Ciclistas
La Vuelta: Covadonga exige grandeza
Los Lagos de Covadonga no deciden pero premian a quienes más lo merecen
Tras lo visto por Covadonga, podemos concluir que en el pelotón hay dos tipos de ciclistas.
Entre los grandes nombres, me refiero.
Los corredores que lo dan todo, que se vacían, que levantan la gente, que dignifican la profesión: Miguel Angel López, Thibaut Pinot, Simon Yates…
Y hay otros que trepan, que buscan entre las rendijas, que piden relevo, que sacan los colores a sus rivales.
En este caso Nairo Quintana se lleva el premio.
Los Lagos de Pinot y Yates
Para Thibaut Pinot la Vuelta era la reválida de su salida con el pie cambiado en el Giro.
No ha estado con los mejores en los momentos clave, pero sigue a flote y ha ganado en los Lagos, la cima que cambió la suerte de Laurent Jalabert.
Pinot es un corredor que sólo puedes querer, porque es humano, se vacía, se entrega y lo da todo.
Su triunfo, atacando de lejos, en plena lección de mezquindad de Nairo, tuvo el premio deseado.
Como la personalidad de Simon Yates, el maillot de rojo que corre con la espada de Damocles sobre su cabeza.
Todos le recordamos, le recuerdan que en el Giro explotó, y como entonces sale de líder del tercer domingo de carrera.
Sin embargo, a falta de un tío como Chris Froome, si Yates no flaquea tiene que estar delante, sí o sí.
Los Lagos de Miguel Ángel López
Covadonga está, dicho con todos los respetos, llena de nombres de escapadas, gente que buscó la gloria entre las ambiciones de los grandes.
La Vuelta ya ha comenzado entre los ciclistas de Bkool
Esta vez no fue así.
Praeres dejó un buen sabor de boca a Miguel Ángel López y quiso a todos juntos en los Lagos.
Lo consiguió y no fue para nada.
Atacó a ocho de meta, a ocho, a algunos les entra vértigo con esa cifra, pero López tiene hechuras de ciclista grande, de ciclista que quiere lograrlo a base de su esfuerzo, no del de otros.
No distanció al resto, porque sencillamente están todos muy igualados, pero qué delicia ver al mejor joven de la carrera enfilarlos.
Los Lagos de Nairo y Valverde
Hubo un momento, a unos tres y pico de meta que Nairo tuvo a Yates delante, a punto para rematarle.
Fue más o menos en ese punto donde despegó a Contador hace un par de años.
No lo hizo.
La subida de los Lagos que ha protagonizado Nairo Quintana es a todas luces la más mediocre que hemos visto en un gran nombre durante mucho tiempo.
Es un ciclista perdido, como un pato mareado que no sabe por dónde le vienen los golpes.
«Con que tenga un día bueno, todo está a su alcance» dijo Arrieta en meta.
Conviene saber si Nairo tendrá un día bueno.
Nairo corre con dos ojos, uno pendiente de los rivales y el otro de Valverde, no corre por sí solo, está cohibido, empequeñecido.
Por mucho que le consideráramos el gran favorito, ahora mismo no sabríamos decir si Alejandro Valverde debería ser el líder del equipo telefónico.
Con una crono, y llegadas explosivas, no vemos dónde Nairo puede distanciar a Valverde, si éste no explota.
La progresión que vemos en Yates, que vemos en López, que incluso muestra Enric Mas, Nairo no la muestra.
Le queda una semana para revertir la situación, pero lo suyo no parece nada sencillo.
Imagen tomada del FB de La Vuelta
Ciclistas
Tirreno-Adriático: Juan Ayuso en hora y forma
Juan Ayuso puede añadir la Tirreno-Adriático a un inicio de 2025 inmejorable
No ganó de forma aplastante, quizá acostumbrados a ver exhibiciones brutales vestidas de UAE, pero la temporada de Juan Ayuso, hasta esta Tirreno-Adriático, está siendo de 10.
Los rivales los conocíamos, estaban marcados, incluso un Filippo Ganna, y eran buenos, Tom Pidcock, hiperactivo, Jai Hindley y el propio Mikel Landa.
Ninguno se lo puso fácil.
Pero Juan Ayuso, marcado desde la salida, vivo y con todas las opciones de cara a esta etapa reina, cumplió el pronóstico.
La etapa había arrancado muy movida, con Mathieu van der Poel atacando desde el kilómetro 0, lo que prometía emoción.
Después de un ritmo frenético, finalmente se escaparon ocho corredores: Gianni Vermeersch, Benjamin Thomas, Samuele Battistella, Jasper Stuyven, Chris Hamilton, Magnus Cort Nielsen, Andrea Vendrame y Andrea Pietrobon.
El pelotón no dejó que la fuga se distanciara demasiado, con equipos como Bahrain y UAE interesados en la etapa, ya que era la única montaña del Tirreno-Adriático.
La diferencia comenzó a reducirse en la subida final, donde primero Bahrain y luego UAE, excelso Del Todo, como el año pasado en esta misma carera, pusieron presión a Filippo Ganna.
Vendrame, que ya había ganado una etapa en esta carrera, se lanzó en solitario con 5 kilómetros para la meta. En esa misma subida, Ganna fue descolgado del grupo por Isaac del Toro, quien, como decimos, impuso un ritmo muy duro.
Poco después, Ayuso atacó y, tras él, se unieron Pidcock y Hindley.
Mikel Landa logró conectar con ellos, pero Ayuso no dejó de atacar. En los últimos 3 kilómetros, el español lanzó varios ataques hasta dejar atrás a sus rivales.
Fue una gran demostración de madurez de Ayuso, quien, pese a la presión y las expectativas sobre sus hombros, controló la situación y ganó con autoridad.
Pidcock fue segundo y Hindley tercero, y no se lo pusieron fácil.
Imagen: FB TirrenoAdriatico
Ciclismo
La caída y abandono de Vingegaard son una muy mala noticia
Ciclistas
La seguridad le quita el sueño a Vingegaard
La caída de Itzulia ha disparado los temores de Vingegaard sobre la seguridad
Para Jonas Vingegaard el accidente de la pasada Itzulia puede ser un antes y un después, lo admitió en su día y ahora lo refleja cada vez que habla de seguridad en el ciclismo.
Ciclistas
Jasper Philipsen va para MVP
Hay pocos ciclistas más valiosos que Jasper Philipsen
Podríamos decir que Jasper Philipsen aún no está en la mesa de los grandes, pero sin duda es uno de los ciclistas que más se acerca a reclamar su lugar.
Hoy en día, Philipsen es uno de los corredores más valiosos del pelotón, no solo porque tiene el nivel para competir y no desentonar al lado de ciclistas como Mathieu van der Poel, sino también porque ha demostrado ser capaz de asumir el mando en momentos cruciales y decidir las carreras a su favor cuando la situación lo requiere.
En las últimas temporadas, el belga ha dejado huella, especialmente con sus victorias en el Tour de Francia y en la Milano-San Remo.
Además, sus dos segundos puestos en el París-Roubaix resaltan la consistencia y el nivel de sus actuaciones.
Es impresionante la cantidad de victorias que ha logrado, muchas de ellas de gran calidad.
Su capacidad para adaptarse y brillar en diferentes escenarios lo ha consolidado como uno de los referentes del pelotón.
Es cierto que a veces se le ha señalado por su actitud algo «mafiosa», como aquella vez en el Tour de Francia, cuando mostró una ambición y control casi abusivos dentro del pelotón. Sin embargo, no se puede negar que Philipsen ha evolucionado hasta convertirse en un ciclista indispensable en la actualidad, un verdadero diferenciador en la carretera.
Su presencia, por ejemplo, ha elevado el nivel de su equipo, Alpecin, y le ha dado a la formación una dimensión competitiva que rivaliza con los grandes equipos.
Mientras que a Van der Poel no se le conoce tanto por sacrificarse por un compañero, Philipsen ha demostrado ser un corredor por quien Mathieu pone el equipo por delante cuando es necesario.
Además de su talento, Philipsen destaca por el buen ambiente que transmite en el pelotón, manteniendo una buena relación con otras grandes estrellas, como Tadej Pogacar y Michael Matthews.
A pesar de sus momentos de tensión, su carácter competitivo y su espíritu de equipo han sido clave para consolidarlo como uno de los ciclistas más completos.
En cuanto a su evolución como sprinter, Philipsen ha dejado atrás las críticas que alguna vez recibió, como cuando nuestro querido Adrián García lo apodaba «Jasper Disaster».
Hoy es uno de los sprinters más letales, habiendo superado las 50 victorias, muchas de ellas de gran nivel, como las nueve etapas del Tour de Francia y varias etapas en la Vuelta a España. Además, su victoria en Kuurne-Bruxelles-Kuurne este año ha sido una clara señal de su potencial, demostrando a Visma que en Alpecin tienen un rival formidable.
No solo es un hombre de victorias en el sprint, sino también un corredor versátil.
La victoria en el Gran Premio de Escalda de hace dos años, donde brilló rodando de manera sublime sobre los adoquines, lo consolidó como un gran especialista en terrenos difíciles, donde se mostró eficiente y competitivo, conectando con otros velocistas belgas que también dominaban las piedras.
Hoy, la presencia de Philipsen es uno de los principales alicientes para poner en aprietos a Pogacar en la Milan-San Remo.
Como es bien sabido, si Van der Poel no logra romper la carrera, Philipsen será uno de los hombres clave.
Este 2025 ya ha comenzado a demostrar cómo puede hacerle daño al mejor ciclista del mundo, reafirmando que está preparado para luchar por los títulos más prestigiosos.
Imagen: A.S.O.
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merin
9 de septiembre, 2018 En 21:09
Como siempre, de acuerdo al 100%.