Ciclismo antiguo
La leyenda de Bahomontes sigue intacta
“Mira, qué bueno, han escrito este libro sobre mí” me dijo señalando la estantería. “Parece que estoy de moda” añade en medio de una muda carcajada. En Bélgica hay una revista con su nombre. Federico Martín Bahamontes es leyenda viva, de esa que se nos va de entre los dedos por el deterioro simple y llano del tiempo, de esa que estrujarías para que te contara cómo fue su recibimiento en Toledo, en el yugo de la España franquista, cuando el alto de su coche no cabía por el arco de la Puerta de Nueva de Bisagra, esa que cincela la doble cabeza de águila del imperio de Carlos V.
En 1959, Bahamontes ganó el Tour, el primer Tour español. Me cuentan los que le vieron que iba sin cadena, era el mejor con diferencia y que la propia madurez de su físico frágil pero asesino en carrera le llevaron a ganar la carrera. Eso sí, tuvo también mucho que Fausto Coppi quien serigrafiaba su apellido en el pecho del toledano con el patrocinio de tricofilina, una especie de aspirina de la época.
Coppi no sólo ponía la pasta, movía los hilos, tejía alianzas, iba mucho más allá de Dalmacio Langarica, el director del equipo español, un exciclista, victorioso en una Vuelta, cuyas miras nunca situaron, a priori, a Bahamontes en el primer escalón del podio. Dicen que Dalmacio tenía una niña de sus ojos, se llamó Jesús Loroño.
La cronoescalada al Puy de Dome aupó al castellano manchego, le puso arriba, en doce kilómetros y medio dejó a Charly Gaul a minuto y medio. Maître Anquetil perdió casi cuatro minutos. Bahamontes los había matado jugando, traqueteando con su máquina cargada de seis coronas, del 14 al 23 con un 51 y 44 adelante. Multiplicaciones para gloria: “¡Vamos, Fede, vamos!” espoleaba Langarica. Bahamontes dijo volar como un águila. Tenía la promesa de un extasiado Coppi: “Si ganas, te espero en París”. Ambos se verían en la ciudad de la luz, ramo en ristre y amarillo por sayo.
“Nunca pensé en sacar tanto tiempo en tan corto espacio” dijo Fede en la ronda televisiva de la noche. Fede nunca hablaba se mencionar un nombre, un mito, el de Fermina, su mujer. Había desayunado una tostada con mantequilla y mermelada acompañada de un té. Al mediodía, tras yacer en la cama hasta las doce, comió verdura y carne picada. El menú le había sentado de maravilla: etapa, liderato y match ball para ganar el Tour.
Al final de tres semanas largas de periplo por el hexágono el águila se llevó a su Toledo natal 3,6 millones de francos en premios oficiales, más las cien mil pesetas que la Federación Española le dio y el serial de criteriums, en esa época una auténtica máquina de hacer dinero, aunque fuera a costa de dormir en coches de ciudad en ciudad, en mala postura, crujido por el traqueteo, pero alimentando una leyenda que 56 años después goza de excelente salud.
Imagen de @Zapa9MFS
INFO
En el RH Hotel Bayren & Spa ponemos a disposición del ciclista un espacio en el que podrá limpiar y acondicionar su bicicleta con toda comodidad y seguridad.
Ciclismo antiguo
¿Veréis la película de Gino Bartali?
Leyendas como Gino Bartali tardan en tener una película
Siempre he pesando que el ciclismo es el deporte más literario, y por ende cinematográfico que existe, un deporte que se mueve por los sitios, que se escribe en historias increíbles y en circunstancias que no somos capaces de concebir.
Me sucedió cuando escribí la historia de Mariano Cañardo y todo lo que de su vida se desprende, y claro, cuando veo que va a salir una película de Gino Bartali empiezo a salivar.
Porque la vida de Gino Bartali, dos veces ganador del Tour de Francia y héroe de la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial, será llevada al cine en una nueva película biográfica titulada Bartali.
El actor Miles Teller será Gino Bartali en su película, para rememorar su éxito deportivo y su papel crucial en la resistencia italiana al transportar documentos secretos y ayudar a judíos a esconderse durante la invasión alemana.
La película será dirigida por E. Chai Vasarhelyi y Jimmy Chin, ganadores del Oscar en 2018 por el documental Free Solo.
La producción estará a cargo de su compañía, Little Monster Films.
Gino Bartali una leyenda, en lo deporgivo ganando múltiples títulos como el Giro de Italia y el Tour de Francia antes y después de la guerra.
En lo histórico demostrando su valentía durante la Segunda Guerra Mundial, transportando mensajes y papeles importantes escondidos en su bicicleta, le valió el reconocimiento de Justo entre las Naciones en 2013, por parte del Centro de Memoria del Holocausto en Jerusalén.
Miles Teller, conocido por sus papeles en Whiplash y Top Gun: Maverick, flipa por interpretar a Bartali, destacando el coraje y la humanidad del ciclista que arriesgó su vida por otros.
La historia de Bartali ya ha sido explorada en otras películas y libros, pero esta nueva versión promete ampliar la faceta heroica del ciclista mucho más allá de su legado deportivo, cosa muy importante en los tiempos de que corren.
Recordar a Gino Bartali es recordar la barbarie.
Lo aplaudo.
Ciclismo antiguo
Indurain: Amor por los Pirineos
Podemos decir que lo mejor de Indurain empezó y acabó en los Pirineos
Ya lo sabéis, Miguel Indurain es un navarro de Villaba, un pueblo cercano a Pamplona, situado en el Camino de Santiago, con los Pirineos a unos 40 kilómetros, por lo que no es raro que desde pequeño pudiera disfrutar de esos paisajes montañosos.
A solo un paso de su casa, tenía lugares como Roncesvalles y otras zonas para entrenar.
Cuando Miguel empezaba a formarse como ciclista, recorría rutas como Larrau, Ochagavía y Valcarlos.
Y esos Pirineos tan cercanos fueron clave para su desarrollo y también lo trataron muy bien. Desde sus primeras victorias en carreras como Cauterets y Luz Ardiden, quedó claro que iba en serio y que su objetivo era el Tour.
Ya en 1991, Miguel tuvo su primer gran golpe en el Tour, aunque las cosas no estaban siendo fáciles para los ciclistas españoles en general, ni para su equipo Banesto en particular, en especial por la etapa de Jaca.
Pero la gran jugada vino al día siguiente, en la etapa de Jaca a Val Louron, cuando Miguel aprovechó una jornada épica en los Pirineos para dejar huella.
En el Tourmalet, a mitad de etapa, se fue para adelante con el italiano Claudio Chiapucci, y al final, subió al podio con el maillot amarillo por primera vez.
Los Pirineos siempre fueron su terreno.
En Cauterets logró su primer triunfo en el Tour y en Luz Ardiden se perfiló como el ciclista imparable que llegó a ser, incluso dejando atrás a figuras como Greg Lemond.
Ya antes, en el Tour del Porvenir, se mostró como un gran talento en las montañas, que siempre fueron su zona de gloria y sufrimiento.
Y aunque en 1996 sufrió un golpe durísimo en Hautacam, cuando se despidió de su sexto Tour, Miguel siempre encontró más alegrías que decepciones en los Pirineos.
Esos mismos Pirineos que le dieron tanto y lo vieron brillar, también fueron testigos de sus inicios, pero su historia sigue siendo una de las más grandes del ciclismo.
Ciclismo antiguo
100 años de Bernardo Ruiz
Bernardo Ruiz fue el primer español en pisar el podio del Tour
Cuando Bernardo Ruiz nació, ayer hace 100 años, España en pleno periodo de la dictadura conducida por Miguel Primo de Rivera en conexión directa con el el rey Alfonso XIII, el último monarca antes de la irrupción de la segunda república.
En Orihuela, Bernardo Ruiz daba sus primeros pasos, los de un un pionero que abrió el camino para el ciclismo español en competiciones internacionales, primer podio en el Tour, en un contexto muy diferente al actual, puesto que en su época el ciclismo en España estaba en la prehistoria.
Desde joven, Ruiz demostró su talento.
Empezó a ganar competiciones importantes como la Vuelta a España en 1948 y la Volta a Catalunya en 1945, con 20 años. También ganó varias veces el Campeonato de España y la Vuelta a Valencia.
Pero lo más destacado de su carrera fue su participación en el Tour de Francia, el gran escaparate y restablecido tras el parón por la Segunda Guerra Mundial.
En 1951, Bernardo destacó en el Tour al ganar dos etapas y quedar en noveno lugar en la clasificación general, lo cual fue un gran logro para un ciclista español en esa época.
Al año siguiente, en 1952, logró el tercer puesto en la clasificación general del Tour, convirtiéndose en el primer español en subir al podio, fue el primero de una lista larga y fecunda en nombres que vienen hasta hace bien poco.
Este logro fue muy importante para el ciclismo español, que en ese entonces no tenía mucho reconocimiento internacional.
Además, Bernardo siempre destacó la figura de Fausto Coppi, el ciclista italiano que para él fue el mejor de todos, por su talento y versatilidad tanto en carretera como en pista.
Después de catorce años de carrera, Bernardo Ruiz decidió retirarse en 1958.
Su legado en el ciclismo español es enorme, pues fue el primero en lograr un podio en el Tour y abrió las puertas para que otros ciclistas españoles pudieran destacar en el ámbito internacional.
Por todo, Bernardo Ruiz fue un ciclista clave en la historia del ciclismo español, especialmente por su papel en el Tour de Francia, y su legado sigue muy vigente desde la expo que se le ha dedicado en su Orihuela natal.
Imagen: Córdoba Hoy
Ciclismo antiguo
DEP Emile Idée, el ganador de etapa del Tour de más edad
Fallecido a los 104 años, Emile Idée se hizo ciclista en plena Segunda Guerra Mundial
No hace mucho Federico Martín Bahamontes nos dejaba a los 95 años para dejar de ser el ganador de Tour vivo más viejo.
Estos días leemos que se ha ido Emile Idée, un exciclista francés de 104 años que con su etapa en el Tour de Francia a finales de la década de los 40, suponía el vínculo vivo más longevo con aquellos años de postguerra.
Como decimos, Emile Idée era el ciclista más veterano en ganar una etapa del Tour de Francia, y nos dejó a los 104 años en su casa, cerca de París.
Fue una figura destacada del ciclismo francés en los años 40, a pesar de que su carrera se vio interrumpida por la Segunda Guerra Mundial.
Idée se convirtió en profesional en 1942 -en plena Segunda Guerra Mundial y los nazis ocupando Francia- y destacó como especialista en contrarreloj.
Ganó varios Campeonatos Nacionales y el desaparecido GP Nations, considerado en su época como el título no oficial de contrarreloj mundial.
Durante su carrera de 12 años, corrió para equipos como Alcyon-Dunlop, La Perle–Hutchinson y Peugeot-Dunlop. Además, compartió pelotón con leyendas francesas como Louison Bobet y corredores internacionales como Fausto Coppi y Briek Schotte.
Incluso quedó segundo en la París-Roubaix de 1948, detrás del belga Rik van Steenbergen.
Uno de sus mayores logros fue ganar cinco veces el Critérium Nacional, una de las carreras por etapas más prestigiosas de Francia. También fue el ciclista más longevo de la primera edición del Tour de Francia tras la guerra, en 1947.
El momento cumbre de su carrera llegó en 1949, cuando ganó la etapa 13 del Tour de Francia en un sprint final en Nimes. En una entrevista, Idée recordó haber intimidado a un rival italiano durante esa escapada, diciéndole: «Si intentas atacar, te doy una buena paliza«.
Aunque no se sabe si el italiano le tomó en serio, Idée demostró ser el más rápido y se llevó su única victoria en el Tour.
Se retiró en 1952 y luego abrió varias tiendas de bicicletas, viviendo el resto de su vida en Melun, cerca de París.
Emile Idée será recordado no solo como un gran ciclista, sino como un testimonio viviente de una era crucial del ciclismo.
Imagen: Journal L´Union
-
Ciclismo1 semana atrás
Que Visma no vaya a O Gran Camiño no es bueno
-
Ciclismo6 días atrás
Esta Vuelta Andalucía pinta bien
-
Ciclismo24 horas atrás
Mal plan en la crono del UAE Tour
-
Ciclismo1 semana atrás
La mejor Volta a la Comunitat Valenciana
-
Ciclismo3 días atrás
Pues ya tenemos un Vingegaard vs Roglic
-
Ciclismo1 semana atrás
Visma no quiere quemar a Uijtdebroeks ante Pogacar
-
Ciclismo1 semana atrás
Jorgen Nordhagen, la baza que Visma cuida
-
Ciclismo antiguo1 semana atrás
Indurain: Amor por los Pirineos