Ciclistas
Serie 12×12: Lance Armstrong, un hombre que jugó a ser Dios
La principal aportación de 2012 a la historia del ciclismo ha sido la profunda revisión de siete ediciones del Tour de Francia. En concreto las siete que adornaban el fastuoso salón de la casa de Lande Armstrong en forma de marco con el maillot jaune, acompañado de sus respectivos dorsales. Siete años que van de 1999 a 2005, ambos inclusive, donde asistimos a una película de dibujos con un enfermo de cáncer sanado que vuelve para ganar siete ediciones de la más grande carrera de la tierra. Un cuento.
Pero cómo bien repite Ander Izaguirre, este ciclismo tiene una tara en su argumento: el dopaje, un elemento libidinoso e hiriente que descuadra el hilo. La bonita historia de Lance que se supo Dios, acabó en drama. Los malos hurgaron y hurgaron hasta dar en hueso y lo que la epidermis escondía no gustó nada.
La cosa acabó mal porque los dóciles y serviles ayudantes de Armstrong cantaron por misma boquita que tuvieron cerrada durante los años de plomo. Un hecho imprevisible aquellos años que el grupo aparecía compacto y leal al gran jefe. Una lealtad recompensada con buenos sueldos, mejores relojes y según parece el “más completo y sofisticado” programa de dopaje.
Paradójico. “Completo y sofisticado”. Dos palabras que sinceramente no nos parecen las más adecuadas a la realidad del ciclismo, no en su dimensión de deporte pobre, muy al margen de las mareantes cifras de otras actividades. Hacernos creer con esa prerrogativa que lo más podrido está en esta casa es un atentado frente la razón. Aquí hay mucho de podrido, pero como en todas las casas, señores.
Pero el caso Lance tiene ramas y brotes. Hace poco uno de sus mejores gregarios, Roberto Heras, sonrió por que le devolvieron la Vuelta de 2005, cuando ni siquiera caminaba ya con el tejano. Una sonora decisión también. Quizá en un año tengamos nuevos rearbritajes, palmarés reconfigurados y ediciones en blanco, como las noches de museos en grandes ciudades. A pesar de ese defecto argumental que imponen en apariencia, no dejan de ser secuelas en esencia y como tales casi nunca satisfacen. Quién sabe si la entrada de Viatcheslav Ekimov a dirigir el Katusha ha podido influir en la degradación del mismo.
De cualquiera de las maneras los más coherentes en esta historia han sido los domésticos españoles de Armstrong. Se callaron entonces y lo hacen ahora, mutis. Y es que la historia no parece conclusa. Del principal afectado no hemos oído más que un vago lamento, “ha sido una semana complicada”, y una desafiante foto apreciando sus maillots amarillos. Continuará…
Ciclismo
Vingegaard ya está corriendo el Tour
Un mes y pico después Vingegaard hace su primera salida con la vista en el Tour
Vivimos un periodo dorado en muchos aspectos el ciclismo uno de ellos, quizá el más destacado sea ese triángulo cuyos vértices son Vingegaard, Pogacar y Tour de Francia.
La grave caída del danés nos cogió en Italia, en la ruta de las dos primeras etapas del próximo Tour.
Ahí estaban profesionales del turismo, técnicos de la Emilia Romagna y el propio Davide Cassani dándole vueltas a la recuperación del dorsal número 1.
He de decir que incluso en las horas posteriores a la caída, el exseleccionador italiano era relativamente optimista sobre la recuperación de Jonas.
Otra cosa fue que al poco supimos de sus problemas en los pulmones y que la gravedad de sus heridas eran peores que los primeros pronósticos.
Poca broma con la cantidad de días que pasó en el hospital de Vitoria, aunque por suerte nada tan grave como leí en algunos sitios en los que elucubraron con el final de su carrera deportiva.
Jonas is back riding on his bike outside again. 🤩🐝
Hear what he has to say about his recovery and the Tour de France. pic.twitter.com/Rf1d3odoeM
— Team Visma | Lease a Bike (@vismaleaseabike) May 7, 2024
Sea como fuera de todo aquello hace poco más de un mes, tiempo que ha pasado para ver de nuevo a Jonas Vingegaard paseando en bicicleta y hablando de la posibilidad de ir al Tour.
Yo sin duda que quiero verlo en la salida de Florencia a finales de junio.
Ojo que quedan menos de dos meses y por eso Vingegaard ya ha empezado a correr el Tour.
La suerte de las caídas e incidentes ha sido inversa esta vez.
Vingegaard llegará al Tour tocado y posiblemente no en su mejor forma, como el año pasado le sucedió a Pogacar.
En todo caso, estoy con lo que comentó Contador sobre el nivel de reto que le supone a Vingegaard llegar bien a la mejor carrera del mundo, un nivel de reto que él mismo ya ha asumido anualmente enfrentándose al mejor ciclista de su generación.
Ante el vendaval Pogacar, cuya comparación más obvia nos lleva a Bernard Hinault, el danés mantiene el esquema clásico de fijar el Tour como gran objetivo y luego todo lo demás.
Una cosa tengo clara, si Vingegaard se pone el dorsal en Florencia para la salida del Tour, tened por seguro que estará lo más cerca posible de la perfección, quizá no al 100%, pero cerca y que lo intentará como el que más.
Cualquier otra opción no la considero.
No, en este ciclismo.
Ciclistas
El Giro de Pogacar dura seis semanas
Cualquier alternativa a Pogacar en el Giro nos parece hoy imposible
Pues ya está aqui el Giro, podríamos decir, de inicio, el Giro de Pogacar, pues lo viene siendo así desde que anunciara su intención de conquistar Italia.
Una carrera que llega con un pronóstico tan decantado que desconozco cualquier otra alternativa.
Pocas veces una gran vuelta llega con un favorito tan brutal como Pogacar a este Giro, un favorito que además, y conociéndole, no tardará en meter tuerca e intentar abrir huecos dentro de esa carrera contra la historia que se ha planteado el esloveno.
Ahora bien ¿sería inteligente no deja ni las migas?
Es obvio que el Giro no es la Volta, pero que las opciones de que Tadej Pogacar tiranice la carrera están ahí.
Ganar cuantas más etapas mejor es loable, aunque algunos lo tachen de aburrido, abrir distancias siderales es histórico, pero el precio puede ser muy caro.
No veo, como decía antes, alternativas reales Tadej Pogacar, pero tampoco veo que vaya a dejar la carrera en el hueso.
Que Pogacar apueste por ganar esta carrera es buenísimo para el ciclismo que quita presión, de paso, en el Tour de Francia, pero si lo que persigue es el famoso doblete, amasarlo todo no sería inteligente.
El Giro de Pogacar es de seis semanas, y veremos si de alguna más.
En Italia, tiene todo a favor para liderar casi de inicio y un equipo que puede defenderle durante las tres semanas.
No sé si querrá hacer como Rominger en el 95, pero seguro que le apetece.
Luego está la defensa y gestión del liderato, un premio que además se entremezcla con etapas y otras prebendas.
Pogacar va a competir contra compañeros de Vingegaard, Roglic e incluso Carlos Rodríguez y lo complicado que estos se lo pongan va a influir en el desarrollo del Tour de Francia.
Es más, sin Vingegaard fuera seguro de la partida del Tour, si el danés seguro llegara en su prime, estoy casi seguro que Pogacar enchufaría el rodillo en Italia para ganar lo más posible y llegar con menos presión al Tour.
Pero claro, con el danés muy cogido con alfileres, seguro que el doblete es algo que ha ganado fuerza en el entorno del esloveno y no sé hasta qué punto le renta dejarse la vida por acumular y acumular, como tanto le gusta hacer.
Una cosa se da casi por segura, no veo otro líder del Giro que Pogacar a la salida de Oropa, y hablamos de la segunda etapa.
Luego veremos….
Ciclistas
¿Qué sería un buen Giro para Juanpe López?
Espero que Juanpe López no se obsesione con la general del Giro
Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que el ganador del Giro del Trentino, hoy el Tour de los Alpes ganado por Juanpe López, entraba directamente en las quinielas del Giro de Italia.
Quien está bien en la vuelta pequeña es que llega bien a la grande de tres semanas.
Juanpe López vuelve al Giro de Italia con muchas cosas a su favor.
La inercia ganadora del Tour de los Alpes la lleva en el cuerpo, igual que el estado de forma que mostró esos días.
Se le vio mejor que nunca, sabiendo sentenciar una etapa a su favor, su primer triunfo pro, y luego defendiendo el maillot de líder hasta el final, en jornadas que sin duda no fueron fáciles, pues hubo momentos en los que corrió rodeado de rivales, desde Bardet a los Decathlon, pasando por los Ineos y los Bahrain.
Muchos de esos rivales estarán además en el Giro, además de Romain Bardet, quien acabó esa semana siendo segundo en Lieja, O´Connor, Geraint Thomas y Antonio Tiberi, entre otros.
Juanpe demostró un punto dulce en los Alpes y llega al Giro con el casillero estrenado, un golpe de moral importante.
Además en Italia, en el Giro, este ciclista se dio a conocer en el mundo entero, portando durante tantos días la maglia rosa hace dos años.
Llevar una prenda así es muy potente, te sitúa en el mapa, te da protagonismo, es un aprendizaje brutal y te hace crecer en el pelotón.
Que un ciclista español sea líder de una gran vuelta es algo inédito que el andaluz pudo probar.
Nuestro ciclismo se ha nutrido, y se sigue nutriendo, de muchos corredores que lo centran todo en la general dejando por el camino otras muy buenas formas de brillar.
Juanpe López brilló mucho en el Giro de hace dos años por esa maglia rosa, de eso se acuerdan muchos, mucho más que de la décima plaza que acabó firmando, un buen resultado que tuvo un ímprobo esfuerzo detrás.
Para este Giro espero que no se fije en la general, que un décimo puesto da puntos UCi y esas cosas, pero el aficionado quiere verle delante, escapadas, disputando etapas y quizá vistiendo el rosa de nuevo.
Eso sería una excelente noticia y acentuaría su perfil propio en un ciclismo lleno de tantos corredores que han fijado su mirada en las generales.
Incluso en su mejor momento, veo ciclistas con mayor solidez en el paso de las etapas que el propio Juanpe y además corre en un equipo con la cultura de disputarlo todo y sin un líder nítido.
De hecho va a ser el principal aliciente de un ciclismo, el español, con una presencia más que testimonial.
Ciclistas
Los niveles de Egan Bernal
El Egan Bernal de 2019 no habría estado al nivel de los capos actuales, pero no habría estado lejos
Entre las parejas del pelotón hay una que me gusta mucho, la de Carlos Rodríguez con Egan Bernal.
No sé, hablamos de dos ciclistas tremendos, en diferentes épocas, Carlos más joven, y Egan, en plan mentor.
Comparten muchas cosas, pero una muy importante, son dos ciclistas espectaculares, que no se esconden, que toman el mando, les da el aire y son de fiar.
Por eso posiblemente se lleven tan bien, por eso en el pasado Tour, Egan Bernal no vaciló en echarle un cable al andaluz porque veía en él el ciclista que un día fue el colombiano.
Uno de los mejores del mundo.
Y por eso en Romandía, en el momento clave no dudó ponerse a su servicio para ayudarle en la conquista de una carrera que sin duda es un antes y un después para Carlos.
Valorad, por eso, que este Egan es el mismo que pisó el podio de la Volta y O Gran Camiño, que es un ciclista completamente recuperado de aquel horrible accidente.
Día redondo en #TDR2024
✅ Vuelve a ganar Carapaz
✅ Carlos Rodríguez sentencia la general
✅ Egan Bernal, excelente en favor de su compañero
Para Ayuso queda la asignatura pendiente de este tipo de etapas y de Enric pensé, ilusamente, que podía estar en una carrera propicia— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 27, 2024
Leí el otro día a Egan Bernal hablar del cambio de nivel en el ciclismo estos últimos años.
Entiendo que el paso es brutal, lo hemos visto todos.
Dice el colombiano que su nivel de antes del accidente, el que le valió para ganar un Giro, no sería suficiente ante Vingegaard, Pogacar y cía.
Él lo sabe mejor que nadie, pero a diferencia de lo que pasó en ese Giro, creo que el Egan Bernal de 2019 estaba en otro nivel.
Posiblemente intermedio.
En este ciclismo de maravillas que estamos viviendo creo que Egan Bernal fue uno de los primeros en destapar la caja mágica.
Su forma de correr en 2019 fue un anticipo de lo que habría de venir.
Un ciclista presto a correrlo todo, agresivo y eficaz, aunando un tridente como París-Niza, Vuelta a Suiza y Tour de Francia, dando la cara y ofreciendo espectáculo.
Egan Bernal tanto reventaba cuesta arriba como en abanicos, siendo el cabeza de cartel del primer Ineos post Froome.
Ese Egan Bernal de 2019 superaba al de 2021 y creo que no habría estado lejos de los cocos actuales.
Ojalá un día le recuperemos.
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