Ciclistas
Contador y los grandes micrófonos
Interesante. Así podría definir la charla de Alberto Contador y Manu Carreño en el programa nocturno de éste último. Interesante porque rara vez en una entrevista de este tipo Contador deja indiferente a la parroquia. Ya se sabe programa de gran audiencia, consumo masivo y por tanto mensajes diferentes a los que se podrían dar en círculo estrictamente ciclista, si bien, queda demostrado que este deporte vive muy trenzado a las redes y las nuevas formas de comunicación con la liturgia que hemos apreciado en la revelación de los nuevos maillots y colores este fin de año.
La entrevista tiene varios pasajes interesantes. Algunos vuelven a delatar la imprudencia que mueve muchas veces las palabras del ciclista. Habla de su nueva bicicleta como no lo habría hecho once días, dejando, pues no muy bien su anterior proveedor, que ahora mismo estará literalmente alucinado como el corredor a cuya manutención ha contribuido hace cinco o seis años, le deja como marca de segunda. Vamos que uno de los motivos del cambio de equipo ha sido la marca de bici. Me agradaría saber cómo se gestó todo y saber cómo la anterior marca de bicicletas del madrileño no ha dudado un segundo en irse con Peter Sagan al Bora, como buque insignia de su notoriedad.
Obviamente, hubo también para el patrón que Contador ha dejado en el camino, Oleg Tinkov. Todo superficial y revanchista. “Nunca me tomaría una copa de cava con él”. Menos mal que anteriormente dijo que quería pasar página y que recordar ciertas cosas no era la suyo. El periodista, pésimo narrador de fútbol, imaginaros hablando de ciclismo, le ríe el gesto, se queda en detalles del tronado de Tinkov, pero no valora, para qué, porqué el ciclismo en particular, y el deporte en general se ha puesto tan caro que sólo puede ser sufragado por personajes como el ruso o los jeques de la península arábiga. El pensamiento profundo no se estila. No es necesario.
No todo es malo, por eso. El personaje no nos emociona, es obvio, pero hay algo que nos gusta mucho de él y es su ambición, en ocasiones para los que estamos fuera, desmedida, pero ambición al fin y la convicción de que puede optar al premio que yo creo ahora mismo le mantiene activo y con ilusión: ganar el Tour de Francia. Que pueda o no, se verá. Yo mantengo hace un tiempo que no, que su última ocasión real de lograrlo se fue en ese descenso de los Vosgos hace dos años y medio. Sin embargo él insiste y persiste y es loable, porque querer ser el mejor en la mejor carrera habla mucho de la persona y sus miras. Que lo logre es otra cuestión.
Y por último, como el hámster roedor, la cuestión de su sanción de hace unos años y la imagen presente del ciclismo. Sobre esa obsesión de cargarle al ciclismo toda la porquería, incluso la de hace un tiempo, me gustaría oír en cada entrevista a Pep Guardiola una pregunta sobre su positivo en el Brescia, por ejemplo, o a Fabio Cannavaro, sobre su “vídeo intravenoso”, más que nada para que se demuestre que hay interés en saber un poco más de la verdad y no la burda intención de remover el pasado cada vez que tienes a un ciclista delante. Debe parecerle bonito presionar a Contador, con su humilde séquito alrededor, cuando no toses a las vacas sagradas del fútbol o de otros deportes. Luego dicen que la prensa está en crisis…
Imagen tomada de www.arueda.com
Ciclistas
Tirreno-Adriático: Juan Ayuso en hora y forma
Juan Ayuso puede añadir la Tirreno-Adriático a un inicio de 2025 inmejorable
No ganó de forma aplastante, quizá acostumbrados a ver exhibiciones brutales vestidas de UAE, pero la temporada de Juan Ayuso, hasta esta Tirreno-Adriático, está siendo de 10.
Los rivales los conocíamos, estaban marcados, incluso un Filippo Ganna, y eran buenos, Tom Pidcock, hiperactivo, Jai Hindley y el propio Mikel Landa.
Ninguno se lo puso fácil.
Pero Juan Ayuso, marcado desde la salida, vivo y con todas las opciones de cara a esta etapa reina, cumplió el pronóstico.
La etapa había arrancado muy movida, con Mathieu van der Poel atacando desde el kilómetro 0, lo que prometía emoción.
Después de un ritmo frenético, finalmente se escaparon ocho corredores: Gianni Vermeersch, Benjamin Thomas, Samuele Battistella, Jasper Stuyven, Chris Hamilton, Magnus Cort Nielsen, Andrea Vendrame y Andrea Pietrobon.
El pelotón no dejó que la fuga se distanciara demasiado, con equipos como Bahrain y UAE interesados en la etapa, ya que era la única montaña del Tirreno-Adriático.
La diferencia comenzó a reducirse en la subida final, donde primero Bahrain y luego UAE, excelso Del Todo, como el año pasado en esta misma carera, pusieron presión a Filippo Ganna.
Vendrame, que ya había ganado una etapa en esta carrera, se lanzó en solitario con 5 kilómetros para la meta. En esa misma subida, Ganna fue descolgado del grupo por Isaac del Toro, quien, como decimos, impuso un ritmo muy duro.
Poco después, Ayuso atacó y, tras él, se unieron Pidcock y Hindley.
Mikel Landa logró conectar con ellos, pero Ayuso no dejó de atacar. En los últimos 3 kilómetros, el español lanzó varios ataques hasta dejar atrás a sus rivales.
Fue una gran demostración de madurez de Ayuso, quien, pese a la presión y las expectativas sobre sus hombros, controló la situación y ganó con autoridad.
Pidcock fue segundo y Hindley tercero, y no se lo pusieron fácil.
Imagen: FB TirrenoAdriatico
Ciclismo
La caída y abandono de Vingegaard son una muy mala noticia
Ciclistas
La seguridad le quita el sueño a Vingegaard
La caída de Itzulia ha disparado los temores de Vingegaard sobre la seguridad
Para Jonas Vingegaard el accidente de la pasada Itzulia puede ser un antes y un después, lo admitió en su día y ahora lo refleja cada vez que habla de seguridad en el ciclismo.
Ciclistas
Jasper Philipsen va para MVP
Hay pocos ciclistas más valiosos que Jasper Philipsen
Podríamos decir que Jasper Philipsen aún no está en la mesa de los grandes, pero sin duda es uno de los ciclistas que más se acerca a reclamar su lugar.
Hoy en día, Philipsen es uno de los corredores más valiosos del pelotón, no solo porque tiene el nivel para competir y no desentonar al lado de ciclistas como Mathieu van der Poel, sino también porque ha demostrado ser capaz de asumir el mando en momentos cruciales y decidir las carreras a su favor cuando la situación lo requiere.
En las últimas temporadas, el belga ha dejado huella, especialmente con sus victorias en el Tour de Francia y en la Milano-San Remo.
Además, sus dos segundos puestos en el París-Roubaix resaltan la consistencia y el nivel de sus actuaciones.
Es impresionante la cantidad de victorias que ha logrado, muchas de ellas de gran calidad.
Su capacidad para adaptarse y brillar en diferentes escenarios lo ha consolidado como uno de los referentes del pelotón.
Es cierto que a veces se le ha señalado por su actitud algo «mafiosa», como aquella vez en el Tour de Francia, cuando mostró una ambición y control casi abusivos dentro del pelotón. Sin embargo, no se puede negar que Philipsen ha evolucionado hasta convertirse en un ciclista indispensable en la actualidad, un verdadero diferenciador en la carretera.
Su presencia, por ejemplo, ha elevado el nivel de su equipo, Alpecin, y le ha dado a la formación una dimensión competitiva que rivaliza con los grandes equipos.
Mientras que a Van der Poel no se le conoce tanto por sacrificarse por un compañero, Philipsen ha demostrado ser un corredor por quien Mathieu pone el equipo por delante cuando es necesario.
Además de su talento, Philipsen destaca por el buen ambiente que transmite en el pelotón, manteniendo una buena relación con otras grandes estrellas, como Tadej Pogacar y Michael Matthews.
A pesar de sus momentos de tensión, su carácter competitivo y su espíritu de equipo han sido clave para consolidarlo como uno de los ciclistas más completos.
En cuanto a su evolución como sprinter, Philipsen ha dejado atrás las críticas que alguna vez recibió, como cuando nuestro querido Adrián García lo apodaba «Jasper Disaster».
Hoy es uno de los sprinters más letales, habiendo superado las 50 victorias, muchas de ellas de gran nivel, como las nueve etapas del Tour de Francia y varias etapas en la Vuelta a España. Además, su victoria en Kuurne-Bruxelles-Kuurne este año ha sido una clara señal de su potencial, demostrando a Visma que en Alpecin tienen un rival formidable.
No solo es un hombre de victorias en el sprint, sino también un corredor versátil.
La victoria en el Gran Premio de Escalda de hace dos años, donde brilló rodando de manera sublime sobre los adoquines, lo consolidó como un gran especialista en terrenos difíciles, donde se mostró eficiente y competitivo, conectando con otros velocistas belgas que también dominaban las piedras.
Hoy, la presencia de Philipsen es uno de los principales alicientes para poner en aprietos a Pogacar en la Milan-San Remo.
Como es bien sabido, si Van der Poel no logra romper la carrera, Philipsen será uno de los hombres clave.
Este 2025 ya ha comenzado a demostrar cómo puede hacerle daño al mejor ciclista del mundo, reafirmando que está preparado para luchar por los títulos más prestigiosos.
Imagen: A.S.O.
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