Opinión ciclista
¿Por qué la clasificación por equipos está tan infravalorada?
La clasificación por equipos reconoce el valor colectivo del ciclismo
A falta de directos, vamos con un debate, ahora sobre la clasificación por equipos.
Es una pregunta que no es nueva para mí.
No es que me la plantee ahora como excusa para sacar un nuevo tema de debate.
Pero es cierto, hace ya mucho tiempo que me pregunto por qué no se le da la suficiente importancia que se merece la clasificación por equipos, sobre todo en las grandes (o pequeñas) vueltas por etapas.
Y saco el tema en este momento porque el otro día, viendo el excelente documental sobre el equipo Movistar “El día menos pensado”, pude comprobar hasta qué punto esta clasificación por escuadras está bastante minimizada.
No es que esté desestimada por completo, porque al menos los integrantes del grupo ciclista ganador tienen su minuto de gloria en los pódiums de las diferentes y prestigiosas rondas por etapas, como pueden ser en el caso del Tour, el cajón de mayor reputación: el de París.
Como os comento, observando cómo “celebró” el conjunto Movistar su victoria por equipos en la pasada gran ronda gala, me hizo pensar que aquella situación para ellos más bien parecía un absurdo trámite, un mal trago que pasar enseguida, viendo las caritas de los Unzué, Valverde, Landa o Quintana, si bien, todo hay que decirlo, fue el bueno de Eusebio el que con una media sonrisa, algo forzada, se encargó algo de animar el mal ambiente cuando exclamó: “¡Eh, chicos, venga! ¡Que hemos ganado la clasificación por equipos del Tour!”.
La verdad es que, en el exterior de aquel autocar, ni había alegría, ni euforia, ni satisfacción por el resultado obtenido y más después de lo ocurrido a nivel doméstico en aquel Tour, con sus pequeñas y grandes batallas intestinas entre los capos del grupo telefónico.
La victoria por equipos no fue consuelo para ningún componente del Movistar.
Porque el objetivo era ganar el Tour con alguno de sus tres líderes y no la general por escuadras.
Porque el equipo navarro, con la plantilla de la que disponía, tenía que ser el mejor en cualquier competición ciclista sin bajarse del autocar.
De hecho, siempre ha sido una clasificación que para ellos ha sido “muy fácil” de ganar, dada la nómina de ilustres corredores que han formado parte de su plantel cada nueva temporada.
Y yo me sigo preguntando… ¿por qué no “vale” ganar por equipos?
Tendríamos que empezar analizando los premios en metálico.
El que se reparte entre los integrantes de la escuadra ganadora es muy inferior al que se llevan, ya no sólo el ciclista vencedor de la carrera, sino incluso el segundo o tercer corredor en el pódium, una cifra que, como mucho, puede ser un 10% de lo que se lleva el ganador absoluto, aproximadamente.
Y ya no sólo a nivel económico, a nivel mediático, tanto aficionados como prensa especializada, le dan muy poco eco a una victoria que habría de tener más prestigio, que fuera más celebrada y anhelada por los miembros del ProTour.
Si extrapolamos una victoria por equipos en el Tour, en el Giro o en la Vuelta, a su homóloga en el fútbol, podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que estas escuadras han ganado la “Champions” del ciclismo, ¿o no es así?
Lo mismo podríamos decir de la NBA o la ACB en el baloncesto, o la Copa Davis en el tenis.
Y esto por poner unos pocos ejemplos, porque podríamos seguir con otros deportes.
Quien toca el cielo, quien inscribe con letras de oro su título en el palmarés de estas prestigiosas competiciones, lo hace con el nombre de EL CLUB ganador.
¿Seguimos estando todos de acuerdo?
Pero esto en el ciclismo no pasa.
Ni siquiera en el Mundial.
Si recordamos cuando Abraham Olano ganó en Duitama en 1995: ¿quién ganó? ¿Fue el ciclista de Anoeta o fue el combinado español el que se proclamó campeón del Mundo?
Si aceptamos que ambas respuestas son válidas podemos decir sin tapujos que Miguel Induráin también fue campeón del Mundo.
Igual que también los Escartín y Chaba Jiménez, entre otros.
Sin embargo, para la repercusión de este deporte, esto no es así y la gloria sólo se la puede llevar uno en forma de arco iris, maillot amarillo, maglia rosa o túnica roja y, es más, hasta en estos ejemplos, como en tantos otros, la polémica siempre anda servida entre los líderes de un mismo equipo: quién o por qué debió ganar uno u otro.
La verdad es que si nos fijamos de nuevo en el fútbol, todos los equipos tienen su Messi o Cristiano Ronaldo de referencia, jugadores que desequilibran la balanza, que son determinantes en momentos culminantes, como pueden ser encima de la bicicleta los Valverde, Quintana, Roglic, Froome y compañía, que rematan la labor de sus domésticos, pero a diferencia de los futbolistas, que evidentemente también tienen sus premios individuales, los que ganan son los nombres de los corredores y no el de sus equipos.
Estaba reflexionando que igual el debate no es si está menospreciada o no la clasificación por equipos y lo mejor sería centrar la discusión en discernir si el ciclismo es un deporte de equipo o individual.
¿Y vosotros qué pensáis?
Seguro que vuestra opinión nos ayudará a dar a luz otra próxima entrada en este mal anillado Cuaderno.
Opinión ciclista
Tour: Estas etapas matan el ciclismo
La primera de las etapas en Francia ha sido un lastre para el Tour
En un ciclismo, en una sociedad de paciencia menguante, como leo a Ander Izagirre, etapas como la primera del Tour en Francia son un tiro en el pie de este deporte.
Llego ahora a casa y leo que os estáis aburrrrriendo con la etapa tostón del Tour. Aquí tenéis algunas decisiones brutas y cómicas que tomaban los organizadores de Giro, Tour y Vuelta contra el aburrrrrimiento. pic.twitter.com/HDRvFMGrRr
— Ander Izagirre (@anderiza) July 4, 2023
No hablamos del deportista, ni de su necesidad de tomarse un respiro en una jornada que conecta la salida vasca con los Pirineos, que puede ser tomada con más o menos calma, hablamos de imagen, de la percepción, de la sensación que, o eres un enfermo de esto, o es imposible tragarse semejante bodrio.
¿Lo mejor?
La retransmisión, como casi siempre, aunque para conocer las Landas, quizá mejor los documentales de La 2.
La imagen de recreo y asueto generalizados esta jornada de julio fue el mejor tarjetón de invitación a la siesta.
Ya veis, el mito de la siesta y el ciclismo, con la voz de Perico o Javier Ares de fondo, en el calor de julio, las jornadas intensivas en el trabajo.
El ciclismo no puede permitirse etapas así, el Tour, tampoco.
Es la etapa cuatro del Tour de Francia 2023, no estamos en ruta hacia los Campos Elíseos, de homenaje al ganador, ni tampoco en el día después de una gran batalla.
Las fuerzas están frescas y las etapas buscan ganadores y protagonistas en su desarrollo.
El hecho que lamentaba Antonio Alix, sobre los belgas atacando al unísono, como en una broma pactada con la moto de Philippe Gilbert, define un paisaje triste, indigno de la mejor carrera del mundo.
El comentario de Contador, sobre cómo suben los clicks de su marca de bicicletas cada vez que uno de los suyos va en fuga debería ser de conocimiento generalizado en el pelotón, a sabiendas que hay mucha gente mirándoles, pero también equipos de marketing calculando cada segundo que su marca tiene exposición en la televisión.
Jasper Philipsen repitió triunfo en una de las peores etapas que recuerdo del Tour, y eso que hay unas cuantas, pues fumadas suceden cada año, puntuales a la cita.
El ciclismo no se puede permitir días así, los ciclistas por intocables que crean, tampoco.
Seguro que vendrán grandes días de ciclismo, pero si a la larga estos trayectos decantan la balanza sucederá que igual no habrá dinero para todos.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Noticias de ciclismo
Qué poco sabemos sobre el Tramadol
Ahora mismo sólo el ciclismo ha prohibido el Tramadol
Cierto es que no es dopaje, no al menos sobre el papel y en la norma, pero a mí que me lo expliquen ¿qué cojones pasa con el tramadol?
En otras palabras, no se puede dejar de golpe https://t.co/34sQQ5uT7n
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) December 10, 2022
Su nombre corre por los mentideros hace tiempo, no da beneficio alguno en el rendimiento, sobre el papel, pero pitar con esto, o similar, te puede valer la ruina.
En ciclismo ya está prohibido, en otros deportes habrá que esperar, como si se necesitara un tiempo de transición para dejarlo estar.
La sensación, si no fuera porque la hemos visto mil veces en el deporte, sería fea, extraña, casi nauseabunda.
La cosa es sencilla, es matar la sensibilidad del deportista para que éste se centre en el rendimiento sin que nada moleste, si quiera eso tan humano que es el dolor por el esfuerzo fuera norma que esta gente practica.
Ver su gestión denota que hay que poner tanta gente, tan diversa, de acuerdo que parece hasta siniestro que a nadie se le hubiera ocurrido antes.
Otra muesca más en quienes dicen mirar por la salud del deportista
Pillaron en Catar, en puertas del mundial de fútbol a un tipo con 2000 pastillas de Tramadol, como aquel auxiliar de Festina cargado de mierda que cazaron en la frontera entre Bélgica y Francia camino de la salida del Tour en Dublín.
No sé si adujo «consumo privado» en su defensa.
En aquel caso, ya sabemos lo que pasó, en este caso es un argumento más para quienes abogan por el tramadol fuera del deporte, no sólo del ciclismo.
Como me decían en twitter este finde ¿qué no sabrá la WADA sobre el tramadol para hacer esto?
Y lo más tétrico: ¿Qué se habría evitado de haberle puesto coto antes?
El Tramadol no es dopaje, insisten, y escribo constantemente aquí, pero todo lo que toca lo pudre y estigmatiza.
Se utilizó como arma arrojadiza para los irresponsables que iban a saco en algunas llegadas, sin miedo ni complejos, y ahora pesa como una losa sobre una de las grandes estrellas del pelotón, el amigo Nairo, que sigue sin equipo, oficialmente reconocido a puertas de Navidad.
Lo lamentable de todo esto es que, como muchas veces digo, es que estamos ante la punta del iceberg… ¿cuánta parte del cuento nos estamos perdiendo?
Opinión ciclista
Luis Enrique y la mal llamada prensa deportiva
Lo que está sucediendo con Luis Enrique es el termómetro de la prensa que se llama deportiva
Este es un tema que cuando empecé este mal anillado cuaderno solía tratar, pero con el tiempo dejé de lado, por ser imposible sacar nada bueno. Hablo de eso que llaman prensa deportiva.
Admito que me gusta el mundial de fútbol, me gusta mucho, desde siempre, su historia, las leyendas, las sedes… es una mística que sólo los Juegos Olímpicos y ciertas carreras ciclistas, diferentes cada año, según resulten, pueden igualar.
Antes del evento en Qatar, ya sabíamos que el ambiente alrededor de la selección española iba a estar condicionado por la figura del seleccionador, un gran aficionado al ciclismo además, Luis Enrique.
Pues bien, no ha hecho más que empezar el evento y tenemos llamas en las redes contra Paco González, en representación de la camarilla, por su diatriba ante el seleccionador.
Al margen que me parezca que tenga o no razón, el fútbol es algo tan apasionante como espectáculo colectivo, que esto, para mí es una menudencia, lo que me alucina es el ensañamiento gratuito contra una persona que podrá caerte mejor o peor pero que si está será por haber demostrado méritos suficientes para ejercer.
Es la bronca política, el negarle toda cualidad al adversario, llevada a la prensa que se dice deportiva.
Para la gente del ciclismo, la verdad, lo que tenga que decir esta gente poco o nada nos va a sorprender.
Con los años nos han regalado análisis sesudos como aquel que decía que el ciclismo es un deporte fácil porque van sentados o los mismos que medían la salud del ciclismo español por la cantidad de corredores que iban al Tour.
No entremos en cuando hablaban de dopaje.
Ahora, parece que a muchos se les ha caído la careta de esta camarilla.
España, lo siento, no tiene prensa deportiva, tiene una banda de malos actores, aireando lo peor de algo tan hermoso como el fútbol, para sacarse el sueldo a final de mes.
Lo triste es cuando se acuerdan de otros deportes, tipo ciclismo, y sale a flote toda su desconexión con la realidad del deporte.
A mí personalmente Luis Enrique me cae bien, sé que no es políticamente correcto pero al menos lo ves venir.
Y como repiten muchos, por cualquier cosa, hay que bancarle: que en sus famosos streams diga que está pendiente de la campaña de ciclocross me parece genial.
Tenemos aquí un buen embajador, un ciclista de papear kilómetros y sacarle todo el partido a la flaca.
Sólo por eso, y por destapar el disparate que algunos ejercen cada día en nombre de la prensa deportiva, le tenemos que querer.
Nosotros somos modestos, hablamos de nuestro deporte, nos equivocamos mil veces, pero somos directos y transparentes en nuestra opinión, pero sobretodo hablamos de algo que nos apasiona y lo hacemos con cariño infinito.
Opinión ciclista
Faltan datos para valorar el convenio de Movistar con Arabia
El anuncio de colaboración de Movistar y Arabia es incompleto
Dinero e influencia árabe en el deporte occidental es algo tan corriente, que a veces no entiendo tanto revuelo como ayer, cuando supimos del acuerdo de colaboración entre el Movistar Team y Arabia Saudí, a través, tengo entendido, de su federación.
Lo cierto es que el anuncio de ayer entra el molde habitual de estos comunicados.
Hablan de colaboración, lo centran en personal técnico y métodos de entrenamiento, pero poco hablan de lo que todos queremos saber: la panoja.
Y es así, y así lo refleja, por ejemplo, Cyclingnews, que deja la duda en el ambiente, cosa que no he leído en otros sitios.
Hace unas semanas, durante la Vuelta, Eusebio Unzue habló de dinero fresco para la estructura, luego vinieron los efímeros rumores de Repsol y ahora esto.
¿Es Arabia el mecenas que va a incrementar el presupuesto del Movistar Team?
Esa es la madre del cordero y la pregunta para la que nadie tiene, ahora mismo, una respuesta, por mucho que nos podamos imaginar que así habría de ser.
Como decía al principio, dinero e influencia árabe en el carísimo deporte occidental es un hecho que ya sabemos no es exclusivo del ciclismo.
En el caso de Arabia Saudí, es obvia su relación con el fútbol español, además de invertir en otros deportes como Fórmula 1, golf y ciclismo, con el Saudi Tour que les organiza ASO, como uno de esos bolos de pretemporada en medio del desierto, antes que empiece la campaña trascendente.
Para los países de la zona, es capital sacarse de encima el yugo del petróleo activando acciones ajenas al mismo, bien asesorados desde occidente.
Empezaron entrando en marcas de lujo de moda, colonias y esas cosas, siguiendo por infraestructuras y llegaron deporte, viendo el ciclismo como algo muy occidental en lo que también les interesa estar presentes y de paso blanquear su imagen.
A nadie se le escapa que estos países no son paradigma de derechos humanos ni tde rato igualitario entre mujeres y hombres, pero eso no ha sido óbice para negar su dinero y que siga la fiesta.
Porque cuando aplaudimos a un corredor del Bahrain o el UAE, o a ver el año que viene el Movistar, nos desproveemos de todos los prejuicios que podamos tenerles.
Hay en este sentido una entrevista muy interesante a Gino Mäder, corredor que ha tenido cierto compromiso con temas como el medio ambiente, en la que se encoge de hombros cuando se le pregunta por el sueldo que percibe y su pagador, el estado de Bahrain.
Vengo a decir que sí, que no es estético, que no es edificante de primeras, pero que el tinglado necesita de pasta y ésta ahora mismo está en ese lado del hemisferio y aunque nos hagamos cruces, el que gestiona las estructuras no dudará en cogerlo si en ello le va el futuro.
No olvidemos que en breve veremos un mundial de fútbol sacado del verano por jugarse en Qatar y que todos acabaremos mirando para otro lado en estas cuestiones.
Como en todo, el diablo está en el detalle y no sabemos el 100% del contenido de ese acuerdo, cuánto le supone a las arcas del gestor del equipo y que contraprestaciones tendrá, por ejemplo, en el maillot.
Por eso practicar la autopsia antes de cualquier saber el precio de todo esto, me parece precipitado.
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