Ciclistas
#Top2016 Tom Dumolin guarda las esencias
El año de Tom Dumolin ya vino marcado antes de empezar a rodar en serio. El accidente de varios de sus compañeros en la costa levantina torció, no quizá en lo teórico, pero si en la práctica, el nudo de una temporada que para ese holandés de generosa sonrisa ha sido muy importante, pues en su debe estaba demostrar que el rendimiento de la pasada Vuelta a España no había sido un espejismo.
Con Dumolin no esperéis registros anotadores ni grandes sobresaltos, no, él es un ciclista de corte atlético, de esos que en los noventa se dijo que dominarían el ciclismo, pues sacaba en las cronos las diferencias que sabía mantener en las subidas. Esa teoría fue buena hasta que las grandes vueltas tuvieron la genial idea de trufar sus recorridos con cuestas imposibles, quitando, hasta casi eliminar, kilómetros contra el reloj y premiando el ciclista que, a su juicio, daba espectáculo, ese que atacaba a 500 metros de meta sobre pendientes de dos dígitos para ganar en una explosión de sufrimiento y emoción.
Dumolin ha tenido que crecer en este caldo de cultivo y ciertamente no lo ha hecho mal. En 2015 estuvo cerca, muy cerca de ganar la Vuelta, si no llega a estar solo en ese llano camino de Navacerrada, la canción de Aru habría tenido estribillo muy diferente, pero el ciclismo son circunstancias que sumadas dan el resultado, y ese día el italiano tenía más compañeros a su lado.
Con la premisa de aquella carrera Dumolin se presentó en el Giro que salía de casa en una fiesta de ciclismo y sociedad por ese vergel ciclista que son los Países Bajos. Atención porque el prólogo que gano en Apeldoorn fue el primer triunfo del Giant en todo el año, ahí se ven las obvias consecuencias del tremendo accidente de inicios de año.
Calado en rosa, como en rojo meses antes, Dumolin empezó a cincelar opciones reales de hacer algo grande en la carrera. Gigantón con esa prestancia en el rodar, siempre bien situado, parecía que podía ser un outsider, sobre todo porque la montaña del Giro, aunque durísima, se adaptaba a su condición de ciclista diésel. Una jornada sobre tierra camino de Arezzo fue su tumba. Por las bellas colinas toscanas Dumolin no pudo con el empuje en uno de los pocos días lúcidos del Movistar, con Valverde al frente.
Desplazado de premios mayores, se centró en el Tour y ahí dio un tono mejor si cabe. Su triunfo en el diluvio de Arcalis le abre la puerta a que la montaña no le va mal, al contrario, le encaja en sus posibilidades, si se afronta como se afronta en el ciclismo moderno, eso es a ritmo y sin brusquedades. A la andorrana, le sumó la crono individual teñida en luto por los atentados de Niza.
En esa prueba volvimos a ver al guardián de las esencias, el legado vido de Indurain y Wiggins sobre la bicicleta, una perfección que inspira, una máquina engrasada y acoplada que apasiona. Dumolin ganó su segunda etapa, la cuarta en una grande en menos de un año. La mala suerte de la caída a 48 horas de llegar a París lastró para quien era sin duda mi principal favorito al oro de Río, tanto en ruta como en la crono. Fue subcampeón de lo segundo, un premio interesante, más teniendo en cuenta que quedar de Fabian Cancellara es un triunfo en muchos casos.
Entiendo que en su descanso hivernal, Dumolin le habrá sacado punta al lápiz mirando qué le conviene y en esas cábalas ciertamente una gran vuelta no me parece nada descabellado. El Giro, por ejemplo, ha vuelto a la senda de la cordura y recupera, paulatinamente, kilómetros de lucha individual, entre montañas y subidas legendarias, de las de toda la vida, en la que otros como Indurain se batieron el cobre y se hicieron grandes sin necesidad de ser un dinamitero a pie de meta. Dumolin puede tener ahí su chance, creo que tanto él como los suyos merecen un premio gordo, porque en el fondo ganaría el ciclismo.
Imagen tomada del FB del Giant-Alpecin
INFO
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Ciclistas
El Giro está precioso, Juan Ayuso sí sale reforzado
Esta vez sí, Juan Ayuso sale reforzado cara a disputar el Giro, pero ojo con Roglic
Hay que reconocerle a este Giro varios méritos. El primero, y más importante, es habernos ofrecido más emociones y habernos planteado la carrera más bonita de los últimos años. El paisaje que nos deja la crono es excelente, y la actuación de Juan Ayuso estuvo a la altura de la jornada clave de este Giro.
Una etapa entre dos joyas toscanas: Lucca, con su preciosa muralla, y Pisa, en su Campo dei Miracoli, donde todos miran la torre, pero pocos se detienen en las maravillas románicas que la rodean.
En esa recta se disputó una parte sustancial de la crono —la segunda y última—, un tramo cambiante según el capricho del tiempo: de seco y parcheado a completamente empapado por el diluvio.
La jornada fue muy buena para Juan Ayuso, pero excelente para Primoz Roglic.
La maglia rosa de Del Toro sigue en su poder y dormirá esta noche en la misma habitación, pero al mexicano la crono claramente le vino grande.
Y lo digo con la misma rotundidad con la que el domingo le reconocí que voló, lisa y llanamente, hasta la cima de Siena.
El Giro se aprieta en las plazas nobles.
Pero vayamos por nombres.
¿Quién es el principal beneficiado?
Sinceramente, creo que Primoz Roglic.
Salió después de Ayuso, pero creció en el último tramo.
No sé si se vio favorecido por la lotería de la lluvia, que caía caprichosamente sobre los capos, pero logró recortarle una buena renta al líder, Isaac Del Toro.
El esloveno es una roca. A los problemas del sterrato se sumó una caída durante el reconocimiento de la crono, justo antes de uno de los puentes pisanos sobre el Arno.
Nunca lo demos por muerto.
Luego viene Juan Ayuso. Muy notable, de gran nivel y excelente rendimiento, que esta vez sí lo refuerza con vistas al Giro. No al 100%, porque Roglic estuvo más fuerte, pero sí de manera importante.
Dentro del combo que es el UAE, Ayuso crece y se acerca al líder.
Sinceramente, no esperaba una crono tan floja del mexicano. Ayuso gana galones, pero ojo: esta general está tan abierta que alguno de sus compañeros de atrás —especialmente Adam Yates— podría sorprender con una escapada táctica.
El Giro ha quemado su primer tercio y, como ves, está precioso.
No quiero olvidar el papel de Antonio Tiberi, el mejor italiano hasta ahora y el único con opciones reales en la general; Simon Yates, en el umbral del minuto; y esos dos del UAE que, me temo, serán la espada sobre la cabeza de los rivales: el otro Yates y el amigo McNulty, a quien las tres semanas quizá sí le queden grandes.
Mucha gente a las puertas de los tres minutos.
Mucha gente para darnos el Giro que hace tiempo estábamos esperando.
Ciclistas
Juan Ayuso quiere ganar el Giro, luego si eso el equipo
Enric Mas
Movistar: ¿Dónde va a estar mejor Enric Mas?
Movistar tiene en Enric Mas la horma de su zapato
Renovado hasta 2029, anunciado justo en el descanso del Giro de Italia, Movistar se asegura a Enric Mas, para mí el ciclista que mejor describe al equipo telefónico.
Sólo dos victorias, la más sonada, esa del Giro de la Emilia en los dorados días de otoño de 2022, pero buenos puestos, unos cuantos.
Cada equipo activa e interpreta el contador como le place, y a Movistar le interesa Enric Mas en clave doméstica: podios en la Vuelta, alimentar la esperanza del Tour y pescar en carreras tipo Itzulia o Volta, cuando no en clásicas como Lombardía, porque en Lieja no se ha prodigado.
Es lo que hay, y es lo que habrá hasta 2029, cuando expira el nuevo contrato.
¿Les sirve?
Sinceramente, no le veo mayor recorrido.
Han demostrado con palabras y hechos que sí, que les vale, que les resulta perfecto. Cualquier otra interpretación es marear al personal.
Enric Mas venía de un bloque anotador como el Soudal para entrar en el encefalograma plano de emociones que le propicia Movistar.
En estos seis años, Enric Mas, lo que es emocionar en la Vuelta 2021, en Itzulia y la mala suerte de las caídas que superó con trabajo y otro podio en la Vuelta.
Son tal para cual. Y no lo digo en sentido crítico; lo digo en el más estricto retrato de la realidad, fiel y exacto con lo que vemos.
¿Saldrá Enric Mas del guión que se repite cual Día de la Marmota?
Quizá un día se encienda la luz del Giro, como se iluminó la de cazar escapadas en el último Tour, cuando la general estaba descartada.
Si hay cambios, serán estos: mínimos. La seguridad y la zona de confort en la que se han instalado no se cuestiona.
En todo caso, se hace caso omiso de ambas en instantes puntuales, como por ejemplo en la etapa final de Itzulia, un día en el que Enric, a pesar de su fallida negociación con Almeida —a la vista de todos—, brilló en la tormenta.
Enric Mas es el origen, el tuétano histórico del Movistar que, al mismo tiempo, hace crecer ciclistas diferentes como Pelayo, Romeo o Barrenetxea, entre otros, que aspiran a otra cosa, que corren más con los tiempos.
Ya sabéis, chez Unzué es de tradiciones instaladas, y el resto, a las mismas, se impone. No vaya a ser que…
Ciclistas
Giro: ¿Y si Isaac Del Toro aguanta?
La edad ya no es argumento para pensar que Isaac Del Toro no pueda con el Giro
No hemos hecho más que superar la primera gran etapa clave del Giro de Italia —sin contar aquella llegada en alto— y ya vuelve a sonar con fuerza el debate de siempre: ¿quién manda realmente en el UAE Team Emirates? ¿Quién es el líder natural del equipo más potente de esta edición?
Porque, seamos sinceros, da igual lo que hagan.
Llevan a los más fuertes: líderes sólidos y gregarios que podrían liderar sin problemas cualquier otro equipo WorldTour.
Y en medio de ese lujo de nombres, la etapa de la tierra nos deja más señales del Giro que muchas ruedas de prensa y comentaristas insistiendo que Juan Ayuso es el líder.
Y esas señales, hoy por hoy, dicen que en UAE hay mucho gallo para un corral muy pequeño.
Una cosa es lo que dice el plan… y otra lo que dice la carretera.
Y la carretera ha hablado alto y claro: Isaac del Toro, el mexicano sin matices, está pidiendo paso.
Aún tiene que demostrar si puede ser el líder absoluto, sí, pero a día de hoy, con dos semanas por delante, es el ciclista más fuerte de esta caravana.
No quedó duda en la tierra que conduce hasta el Campo. Su actuación fue completa, redonda, total, con todos los matices de un rendimiento de élite.
Apostar ahora únicamente por Ayuso sería, sinceramente, una miopía.
En un equipo tan potente como UAE, tener solo un plan es casi un error.
Y más cuando tienes a un chaval de 21 años haciendo lo que hoy Isaac.
Porque no solo fue potencia: fue lectura de carrera, inteligencia táctica, frialdad. Se movió en el momento exacto, puso a prueba a un especialista como Van Aert y luego, con un ataque certero, metió presión a Roglič y le dio a su equipo una segunda bala real para la general.
Sí, sobre el papel, Juan Ayuso sigue siendo más fiable. Pero no se puede ignorar a Del Toro.
Tiene piernas, tiene cabeza y, sobre todo, tiene hambre.
Y en este ciclismo actual, donde los jóvenes vienen tan preparados como veteranos, pensar que no puede aguantar hasta Roma es no entender cómo funciona esto hoy en día.
Isaac ha aprendido rápido. Ha trabajado para otros, ha entendido su rol, ha esperado su momento. Y ahora lo tiene.
Ese espacio deportivo que siempre reivindica Matxin está más que merecido.
El mexicano lo está aprovechando con todo.
Y si sigue así, no solo se habrá vestido de Adam Yates: opta a ganar todo un Giro.
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