Ciclismo
Desafío Maestrat, 5 sitios para no perderse
Cinco puntos memorables para conocer la esencia del Desafío Maestrat
1 de junio, fecha en rojo, por el norte de Castellón, Desafío Maestrat va a descubrir algunas maravillas del lugar en 200 kilómetros de prueba y más de 3000 metros de desnivel a los que quieran disfrutar de una singular de ciclismo en la entrada del verano.
De ese trazado, queremos daros los cinco sitios que conforman un día ideal para disfrutar de la bicicleta…
Los muros de Ciudad de Ciclismo
La Ciudad del Ciclismo es el sitio donde se ideó Desafío Maestrat y será visitado en la parte inicial del recorrido.
Son dos muros, no muy largos, tanto en la Ciudad como ya en Cervera del Maestre los que pondrán los primeros puntos de dureza a la jornada.
La Mirona antes de Albocasser, donde la carretera empieza a ganar metros
No es mucho el desnivel, pero el paisaje del Maestrat se abre ante los ojos de los ciclistas, en un territorio de singular belleza en el que la media montaña empieza a hacer mella en los participantes.
Estamos sobre el kilómetro 60 y vamos a la localidad de Albocàsser desde donde arranca la subida más sostenida de la jornada.
Ares del Maestrat: el desafío está allí arriba
Está al final de la subida que arranca desde Albocàsser, siendo Maestrat 100%, con siluetas imposibles alrededor de los ciclistas, pueblos trepando por ellos y grandes riscos.
Situado antes de la mitad de la prueba, nos recibe con su silueta pintoresca y sus historias recientes de la Vuelta a España, aquí ha ganado etapa Jesus Herrada.
Parc Natural Tinença de Benifasa, el sitio mágico
Por la carretera se cruzarán seis o siete pequeños pueblos, algunos de la belleza de Vallibona y Rosell, en un continuo serpenteo, arriba y abajo en el sitio más auténtico y virgen del Maestrat.
La carretera es de una belleza extraordinaria en medio de un paraje solitario, con poco tránsito, que sin duda es la estampa que todos se imaginan cuando se ven rodar por el Maestrat.
Desde Traigera a Benicarló
Conocido por la cantidad de turismo que atrae en verano, Benicarló es anfitrión de la prueba, dando salida y llegada desde su centro, en la misma calle San Francisco y Plaza de la Constitución, lugares amables para la bicicleta y el peatón.
En el camino de vuelta a Benicarló, el pelotón habrá pasado por la carretera de Traiguera, una ruta estrecha, que lleva por el Santuario Font de la Salut, que entra en ese abanico de opciones que todo buen ciclista quiere conocer: ciclismo tranquilo, humano y en un entrono agradable y bello.
La prueba se realizará el próximo 1 de junio con salida y llegada a Benicarló, abriendo la ruta a los increíbles parajes del norte de Castellón, escalando sus emblemáticos puertos por los que ya han transcurrido pruebas de primer nivel como La Vuelta a España.
Desafío Maestrat: 200 km / +3000 m
Se disponen de dos puntos de control (PC), para recortar kilómetros y completar 84 km o 125km.
En este duro recorrido se coronan 5 puertos: el Alto de Cervera, La Mirona, Coll d´Ares, Alto de Santa Agueda y Alto de Vallibona, y entre ellos diversas pequeñas cotas para completar la experiencia.
Inscripciones y precios
Las inscripciones están abiertas hasta el 12 de mayo con escalado de precios por 66€, incluyendo maillot, bolsa del corredor y avituallamientos.
Ciclismo
Alejandro Valverde no sería el mejor seleccionador español
La opción de Alejandro Valverde como seleccionador es golosa, pero no necesariamente la más adecuada
Como cada año por estas fechas, el ciclismo vive de «culebrones» e historias inesperadas. Hace 365 días, el foco estaba en el acto de rebeldía de Cian Uijtdebroeck en el Bora y su deseado salto al Jumbo-Visma. Hoy, en cambio, leemos que Alejandro Valverde suena para ser el seleccionador nacional.
Sinceramente, no tengo nada en contra del murciano, pero pensar que Valverde podría ser seleccionador nacional no me genera ninguna garantía.
La historia está llena de grandes ciclistas que, al asumir el rol de directores de equipo, no han logrado marcar la diferencia.
Al contrario, se han hundido en la contradicción de ver que muchos de sus pupilos no han sido capaces de igualar su nivel.
Pero eso no es todo.
La trayectoria de Alejandro Valverde en los mundiales de ciclismo, el principal reto al que se enfrenta cualquier seleccionador, no ofrece el mejor antecedente para el cargo.
Es cierto que nadie tiene más medallas que él, pero cuando fue campeón del mundo, ya habían pasado por delante de él no pocas oportunidades para haberlo sido mucho antes.
Viajemos a Florencia, en 2013, cuando Alejandro Valverde mencionó sus cinco medallas en mundiales para explicar el sentimiento de satisfacción que siempre ha utilizado cuando un resultado no le es favorable.
Un bronce es interesante, pero cuando ya tienes tres colgados de tu cuello, ya no resulta tan atractivo.
En 2003, con Igor Astarloa como campeón, Valverde logró la plata.
En ese momento, todos tuvimos claro que este veloz ciclista algún día sería campeón del mundo, pero la estadística no le fue favorable hasta muchos años después.
Valverde quemó unos años maravillosos, en los que la naturaleza le dotó de un talento inmejorable para ser el ciclista de la década, pero el resultado se quedó corto.
Cuando Valverde «la pifió» en el mundial que debió ser de Purito, en un escenario que el seleccionador Javier Mínguez veía con claridad, vinieron a la mente dos ciclistas: Samuel Sánchez y Óscar Freire.
Los cito porque, al igual que Purito, tuvieron que sufrir esas lagunas en el proceder de Valverde, las cuales acabaron por arruinar el plan perfecto, tal y como ocurrió en Florencia en 2013.
Sin embargo, este repaso sería incompleto si no comenzamos por el principio: Verona 2004, cuando el murciano trabajó muy bien para Óscar Freire en su tercer campeonato del mundo.
En 2012, en Valkenburg, con la certeza de que Freire se retiraba y estaba ante su último cartucho, se asumió que el cántabro era la baza principal de la selección.
Valverde aceptó el rol, pero en el momento clave, se quedó entre dos aguas.
Desbordado por Philippe Gilbert, no auxilió a Freire ni intentó frenar al belga.
La mecha se encendió en cuanto cruzaron la meta. Freire, ya decidido a retirarse, señaló al murciano con su mirada crítica. Curiosamente, hoy, como ayer, Freire reivindica que el puesto de seleccionador le fue ofrecido antes a él y no a Valverde.
Años antes, en 2006, en Salzburgo, y en medio de otras ocasiones fallidas en la búsqueda del título mundial, Valverde ya había encendido comentarios y conjeturas con su peculiar manera de correr.
En ese mundial, todo parecía indicar que la carrera terminaría en una llegada masiva, hasta que apareció un «obús» del pelotón llamado Samuel Sánchez. Valverde, pegado a su rueda, parecía estar en la mejor disposición.
Erik Zabel y Paolo Bettini también estaban presentes. Era la situación soñada: dos de cuatro escapados a menos de 1000 metros de la meta. Samuel hizo un trabajo descomunal. En una llegada, de 100, Valverde le ganaba 99 veces a Bettini y Zabel, pero esa vez, tanto el italiano como el alemán fueron mejores que el murciano.
Aquel desenlace lo comenté con el propio Samuel Sánchez en una entrevista publicada en la revista Ciclismo en Ruta de noviembre de ese año. Aquí lo que dijo Samuel sobre ese final mundialista:
“Nunca sabremos qué habría pasado. Lo que tengo claro es que me fui de Salzburgo muy satisfecho porque hice el trabajo a la perfección. También es cierto que, si hubiésemos actuado de otra manera, podríamos haber ganado el Mundial. Trabajamos como un equipo con el objetivo de conseguir medalla, y nunca podremos cuestionar al técnico. Paco hizo un equipo con todas las letras y siempre nos ha tratado muy bien”.
En un tercer de segundo, con la meta a menos de un kilómetro, rompes la carrera, y Valverde se sitúa a tu rueda. En ese instante, la suerte de una prueba tan importante como el Mundial está en tus piernas.
¿Eres consciente de que pudiste haber sido campeón del mundo? le pregunté.
“Si en el momento en que arranco, Alejandro y yo hubiésemos estado más listos, podríamos haber ganado. Si ataco y me voy solo, hubiera ganado. Si Alejandro sale a mi rueda y corta el pelotón tras él, el desenlace hubiera sido otro. Hay que tener en cuenta que íbamos a 70 km/h y a 185 pulsaciones. Todo lo que hablemos ahora son sólo hipótesis. Después de 270 kilómetros, cualquiera que llegue mejor que tú, te puede ganar. Le comenté a Valverde durante la carrera que no metiese el 11 llevando un 54 delante, y terminó por atrancarse un poco. Yo iba con un 53×11”.
Veremos si Alejandro Valverde llega a ser seleccionador. Suena bonito para el gran público, pero la letra pequeña…
Ciclismo
El accidente de Remco Evenepoel y el juego de la ruleta
Un accidente como el de Evenepoel nos recuerda que el ciclista siempre es el eslabón frágil
Me cuesta creer en las casualidades, ni siquiera en un supuesto reparto equitativo de desgracias y accidentes, pero cuando leí el informe sobre Remco Evenepoel tras su choque con un vehículo de reparto, no pude evitar pensar en sus dos grandes rivales del Tour de Francia.
Una cosa es no creer en las casualidades, y otra es que el carrusel de la vida ciclista haya colocado a cada uno de los integrantes del podio de Niza ante la misma situación: los efectos de una caída, accidente o percance que te deja tocado.
Todo esto ha sucedido en un año y medio, afectando a los tres mejores ciclistas de grandes vueltas, en un entorno de hipercompetitividad donde cualquier paso en falso te puede dejar fuera de la ecuación.
Es cierto que el belga estuvo involucrado en la misma caída que Vingegaard en Itzulia, pero también es verdad que salió menos perjudicado que el danés.
Sin embargo, este accidente de Remco Evenepoel en Bélgica es de otro nivel de gravedad.
Evenepoel comenzará la temporada 2025 lastrado por un accidente que, afortunadamente, no fue peor, pero que sin duda nos enfrenta a una realidad ineludible para todos los ciclistas, incluidas las estrellas: nadie está exento de un susto mayúsculo, en cualquier lugar, en cualquier momento.
Hace un tiempo, cuando este «mal anillado cuaderno» apenas comenzaba, escribimos un post sobre los padres que se quedan en casa viendo a su hijo ciclista salir a entrenar.
Este incidente con Remco me recordó ese texto, un homenaje a las personas que nos rodean y nos miran con recelo cuando tomamos la bicicleta y salimos a rodar.
La bicicleta sigue siendo un vehículo maravilloso, pero esa belleza no quita que sea peligrosa, porque, al final, el ciclista sigue siendo el eslabón frágil de la cadena.
Patrick Lefevere comentó sobre Evenepoel que lo que le ha sucedido —ir en bici y que alguien abra una puerta sin mirar— ocurre con frecuencia en muchas partes del mundo.
Los efectos ya los hemos visto: una lista de lesiones que asusta para un gesto tan nimio. Decir que hay que mirar SIEMPRE antes de abrir una puerta debería ser innecesario, pero, aun así, es imprescindible repetirlo.
Mucha suerte a Remco en lo que le viene por delante. El ciclismo es así: tocar el cielo en París en agosto y besar el suelo en diciembre.
Y sí, estoy seguro de que él no será el último en vivir una historia similar.
Imagen:
A.S.O./Billy Ceusters
Ciclismo
Me gusta que la Vuelta salga del extranjero pero…
La Vuelta va a encadenar tres salidas desde el extranjero
No lo sé, no lo he comprobado, pero que la Vuelta hilvane tres inicios consecutivos fuera de España creo que nunca ha sucedido.
Podríamos decir que se parece al Tour y, aunque sobre el papel parezca un abuso, no me parece mal que, de vez en cuando, la carrera salga más allá de los Pirineos.
Primero, porque significa que la competición es atractiva, que tiene una marca consolidada y un buen tirón mediático. Y segundo, y más importante, porque contribuye a la salud financiera de nuestra carrera.
Ojo, que la Vuelta va a encadenar salidas en Lisboa, Turín y Mónaco, con la irrupción de Barcelona para evitar que Utrecht se uniera al listado de forma consecutiva.
No son pocas salidas, y en este caso, Italia se convierte en el primer país de las tres grandes que albergará una salida de cada una de ellas.
En todo caso, dejando de lado la estadística más friki, insisto en que me gusta que la Vuelta salga al extranjero, aunque quizá no en tres ediciones seguidas.
Entiendo que el negocio es lo primero, debe ser así, pero encadenar tres salidas internacionales es excesivo, incluso para quienes disfrutamos estas cosas, más aún cuando hay muchos lugares en España que llevan años sin aparecer en la carrera.
Claro que, en esto, también hay truco: si esas ciudades no apuestan por acoger la Vuelta, poco se puede hacer. Pero cuesta creer que no haya localidades importantes en España capaces de albergar la salida, como Lille lo hará con el Tour el próximo año.
Otra cuestión son las etapas previstas para la salida piamontesa. Un tríptico que, veremos, podría convertirse en una oportunidad perdida cuando la carrera salga de Italia, quedando más como un gesto simbólico que como una verdadera competición.
El ciclismo tiene la capacidad de vender país y marca como pocos deportes, pero si todo se resume a la salida y a unos días de estancia sin impacto relevante en la carrera, no sé hasta qué punto tiene sentido el esfuerzo de las instituciones locales por un puñado de horas intrascendentes, como ocurrió con la salida húngara del Giro, que enfadó a tanta gente por la escasa relevancia deportiva de esos días.
El trazado de las tres primeras etapas de la Vuelta, con llegada en alto incluida, transmite poco o nada, al menos a priori.
imagen: Unipublic/Cxcling/Beatriz Martinez
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