Ciclistas
Extrañaremos los riesgos de Sylvain Chavanel
Entre las retiradas de 2018 nos entristece especialmente la de Sylvain Chavanel
Dice Sylvain Chavanel que «soy ese tipo de corredores que no gana a menudo porque toma riesgos. Puedes jugártelo de lejos, puedes jugar con el pelotón, resistir lo máximo posible, pero claro, eso a menudo no funciona«.
Y es cierto no funciona, en el hecho propio de ganar, muy a menudo.
Las escapadas, la valentía, el estar delante, ahí, no computa en el palmarés, pero sí deja muesca en el corazón de los aficionados.
Y Sylvain Chavanel se lleva eso, el haber dejado muescas por donde ha pasado y pisado.
Porque su palmarés, aunque interesante, posiblemente no sea el mejor, ni el más abundante, pero su nombre sale en crónicas y se menciona en charlas. su nombre prende por las redes…
Y esos intangibles no quedan en el olvido.
Sylvain Chavanel deja un hueco importante en el ciclismo francés que ahora bebe del éxito de Alahilippe, Pinot, Démare y Bardet.
Jovenzuelos, estos chavales crecían mientras el ciclismo galo era una especie de desierto.
Sin Jalabert, sin Virenque, con Moreau en la prórroga, las cosas en el hexágono pasaron un tiempo por las piernas de Sylvain Chavanel.
Y defendió con dignidad el pabellón galo, con dignidad y resultados que alguna campaña fueron muy notables.
Año 2008, el punto de inflexión, ese corredor que siempre estaba en los cortes, que siempre los propiciaba, estaba al fin en los podios, ganando en París-Niza, Mediterráneo, Volta, A través de Flandes, Flecha Brabanzona -por aquellas fechas la carrera de Oscar Freire- e incluso Tour de Francia.
El francés engordó el palmarés poco a poco, llegó a ser líder en el Tour.
Si un día lamentamos no verle ganar, fue ese Tour de Flandes que se llevó Nick Nuyens, la pesadilla de Van Aert.
Aquel día, el último que Flandes subió el Grammont dentro del recorrido antigo, Chavannel pagó cara la osadía de Tom Boonen al intentar dejar a Cancellara de lejos.
Al final, en río revuelto ganó el oportunista belga, entonces en el Saxo de Contador y Riis.
Chavannel pudo pisar un podio de San Remo, pudo estar más arriba en Roubaix, fue un ciclista que hasta el último día pudo… porque siempre estaba.
Pero el ciclismo es un rodillo que no perdona y te descuelga, incluso cuando eres conocdo como «La máquina» en ciertas prensas.
Y es que la aureola de Sylvain Chavanel siempre tuvo buena prensa.
Wout Van Aert
Harelbeke es aire para Van Aert
Reteniendo la corona de Harelbeke, Van Aert rompe una dinámica de derrotas
El ciclismo corrido así, de forma áspera, silvestre, en medio de multitudes, por empedrados perjudicados por el barro y la humedad, con los grandes nombres… sólo puede saber a gloria.
Harelbeke nos ha dado una maravilla, una puta maravilla de carrera, corrida como si mañana no saliera el sol y lo que estuviera en juego fuera la mismísima De Ronde, el Tour de Flandes, que en nueve días tendrá lugar con la seguridad que ha vivido un monumento al ciclismo en su aproximación.
El resumen de la jornada, el reporte de daños, fue que aquí hemos visto una batalla, algo épico, dantesco, para el recuerdo, nada que ver con el año pasado, cuando Wout Van Aert ganó Harelbeke junto a Laporte como por decreto.
Los grandes tienen que correr juntos, es así, es una viva necesidad para la carrera en la que concurran, sin más rodeo, pues, como hemos visto, comen en otra mesa y lo suyo queda entre ellos.
Lo hemos visto muchas veces y ésta no ha sido excepción.
Mathieu Van der Poel abrió fuego a ochenta de meta, controlando todo el hilo argumental de la carrera hasta la misma llegada.
El neerlandés fue el de San Remo, propositivo, valiente y feroz, pero se encontró con la horma de su zapato con Tadej Pogacar tanto en Oude Kwaremont, como en el Paterberg, kilómetros antes.
No por más decirlo pierde valor, el vigente ganador de Lombardía, el dos veces triunfador del Tour de Francia y gran aspirante corre en los adoquines flamencos como si él, en persona, hubiera puesto uno a uno en estos caminos vecinales.
Es un regalo, una cosa loca, para quienes llevamos viendo ciclismo, algo impensable.
Roglic y Van Aert, dos victorias TOP para Jumbo en escasos 10 minutos. Ambos parecían sentenciados ante poderosos rivales, pero han sacado la cabeza hasta el final #VoltaCatalunya102 #E3SaxoClassic
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) March 24, 2023
Y luego tenemos el vértice superior del triángulo.
Desde los primeros ataques ya vimos a Wout Van Aert sufriendo, incluso llegó a estar KO en Paterberg y mitad del Oude Kwaremont, pero no fue suficiente.
O los otros fueron muy deprisa, o él se rehizo o todo a la vez.
La locura de carrera que se casca Wout, encajando golpes, corriendo a la defensiva, para acabar entrando a los relevos y vencer en un sprint agónico conduce a una de sus mejores victorias de siempre.
Harelbeke no es un monumento, pero hoy lo ha sido, con todas las letras, y en un momento oportuno para Van Aert, que firma su idilio con la victoria en el mejor momento posible, tras una racha de derrotas en manos de Van der Poel que podrían con cualquier coco, menos con el suyo.
Ojalá esto sea el anticipo de la primavera que queremos para él.
Imagen: @JumbovismaRoad
Egan Bernal
Vamos Egan Bernal
Ver a Egan Bernal de nuevo en competición es un motivo sobrado de alegría
La primera vez que vi en directo a Egan Bernal fue en la Volta 2018.
Todos hablaban maravillas de un flaco colombiano, fino, finísimo, pero muy bueno para arriba, llamado Egan, cuyo nombre ya era una constante en muchas retransmisiones.
En aquella Volta, Egan Bernal concluyó por lo suelos, caído en el descenso de Montjuïc, poco antes de acabar la Volta.
La imagen de verle ahí caído, inmóvil, desde el coche de Groupama, en el que pude seguir la etapa, me causó impresión.
Durante sus mejores años, Egan Bernal sufrió muchas caídas compitiendo, era una especie de pupas que cada dos por tres acaba besando el suelo, como algo premonitorio, sin embargo cuando podía disputar era un espectáculo, como aquella etapa de Romandía en la que puso a Roglic al límite de todo con mil ataques.
Cómo me gustaba ese Bernal, un ciclista total.
Dentro de la carretera una bomba de relojería, siempre minando rivales, atacando, sacando los colores.
En breve sacamos un podcast con Sergio Higuita, recordando su aventura en esos abanicos de la París-Niza 2020, cuando aún teníamos presentes las imágenes de Egan Bernal destrozando ese mismo pelotón, un año antes, con Rowe y Kwiatkowski.
Fuera de la carretera, un tipo genial, con el que apetece echar el rato como lo hizo Isaac Vilalta en su Radio Volta.
[RÀDIO VOLTA] 2023, capítol 4. Torna Bernal.
➡️ La pissarra del Flecha: Milà-Sanremo
➡️ Entrevista a Egan Bernal: la competició i la vida, un any després
➡️ @cotterimogen, homenatge del @GironaFC a una ciclista que ha tornat a néixerhttps://t.co/gXS3gl47GC
— isaac vilalta caellas (@isaacvilalta) March 20, 2023
Me ha gustado escuchar a Egan, leer entre sus comentarios que la vida del ciclista es mucho más que la bicicleta y el ciclismo, que en su fuero interno hay un remanente de inquietud e interés por otras muchas cosas y sobretodo la familia.
Admito que a veces la recuperación y las ganas de demostrar cosas de Egan Bernal, tras su accidente, no me han gustado, pero ello no le resta un ápice a la admiración que siempre le he tenido.
Él ha ganado muchas cosas, y otras que espero le lleguen, nadie sabe qué le deparará el futuro, si será el que fue, pero mientras tanto que siga así, con esa luz y si ser el ejemplo de su hermano joven es lo que le motiva, adelante… más allá del ciclismo, me da la sensación que conocer o charlar con gente así te tiene que dejar un sabor de boca brutal.
Imagen: FB Ineos Grenadiers
Ciclistas
Filippo Ganna se quita los asteriscos
El salto de Filippo Ganna en San Remo debe ser un punto de inflexión
Es curioso el caso de Filipo Ganna, no sé si hay gente que le tiene ojeriza o que no se acaba de creer que estamos ante un corredor que, como vimos el sábado camino de San Remo, come en la mesa de los más grandes.
El italiano es uno de los mejores ciclistas de la actualidad, un tipo corpulento, compacto, grandísimo rodador y contrarrelojista excelso, al que sin embargo se le cuestionan los méritos, como creyendo que no va a salir de su zona de confort, eso es, el velódromo y cronos por debajo de los 20 kilómetros.
Pero nada más lejos de la realidad.
Si miramos estos últimos años, Filipo Ganna ha sido un ciclista capaz de evolucionar y mejorar en todos los campos, incluso con su obvia limitación del peso.
Ha llegado más allá de lo que muchos pensaba y lo habrá hecho con un trabajo que podemos intuir.
Filippo Ganna no sólo rueda como los ángeles, ni sólo se cuelga oros olímpicos en el velódromo, ni acumula récords de la hora,.. él ya nos demostró en el Giro de la pandemia que era capaz de sortear dificultades montañosas y acabar muy delante e incluso ganar alguna etapa
El año pasado tuvo un rol interesante en la París-Roubaix y ahora esto de San Remo.
Lo del sábado no lo vi venir.
Se acopló a la estela de Pogacar en el Poggio y acabó segundo batiendo al sprint a Van Aert y al propio esloveno.
Fue la cadena, en engarce para que Van Aert y Van der Poel no perdieran el tren de Pogacar en el primer ataque.
Sólo un pero, el descenso, en el que no le vimos como podíamos presumir, en algún viraje se le vieron las costuras.
Sin embargo ahí sigue Filippo Ganna, que no es solo una pose bonita o un matador contra el reloj, es un ciclista cada vez más completo, que cultiva habilidades y cuestiona aquellos que le veían limitado.
Una vez dije que él come de la mesa de los grandes, esto lo ratifica, aunque espero que el piamontés esté más presente durante más veces durante el año y no nos deje huérfanos de esa calidad «casi pornográfica» durante tantos periodos.
Imagen: FB INEOS Grenadiers
Mikel landa
Hace tiempo que Mikel Landa perdió ese brillo
Si Mikel Landa no anticipa nada puede hacer contra Remco y Roglic
Sinceramente, esperaba más, mucho más de Mikel Landa hoy en la primera llegada en alto de la Volta.
En un contexto en el que la chispa de antaño no es la que era, y los rivales te sacan de punto cuando la carrera entra en zona roja, esperar como lo ha hecho Mikel Landa en Vallter2000 a poco más de dos kilómetros para ver qué sucedía, ha sido decepcionante.
Cada día de estos es un día de la marmota.
Se calienta el ambiente en redes, en televisión apuntan al vasco y luego, esto.
Para entender lo que podemos esperar de Mikel Landa, sólo hay que mirar lo que ha hecho Esteban Chaves hoy, anticiparse, probar y tomar riesgo para morir a medio kilómetro, pero morir con las botas puestas.
No olvidemos que Esteban Chaves fue el mejor hace dos años en Port Ainé, y esta vez ha estado cerca de repetir en Vallter 2000.
No le salió, per tuvo en jaque a los favoritos y se ganó el cariño de todo buen aficionado al ciclismo que en el fondo deseó verle ganar en la cima.
Chaves hace mucho tiempo que no recupera aquella versión exitosa de 2016, cuando fue podio en dos grandes y ganó Lombardía.
Sin embargo, consciente de sus límites se ha ido resituando en el pelotón hasta ser el tipo que es hoy, un ciclista peleón que exprime sus opciones hasta donde le da y, a veces, le sale bien.
Mikel Landa tenía una opción clara de al menos hacer lo que ha hecho el colombiano ante la certeza, repito, que si espera al final Remco y Roglic son superiores a él y al 99,9% del pelotón.
Más cuando dos caballos como Jack Haig y Wouter Poels le realizan un trabajo fino y limpio que le dejaron al colombiano a medio minuto.
Landa saca a paseo el mismo argumentario a cada carrera que va, se dedica a remar y remar, poco o nada queda de ese ciclista brillante que si una cosa lograba era crear incertidumbre.
Centrado en las plazas por la general, desprecia victorias parciales y muchas veces se queda sin lo uno ni lo otro.
Ojalá nos dé donde más duele en esta Volta, pero ahora mismo cuesta ver a Landa más arriba en la general si no toma los riesgos que exigen los grandes triunfos.
Sé que competir contra estos monstruos debe intimidar, por ello es imprescindible que Landa pruebe esas cosas que le han hecho tan querido, arriesgar y todo eso, o de lo contrario, va a estar siempre cerrando huecos.
Imagen: FB Team Bahrain Victorious
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