualquiera es livre de lo hacer. Saludo 🙂
Rui Costa
https://www.facebook.com/RuiAlbertoFariaCosta