Ciclistas
El Luis León Sánchez de la París-Niza
La carrera hacia el sol saca la mejor versión de Luis León Sánchez
La París-Niza es una carrera con dos partes marcadas, muy marcadas y Luis León Sánchez lo sabe muy bien.
Mirad el palmarés del hoy ciclista turquesa en la carrera hacia el sol. Luis León Sánchez sabe perfectamente qué hacer y cómo hacerlo
Muchos años después Luisle vuelve a vestir el maillot amarillo en la primera gran vuelta de la temporada.
Nueve años de aquella París-Niza que ganó Luis León Sánchez
Le ganó la etapa Jonathan Hivert, pero Luis León Sánchez volvió a honrar la carrera que significa su mejor triunfo final en una ya longeva trayectoria.
Andan muy bien los Astana en este inicio de temporada, atacando, jugando varias bazas, exigiendo a los rivales.
Si no fuera por la voz de alarma que emitió el otro día Vinokourov, por el tema económico, sería el inicio de año soñado, una luna de miel con el ciclismo.
Luisle mientras se cala un amarillo que suponía el único objetivo, sin especular, renunciando a la etapa, demostrando que cuando uno tiene claro el objetivo, todo lo demás es accesorio.
Hay muchos gallos para ganar esta París-Niza, pero Luis León Sánchez ya tiene su muesca, amarillo en el podio y exhibición en la retina de la afición.
Pero hay otro dogma que esta París-Niza está cumpliendo.
Con tres etapas celebradas, hemos vuelto a ver ciclismo del bueno. Ciclismo enmarcado en densos bosques, algunos verdes, otros desnudos, tiritando en la salida del crudo invierno, ciclismo en pueblos del centro del héxagono, tranquilos, vacíos. Ciclismo en la intimidad.
El primer día con esa photo finish imposible en la que Gorka Izagirre exigió lo mejor y un poco más de Arnaud Démare, es increíble la presencia que el guipuzcoano le está dando a su equipo en las primeras carreras.
El segundo con una exhibición de poder del que dijimos ser el velocista del año, Dylan Groenewegen, que lleva cinco etapas, compitiendo con los que hay que competir. El neerlandés es ya primera línea de velocidad.
Y el tercero con el anticipo, en una cota de tercera de lo que nos espera en este camino cuesta abajo hacia Niza.
El ciclismo que como las hojas de los árboles que le enmarca cambia de nombres, y están ahí Julian Alaphilippe, Tim Wellens, Jakob Fuglsang… dando la cara, probando al personal, aunque lejos de meta.
Es admirable un corredor como el francés del Quick Step, que el día que mida las distancias y sepa de los esfuerzos, podrá tomar el relevo de Valverde y no sé si lo hará con fortuna, pero le pone unas ganas.
Imagen tomada de FB de Astana Pro Team
INFO
Bicicleta perfectamente en destino con Nacex
Ciclistas
La Amstel Gold Race de Mattias Skjelmose, de ningún otro
Esta Amstel Gold Race recupera la sensación que Skjelmose está en la antesala de los grandes
Existe y existirá debate: ¿cuál es la mejor carrera de las Árdenas? Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja-Bastogne-Lieja… y no nos pondremos de acuerdo.
Porque las carreras no son solo las carreras: son el contexto, los corredores y las circunstancias.
Y en esta primavera de 2025, todo ha confluido.
La Amstel Gold Race volvía al trazado de antaño, el de los finales «patapúm» de Philippe Gilbert. Un paso atrás, podríamos pensar.
Pero es que hoy, en la ruta, había gigantes, guerreros de piel gruesa que nos han regalado otra carrera para el recuerdo, una más en estos tiempos recientes.
Para los muy cafeteros quedará aquella de Van der Poel antes de la pandemia. Para los amantes de la competitividad y la igualdad, queda esta edición: un golpe encima de la mesa de una plebe que acepta la tiranía de Tadej Pogačar.
Seguro que Remco Evenepoel debe llevar un mosqueo mayúsculo en el cuerpo; seguro que el calambre de la tercera plaza le debe recorrer de abajo arriba y de arriba abajo.
Pero las cosas están donde él quería: demostrando que, si algo necesita Pogačar, son rivales. Como Ganna y Van der Poel en San Remo, como el neerlandés en el resto, como Remco Evenepoel y un soberbio Mattias Skjelmose hoy, en la gran clásica neerlandesa.
Una fiesta cubierta de gloria, como canto a esta generación que nos regala un carrerón por fecha en el calendario, con desenlaces que, por muy descontados que los tengamos, nadie puede dar por seguros.
¿Quién no pensó que la carrera se finiquitaba cuando Pogačar le daba “matarile” a Julian Alaphilippe a 45 de meta?
Nadie imaginaba un desenlace como el que sucedió en esos instantes.
Cuando uno de los mejores de la historia pierde es histórico #AGR25
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 20, 2025
Pero sucedió. Y Tadej Pogačar vio que por detrás había vida: sólida, eficaz, con capacidad de respuesta.
La persecución que lideró Remco, con Skjelmose como el Lidl de turno en una carrera colectivamente excepcional, fue brutal.
Una caza y captura que nos tuvo más pendientes del GPS que de las sensaciones que descubrían los protagonistas, sensaciones que, en el caso del esloveno, no eran las mejores.
Pero no solo eso. Cazado el campeón del mundo, entre gestos de desaprobación y cansancio, vino un juego de movimientos que resultó increíble, poniendo esta Amstel al nivel de Flandes, Roubaix y San Remo.
Ciclismo a pelo, que explota en un final que, sí, descubre el gran día de Mattias Skjelmose. Para muchos, hasta ahora, uno de los aspirantes a entrar en la mesa de los grandes.
Y que, ahora sí, se sienta en medio de todos ellos.
Nenes, nenas… ¡qué carrera, qué final!
Esta generación ha sido capaz de rescatar a la misma Amstel del ostracismo de los años de Gilbert, Kwiatkowski y compañía, cuando ganaban, sí, pero al precio del tedio total… hasta el mismo desenlace.
Ciclistas
Itzulia: «Team Ben Healy»
Lo poco que gana Ben Healy sabe doblemente bien
Ya me permitiréis usar una expresión de Antonio Alix esta tarde, durante la retransmisión de la Itzulia, para explicar lo que significa Ben Healy.
Irlandés, desaliñado, con ese perfil de tipo al que sacarías a tomar unas cervezas, va camino de convertirse en otro ciclista de culto, como algunos del EF: el ex Uran, Carapaz, Chaves o Rui Costa.
Lo ha vuelto a hacer. Casi dos años después de ganar su etapa en el Giro, Ben Healy suma otro botín World Tour en la Itzulia.
Y lo ha hecho casi de la misma forma que entonces: saliendo de la fuga… de la fuga.
Esta vez, acompañado de nombres del calibre de Alaphilippe, Barguil y Pello Bilbao, que corría en casa.
Cuando los rivales explican el valor de tu triunfo, poco más se puede añadir.
El del trébol es un ciclista que sólo se puede admirar. Y lo curioso es que se le admira de forma inversamente proporcional a su palmarés, que es modesto si se compara con el valor real que muestra en carrera: coraje, agallas y un motor brutal.
¿Su problema?
Que siempre caza a lo grande. Y claro, cuando cazas en ciertos cotos, te cruzas con monstruos: con Pogacar en las Ardenas, con Remco en los Juegos Olímpicos… Quizás ahí encontremos la explicación a su palmarés pequeño pero brillante.
En esta Itzulia dijo que venía a por la general, pero se descolgó casi desde la primera subida seria. Y ahora, esto.
Por suerte, sin duda. Y hoy, en la belleza del Urdaibai, lo hemos visto.
Esto ha sido un cambio de planes sobre la marcha. Un cambio de paso como el que hacen los ciclistas que saben que este negocio rara vez va como uno lo imagina al principio.
Ahora apunta a las Ardenas. Seguro que volverá a colisionar con el coco esloveno del maillot arcoíris. Pero también es seguro que no se quedará quieto: anticipará, jugará a ganar… y probablemente no gane, porque compite contra gigantes. Pero eso no amilana a este cuerpecillo de 65 kilos y metro setenta y pico.
Aquí somos de gente con el casco torcido como Healy y Kristoff, que olvida la estética porque la belleza está en la gesta y la emoción. Ben Healy siempre en nuestro equipo. Nunca dejó de estarlo.
Imagen: Sprintcycling- Itzulia
Ciclistas
Top 10 en Flandes de García Cortina ¿Mejor o peor que el año pasado?
Bastante desapercibido, Iván García Cortina logra por fin un top 10
Iván García Cortina ha tenido una trayectoria en el Tour de Flandes bastante parecida a la de Mads Pedersen, al menos en cuanto a tiempos.
Ambos empezaron a destacar allá por 2018, y desde entonces Cortina ha estado tocando la puerta de algo grande, algo que finalmente llegó este año.
Si Pedersen ya se ha colado entre Pogacar y Van der Poel, Iván García Cortina logró meterse por fin en su primer top 10 en el Tour de Flandes.
De hecho es su primer top 10 de los monumentos.
Lejos de la batalla entre los grandes, sin buscar protagonismo como otras veces, el de Movistar apareció de manera fugaz en alguna escena del Kwaremont, en el grupo perseguidor.
Se le vio fuera de la pelea principal, algo que él mismo dijo, porque aunque los de adelante volaban, estar ahí requiere estar en un estado de gracia.
Y Cortina lo tuvo. Jugó todo a un sprint que lo llevó al top 10, algo simbólico para un ciclista tan ligado a estas carreras.
Es cierto que al principio de su carrera recibió mucho bombo, pero él mismo ha hecho un ejercicio de realismo, sabiendo el nivel que hay, y este top 10 le sabe a gloria.
Es curioso, porque el año pasado tuvo más protagonismo, especialmente en ese pie a tierra en el Koppenberg, justo cuando Van der Poel despegó, pero no logró acabar tan arriba.
La pregunta está en el aire: ¿Qué vale más la pena? ¿Un buen puesto o tener presencia en los tramos clave de la carrera?
Yo me quedo con lo segundo, pero desde fuera. Para el corredor, este resultado es un Rubicón, y me alegro por él porque Iván García Cortina es un buen tipo y un gran ciclista.
No es el nuevo Flecha, como algunos querían vendernos, y no olvidemos que para acabar noveno en Flandes hay que ser muy top.
Ahora viene Roubaix, que me parece una carrera más adecuada para su morfología. El punto de forma lo tiene, la experiencia también, así que veremos qué pasa.
Imagen: Movistar Team
Ciclistas
A Través de Flandes ahonda en la herida de Van Aert
Las sensaciones de Wout van Aert para el Tour de Flandes se confirman malas
Qué mal recuerdo, qué agrio recuerdo le han dejado las dos últimas ediciones de A Través de Flandes a Wout van Aert.
La caída del año pasado, que lo lastró todo, y una segunda plaza muy dolorosa, a la vista del contexto, que creo que certifica que las sensaciones sobre el astro belga son una realidad: no encuentra el golpe de pedal.
Claro que en cualquier otro contexto, este Wout van Aert sería aspirante al Tour de Flandes, pero, a la vista de los rivales que tendrá el domingo, más los outsiders y la sensación de que Visma camina pero no vuela, no va a ser nada sencillo.
El desenlace de A Través de Flandes pintaba a tarde de terapia para Visma, con muchos de sus activos como si se les hubiera olvidado ir en bici al mismo tiempo. Desde el momento en que los amarillos tomaron el mando muy de lejos y rompieron la carrera para dejar a Benoot, Jorgenson y Van Aert solos delante con Neilson Powless, un muy buen ciclista, pero para nada el rival más peligroso que se podían cruzar.
Powless venía de la escapada.
La carrera, según evolucionó, nos iba recordando a la famosa Het Nieuwsblad que Stannard ganó delante de tres Quick Step.
Diez años habían pasado de aquello y hemos visto una reedición de aquella tarde negra para Lefevere, con un Visma cometiendo los mismos errores que los belgas aquella vez.
Solo una vez pusieron a prueba a Powless, cuando Benoot lo corta y le obliga a un sobreesfuerzo para coger a los dos de adelante. A partir de los diez de meta, como dijo Jorgenson, vino el desastre.
Powless fue inteligente en todo, hasta en pasarles al relevo para amansar las fieras y no ser cosido a ataques.
El sprint final sobre Van Aert es un bombazo para el americano, demostrándose que en estas carreras el guion establecido es algo muy relativo, pues los desenlaces pueden distar mucho de lo esperado.
El golpe para Van Aert es fuerte, sucede cerca de Flandes, no gana un sprint contra un rival sobre el papel muy inferior y con otros dos compañeros en una escapada de cuatro. Además, pierde la confianza de sus compañeros, como demostró Jorgenson en la meta.
Cosas mejores hemos visto, pero lo de Harelbeke, lo del Opening Weekend, lo del ciclocross… sigue su curso, y creer que Van Aert puede estar delante el domingo es muy optimista.
Imagen: FB Dwars door Vlaanderen
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