Richard Carapaz
Richard Carapaz y el festival de maillots en el Education First
Hemos tenido que esperar al Education First para ver a Carapaz de tricoloro
Días después de Esteban Chaves en el nacional colombiano, Richard Carapaz no vestirá el rosa del Education First en su primera campaña.
Richard llevará los colores ecuatorianos lo que, al menos para mí, es una novedad, y mira que ha sido el mejor ciclista de su país durante no pocos años.
Carapaz ganó el privilegio de vestir la tricolor en su primera campaña con Education First, en una carrera que se decidió en la décima vuelta del recorrido en Tulcán, acompañado de Alexander Cepeda y Jonathan Caicedo.
Los tres estuvieron en el corte bueno desde el inicio, y ojo que se corrió a más de 43 por hora haciendo selección hasta que Carapaz batió al Caja Rural Jefferson Cepeda.
Es curioso porque el año viene cargado para Carapaz con Tour y Vuelta, pero mucho me temo que no le veremos competir estas semanas hasta julio.
Al menos a tenor del PCS que lo pone en el Laigueglia y en las Árdenas, antes de la Grande Boucle.
Seguro que veremos ese precioso maillot mucho antes, en alguna de las vueltas que tenemos por delante.
A Carapaz sólo podemos desearle que gane mucho, pues es un espectáculo, además me temo que en un equipo como el Education First va a funcionar muy bien.
No es el equipo más top del pelotón, pero sí con una de las mejores pizarras del mundo.
Eso mezclado con uno de los ciclistas más inteligentes del mundo.
Por cierto que el bloque de Jonathan Vaughters es ahora de los más laureados del pelotón, ya sabemos que estamos en el preámbulo, pero todo suma…
Imagen: EF Pro Cycling
Richard Carapaz
Richard Carapaz, welcome back
El año que acaba ha escrito el retorno de Richard Carapaz
Cuando Richard Carapaz recupera la sonrisa, el ciclismo sonríe.
Suena así, quizá un poco ñoño, demodé, pero es el sentimiento que transmite uno de los corredores más carismáticos del pelotón.
Para Richard Carapaz, la Vuelta recién finalizada es el regreso a una elite que no había dejado pero que le estaba dando calabazas, demasiadas, en forma de caídas, percances y alguna mala suerte.
Lo cierto es que cuando el ecuatoriano hace dos años apuraba sus últimos días en Ineos, ganando tres etapas en la Vuelta, el 2023 pintaba a temporada prometedora, entrando en un equipo, el Education First, que le podía ir como anillo al dedo.
Pero el pasado año ni fue bueno, ni hubo progreso.
Al igual que Enric Mas, Carapaz se dejaba toda la preparación en una cuneta de Euskadi, en la jornada inaugural del Tour de Francia.
Una caída que le hipotecó la ronda francesa y la temporada.
Pero este tipo es un luchador inasequible que sabe leer las verdades de la carretera como nadie y meter toda la carne en el asador si ello es necesario.
Si el plan A no sale, está el B o si procede el C.
El año de Richard Carapaz no iguala sus grandes campañas de 2019 a 2021, pero se equipara y sobretodo le devuelve a los titulares.
Ojo el botín que se llevó del podio, completando el triple-triple, pues ha ganado etapa, vestido de líder y subido al podio en las tres grandes.
El Tour de Carapaz ya fue sintomático, vistió el amarillo en la misma jornada en la que quedó eliminado de la general, pero no fue problema, se reorientó a una etapa y la montaña.
Pasado el trago de no poder defender el oro olímpico, llegó a la Vuelta, empezó con mal pie, pero echó el resto en la gran etapa de Granada para volver a la lucha por la general.
No tiene el punch de antaño, tampoco el factor sorpresa que quizá le ayudó a ganar aquel Giro, pero mantiene el espíritu y el instinto, como cuando casi hace perder la Vuelta precipitadamente a Ben O´Connor en la Herrera, tras acabar con Mikel Landa.
No hay momento en el que no pienses que la puede liar y más con ese equipo que mueve fichas con una eficacia que acorta las distancias con los más grandes.
Esperamos que el «regreso» de Richard no quede aquí, está para el mundial, rodeado de una excelente selección, incluido Narváez.
Si lograra pisar el podio mundialista, pocos se equipararían a su colección de hitos, una mezcla talento y calidad a partes iguales pero sobretodo de instinto.
Imagen:Unipublic/Cxcling/Toni Baixauli
Richard Carapaz
Carapaz en Romandía: La insistencia tiene premio
La victoria de Carapaz en la etapa reina de Romandía pone fin a una injusta sequía
Tiempo, demasiado tiempo ha pasado desde que Richard Carapaz lograra su último triunfo antes de esta etapa en el Tour de Romandía.
Con año y pico en un equipo que se distingue por ser coral, imaginativo y proactivo, Carapaz poco le había podido ofrecer al EF hasta esta jornada.
Destellos de lo que es un gran corredor, pero gafado por caídas o enfermedad, mermado en un pelotón en el que o eres muy muy bueno, o pasas sin pena ni gloria.
Siempre he pensado que Richard Carapaz nunca ha sido el mejor en nada, unos cuantos le superan con creces, pero a su favor tiene dos cosas: olfato y ambición, que mezclados en justa medida dan como resultado el ciclista que tanto nos gusta, el de los pocos pero buenísimos triunfos.
A todo lo dicho añadidle esa pizca de valentía que a veces roza la inconsciencia de salir, por ejemplo, a por Pogacar en La Redoute a sabiendas que puedes hacerte daño.
Pero Richard Carapaz siempre lo intenta, siempre propone, como en la jornada reina del Tour de Romandía, jugando a ganar desde el primer momento.
Supo leer la necesidad de Ineos de tumbar al líder Juan Ayuso y trabajar para Carlos Rodríguez, Egan Bernal incluido.
Luego se soldó a la rueda de Carlos y atacó en el momento justo de la mejor manera que sabe hacerlo: sacando mucho de golpe y luego sufriendo hasta el final.
Aunque la justicia deportiva da y quita como le place, no me habría gustado nada que Florian Lipowitz le hubiera dado caza en la recta final.
Cuando Carapaz le vio venir redobló el esfuerzo y dio con la llave del triunfo.
Aunque ha ganado algunas cosas con el EF, nada es comparable a una victoria en el World Tour, el circuito de los mejores.
Tened por seguro que este ciclista en forma y con moral es posible que no vaya a ganar una gran vuelta, pero nos dará que hablar y será un gustazo verlo, y quién sabe, igual hasta decanta la balanza cuando menos lo imaginemos.
Imagen: FB EF Pro Cycling
Richard Carapaz
La opción de Richard Carapaz siempre es dar la cara
Richard Carapaz sólo sabe morir matando
En el pelotón hay muchos tipos de corredores, pero hay una distinción rápida y palpable, los valientes por norma y los que se esconden en la panza del grupo, obviamente Richard Carapaz pertenece a los primeros.
pero cómo mola Carapaz
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) June 9, 2023
Atacar como lo hizo en una cota de segunda, tras el primer arreón de otro que tal, Julian Alaphilippe, a la vista de todos y en especial de Jonas Vingegaard, le describe como uno de esos ciclistas que sólo puedes querer.
Sé que suena a cuento de suicidio, Carapaz se llevó soldado al ganador del Tour, que además transmitía unas sensaciones «hors cotegorie» pero no le pudo ni la intimidación ni el complejo que generan algunos ciclistas en la actualidad.
Fue a por todo, con todo, sin síntoma de abrir el codo para pedir relevo, sin mirar para atrás, hasta que Vingegaard le dejó atrás.
Sé que suena romántico, eso de intentarlo al sol, saliendo en la pantalla, siendo valiente, pero es que no veo otra forma de hacerlo.
Hay una capa intermedia de ciclistas que llaman a la puerta de los más poderosos y para echarles el guante, no les queda otra que, al menos, intentarlo.
Sé que las comparaciones son odiosas, pero ver la reacción de otros ante la tormenta, para acabar casi en el mismo sitio, hace que la percepción cambie mucho.
Carapaz hizo gala de su primer arranque, duro, violento y fuerte, pero por detrás apreciar a Enric Mas, Adam Yates y Mikel Landa, completamente engullidos en el grupo, pasados unos metros es decepcionante.
Pero volviendo al ecuatoriano, Carapaz lo intenta, siempre lo prueba, lo hizo contra Pogacar en aquella famosa etapa en la que el esloveno cogió el amarillo en el Tour 21, lo intentó en Dauphiné contra Vingegaard y otras veces más.
Incluso sabiéndose inferior o no en la mejor forma.
Y ¿sabéis qué pasa?
Que a veces salen las cosas, que las cuentas resultan y que los triunfos llegan.
Carapaz saltó ante Roglic y Nibali aquella vez camino de Courmayeur para decantar un Giro, saltó ante velocistas como Caleb Ewan para rebañarles una etapa en sus narices y le echó un pulso a Wout Van Aert para colgarse el oro olímpico.
Porque el ciclismo es Carapaz, es rehacerse de los golpes y crecerse ante rivales superiores, sobre el papel, que el maillot no te quede grande y que honres el deporte que te da de comer y te completa con actitud, algo que se le supone a muchos, pero no todos tienen.
Pondría la mano en el fuego sobre las opciones de Carapaz en el Tour, no creo que lo vaya a ganar, pero seguro que a su rueda más de una cosa importante va a pasar… lo veremos.
Imagen: A.S.O/Billy Ceusters
Richard Carapaz
No se puede usar la palabra fracaso en el año de Carapaz
Aunque no haya ganado el Giro, Carapaz ha sabido reinventarse durante la campaña
La imagen que ilustra este artículo es una de las instantáneas del año: Richard Carapaz cruza la meta en la cima de la Marmolada, en vísperas de final de carrera, con la certeza que acaba de perder el Giro de Italia.
Le acompaña en la secuencia Davide Formolo, que cruza la meta justo con él, y pone su mano en la espalda de la maglia rosa en señal de consuelo, un consuelo que, en ese momento de desesperación, cae en saco roto.
Tuve ocasión de preguntarle a Davide Formolo, en el podcast de Gobik, por ese instante y por el el significado de mismo.
Le vine a preguntar por la fragilidad que rodea al ciclismo y al ciclista, por lo en el aire que está todo y lo complicado que es gestionarlo.
«Ese es el tema, trabajamos hasta el detalle y luego está todo sujeto en manos de cualquier cosa que puede suceder en la ruta«.
La crisis de Richard Carapaz en la cumbre de la Marmolada fue como esos partidos a ronda única, tras pasarse el Giro delante, al aire, y dando la cara, acabó cediendo la prenda de sus desvelos sin opción a réplica.
El ataque de Jay Hindley combinado con ese increíble ciclista que es Lennard Kämna fue mucho para él cuando tenía la carrera a tocar.
No fueron pocas las voces que hablaron de fracaso de Richard Carapaz, como si ser segundo el Giro pudiera considerarse tal cosa, como si acabar en el podio de casi todas las grandes en las que compites desde 2020 fuera un fracaso.
Carapaz ganó el Giro 2019 y ha logrado estar en el podio en tres de cinco grandes en las que ha tomado parte.
Ya sabemos que no ganó este Giro, pero dio lo que tuvo y la medida del final es lo que le quedaba en las piernas.
Cuando el ecuatoriano empezó a sumar triunfos en la Vuelta a España, mezcla de su olfato para pillar las fugas y su instinto para resolverlas a su favor, volví a leer varias veces la palabra fracaso pues ya no estaba en la quiniela de posibles ganadores.
Estupefacto es poco, pues acababa de lograr tres triunfos de etapa en la montaña de la Vuelta, con la precisión de cirujano que le define, y no sólo eso, ayudó a Carlos Rodríguez en ciertos pasajes muy duros para el andaluz, como otras veces había trabajado para otros compañeros.
Carapaz es uno de los mejores ciclistas del mundo en un contexto de auténticos monstruos que no dejan ni las migajas ni los restos.
Su forma de correr le define, pero también el palmarés y la estadística con un victorias que muchos de los grandes nombres quisieran para sí.
Ganó un Giro medio de sorpresa para algunos, tapado de inicio por Landa en el equipo y aprovechando el marcaje obsesivo de Roglic y Nibali, pero igual que le anotamos aquel triunfo, cabe reconocerle todo lo que vino después, la constatación que esa victoria tuvo poco de casualidad.
Leo también que Carapaz no ha cuajado en Ineos, que por eso le dejan marchar.
Depende lo que se considere cuajar, si nos referimos al ambiente de equipo, ahí no me meto, pues no estoy dentro, si hablamos de resultados, ¿cuántos ciclistas de Ineos le superan en este periodo?
Tao y Egan… poquito más.
En EF no tendrá tanta discusión en el liderato del equipo, especialmente para el Tour, a donde le está enfocando el Vaughters con un recorrido tan de su estilo.
Yo nunca veo a Carapaz favorito a nada, salvo en el último Giro, pero le acabo viendo delante casi siempre, sin importar quién sea el rival, manejarse de esa manera, en medio de esta manada, reunir ese palmarés, demostrar esa ambición… todo en sí hace del ecuatoriano un ciclista con el que es complicado manejar la palabra «fracaso».
Imagen: FB de Giro d´Italia
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