Opinión ciclista
Tour de Francia #4, la contracrónica
El alemán Tony Martin, conocido por sus actuaciones sobresalientes en la especialidad de contrarreloj, volvió a ser noticia tras su gesta que calificamos de brillante. El interés de la etapa radicaba en la presencia aunque tímida de los célebres adoquinados, un ingrediente que los ciclistas suelen rechazar a toda costa. En realidad era el aliciente y no otro de la jornada en cuestión.
Los temidos adoquinados del Norte
Las crónicas nos exponían con un cierto sensacionalismo que los kilómetros de “pavés” que debían afrontar los participantes en esa cuarta etapa que nos llevaría a la ciudad industrial de Cambrai, situada en el departamento Norte del espacio francés, a orillas del rio Escalda. Cuenta con 33.000 habitantes. Allí se alza la famosa Catedral de Notre-Dame, con su silueta un tanto inconfundible y que se divisa ya de muy lejos.
Volviendo a la etapa se afirmaba que los famosos y redondeados adoquinados suponían cubrir la suma total de 13,6 kilómetros, distribuidos en siete tramos. En realidad, se vio después, que no había para tanto. En el embalaje de las postrimerías figuraran en vanguardia treinta y cinco unidades, una cifra que no nos avasalló de temores. Se rodaba con toda normalidad sin asustar a cualquiera, a pesar de que entraron en liza una muy ligera llovizna y polvaredas de polvo por el ajetreo que imponía la caravana multicolor.
La gran clásica París-Roubaix, famosa por la inclusión de estos fastidiosos adoquinados no tiene mucho que ver con lo que vimos en esa cuarta etapa de marras. Se pedaleó con cierta normalidad y algo de precaución, es verdad, y nada más. El sensacionalismo anunciado se esfumó en los ambientes de la misma manera que lo hace el humo cuando sopla viento y se va hacia los cielos.
La escapada matutina
La etapa apenas tuvo historia, salvo una escapada matutina que no podía faltar, llevada a cabo por cuatro animosos ciclistas: los franceses Quémeneur y Brun, el belga De Gendt y el holandés Westra. La fuga, todos lo sabíamos, tarde o temprano iba a morir como así fue. Una vez más, el gran pelotón hizo sus cálculos precisos para neutralizar aquella audacia llevada a cabo por un cuarteto que asumió el protagonismo del día. En los momentos más decisivos entraron en el juego otros intereses más lucrativos.
A los velocistas se les esfumó la corona
Martin, que posee una aquilatada intuición táctica, formaba parte de un grupo delantero, repetimos, integrado por treinta y cinco corredores, todos de primera línea, es decir, pertenecientes al ciclo de escogidos. Restaban tan sólo apenas tres kilómetros para cruzar la línea de meta, cuando Martin, con un golpe de genio inesperado, se despegó con empuje y decisión hacia la victoria, adquiriendo una suficiente ventaja para redondear su poderosa acción.
Logró un doblete bien merecido: el vencer en la etapa, por un lado, y el conquistar, por el otro, la camiseta amarilla de líder, que arrebataba al británico Chris Froome, que dicho sea de paso se liberaba de tal responsabilidad en estos albores del Tour, una labor que pesa con el paso de los kilómetros en cualquier prueba de esta índole.
Tras el invulnerable Martin (30 años), nacido en la población de Cottbus, se clasificaron a continuación, a pocos segundos, los que creemos velocistas más cotizados del momento. Veamos: el alemán Degenkolb (2º), el eslovaco Sagan (3º), el belga Van Avermaet (4º), el noruego Boasson (5º) y el francés Bouhanni (6º), un compendio de hombres ilustres en estos menesteres en donde se apuran mil riesgos. Todos ellos, se puede comprobar, son especialistas de este juego impulsado por el vértigo.
Señalamos que en el curso de las cuatro primeras etapas disputadas, salvo la primera individual de contrarreloj, que han sido más bien fáciles por su recorrido, los denominados velocistas de estirpe citados no han podido imponerse en la línea de llegada tal como les apetecía.
Cambrai nos trae un par de recuerdos
No vamos a extendernos en consideraciones en este apartado final que deseamos dedicar a esta ciudad de Cambrai, en donde finalizaba la etapa que hemos comentado. Hemos tenido la oportunidad de contemplar con estupor fotografías de esta población que fue arrasada, destruida, de un extremo a otro con motivo de la Primera Guerra Mundial. Fue el lugar en donde se usaron de forma habitual lo que se consideraba en aquel entonces como un arma bélica mortífera y que poseía un halo misterioso cara a los habitantes del lugar. Fue el uso sin paliativos de los tanques blindados, una primicia utilizada precisamente en aquellos contornos, un lugar casi un tanto ignorada en el mapa europeo.
No lejos de allí se encuentra el célebre túnel ferroviario del canal de la Mancha que separa dos naciones poderosas: Gran Bretaña y Francia. En el mes de mayo del año 1994 fue inaugurado con toda pompa el Euro-túnel, que ha resultado ser el segundo túnel más largo del mundo, con 50,5 kilómetros de recorrido y de ellos 39 kilómetros enterrados bajo el agua. Esta alternativa europea fue superada por el nombrado Túnel Seikan, situado en tierras japonesas, que mide una distancia de 53 kilómetros, con un trazado de 23,3 kilómetros bajo el lecho marino.
Por Gerardo Fuster
Imagen tomada del FB del Tour de Francia
Noticias de ciclismo
Qué poco sabemos sobre el Tramadol
Ahora mismo sólo el ciclismo ha prohibido el Tramadol
Cierto es que no es dopaje, no al menos sobre el papel y en la norma, pero a mí que me lo expliquen ¿qué cojones pasa con el tramadol?
En otras palabras, no se puede dejar de golpe https://t.co/34sQQ5uT7n
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) December 10, 2022
Su nombre corre por los mentideros hace tiempo, no da beneficio alguno en el rendimiento, sobre el papel, pero pitar con esto, o similar, te puede valer la ruina.
En ciclismo ya está prohibido, en otros deportes habrá que esperar, como si se necesitara un tiempo de transición para dejarlo estar.
La sensación, si no fuera porque la hemos visto mil veces en el deporte, sería fea, extraña, casi nauseabunda.
La cosa es sencilla, es matar la sensibilidad del deportista para que éste se centre en el rendimiento sin que nada moleste, si quiera eso tan humano que es el dolor por el esfuerzo fuera norma que esta gente practica.
Ver su gestión denota que hay que poner tanta gente, tan diversa, de acuerdo que parece hasta siniestro que a nadie se le hubiera ocurrido antes.
Otra muesca más en quienes dicen mirar por la salud del deportista
Pillaron en Catar, en puertas del mundial de fútbol a un tipo con 2000 pastillas de Tramadol, como aquel auxiliar de Festina cargado de mierda que cazaron en la frontera entre Bélgica y Francia camino de la salida del Tour en Dublín.
No sé si adujo «consumo privado» en su defensa.
En aquel caso, ya sabemos lo que pasó, en este caso es un argumento más para quienes abogan por el tramadol fuera del deporte, no sólo del ciclismo.
Como me decían en twitter este finde ¿qué no sabrá la WADA sobre el tramadol para hacer esto?
Y lo más tétrico: ¿Qué se habría evitado de haberle puesto coto antes?
El Tramadol no es dopaje, insisten, y escribo constantemente aquí, pero todo lo que toca lo pudre y estigmatiza.
Se utilizó como arma arrojadiza para los irresponsables que iban a saco en algunas llegadas, sin miedo ni complejos, y ahora pesa como una losa sobre una de las grandes estrellas del pelotón, el amigo Nairo, que sigue sin equipo, oficialmente reconocido a puertas de Navidad.
Lo lamentable de todo esto es que, como muchas veces digo, es que estamos ante la punta del iceberg… ¿cuánta parte del cuento nos estamos perdiendo?
Opinión ciclista
Luis Enrique y la mal llamada prensa deportiva
Lo que está sucediendo con Luis Enrique es el termómetro de la prensa que se llama deportiva
Este es un tema que cuando empecé este mal anillado cuaderno solía tratar, pero con el tiempo dejé de lado, por ser imposible sacar nada bueno. Hablo de eso que llaman prensa deportiva.
Admito que me gusta el mundial de fútbol, me gusta mucho, desde siempre, su historia, las leyendas, las sedes… es una mística que sólo los Juegos Olímpicos y ciertas carreras ciclistas, diferentes cada año, según resulten, pueden igualar.
Antes del evento en Qatar, ya sabíamos que el ambiente alrededor de la selección española iba a estar condicionado por la figura del seleccionador, un gran aficionado al ciclismo además, Luis Enrique.
Pues bien, no ha hecho más que empezar el evento y tenemos llamas en las redes contra Paco González, en representación de la camarilla, por su diatriba ante el seleccionador.
Al margen que me parezca que tenga o no razón, el fútbol es algo tan apasionante como espectáculo colectivo, que esto, para mí es una menudencia, lo que me alucina es el ensañamiento gratuito contra una persona que podrá caerte mejor o peor pero que si está será por haber demostrado méritos suficientes para ejercer.
Es la bronca política, el negarle toda cualidad al adversario, llevada a la prensa que se dice deportiva.
Para la gente del ciclismo, la verdad, lo que tenga que decir esta gente poco o nada nos va a sorprender.
Con los años nos han regalado análisis sesudos como aquel que decía que el ciclismo es un deporte fácil porque van sentados o los mismos que medían la salud del ciclismo español por la cantidad de corredores que iban al Tour.
No entremos en cuando hablaban de dopaje.
Ahora, parece que a muchos se les ha caído la careta de esta camarilla.
España, lo siento, no tiene prensa deportiva, tiene una banda de malos actores, aireando lo peor de algo tan hermoso como el fútbol, para sacarse el sueldo a final de mes.
Lo triste es cuando se acuerdan de otros deportes, tipo ciclismo, y sale a flote toda su desconexión con la realidad del deporte.
A mí personalmente Luis Enrique me cae bien, sé que no es políticamente correcto pero al menos lo ves venir.
Y como repiten muchos, por cualquier cosa, hay que bancarle: que en sus famosos streams diga que está pendiente de la campaña de ciclocross me parece genial.
Tenemos aquí un buen embajador, un ciclista de papear kilómetros y sacarle todo el partido a la flaca.
Sólo por eso, y por destapar el disparate que algunos ejercen cada día en nombre de la prensa deportiva, le tenemos que querer.
Nosotros somos modestos, hablamos de nuestro deporte, nos equivocamos mil veces, pero somos directos y transparentes en nuestra opinión, pero sobretodo hablamos de algo que nos apasiona y lo hacemos con cariño infinito.
Opinión ciclista
Faltan datos para valorar el convenio de Movistar con Arabia
El anuncio de colaboración de Movistar y Arabia es incompleto
Dinero e influencia árabe en el deporte occidental es algo tan corriente, que a veces no entiendo tanto revuelo como ayer, cuando supimos del acuerdo de colaboración entre el Movistar Team y Arabia Saudí, a través, tengo entendido, de su federación.
Lo cierto es que el anuncio de ayer entra el molde habitual de estos comunicados.
Hablan de colaboración, lo centran en personal técnico y métodos de entrenamiento, pero poco hablan de lo que todos queremos saber: la panoja.
Y es así, y así lo refleja, por ejemplo, Cyclingnews, que deja la duda en el ambiente, cosa que no he leído en otros sitios.
Hace unas semanas, durante la Vuelta, Eusebio Unzue habló de dinero fresco para la estructura, luego vinieron los efímeros rumores de Repsol y ahora esto.
¿Es Arabia el mecenas que va a incrementar el presupuesto del Movistar Team?
Esa es la madre del cordero y la pregunta para la que nadie tiene, ahora mismo, una respuesta, por mucho que nos podamos imaginar que así habría de ser.
Como decía al principio, dinero e influencia árabe en el carísimo deporte occidental es un hecho que ya sabemos no es exclusivo del ciclismo.
En el caso de Arabia Saudí, es obvia su relación con el fútbol español, además de invertir en otros deportes como Fórmula 1, golf y ciclismo, con el Saudi Tour que les organiza ASO, como uno de esos bolos de pretemporada en medio del desierto, antes que empiece la campaña trascendente.
Para los países de la zona, es capital sacarse de encima el yugo del petróleo activando acciones ajenas al mismo, bien asesorados desde occidente.
Empezaron entrando en marcas de lujo de moda, colonias y esas cosas, siguiendo por infraestructuras y llegaron deporte, viendo el ciclismo como algo muy occidental en lo que también les interesa estar presentes y de paso blanquear su imagen.
A nadie se le escapa que estos países no son paradigma de derechos humanos ni tde rato igualitario entre mujeres y hombres, pero eso no ha sido óbice para negar su dinero y que siga la fiesta.
Porque cuando aplaudimos a un corredor del Bahrain o el UAE, o a ver el año que viene el Movistar, nos desproveemos de todos los prejuicios que podamos tenerles.
Hay en este sentido una entrevista muy interesante a Gino Mäder, corredor que ha tenido cierto compromiso con temas como el medio ambiente, en la que se encoge de hombros cuando se le pregunta por el sueldo que percibe y su pagador, el estado de Bahrain.
Vengo a decir que sí, que no es estético, que no es edificante de primeras, pero que el tinglado necesita de pasta y ésta ahora mismo está en ese lado del hemisferio y aunque nos hagamos cruces, el que gestiona las estructuras no dudará en cogerlo si en ello le va el futuro.
No olvidemos que en breve veremos un mundial de fútbol sacado del verano por jugarse en Qatar y que todos acabaremos mirando para otro lado en estas cuestiones.
Como en todo, el diablo está en el detalle y no sabemos el 100% del contenido de ese acuerdo, cuánto le supone a las arcas del gestor del equipo y que contraprestaciones tendrá, por ejemplo, en el maillot.
Por eso practicar la autopsia antes de cualquier saber el precio de todo esto, me parece precipitado.
Opinión ciclista
La llegada de la Vuelta a Croacia es criminal
La cantidad de peligro de los finales de la Vuelta a Croacia supera muy por encima la media
No he visto la Vuelta a Croacia mucho, pero lo que he podido apreciar, me ha parecido un desastre.
No me gusta hablar así de las organizaciones ciclistas, sé lo que hay detrás, el cariño e ilusión que ponen, la necesidad de los países y ciudades por enseñar qué ofrecen.
Todo eso lo sé, y lo valoro, pero hay veces que se diseñan circuitos y llegadas que parecen tiros en el pie.
Mirad la llegada final del Tour de Croacia, y decidme si es medio normal.
La vuelta a Croacia ha tenido finales criminales. Éste es una fiesta https://t.co/m5Sfsm7fJW
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) October 3, 2022
La cantidad de cambios de sentido y rasante, diferentes superficies por la ruta, elementos en medio de la misma, hasta aceras separadas con mini bolardos (recordar la que se lio en una Itzulia con Pardilla) y ciclistas esquivándolos.
Me pareció increíble -por suerte- que no pasara nada, nada más serio y grave, una caída de esas que te quitan las ganas de comer y te dejan mal cuerpo para todo el día.
Había motivos para pensar que eso podía acabar así.
Es alucinante que haya asociaciones y entes como la UCI diciendo que hacen su trabajo y se cuelen cosas así.
Pusimos el grito en el cielo una de las llegadas en la Vuelta a Burgos y ahora esto.
Entiendo que haya mucho cachondeo con la UCI y la longitud permitida de los calcetines.
La norma, aunque nos parezca ridícula, tendrá sus motivos, como las muchas que el gran ente del ciclismo mundial aplica y mejoran este deporte -de esas no se habla- pero es que deja en bandeja el meme cuando se les cuela una llegada como ésta.
Que no es la primera que vemos recientemente, ni será la última que nos toque padecer.
Entre semana la Tour de Croacia ofreció otra llegada en mojado que tenía mil cambios de sentido, me parció increíble no se produjera una buena hostia, más allá de algún ciclista que se fue al suelo.
Todo esto nos hace pensar en los mecanismos de control en el ciclismo y si la precariedad que detectamos muchas veces no es más que la economía de este deporte, a nivel profesional, que no se puede permitir ciertos calendarios ni nivel de competiciones.
Lo curioso es que estas llegadas las vemos, nos lamentamos, se arma el pollo y poco después, aquí paz y después gloria.
No sé pues a qué tanta asociación, gremio e historias.
Imagen: @cro_race
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