Ciclismo
5 postales de la Strade Bianche
El valor icónico de la Strade Bianche queda patente en estas cinco postales
El jueves, al calor del tweet del amigo Ramón Espinar, eché la vista atrás y me percaté de las muchas postales que nos ha dejado la Strade Bianche.
El póster guapo de la Strade Bianche siempre ha sido este, pero estáis tan flipados con Van der Poel que se os ha olvidado Cancellara. pic.twitter.com/WOCsgoGTsm
— Ramón Espinar (@RamonEspinar) March 2, 2023
Aquella adelantada la recuerdo bien, especialmente por lo sorpresivo de ver un tipo como Stybar siendo rebasado por el interior a manos de un martillo como Cancellara.
Nunca habría esperado eso para un ciclocrossman, y eso que venía con el dorsal uno del año anterior.
En todo caso, esta carrera, con menos de veinte años, nos ha dado premios visuales de toda índole más allá del paisaje humanista de la Toscana, con esas polvaredas marcando el paso exacto del pelotón, y la plaza de Siena.
Para mí la mejor de las postales de la Strade Bianche es la rampa final de Santa Caterina, la imagen que ilustra el artículo, para dar el encuadre y la perspectiva de lo que implica jugarte con otro top mundial un triunfo de prestigio tras volar por las rutas que llevan a Siena.
Esa perspectiva, ese desnivel que se aprecia, la gente jadeando entre gritos y aplausos, qué cabrones estos italianos, qué bien lo hacen.
No es de extrañar que acaben como Pogacar el año pasado.
El esloveno ganó el año pasado, por delante de Alejandro Valverde, pero un año antes formó parte de la posiblemente escapada más brutal que hayamos visto en mucho tiempo.
Un grupo de cocos, formado a más de cincuenta de meta, que no dejaron de darse palos hasta la misma llegada.
Ahí fueron Van Aert, con el dorsal uno, Alaphilippe, ganador un par de años antes, Van der Poel, ganador a la postre, Pidcock, Pogacar, Bernal y Simmons, esa escapada nos la aprendimos todos como la alineación del equipo de nuestros amores.
El desenlace que le dio Mathieu Van der Poel esa jornada fue una de las jugadas más violentas que jamás vimos sobre la bicicleta, qué forma de machacar la ruta, la máquina y al rival.
Entre las dos fotos que van ahora pasaron dos años…
Es Wout Van Aert el día que se dio a conocer al gran público con una descollante Strade 2018, ganada por Benoot pero icónica por el tiempo apocalíptico y los chepazos de Van Aert en Santa Caterina, como si se le fueran a romper las piernas.
La segunda fue la Strade de agosto por la pandemia, Wout no perdonó, y aunó la toscana a la Milán-San Remo en la vitrina de victorias.
Este año Wout Van Aert no estará en la Strade Bianche, no engrosará el álbum de postales, le debe tener mucho respeto para no presentarse en ella sin estar convencido que va a volar.
En todo caso, esperamos expectantes lo que dará de sí el espectáculo, no diré que la Strade Bianche es la más bella, porque no lo creo, pero sí que ha sido uno de esos fenómenos que ha sabido romper esquemas tan rápido que no atisbo carrera igual en ese sentido.
Ciclismo
Volta y Roglic, el honor es mutuo
Con la Volta Roglic va camino de una estadística excepcional
Cómo me ha gustado la entrevista final de Primoz Roglic en la Volta a Catalunya, cuando viene a decir que se siente muy honrado ganando esta carrera tan antigua.
Qué tipo, qué señor, en sus piernas corre una clase mundial y en su savoir faire, también.
Primoz Roglic ha sellado una Volta que él, y su compi de andanzas, Remco Evenepoel, podemos decir que han salvado de ser una más, como por otro lado esperamos cuando cada año la carrera da un pasito hacia atrás.
Un recorrido mejorable sobre el papel, sí, pero que cuando tiene a los artistas indicados en forma y motivados, gana por mil.
Y eso ha sucedido en la Volta, que ha tenido dosis de todo un poco, de emoción, rivalidad, pique y reconocimiento.
Porque en el fondo, Remco Evenepoel sabe que con Roglic es imposible enfadarse, te gana, lo hace y lo consigue con esa naturalidad y esa transparencia que te deja sin contestación posible.
A lo que vamos, siete etapas de ida y venidas que empezaron con estos dos marcando paquete ya desde el principio.
Entre ambos se han zampado cuatro etapas, dejando muy poco para los demás.
No me extraña la cara circunstancias de David de la Cruz en Barcelona, es que no les dejan ni las migas.
En el pulso con Remco, Roglic ha vuelto a sacar lo mejor de su habilidad en el cálculo para no errar en el tiro de esta Volta.
Lo que pasó en la Molina a más de uno le habría dejado sin dormir, con Remco recortando y siendo capaz de hasta dejarle.
Pero sin más, restañó heridas y en la cima de Lo Port devolvió las cosas a su estado natural, Roglic es fiable, sólido y sereno, todo lo necesario para sacar petróleo en carreras de este perfil.
Al margen de sus tres Vueltas, su palmarés reúne al menos una vez Romandía, Tirreno, Itzulia, Dauphiné, París-Niza y ahora Volta, es decir este tío que empezó tarde, que vino de los saltos de esquí aglutina en sus piernas una estadística excepcional, casi todas las grandes carreras de una semana del calendario, a excepción hecha de la Vuelta a Suiza.
Con este puzle, con esto en el bolsillo, ya mira a Italia y al Giro, donde esta hermosa rivalidad con Remco va a escribir nuevas páginas.
Imagen: Guillem Riera
Ciclismo
Estrenamos podcast con el ciclista más peleón, Sergio Higuita
Sergio Higuita nos acompaña en la primera entrega de El Velódromo, el nuevo podcast de JoanSeguidor
Teníamos una sorpresa bien guardada y es esta nueva versión de El Velódromo, el nuevo podcast de JoanSeguidor en un estreno en el que hemos invitado a Sergio Higuita, un ciclista que está de celebración, hace un año que ganó la Volta a Catalunya.
Nuestro compañero Guillem Riera conduce esta nueva temporada de podcast en JoanSeguidor, repasando una charla que hemos tenido con Sergio Higuita velando armas para nueva temporada, hablando en un entorno relajado de cómo le supo ganar la Volta, sus inicios en ciclismo con una bicicleta de BMX, el salto a Europa, su casa de la Fundación Euskadi, la victoria de etapa en la Vuelta 2019…
No os perdáis cuando Sergio habla de las broncas que le caían en las escapadas que reventaba a ataques.
Además se incorpora nuestra «Pelotona», Paula, una ciclista advenediza pero con buenas e interesantes cosas qe contarnos suyas y de las chicas que van en bicicleta.
Aquí nos cuenta su primera vez en bicicleta y esas cosillas que siempre ocurren en los estrenos.
Tras repasar qué nos dice la gente sobre nuestro tweet de la semana, en este caso sobre Wout Van Aert, hemos recordado un poco qué sucede en las carreras y hablamos de lo que nos visto en Milán-SanRemo y Volta a Catalunya.
Ciclismo
Ciclismo y maquinitas, diez años después seguimos en lo mismo
A veces nos rodeamos de tantas maquinitas, que omitimos la esencia del ciclismo
Recuerdo que hace diez años por estas fechas Libros de Ruta empezaba su andadura con un libro muy celebrado, el del Team Sky, en el que se daba cuenta de la entrada del equipo británico en el ciclismo.
Un libro que detalla la revolución que supuso su irrupción en este deporte de centenarias competiciones y arraigadas costumbres.
Es curioso cómo hablan de los marginal gains tan de moda desde entonces, de los rodillos al final de las etapas, de maquinitas y como todo eso era muy nuevo para el ciclismo
Un libreto de estilo que tuvo contestación de inmediato y no de gente cualquiera.
Ahí estaban algunos como Vincenzo Nibali o Paolo Bettini, ya retirado, hablando del ciclismo de sensaciones de toda la vida, de la intuición en carrera y esas cosas con las crecimos algunos, entre otros Luisle, que ve un deporte completamente diferente al que él practicaba hace quince años.
La foto que ilustra este artículo es de la primera llegada en alto de la Volta a Catalunya, una instantánea que Ciccone deberá guardarse en la salida de su casa por el valor de un triunfo ante dos cocos del nivel de Primoz Roglic y Remco Evenepoel.
La imagen del tweet por eso da la medida…
El que gana renuncia a la precisión de parar el Garmin en el momento M https://t.co/hFzZGRCbtG
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) March 22, 2023
Mientras el italiano celebra el triunfo, Roglic y Evenepoel paran su Garmin nada más cruzar la meta.
Me dicen, no lo sabía, que luego de la meta se pueden recortar esos segundos de lapso con el mismo computador, pero ajenos a esa posibilidad, ambos corredores paran el aparatito.
El ciclismo de maquinitas en su máxima expresión, como cuando vemos cunetas en las que casi nadie mira la carrera con sus ojos y sí a través del móvil.
Yo no veo mal que esto suceda, cada uno es muy libre de hacerlo, pero sí me refresca la forma en la que crecí en el ciclismo, más real, más sensorial, alejada de maquinitas y otras historias.
No es ni mejor ni peor, pero sí que me sugiere una cosa, entre tanto número, vatio, carbohidrato y demás creo que nos perdemos buena parte del placer de la bicicleta y el ciclismo.
Y no lo puedo decir por Roglic y Remco, ellos son pros y lo que digan esos Garmins va a misa, lo digo por mucha gente que veo que, sin comerlo ni beberlo, fía demasiadas cosas a la tecnología, cuando la experiencia de ir en bicicleta es una, personal e intransferible.
Imagen: Guillem Riera
Ciclismo
Para mí siempre será Harelbeke
Conocí este carrerón como Harelbeke y lo siento por Saxo Bank, pero seguirá siendo Harelbeke
Ya sé que sonara a historia de abuelo cebolleta, pero hay cosas que cuesta aceptar, incluso con el paso de los años y siempre tan necesaria entrada de patrocinadores como el caso de uno conocido, Saxo Bank, en el E3 de Harelbeke de toda la vida.
Corre por las redes el nombre con el mecenas, obviando que la carrera es ahí, en Harelbeke, una pequeña localidad cerca de Francia, por donde también pasa la Kuurne-Bruselas-Kuurne, que para mí es la apertura de la parte guapa de las clásicas flamencas, con todo lo que nos queda por delante, desde la Gante-Wevelgem, el domingo y por otra parte de la región, al Tour de Flandes, en una semana.
Por suerte el ciclismo mantiene en gran medida casi todos los nombres de las carreras que le han traído hasta el presente.
Quizá algún cambio, como el notorio de la Het Nieuwsbald, la Het Volk de toda la vida, pero no muchos más.
Pero en este caso me gusta el nombre del pueblo que acoge la carrera, más allá que el de la carretera alrededor de la cual se desarrolla.
Harelbeke es como esos impronunciables pueblos del ciclocross en invierno, como Oudenaarde, Brujas, Gante o Wevelgem, por mucho que la carrera salga y llegue a Ypres.
Sólo verlo escrito eriza el bello, por ser una de las grandes previas de De Ronde, que no tiene el peso específico de Wevelgem, pero que deja hojas brutales de ciclismo por estos parajes que tan bien conocemos.
Y por mucho que en las carpas y espacios VIP de la carrera importen un pimiento, recorre o roza todos nuestros iconos de Flandes, si bien el Kapelmuur no lo sube, pero sí pasa por Geraardsbergen, cosa que no hace De Ronde en la actualidad.
-
Wout Van Aert1 semana atrás
Van Aert es el perdedor de esta Milán-San Remo
-
Mikel landa6 días atrás
Hace tiempo que Mikel Landa perdió ese brillo
-
Mathieu Van der Poel1 semana atrás
Mathieu Van der Poel hace fácil la Milán-San Remo
-
Ciclismo antiguo3 días atrás
Lo que fue el inicio de la Volta
-
Mundo Bicicleta5 días atrás
Col de Turini, del motor al Tour
-
Ciclismo1 semana atrás
Los monumentos son como la «aldea gala» del ciclismo
-
Ciclistas6 días atrás
Filippo Ganna se quita los asteriscos
-
Primoz Roglic7 días atrás
Roglic & Evenepoel, el Giro de Catalunya