Ciclistas
Cuando dijimos que el Giro es largo…
El Giro de Italia presenta el mejor escenario en la semana decisiva
Las tres semanas son otra cosa.
A veces nos preguntamos por la esencia del ciclismo.
¿Grandes o clásicas?
¿Pequeños sorbos o atracón?
El ciclismo no tiene término medio, es una cosa u otra.
Nosotros no nos desdecimos, las clásicas son ciclismo a partido único, sin guardar, sin compasión.
Pero hay veces que las grades cumplen las expectativas, y el Giro de Italia no suele fallar.
Es una carrera, la carrera de tres semanas por excelencia, cada vez más, ajeno a su envoltorio, por como se corre y se compite.
¿Cuántas veces vemos la maglia rosa escapada?
En el Giro de Italia es raro que no ocurra porque la carrera obliga, se mueve todo en un filo, están todos cerca, aunque parezca lejos, y lejos, aunque los estén viendo.
Es una carrera como un acordeón, en las subidas y bajadas hacia el Lago de Como, Primoz Roglic los tuvo a tocar, se le fueron, los cogió y se le volvieron a ir.
Por eso cuando, presos de la exhibición del rodillo esloveno, muchos ya le atribuían la maglia rosa que se entregará en la arena veronés, dijimos: «Esto es largo…»
Por eso las tres semanas es otra cosa, es una ruleta, un casino que se dice en Italia.
Primoz Roglic es un tipo frío, un témpano, cuyo rostro no hace mueca ni en las peores situaciones.
Ni siquiera en las curvas del Lago di Como, un capricho de la naturaleza que abruma por la belleza de sus montañas, por el azul de su agua, por unas nubes bajas que tintan de onírico el lugar.
La carrera de Primoz Roglic en este Giro está siendo una montaña, con su subida y punto álgido y un descenso que presenta curvas y complicaciones.
Se sabía que Vincenzo Nibali querría sacarle brillo a la versión «Giro» de Il Lombardia
Richard Carapaz, que va sin cadena, era consciente y no le dio un centímetro cuando el siciliano atacó.
Y ahí empezó todo, ahí empezaron a caer caretas.
Roglic no acostumbra a salir a los ataques secos, pero es que esta vez ni siquiera recortaba cuando se puso en «modo Sky» a recuperar.
La salida de carretera del descenso anuncia que al esloveno le corre sangre por las venas y es sangre que empieza a calentarse.
Siguiendo con los símiles de casino, acabará haciendo un «doble o nada» y posiblemente se lleve alguien por delante.
Su ventaja se ha esfumado y el contador corre al revés.
Roglic tiene a Nibali más cerca y a Carapaz más lejos
Creo que entre estos dos y el esloveno estará el podio.
Y lo que anuncian Nibali y Carapaz es una cantinela que nos gusta, un ritmo que sigues con chasquido de los dedos, acompasado pero vibrante.
Vincenzo Nibali es un corredor de época
El ciclista que ganó cuatro grandes entre el Team Sky y Alberto Contador, eso traducido en carrera significa que lo que espera a sus rivales es un infierno de ataques, trampas y demás movimientos que harán de la próxima la semana más larga de sus vidas.
Richard Carapaz vuela
Es un corredor que camina por todos juntos, no bajó como Nibali, pero le cazó tirando, en primera persona, en el llano previo a meta.
Y ya tiene a Roglic cerca del minuto.
Luego está el resto.
Rafal Majka que está aunque parezca lo contrario y Mikel Landa, quien dice respetar a Carapaz, pero…
Lo visto en un momento de Civiglio, el líder delante, el alavés tirando atrás, una vez neutralizado su ataque demuestra que Landa, por mucho que Carapaz sea líder, quiere seguir vivo en la pelea.
En breve, La Cerdanya Cycle Tour cambia su precio
Y lo está, aunque recuperar tres minutos sea para muy machos, demasiado.
Seis etapas, el tappone sin el Gavia, la crono y tres complejas.
El Giro se va a descansar con el mejor preámbulo posible.
Ciclistas
Tirreno-Adriático: Juan Ayuso en hora y forma
Juan Ayuso puede añadir la Tirreno-Adriático a un inicio de 2025 inmejorable
No ganó de forma aplastante, quizá acostumbrados a ver exhibiciones brutales vestidas de UAE, pero la temporada de Juan Ayuso, hasta esta Tirreno-Adriático, está siendo de 10.
Los rivales los conocíamos, estaban marcados, incluso un Filippo Ganna, y eran buenos, Tom Pidcock, hiperactivo, Jai Hindley y el propio Mikel Landa.
Ninguno se lo puso fácil.
Pero Juan Ayuso, marcado desde la salida, vivo y con todas las opciones de cara a esta etapa reina, cumplió el pronóstico.
La etapa había arrancado muy movida, con Mathieu van der Poel atacando desde el kilómetro 0, lo que prometía emoción.
Después de un ritmo frenético, finalmente se escaparon ocho corredores: Gianni Vermeersch, Benjamin Thomas, Samuele Battistella, Jasper Stuyven, Chris Hamilton, Magnus Cort Nielsen, Andrea Vendrame y Andrea Pietrobon.
El pelotón no dejó que la fuga se distanciara demasiado, con equipos como Bahrain y UAE interesados en la etapa, ya que era la única montaña del Tirreno-Adriático.
La diferencia comenzó a reducirse en la subida final, donde primero Bahrain y luego UAE, excelso Del Todo, como el año pasado en esta misma carera, pusieron presión a Filippo Ganna.
Vendrame, que ya había ganado una etapa en esta carrera, se lanzó en solitario con 5 kilómetros para la meta. En esa misma subida, Ganna fue descolgado del grupo por Isaac del Toro, quien, como decimos, impuso un ritmo muy duro.
Poco después, Ayuso atacó y, tras él, se unieron Pidcock y Hindley.
Mikel Landa logró conectar con ellos, pero Ayuso no dejó de atacar. En los últimos 3 kilómetros, el español lanzó varios ataques hasta dejar atrás a sus rivales.
Fue una gran demostración de madurez de Ayuso, quien, pese a la presión y las expectativas sobre sus hombros, controló la situación y ganó con autoridad.
Pidcock fue segundo y Hindley tercero, y no se lo pusieron fácil.
Imagen: FB TirrenoAdriatico
Ciclismo
La caída y abandono de Vingegaard son una muy mala noticia
Ciclistas
La seguridad le quita el sueño a Vingegaard
La caída de Itzulia ha disparado los temores de Vingegaard sobre la seguridad
Para Jonas Vingegaard el accidente de la pasada Itzulia puede ser un antes y un después, lo admitió en su día y ahora lo refleja cada vez que habla de seguridad en el ciclismo.
Ciclistas
Jasper Philipsen va para MVP
Hay pocos ciclistas más valiosos que Jasper Philipsen
Podríamos decir que Jasper Philipsen aún no está en la mesa de los grandes, pero sin duda es uno de los ciclistas que más se acerca a reclamar su lugar.
Hoy en día, Philipsen es uno de los corredores más valiosos del pelotón, no solo porque tiene el nivel para competir y no desentonar al lado de ciclistas como Mathieu van der Poel, sino también porque ha demostrado ser capaz de asumir el mando en momentos cruciales y decidir las carreras a su favor cuando la situación lo requiere.
En las últimas temporadas, el belga ha dejado huella, especialmente con sus victorias en el Tour de Francia y en la Milano-San Remo.
Además, sus dos segundos puestos en el París-Roubaix resaltan la consistencia y el nivel de sus actuaciones.
Es impresionante la cantidad de victorias que ha logrado, muchas de ellas de gran calidad.
Su capacidad para adaptarse y brillar en diferentes escenarios lo ha consolidado como uno de los referentes del pelotón.
Es cierto que a veces se le ha señalado por su actitud algo «mafiosa», como aquella vez en el Tour de Francia, cuando mostró una ambición y control casi abusivos dentro del pelotón. Sin embargo, no se puede negar que Philipsen ha evolucionado hasta convertirse en un ciclista indispensable en la actualidad, un verdadero diferenciador en la carretera.
Su presencia, por ejemplo, ha elevado el nivel de su equipo, Alpecin, y le ha dado a la formación una dimensión competitiva que rivaliza con los grandes equipos.
Mientras que a Van der Poel no se le conoce tanto por sacrificarse por un compañero, Philipsen ha demostrado ser un corredor por quien Mathieu pone el equipo por delante cuando es necesario.
Además de su talento, Philipsen destaca por el buen ambiente que transmite en el pelotón, manteniendo una buena relación con otras grandes estrellas, como Tadej Pogacar y Michael Matthews.
A pesar de sus momentos de tensión, su carácter competitivo y su espíritu de equipo han sido clave para consolidarlo como uno de los ciclistas más completos.
En cuanto a su evolución como sprinter, Philipsen ha dejado atrás las críticas que alguna vez recibió, como cuando nuestro querido Adrián García lo apodaba «Jasper Disaster».
Hoy es uno de los sprinters más letales, habiendo superado las 50 victorias, muchas de ellas de gran nivel, como las nueve etapas del Tour de Francia y varias etapas en la Vuelta a España. Además, su victoria en Kuurne-Bruxelles-Kuurne este año ha sido una clara señal de su potencial, demostrando a Visma que en Alpecin tienen un rival formidable.
No solo es un hombre de victorias en el sprint, sino también un corredor versátil.
La victoria en el Gran Premio de Escalda de hace dos años, donde brilló rodando de manera sublime sobre los adoquines, lo consolidó como un gran especialista en terrenos difíciles, donde se mostró eficiente y competitivo, conectando con otros velocistas belgas que también dominaban las piedras.
Hoy, la presencia de Philipsen es uno de los principales alicientes para poner en aprietos a Pogacar en la Milan-San Remo.
Como es bien sabido, si Van der Poel no logra romper la carrera, Philipsen será uno de los hombres clave.
Este 2025 ya ha comenzado a demostrar cómo puede hacerle daño al mejor ciclista del mundo, reafirmando que está preparado para luchar por los títulos más prestigiosos.
Imagen: A.S.O.
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