Ciclismo antiguo
Lagos de Covadonga, el santuario colombiano de la Vuelta
Oliverio, Lucho y Nairo ganaron en Covadonga cuando la Vuelta
Vuelvo a esa imagen de Oliverio Rincón cuando cruzó la meta en Lagos de Covadonga en 1993.
Su pelo oscuro y liso, su piel cobriza de nativo americano, los ojos achinados, ese porte delgadísimo de escalador, el uniforme rojo del equipo Amaya y la sonrisa en los labios mientras pasa la raya.
Antes de soltar las manos de la bicicleta para levantar los brazos Oliverio repite un gesto que también hemos visto hacer a Nairo en esta cima: con la mano derecha traza la figura de una cruz persignándose en el instante mismo de la victoria.
Rincón, el jovencito Rincón consagrándose en la cumbre de la montaña, como un Cristo que sufre por su redención.
Allá, en ese santuario y esas montañas donde la leyenda dice que se libró la batalla épica contra los musulmanes en España, se consagraron los grandes ciclistas de la Vuelta a España: Perico Delgado, Lale Cubinos, Raymond Dietzen…
Allá atacaban con furia los colombianos: vimos a Lucho casi sentenciar la Vuelta del 87 en esas cumbres y lo volvimos a ver coronándose rey de la montaña en el 91.
Vimos al jovencito Oliverio estrenándose en Europa, ese muchachito maravilla que había hecho parir a Fabio Parra en el Alto de la Línea, donde le arrebató una Vuelta a Colombia al veterano que acababa de ser segundo en España.
Como vimos a Nairo consiguiendo una de sus victorias más espectaculares hace un par de años.
Covadonga con su virgen y sus cuevas y sus lagos llenos de niebla y su leyenda épica es algo más que una montaña de desniveles atroces.
Covadonga es el santuario castellano de los grandes escaladores, “el Alpe d’Huez” al otro lado de los Pirineos, como dijo Hinault.
Cuesta creer que hubieran descubierto tan tarde, apenas en 1983, este maravilloso final para el sufrimiento y la gloria.
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Una vez más, esta montaña decidirá quiénes podrían perder la Vuelta a España.
Una vez más aquellos pequeños ciclistas de piel morena se dejarán sudor y sangre sobre la ruta, su propio calvario de redención en esas tierras tan lejanas, con el anhelo de ser ellos los que crucen los dedos al persignarse en la línea de llegada.
Ciclismo antiguo
Eddy Merckx: 5 motivos
En ciclismo y en el deporte general, Eddy Merckx es símbolo de excelencia
Cuando se habla de ciclismo, pero yo creo que de cualquier deporte, hay un nombre que siempre sale primero: Eddy Merckx.
80 años recién cumplidos, nacido el 17 de junio de 1945, no quería pasar de puntillas sobre una efeméride tan singular.
Y quiero hacerlo justificando por qué muchos consideran el mejor de todos los tiempos, con cinco razones que lo explican muy bien.
1. Ganó más que nadie, en todos los terrenos
Merckx acumuló la increíble cifra de 445 victorias como profesional, además de más de 80 cuando era amateur.
11 + 19: Ganó 11 Grandes Vueltas (cinco Tours de Francia, cinco Giros de Italia y una Vuelta a España), además de 19 Clásicas Monumento, incluyendo 7 veces la Milán-Sanremo.
También fue tres veces campeón del mundo y ganó en pista, en ciclocross, y hasta hizo historia con el récord de la hora. Literalmente, lo ganó todo.
2. El récord de la hora fue su obra maestra
En 1972, después de ganar de todo esa temporada (Giro, Tour, clásicas…), viajó a Ciudad de México sin entrenar en pista ni adaptarse a la altitud, y rompió el récord de la hora, pedaleando 49,431 km.
Al terminar, bajó de la bici y dijo “nunca más”.
Y no hizo falta repetir: su marca duró 12 años, hasta Francesco Moser.
3. Tenía una ambición sin límites: era “El Caníbal”
No dejaba ganar a nadie, ni en las etapas pequeñas.
Una niña, hija de un ciclista rival, lo apodó “el caníbal” porque no dejaba ni las migas.
Aunque sufrió lesiones, como una grave caída en 1969, nunca perdió el hambre de victoria.
4. Perdía, pero volvía más fuerte
Aunque parecía invencible, también fue derrotado por grandes como Ocaña o Gimondi.
Pero siempre volvía con fuerza. Incluso cuando Ocaña lo superó por 8 minutos en el Tour, Merckx remontó con ataques épicos y terminó ganando.
5. Nadie ha repetido lo que él logró
Muchos han ganado Giro, Tour y Vuelta, pero muy pocos dos de ellas el mismo año.
Algunos ganaron las cinco clásicas monumento, pero nadie las ganó todas dos veces y además dominó las grandes vueltas como él.
Su récord sigue intacto.
Por todo eso, Eddy Merckx no fue solo el más fuerte, fue el más completo y hace poco disfrutamos de esta entrevista con él de mano de su hijo Axel.
Y eso, hasta hoy, nadie lo ha igualado.
Ciclismo antiguo
Eddy Merckx en el Giro: cinco triunfos y enormes polémicas
La corona de Merckx en el Giro tiene cinco joyas
Eddy Merckx, para muchos el mejor ciclista de la historia y del Giro, por ende, nació en 1945 en Meensel-Kiezegem, Bélgica.
Dicen que desde los ocho años ya andaba en bici y tenía como ídolo a Stan Ockers, una figura del Tour de Francia.
“El Tour lo era todo para mí”, diría años después.
Su verdadero nombre es Edouard Louis Joseph Merckx y fue ciclista profesional entre 1961 y 1978.
Durante esos años se ganó el apodo de “El Caníbal” porque quería ganarlo todo, y casi lo logró: 525 victorias en su carrera, incluyendo cinco Tours de Francia, cinco Giros de Italia y una Vuelta a España.
También ganó tres mundiales, casi todas las clásicas (menos la París-Tours) y batió el récord de la hora.
Un monstruo en vida.
Merckx y e Giro, binomio lleno de aristas
Su relación con el Giro fue especial: lo ganó cinco veces y dejó huella en cada participación.
En Italia lo adoran casi tanto como en Bélgica.
Eso sí, su carrera no estuvo libre de polémicas.
En tres ocasiones dio positivo en controles antidopaje (fencamfamina, norefedrina y pemolina), aunque él siempre defendió su inocencia.
A pesar de eso, su legado sigue siendo enorme.
Se retiró en 1978 y desde entonces ha recibido todos los honores:
Barón en Bélgica, Comandante de la Legión de Honor en Francia, y el trofeo UCI al mejor ciclista del siglo XX.
Hay velódromos, calles, estatuas, libros, cómics y hasta una marca de bicicletas con su nombre.
De vez en cuando, aún aparece como comentarista en carreras o sólo se deja ver para revuelo del personal.
“El Ogro de Tervueren” no solo está en lo más alto de la lista de los mejores ciclistas de todos los tiempos: es una leyenda viva.