Opinión ciclista
#PorUnaLeyJusta ¿Cuántos ciclistas muertos necesita el Gobierno?
Los políticos vuelven a ir por otro camino de #porunaleyjusta
Este pasado martes 13 de noviembre no fue un buen día para el colectivo ciclista.
Fue una jornada para olvidar.
Ya de buena mañana, nos enteramos que de nuevo un terrible accidente -¡otro más!- había sesgado la vida de una ciclista en Bilbao.
Un camionero, perdón, un conductor de camión, se la llevó por delante mientras la adelantaba, sin percatarse ni tan siquiera de su presencia, cerrándola y atropellándola.
Un desgraciado incidente, que otra vez ha hecho tambalear los cimientos de la tan cacareada (in)seguridad de los ciclistas cuando salimos a montar en bici ahí afuera, y de la que muchos se llenan la boca afirmando que velan para que esa confianza salga reforzada.
Además de esta triste noticia, también nos enteramos, ese mismo día, que una de las mayores manifestaciones ciclistas que se organizan en este país por nuestra seguridad vial -la Barcelona-Sitges- era recortada, enviada bastante más allá de las afueras de las ciudades por donde había de pasar -allí donde no nos quieren-, y convertida en poco más que un triste paseo dominguero.
A todo esto, por si fuera poco y para acabar de rematar nuestra paciencia, el martes se aplazó la decisión de reforma con el endurecimiento del Código Penal sobre homicidio imprudente al volante, porque no existía en aquel momento un mayor consenso entre todos los partidos.
¿Cómo?
Eso nos preguntamos todos.
#PorUnaLeyJusta ya 14 meses
¿Por qué?
Porque llevamos 14 meses esperando a que en este país, por fin, las víctimas más vulnerables en los accidentes de tráfico se sientan amparadas por la Ley.
Y parece que seguimos sin avanzar.
Continuamos estancados.
De nuevo… ¿por qué?
Porque la propuesta inicial de elevar las penas a imprudencias graves, producidas por exceso de velocidad o por el consumo de alcohol y drogas, ha quedado en poco menos que una broma pesada, al quedar devaluada por completo.
El colectivo ciclista, encabezado por Anna González, Alfonso Triviño y la Asociación de Ciclistas Profesionales (ACP), se siente engañado por la mayoría de grupos políticos, en especial con el partido socialista que gobierna este sufrido país y que parece haberse echado atrás a la hora de firmar esta negociación.
Bien es cierto que este aplazamiento ha sido producto de las presiones de la propia ACP que veían, incrédulos, como se iba a aprobar una ley del todo injusta.
Voy a intentar explicar los tres puntos básicos más conflictivos por los que se están luchando en esta reforma del Código Penal, por si alguien aún no lo sabe o tiene dudas, y poniendo los puntos sobre las íes, porque el aplazamiento es para de aquí una semana y tenemos poco margen de maniobra, el documento es muy mejorable y el tiempo muy escaso para seguir presionando.
De las tres patas del banco que bailan y no dejan que se estabilice #porunaleyjusta, la primera es la petición del colectivo ciclista, y de las asociaciones de víctimas de accidentes, de que “una infracción de tráfico que cause muerte o lesiones sean considerados como imprudencias menos grave”.
Primer punto problemático, ya que el texto sólo recoge los casos en los que las lesiones incapaciten de por vida a la víctima.
¿Qué significa esto?
De entrada que estas eventualidades, según estudios, “sólo” representan un 10%, o lo que es lo mismo, que en el 90% de accidentes las lesiones no son invalidantes de por vida con los que tendríamos durísimos ejemplos como los que nos explica el propio Triviño, en los que “un conductor podría partir las piernas de un ciclista porque se ha saltado un semáforo y eso no sería objeto de causa penal”.
La petición sería que cualquier accidentado que necesitara asistencia médica y tratamiento fuera calificado como “delito leve”, siempre y cuando el responsable del accidente no condujera bebido o drogado. De esta forma las víctimas estarían protegidas por un proceso penal, con revisión de lesiones por un forense judicial y el apoyo de la Fiscalía.
¿Por qué todo esto?
Porque hasta ahora este tipo de accidentes eran considerados por los jueces como imprudencias leves, donde las víctimas no tienen apoyos ni del fiscal, ni del forense y tampoco son procesos gratuitos.
La celeste de Movistar by Endura
¿Qué ocurre en estos casos?
Pues que la mayoría de accidentados optan por desistir para regocijo de jueces que han de trabajar mucho menos y compañías de seguros que, felizmente para ellas, pagan indemnizaciones a la baja, ¡toma ya!
Es fácil entender, por tanto, que en este país, el partido socialista ha “sufrido” presiones por jueces y aseguradoras que “vivían” muy tranquilos hasta ahora, sin complicarse demasiado sus “duras” faenas los primeros y sometidos a los intereses y al “negocio” de los segundos y, de paso, ahorrarse el Gobierno partidas presupuestarias para que la justicia defienda a las víctimas.
Así estamos aún.
Una auténtica vergüenza.
Segunda problemática: el aumento de la pena máxima por imprudencia grave.
Hasta ahora eran cuatro años.
Pues tampoco hay un acuerdo satisfactorio porque el Gobierno, para que se pueda elevar el límite entre los 6 y 9 años de condena, ha puesto encima de la mesa que al menos haya “un fallecido y dos lesionados graves”.
¿Eso es lo que valemos?
¿Tiene que haber, como según ellos mismos dicen, una “notoria gravedad”?
¿No es suficiente la vida de una sola persona para elevar la pena?
Como vengo diciendo: bochornoso.
Estas cosas sólo ocurren aquí.
Porque además, esta “notoria gravedad”… ¿cómo la interpretaran los jueces.
Comunicado oficial #PorUnaLeyJusta https://t.co/Aj4B27KpRl
vía @Ciclismoafondo_#vadepersonas
— Anna González López (@ANNAGONZALEZLO1) November 14, 2018
¿Cuántos muertos necesita el Gobierno para que se eleven las penas?
Muchos, sin duda.
Es para llevarse las manos a la cabeza y echarse a temblar.
Algo tan sencillo como lo que se pide, que si el conductor iba borracho o drogado se pueda llegar hasta los seis años de pena y sin embargo el Gobierno pone como condición que hayan “varios muertos”.
Es para quedarse sin palabras, indignarse y tomar cartas en el asunto.
Para finalizar, el último punto de fricción es “la fuga”, uno de los más importantes por los que se está luchando #porunaleyjusta y en el que se pide penas más duras para el que abandona a la víctima en el accidente.
Tampoco hay consenso porque el texto asocia la fuga dependiendo de la culpa del incidente. En él se dice que si lo ha provocado la imprudencia del automovilista la pena sería de 6 meses a 4 años, pero si es por culpa del accidentado, el conductor tendría como mucho una pena de 6 meses de prisión, una sanción muy menor a la de quedarse y someterse a la prueba de alcoholemia.
Algo inaudito.
Por eso, desde la ACP se está luchando para que la fuga sea independiente de la causa del accidente y que, en cualquier caso, el que abandona a la víctima ha de ir a la cárcel entre 2 y 4 años de prisión “por la maldad intrínseca” de dejar a su suerte al accidentado.
Por todo esto, Anna, ayer emitió un comunicado a todos los grupos parlamentarios a que sean sensibles y que atiendan estas peticiones que son irrechazables para que #porunaleyjusta lo sea pero de verdad.
Porque como la propia Anna dice
“existen dos grupos de personas: los que esperan a que las cosas sucedan solas o te las arreglen otras, o bien las que hacen que las cosas sucedan, luchando por ellas”
Y vosotros, ¿en qué grupo estáis?
Por Jordi Escrihuela
Opinión ciclista
Tour: Estas etapas matan el ciclismo
La primera de las etapas en Francia ha sido un lastre para el Tour
En un ciclismo, en una sociedad de paciencia menguante, como leo a Ander Izagirre, etapas como la primera del Tour en Francia son un tiro en el pie de este deporte.
Llego ahora a casa y leo que os estáis aburrrrriendo con la etapa tostón del Tour. Aquí tenéis algunas decisiones brutas y cómicas que tomaban los organizadores de Giro, Tour y Vuelta contra el aburrrrrimiento. pic.twitter.com/HDRvFMGrRr
— Ander Izagirre (@anderiza) July 4, 2023
No hablamos del deportista, ni de su necesidad de tomarse un respiro en una jornada que conecta la salida vasca con los Pirineos, que puede ser tomada con más o menos calma, hablamos de imagen, de la percepción, de la sensación que, o eres un enfermo de esto, o es imposible tragarse semejante bodrio.
¿Lo mejor?
La retransmisión, como casi siempre, aunque para conocer las Landas, quizá mejor los documentales de La 2.
La imagen de recreo y asueto generalizados esta jornada de julio fue el mejor tarjetón de invitación a la siesta.
Ya veis, el mito de la siesta y el ciclismo, con la voz de Perico o Javier Ares de fondo, en el calor de julio, las jornadas intensivas en el trabajo.
El ciclismo no puede permitirse etapas así, el Tour, tampoco.
Es la etapa cuatro del Tour de Francia 2023, no estamos en ruta hacia los Campos Elíseos, de homenaje al ganador, ni tampoco en el día después de una gran batalla.
Las fuerzas están frescas y las etapas buscan ganadores y protagonistas en su desarrollo.
El hecho que lamentaba Antonio Alix, sobre los belgas atacando al unísono, como en una broma pactada con la moto de Philippe Gilbert, define un paisaje triste, indigno de la mejor carrera del mundo.
El comentario de Contador, sobre cómo suben los clicks de su marca de bicicletas cada vez que uno de los suyos va en fuga debería ser de conocimiento generalizado en el pelotón, a sabiendas que hay mucha gente mirándoles, pero también equipos de marketing calculando cada segundo que su marca tiene exposición en la televisión.
Jasper Philipsen repitió triunfo en una de las peores etapas que recuerdo del Tour, y eso que hay unas cuantas, pues fumadas suceden cada año, puntuales a la cita.
El ciclismo no se puede permitir días así, los ciclistas por intocables que crean, tampoco.
Seguro que vendrán grandes días de ciclismo, pero si a la larga estos trayectos decantan la balanza sucederá que igual no habrá dinero para todos.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Noticias de ciclismo
Qué poco sabemos sobre el Tramadol
Ahora mismo sólo el ciclismo ha prohibido el Tramadol
Cierto es que no es dopaje, no al menos sobre el papel y en la norma, pero a mí que me lo expliquen ¿qué cojones pasa con el tramadol?
En otras palabras, no se puede dejar de golpe https://t.co/34sQQ5uT7n
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) December 10, 2022
Su nombre corre por los mentideros hace tiempo, no da beneficio alguno en el rendimiento, sobre el papel, pero pitar con esto, o similar, te puede valer la ruina.
En ciclismo ya está prohibido, en otros deportes habrá que esperar, como si se necesitara un tiempo de transición para dejarlo estar.
La sensación, si no fuera porque la hemos visto mil veces en el deporte, sería fea, extraña, casi nauseabunda.
La cosa es sencilla, es matar la sensibilidad del deportista para que éste se centre en el rendimiento sin que nada moleste, si quiera eso tan humano que es el dolor por el esfuerzo fuera norma que esta gente practica.
Ver su gestión denota que hay que poner tanta gente, tan diversa, de acuerdo que parece hasta siniestro que a nadie se le hubiera ocurrido antes.
Otra muesca más en quienes dicen mirar por la salud del deportista
Pillaron en Catar, en puertas del mundial de fútbol a un tipo con 2000 pastillas de Tramadol, como aquel auxiliar de Festina cargado de mierda que cazaron en la frontera entre Bélgica y Francia camino de la salida del Tour en Dublín.
No sé si adujo «consumo privado» en su defensa.
En aquel caso, ya sabemos lo que pasó, en este caso es un argumento más para quienes abogan por el tramadol fuera del deporte, no sólo del ciclismo.
Como me decían en twitter este finde ¿qué no sabrá la WADA sobre el tramadol para hacer esto?
Y lo más tétrico: ¿Qué se habría evitado de haberle puesto coto antes?
El Tramadol no es dopaje, insisten, y escribo constantemente aquí, pero todo lo que toca lo pudre y estigmatiza.
Se utilizó como arma arrojadiza para los irresponsables que iban a saco en algunas llegadas, sin miedo ni complejos, y ahora pesa como una losa sobre una de las grandes estrellas del pelotón, el amigo Nairo, que sigue sin equipo, oficialmente reconocido a puertas de Navidad.
Lo lamentable de todo esto es que, como muchas veces digo, es que estamos ante la punta del iceberg… ¿cuánta parte del cuento nos estamos perdiendo?
Opinión ciclista
Luis Enrique y la mal llamada prensa deportiva
Lo que está sucediendo con Luis Enrique es el termómetro de la prensa que se llama deportiva
Este es un tema que cuando empecé este mal anillado cuaderno solía tratar, pero con el tiempo dejé de lado, por ser imposible sacar nada bueno. Hablo de eso que llaman prensa deportiva.
Admito que me gusta el mundial de fútbol, me gusta mucho, desde siempre, su historia, las leyendas, las sedes… es una mística que sólo los Juegos Olímpicos y ciertas carreras ciclistas, diferentes cada año, según resulten, pueden igualar.
Antes del evento en Qatar, ya sabíamos que el ambiente alrededor de la selección española iba a estar condicionado por la figura del seleccionador, un gran aficionado al ciclismo además, Luis Enrique.
Pues bien, no ha hecho más que empezar el evento y tenemos llamas en las redes contra Paco González, en representación de la camarilla, por su diatriba ante el seleccionador.
Al margen que me parezca que tenga o no razón, el fútbol es algo tan apasionante como espectáculo colectivo, que esto, para mí es una menudencia, lo que me alucina es el ensañamiento gratuito contra una persona que podrá caerte mejor o peor pero que si está será por haber demostrado méritos suficientes para ejercer.
Es la bronca política, el negarle toda cualidad al adversario, llevada a la prensa que se dice deportiva.
Para la gente del ciclismo, la verdad, lo que tenga que decir esta gente poco o nada nos va a sorprender.
Con los años nos han regalado análisis sesudos como aquel que decía que el ciclismo es un deporte fácil porque van sentados o los mismos que medían la salud del ciclismo español por la cantidad de corredores que iban al Tour.
No entremos en cuando hablaban de dopaje.
Ahora, parece que a muchos se les ha caído la careta de esta camarilla.
España, lo siento, no tiene prensa deportiva, tiene una banda de malos actores, aireando lo peor de algo tan hermoso como el fútbol, para sacarse el sueldo a final de mes.
Lo triste es cuando se acuerdan de otros deportes, tipo ciclismo, y sale a flote toda su desconexión con la realidad del deporte.
A mí personalmente Luis Enrique me cae bien, sé que no es políticamente correcto pero al menos lo ves venir.
Y como repiten muchos, por cualquier cosa, hay que bancarle: que en sus famosos streams diga que está pendiente de la campaña de ciclocross me parece genial.
Tenemos aquí un buen embajador, un ciclista de papear kilómetros y sacarle todo el partido a la flaca.
Sólo por eso, y por destapar el disparate que algunos ejercen cada día en nombre de la prensa deportiva, le tenemos que querer.
Nosotros somos modestos, hablamos de nuestro deporte, nos equivocamos mil veces, pero somos directos y transparentes en nuestra opinión, pero sobretodo hablamos de algo que nos apasiona y lo hacemos con cariño infinito.
Opinión ciclista
Faltan datos para valorar el convenio de Movistar con Arabia
El anuncio de colaboración de Movistar y Arabia es incompleto
Dinero e influencia árabe en el deporte occidental es algo tan corriente, que a veces no entiendo tanto revuelo como ayer, cuando supimos del acuerdo de colaboración entre el Movistar Team y Arabia Saudí, a través, tengo entendido, de su federación.
Lo cierto es que el anuncio de ayer entra el molde habitual de estos comunicados.
Hablan de colaboración, lo centran en personal técnico y métodos de entrenamiento, pero poco hablan de lo que todos queremos saber: la panoja.
Y es así, y así lo refleja, por ejemplo, Cyclingnews, que deja la duda en el ambiente, cosa que no he leído en otros sitios.
Hace unas semanas, durante la Vuelta, Eusebio Unzue habló de dinero fresco para la estructura, luego vinieron los efímeros rumores de Repsol y ahora esto.
¿Es Arabia el mecenas que va a incrementar el presupuesto del Movistar Team?
Esa es la madre del cordero y la pregunta para la que nadie tiene, ahora mismo, una respuesta, por mucho que nos podamos imaginar que así habría de ser.
Como decía al principio, dinero e influencia árabe en el carísimo deporte occidental es un hecho que ya sabemos no es exclusivo del ciclismo.
En el caso de Arabia Saudí, es obvia su relación con el fútbol español, además de invertir en otros deportes como Fórmula 1, golf y ciclismo, con el Saudi Tour que les organiza ASO, como uno de esos bolos de pretemporada en medio del desierto, antes que empiece la campaña trascendente.
Para los países de la zona, es capital sacarse de encima el yugo del petróleo activando acciones ajenas al mismo, bien asesorados desde occidente.
Empezaron entrando en marcas de lujo de moda, colonias y esas cosas, siguiendo por infraestructuras y llegaron deporte, viendo el ciclismo como algo muy occidental en lo que también les interesa estar presentes y de paso blanquear su imagen.
A nadie se le escapa que estos países no son paradigma de derechos humanos ni tde rato igualitario entre mujeres y hombres, pero eso no ha sido óbice para negar su dinero y que siga la fiesta.
Porque cuando aplaudimos a un corredor del Bahrain o el UAE, o a ver el año que viene el Movistar, nos desproveemos de todos los prejuicios que podamos tenerles.
Hay en este sentido una entrevista muy interesante a Gino Mäder, corredor que ha tenido cierto compromiso con temas como el medio ambiente, en la que se encoge de hombros cuando se le pregunta por el sueldo que percibe y su pagador, el estado de Bahrain.
Vengo a decir que sí, que no es estético, que no es edificante de primeras, pero que el tinglado necesita de pasta y ésta ahora mismo está en ese lado del hemisferio y aunque nos hagamos cruces, el que gestiona las estructuras no dudará en cogerlo si en ello le va el futuro.
No olvidemos que en breve veremos un mundial de fútbol sacado del verano por jugarse en Qatar y que todos acabaremos mirando para otro lado en estas cuestiones.
Como en todo, el diablo está en el detalle y no sabemos el 100% del contenido de ese acuerdo, cuánto le supone a las arcas del gestor del equipo y que contraprestaciones tendrá, por ejemplo, en el maillot.
Por eso practicar la autopsia antes de cualquier saber el precio de todo esto, me parece precipitado.
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