Los marcajes de Indurain y Valverde en sus respectivos mundiales estuvieron a años luz
España es un país relativamente joven en la historia de los mundiales de ciclismo, pero si hemos de quedarnos con dos de siempre, Duitama y Florencia serían los extremos, gentileza de los que consideramos los dos mejores ciclistas a este lado de los Pirineos: Indurain y Valverde.
Entre ambos pasaron 18 años, una mayoría de edad que curiosamente adquirió el ciclismo español en una de las asignaturas pendientes que venía arrastrando desde el segundo cero de su creación.
En ese tiempo sólo queda al margen el oro de Alejandro Valverde, una de las victorias más deseadas del pelotón, en Innsbruck, todo lo demás entra directo en ese periodo, los tres oros de Freire, el doblete de Hamilton de Astarloa, las medallas del mentado Valverde… incluso hasta el registro singular de Abraham Olano, único ciclista capaz de ser campeón contra el reloj y de fondo.
Al ciclismo español le quedan otras asignaturas, no os penséis, como las clásicas del adoquín, pero en esas peleas, salvo Flecha nadie pareció estar con visos de salir exitoso.
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Volviendo a Duitama y a aquella tarde-noche, por el horario de aquí, lo cierto es que hemos recordado y debatido ampliamente, en este mal anillado cuaderno, lo que pasó.
Incluso nuestro amigo Miguel González, nos trajo el otro día una opinión muy alejada de la nuestra en la que se volvía sobre si Olano debió o no disputar la jerarquía de Miguel Indurain.
Nosotros siempre defendimos que aquello fue de manual de primero de ciclismo, en una escapada en la que tienes ventaja numérica, lo normal es lanzar al segundo para que los rivales quemen cartuchos en la caza.
Aquello que vimos claro y de cajón se convirtió en el principio del fin para Abraham Olano, quien ganando ese arcoíris se cargó de un peso que le lastró para siempre.
Sin embargo, más allá de lo que Olano hiciera, la grandeza de Miguel quedó reforzada en un día que llevaba su nombre y apellido.
El control que ejerció para que su compañero volara al triunfo contrasta con lo que vimos en Florencia tantos años después.
Si en Colombia el gran rival fue Marco Pantani en Italia, la rueda de Vincenzo Nibali fue veneno para la selección española.
Cuando Alejandro Valverde se obcecó en marcar al italiano y Rui Costa tomó metros, que luego fueron segundos irreducibles, la suerte de control y estrategia que Indurain sí supo plasmar para Olano, se esfumó en Valverde, para desgracia de Purito.
El catalán, como Olano, ejerció de segundo espada venido a líder, pero le falló la retaguardia.
Hizo la carrera perfecta, incluso la convenida con el propio Valverde, pues al murciano ya le iba bien que su compañero incordiara, pero la clave estuvo en el marcaje, dejar a Nibali entre él y Rui Costa, en cabeza, fue faltal.
De un oro y plata que muchos saboreábamos, se pasó a los dos escalones bajos del podio.
Valverde dijo que no pudo, que no le dio para salir a por el portugués, cuando sólo cabía esperar algo del luso, siempre escondido, siempre tan fresco.
Aquella tarde, como 18 años antes, hubo lágrimas, pero no de felicidad y sí de incredulidad, Valverde no había sido Indurain, y mira que lo tenía todo para romper la lanza a su favor.
La fotografía es ésta, la actitud y habilidad de uno y otro en un momento similar, separados por tantos años, sin más intención que poner negro sobre blanco lo que hicieron ambos en un momento crítico, y sin olvidar méritos de Valverde, quien fue clave para el tercero de Freire o una ayuda in extremis en la carrera final de Purito en los Juegos Olímpicos de Río.
Que siempre hayamos pensado que Valverde es y ha sido capo, no quita que haya realizado alguna labor para terceros, pero aquel día su perenne grandeza nos cayó a los pies.
Antonio
7 de febrero, 2021 En 12:20
Fue una vergüenza.
Entiendo las estrategias de equipo; pero si en tu escuadra tienes a un pentacampeón del tour, todo el mundo sin excepción ha de trabajar para el pentacampeón del tour, que es quien debe disputar la victoria final.
Olano corrió de forma egoísta y ya puede darle las gracias a Induráin. Si el navarro hubiese querido, habría truncado su escapada y se habría llevado el oro con facilidad; pero fue demasiado buena persona y le regaló un oro inmerecido.
Aritza
7 de febrero, 2021 En 15:13
Olano hizo lo que debia. Poner al resto en jaque tras el ataque
de Miguel nada mas empalmar tras el pinchazo. Lo que paso despues, fie que todos iban vigilando a Miguel, casi casi con la esperanza de que fuera él en contra de su equipo, pero Miguel Indurain es DON Miguel.
Su sola presencia secó toda posibilidad de reaccion.
Lo demás es forofismo.
Lo que hizo Olano se enseña a los chavales desde cadetes o incluso en escuelas de ciclismo.
L
7 de febrero, 2021 En 15:33
En serio? Muy aburrido hay que estar para intentar inventarse algo que no hubo
Jorge
7 de febrero, 2021 En 16:04
Totalmente de acuerdo, recuerdo la carrera como si fuese ayer, no creo que haya habido otra carrera tan dura como esa, no solo por los desniveles sino por el mal tiempo que hacía.. Lluvia intensa, barro, descensos peligrosisimos, un circuito largo y durisimo, y al final Indurain se vio en la tesitura de dejar que olano cogiera ventaja frenando a los rivales más fuertes, sobre todo Marco Pantani que también preparó muy bien la carrera y le venía como anillo al dedo… En fin lo de Olano se puede discutir pero no cabe duda que hizo también un gran esfuerzo y recorrió el último kilómetro con la rueda trasera pinchada, más esfuerzo todavía… Chapó por los dos!!
Jorge
7 de febrero, 2021 En 16:06
Totalmente de acuerdo, recuerdo la carrera como si fuese ayer, no creo que haya habido otra carrera tan dura como esa, no solo por los desniveles sino por el mal tiempo que hacía.. Lluvia intensa, barro, descensos peligrosisimos, un circuito largo y durisimo, y al final Indurain se vio en la tesitura de dejar que olano cogiera ventaja frenando a los rivales más fuertes, sobre todo a Marco Pantani que también preparó muy bien la carrera y que le venía como anillo al dedo… En fin lo de Olano se puede discutir pero no cabe duda que hizo también un gran esfuerzo y recorrió el último kilómetro con la rueda trasera pinchada, más esfuerzo todavía… Chapó por los dos!!
Vicente Díez
7 de febrero, 2021 En 18:18
Yo opino que en ocasiones, ante el férreo control que soporta un favorito, si lo intenta «el tapado», los rivales dudan si responder o quedarse vigilando al favorito, pues cada uno de los rivales confía en que sea otro el que haga el esfuerzo de alcanzar y neutralizar al escapado.
No vi que Olano actuase de egoísta, pues hizo el resto de Mundial sin ayudas. Si bien, Indurain actuó como un compañero fiel, pues Miguel sí salió a abortar cualquier intento de alcanzar a Abraham.