Ciclismo
Pogacar y Vingegaard, la rivalidad más larga
Ya vamos a por el quinto año del duelo del siglo, Pogacar vs Vingegaard
Nadie pensó en ello en el momento que sucedió, al menos yo no pensé, cuando en el último tramo del Mont Ventoux Jonas Vingegaard fue capaz de dejar a Tadej Pogacar, de forma efímera, pero dejarlo.
Eso lo recordaréis sucedió en el Tour 2021, cuando el esloveno lideraba holgado y el danés había dado el paso al frente por la eterna desgracia que perseguía y persigue a Primoz Roglic en la mejor carrera del mundo.
Es cierto que aquel pasaje de carrera sería irrelevante, primero por el líder, asentado en una cómoda ventaja, y segundo por el descenso y el tramo hasta meta, donde dieron caza al danés.
Pero fue sintomático, un Pogacar pletórico, que no perdona una ni yendo de amarillo, se quedaba de rueda de Vingegaard.
Al año ya sabéis lo que vino, el gran recital de una de las mejores etapas del ciclismo moderno, la jornada del Granon, rematada por la puntilla de Hautacam.
Y el año pasado, más de lo mismo, pero pivotando en una crono de época por parte de Vingegaard que activó, más si cabe, todo el hambre que mueve a Tadej Pogacar, pues de aquella derrota surge el ciclista que este año ha recuperado el cetro del Tour de Francia.
Es cierto que Jonas Vingegaard es rival para Tadej Pogacar sólo en el Tour.
Cuando ha tratado de ser fuera del mismo, no ha habido color, ni en algún Lombardía ni en la París-Niza de 2023, pero no por ello tenemos que dejar de mirar que si en un sitio el danés le tose es en el mejor escenario posible.
Su dominio de Tour de Francia es de ciclo, llevan cuatro años repartiéndose la primera y segunda plaza, trasladando la sensación, además, que cada edición los demás están más lejos.
En duelos directos en el Tour están igualados y ello le da un plus a lo que vendrá en 2025, el año del desempate.
Un duelo tan enconado con los protagonistas repitiendo tantas veces plaza en el podio no se veía de Armstrong y Ullrich, aunque siempre con victoria para el primero.
Antes, ni siquiera los ciclos de los pentacampeones había tanta repetición, Poulidor, Chiapucci o Zoetemelk podían subir a algún podio dos o tres años, pero cuatro y siempre en el top 2, nunca.
Es muy complicado ver a otro favorito que no sean estos dos si no media accidente o retirada, seguro que ahora, ahora mismo, ya en noviembre, andan tramando sobre julio del 25.
Imagen: A.S.O.
Ciclismo
Van der Poel- Pogacar: El tríptico de la primavera
La mejor primavera ciclista de nuestras vidas
Este fin de semana de Pascua llega la primera gran clásica sin la presencia conjunta de los dos grandes cocos de la primavera: Tadej Pogačar y Mathieu van der Poel. Al menos no estarán ambos en la misma carrera, ya que la Amstel Gold Race sí contará con el esloveno, que ya la ganó hace dos años.
Eso no evita que sigamos con la cabeza puesta en las tres carreras monumentales que nos ha regalado esta primavera: un auténtico tríptico verde que quedará marcado en nuestras memorias.
Sin duda, la mejor primavera que hemos vivido como aficionados al ciclismo.
Y no solo para los fans de siempre: el duelo entre estas dos leyendas ha trascendido las fronteras del ciclismo, captando la atención de muchos que no son seguidores habituales del deporte más bonito del año.
Todo comenzó un sábado por la tarde, camino a San Remo, con la Milán-San Remo más loca de los últimos 30 o 40 años.
Tadej Pogačar rompió todos los pronósticos atacando desde lejos, buscando sorprender con su potencia arrolladora.
Pero aquella tarde se encontró con un Mathieu van der Poel simplemente colosal, en estado de gracia. Ya no es ese corredor que iba a todas las carreras a dar espectáculo, ahora elige bien sus objetivos.
Y cuando se enfoca, es imparable.
En San Remo, Van der Poel aguantó cada uno de los ataques de Pogačar, para luego rematar en la cima del Poggio y consolidar su victoria en la mítica Via Roma.
Una victoria que lo coloca entre los grandes, no solo por el terreno, sino por haber vencido al mejor del mundo sin reservas.
Dos semanas después, llegó Flandes, el segundo acto de esta primavera dorada.
Era sabido que los desniveles del recorrido podían favorecer a Pogačar, incluso estando en el territorio natural de Van der Poel. Y así fue.
El esloveno castigó en cada cota camino a Oudenaarde, hasta romper la resistencia de su rival y llevarse un triunfo histórico en terreno ajeno.
Este segundo triunfo en Flandes refuerza su leyenda y eleva aún más esta rivalidad épica. Cabe destacar que Flandes es la única clásica que ambos comparten en su palmarés.
Los otros cinco monumentos se los reparten de forma exclusiva.
La guinda del pastel llegó con la París-Roubaix, donde de nuevo se enfrentaron, aunque esta vez el duelo no se resolvió tan al límite como esperábamos.
Como en San Remo, Pogačar corrió con pura fuerza, pero Van der Poel lo hizo con todo lo demás… y ese “todo lo demás” fue sencillamente inapelable.
Hoy por hoy, el neerlandés es prácticamente imbatible en Roubaix. Ni siquiera Pogačar parece capaz de ganarle si Mathieu llega en forma.
El momento decisivo fue aquella curva mal trazada por el esloveno, que le costó unos metros… suficientes para que Van der Poel hiciera lo que mejor sabe: castigar sin piedad cuando se abre un hueco.
Su estado de forma asombra incluso a quienes ya lo conocen bien, porque no deja de mejorar año tras año, y eso que ya roza los 30 y lleva muchas temporadas al más alto nivel.
Con las imágenes aún frescas en la memoria, podemos afirmar sin dudar: esta ha sido la mejor primavera ciclista de nuestras vidas.
Ahora se vienen las Ardenas, aunque nadie puede ignorar que la ausencia de rivales a la altura del “coco” esloveno podría ser decisiva en lo que veremos en las próximas semanas.
Ciclismo
¿Por qué pienso que Wout van Aert está roto?
Este Van Aert es bueno, le queremos, pero no es del antes
Claro que Wout van Aert sigue siendo uno de los mejores ciclistas del momento, ¿cómo dudarlo? Solo hay que mirar las estadísticas de este 2025 para confirmarlo.
Se ha quedado a las puertas de dos monumentos, ha sido segundo en otras dos clásicas, la cámara lo busca, los aficionados se preguntan dónde está, porque Wout es un grande.
Es uno de esos nobles del pelotón, un ciclista de los que marcan época, de los que hemos tenido la suerte de ver en su plenitud.
Pero también es evidente que está teniendo más problemas de los esperados para volver a sumar victorias importantes.
No ha ganado, y eso es un hecho. Pero lo que realmente preocupa son las sensaciones.
Decir que está “roto” no significa que no compita, ni que no pueda volver a su mejor nivel. Pero ojo, el tiempo pasa… y lo que transmite no es precisamente positivo.
Y no hablo solo de podios o estadísticas, hablo de algo más intangible.
De esas “vibras” que muchos mencionan, esas que te muestran a un corredor que siempre fue capo, líder natural, y que ahora parece no encontrar su lugar.
Tras esto podemos decir que van Aert es un ciclista roto
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 18, 2025
En un tweetque publicamos hace poco, más allá de los que creen que ya lo damos por perdido, hubo una respuesta que nos hizo pensar: alguien lo comparó con Tom Dumoulin.
Y es inevitable ver ciertos paralelismos. Dumoulin nunca volvió a ser el mismo tras aquella caída en el Giro 2019 que le dejó tocada la rodilla.
Desde entonces, pasó de ser un ganador del Giro, segundo en el Tour y en otra grande italiana, a un “quiero y no puedo”.
Seguía siendo vigilado, pero ya no rendía como antes.
Y el ciclismo es así: un mal paso después de miles de kilómetros, y todo cambia. Justo esa sensación es la que transmite ahora Van Aert tras sendas caídas que te dejan seco.
Últimamente se le conoce más por sus declaraciones sobre seguridad y por estar en escenarios algo alejados de aquel Van Aert imponente, dominante.
Y no es algo necesariamente malo. A veces simplemente hay que aceptar que las cosas cambian, que ya no se rueda al mismo nivel, que no es posible mantener ese pico de forma eternamente. Un solo tropiezo puede sacarte de la foto.
¿Puede acabar como Dumoulin? No lo sé. Pero ahora mismo, como también deja entrever Vingegaard, hay un perfil bajo, cierta inseguridad, un alejamiento de los puestos de honor que solía frecuentar.
No sé si las clásicas que vienen serán terreno propicio para que recupere su mejor versión. Lleva muchos golpes, muchas averías, y parece necesitar una “reparación” profunda.
Esa es la impresión que deja cuando lo superan, en mano a mano, corredores como Evenepoel o Powless, a los que en otro momento habría ganado con claridad.
Ojalá el Giro le sirva para volver a ser ese ciclista descomunal que conocemos. No será fácil. Yo también creo que está roto, pero eso no significa que esté acabado.
No quiere decir que no pueda volver a ganar. Aunque muchos pensemos que su versión actual no es la mejor… incluso así, ese casillero aún puede seguir creciendo.
Ciclismo
Amstel Gold Race ¿Quién va?
Son varios los nombres que pueden estar delante en la Amstel Gold Race, pero claro si está Pogacar…
La temporada de clásicas de adoquines ya quedó atrás y ahora es el turno de las Ardenas, con la Amstel Gold Race como punto de partida.
Aunque técnicamente no se corre en las Ardenas, sino en Maastricht, Limburgo (Países Bajos), el recorrido con sus 34 subidas cortas y explosivas es perfecto para escaladores, puncheurs y especialistas en clásicas.
Y como no podía ser de otra forma, el gran favorito es Tadej Pogačar, el actual campeón del mundo, que viene de ganar Flandes y hacer podio en París-Roubaix.
El esloveno corre ahora la parte de las clásicas que mejor se le da, hay que joderse.
Esperamos que varios nombres puedan hacerle frente.
El primero en la lista es Tom Pidcock, defensor del título. El británico ya ganó en 2024, fue segundo en 2021 -aquel sprint tan mal fallado a favor de Van Aert- y tercero en 2023.
Conoce bien la carrera y llega fresco, después de tomarse un descanso tras su buen papel en Strade Bianche y Tirreno-Adriático.
Sabe cómo moverse en este terreno.
Otro que vuelve a escena es Remco Evenepoel, campeón olímpico y doble ganador de Lieja. El belga tuvo una pretemporada accidentada por una caída, y aunque su forma es una incógnita, nunca se lo puede descartar.
Es uno de los pocos que ha logrado plantarle cara a Pogačar en carreras de fondo.
También hay que mencionar a Marc Hirschi, que fue segundo el año pasado y ahora lidera el Tudor Pro Cycling Team.
El suizo es perfecto para este tipo de recorrido.
Por su parte, el irlandés Ben Healy (EF Education-EasyPost) es un outsider con legión tras él.
Fue segundo en 2023 y llega con victorias recientes, como su ataque de 56 km en la Itzulia.
Es de esos que no esperan, y en una carrera tan abierta como Amstel, puede ser clave.
Otros posibles tapados: Tiesj Benoot, Michael Matthews, Benoît Cosnefroy y Julian Alaphilippe.
Todos con experiencia y piernas para dar una sorpresa que mucho me temo que UAE no va a permitir..
Por eso, si Pogačar está fino, va a ser muy difícil que alguien le quite la gloria. Pero en ciclismo, nunca se sabe…
Ciclismo
Remco Evenepoel vuelve a donde lo dejó
Primera carrera y primer éxito de Remco Evenepoel
No le veíamos desde aquella persecución imposible de Pogacar en Lombardía, pero qué regreso de Remco Evenepoel: una victoria contundente en la Flecha Brabanzona.
La carrera fue un 100% Remco, antes, durante y después de su éxito.
Todo tras su periplo más duro de siempre, pensando incluso en dejar todo esto.
Se ha despachado superando nada menos que a Wout van Aert, en sprint que no ha tenido historia, como nunca hubiéramos esperado.
La carrera comenzó con una escapada temprana de seis corredores, pero todo cambió a 48 kilómetros de meta. Ahí fue cuando Remco decidió que era su momento.
Junto a Van Aert, destrozaron la carera y sólo un ciclista pudo seguirles: el británico Joseph Blackmore, quien se unió a ellos para formar un trío de lujo al frente.
Con un ritmo casi de contrarreloj por equipos, se fueron alejando del pelotón, que no lograba recortar la diferencia.
A medida que se acercaba el final, Remco volvió a mover ficha en la subida adoquinada de Hertstraat y soltó a Blackmore. De ahí en adelante, fue un mano a mano con Van Aert.
Aunque el grupo perseguidor seguía a unos 40 segundos, nunca pudieron acercarse lo suficiente.
Ya en los últimos kilómetros, Van Aert dejó de colaborar en los relevos, guardando fuerzas para el sprint. Pero Remco Evenepoel estuvo a lo suyo, como antes, como siempre, sin perder la calma esta vez, sion aspavientos para pedir el relevo, tiró hasta el final… y en la recta definitiva fue simplemente más fuerte.
Con esta victoria, Evenepoel no solo se llevó una clásica importante, sino que dejó claro que su regreso es serio.
Volvió con ambición, piernas fuertes y la mentalidad ganadora de siempre.
La Flecha Brabanzona fue el escenario perfecto para recordar que cuando Remco está en forma, pero la duda que nos asalta ya sabéis cuál es.
¿Le será suficiente en Amstel y Lieja contra Pogacar?
Lo dudo, pero sin duda excelente noticia, y de paso una alegría efímera para el Soudal, otrora el bloque que copaba la primavera.
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