Ciclismo
Las bicis de Littium vendrán con asistencia RACC Bici
Littium regalará la asistencia RACC Bici con responsabilidad civil por la compra de todas sus bicicletas eléctricas
El fabricante de bicicletas eléctricas Littium y el RACC Bici han unido fuerzas para ofrecer un nuevo servicio que el mercado actual está demandando y que ningún otro fabricante de bicicletas eléctricas ofrece.
Littium se adelanta a la posible normativa que pueda adoptar la DGT y regala la asistencia RACC Bici con la compra de sus ebikes
Todas las bicicletas eléctricas Littium compradas a partir del 1 de enero de 2021 estarán cubiertas por la asistencia RACC Bici, la mejor protección para ti y para tu Littium.
Cada vez son más los ciudadanos que eligen pedalear como su forma habitual de transporte, aunque muy pocos contratan un seguro para su bicicleta.
Mientras tanto, la DGT está dando pasos hacia la regularización de los VMP (Vehículos de Movilidad Personal) y las crecientes bicicletas eléctricas.
Y aunque, por el momento, no sea obligada la contratación de un seguro, la DGT lo recomienda encarecidamente como medida de protección personal y de terceros.
La asistencia RACC Bici que ofrece Littium tendrá una duración de 12 meses desde el momento de su activación y una vez finalizado ese periodo, el usuario tendrá la opción de seguir disfrutando de su asistencia a cambio de una cuota.
Puntos
• Asistencia mecánica a la bicicleta en España y Andorra.
• Reparación en el lugar de la avería y/o inmovilización de la bicicleta.
• Remolque de la bicicleta hasta taller.
• Responsabilidad civil de 50.000€.
• Gastos médicos de urgencia por accidente o enfermedad súbita grave durante un viaje por España.
• Consultas médicas telefónicas ilimitadas 24 horas los 365 días del año.
• Servicio de urgencia legal 24 horas, los 365 días del año.
• Despachos de abogados para recursos de multas.
Por un precio adicional, será posible optar a la cobertura RACC por robo de la bicicleta.
Littium está revolucionando el futuro de la movilidad eléctrica. Tanto es así, que además de regalar la asistencia RACC Bici por la compra de sus ebikes, ejercerá también como agente de venta de seguros
El objetivo de Littium es claro: liderar el futuro de la movilidad eléctrica. Esto pasa por una movilidad segura para todos, con coherencia y responsabilidad.
Con este nuevo servicio, Littium busca cubrir ante cualquier imprevisto a aquellos que decidan pedalear en su día a día. Pero, además, su responsabilidad va más allá.
Con la asistencia RACC Bici, Littium pretende brindar de una sensación de seguridad a los peatones que teman a los ciclistas. En Littium tienen claro que el modelo de movilidad del futuro debe tener en cuenta a todos los ciudadanos.
Ciclismo
Alejandro Valverde no sería el mejor seleccionador español
La opción de Alejandro Valverde como seleccionador es golosa, pero no necesariamente la más adecuada
Como cada año por estas fechas, el ciclismo vive de «culebrones» e historias inesperadas. Hace 365 días, el foco estaba en el acto de rebeldía de Cian Uijtdebroeck en el Bora y su deseado salto al Jumbo-Visma. Hoy, en cambio, leemos que Alejandro Valverde suena para ser el seleccionador nacional.
Sinceramente, no tengo nada en contra del murciano, pero pensar que Valverde podría ser seleccionador nacional no me genera ninguna garantía.
La historia está llena de grandes ciclistas que, al asumir el rol de directores de equipo, no han logrado marcar la diferencia.
Al contrario, se han hundido en la contradicción de ver que muchos de sus pupilos no han sido capaces de igualar su nivel.
Pero eso no es todo.
La trayectoria de Alejandro Valverde en los mundiales de ciclismo, el principal reto al que se enfrenta cualquier seleccionador, no ofrece el mejor antecedente para el cargo.
Es cierto que nadie tiene más medallas que él, pero cuando fue campeón del mundo, ya habían pasado por delante de él no pocas oportunidades para haberlo sido mucho antes.
Viajemos a Florencia, en 2013, cuando Alejandro Valverde mencionó sus cinco medallas en mundiales para explicar el sentimiento de satisfacción que siempre ha utilizado cuando un resultado no le es favorable.
Un bronce es interesante, pero cuando ya tienes tres colgados de tu cuello, ya no resulta tan atractivo.
En 2003, con Igor Astarloa como campeón, Valverde logró la plata.
En ese momento, todos tuvimos claro que este veloz ciclista algún día sería campeón del mundo, pero la estadística no le fue favorable hasta muchos años después.
Valverde quemó unos años maravillosos, en los que la naturaleza le dotó de un talento inmejorable para ser el ciclista de la década, pero el resultado se quedó corto.
Cuando Valverde «la pifió» en el mundial que debió ser de Purito, en un escenario que el seleccionador Javier Mínguez veía con claridad, vinieron a la mente dos ciclistas: Samuel Sánchez y Óscar Freire.
Los cito porque, al igual que Purito, tuvieron que sufrir esas lagunas en el proceder de Valverde, las cuales acabaron por arruinar el plan perfecto, tal y como ocurrió en Florencia en 2013.
Sin embargo, este repaso sería incompleto si no comenzamos por el principio: Verona 2004, cuando el murciano trabajó muy bien para Óscar Freire en su tercer campeonato del mundo.
En 2012, en Valkenburg, con la certeza de que Freire se retiraba y estaba ante su último cartucho, se asumió que el cántabro era la baza principal de la selección.
Valverde aceptó el rol, pero en el momento clave, se quedó entre dos aguas.
Desbordado por Philippe Gilbert, no auxilió a Freire ni intentó frenar al belga.
La mecha se encendió en cuanto cruzaron la meta. Freire, ya decidido a retirarse, señaló al murciano con su mirada crítica. Curiosamente, hoy, como ayer, Freire reivindica que el puesto de seleccionador le fue ofrecido antes a él y no a Valverde.
Años antes, en 2006, en Salzburgo, y en medio de otras ocasiones fallidas en la búsqueda del título mundial, Valverde ya había encendido comentarios y conjeturas con su peculiar manera de correr.
En ese mundial, todo parecía indicar que la carrera terminaría en una llegada masiva, hasta que apareció un «obús» del pelotón llamado Samuel Sánchez. Valverde, pegado a su rueda, parecía estar en la mejor disposición.
Erik Zabel y Paolo Bettini también estaban presentes. Era la situación soñada: dos de cuatro escapados a menos de 1000 metros de la meta. Samuel hizo un trabajo descomunal. En una llegada, de 100, Valverde le ganaba 99 veces a Bettini y Zabel, pero esa vez, tanto el italiano como el alemán fueron mejores que el murciano.
Aquel desenlace lo comenté con el propio Samuel Sánchez en una entrevista publicada en la revista Ciclismo en Ruta de noviembre de ese año. Aquí lo que dijo Samuel sobre ese final mundialista:
“Nunca sabremos qué habría pasado. Lo que tengo claro es que me fui de Salzburgo muy satisfecho porque hice el trabajo a la perfección. También es cierto que, si hubiésemos actuado de otra manera, podríamos haber ganado el Mundial. Trabajamos como un equipo con el objetivo de conseguir medalla, y nunca podremos cuestionar al técnico. Paco hizo un equipo con todas las letras y siempre nos ha tratado muy bien”.
En un tercer de segundo, con la meta a menos de un kilómetro, rompes la carrera, y Valverde se sitúa a tu rueda. En ese instante, la suerte de una prueba tan importante como el Mundial está en tus piernas.
¿Eres consciente de que pudiste haber sido campeón del mundo? le pregunté.
“Si en el momento en que arranco, Alejandro y yo hubiésemos estado más listos, podríamos haber ganado. Si ataco y me voy solo, hubiera ganado. Si Alejandro sale a mi rueda y corta el pelotón tras él, el desenlace hubiera sido otro. Hay que tener en cuenta que íbamos a 70 km/h y a 185 pulsaciones. Todo lo que hablemos ahora son sólo hipótesis. Después de 270 kilómetros, cualquiera que llegue mejor que tú, te puede ganar. Le comenté a Valverde durante la carrera que no metiese el 11 llevando un 54 delante, y terminó por atrancarse un poco. Yo iba con un 53×11”.
Veremos si Alejandro Valverde llega a ser seleccionador. Suena bonito para el gran público, pero la letra pequeña…
Ciclismo
El accidente de Remco Evenepoel y el juego de la ruleta
Un accidente como el de Evenepoel nos recuerda que el ciclista siempre es el eslabón frágil
Me cuesta creer en las casualidades, ni siquiera en un supuesto reparto equitativo de desgracias y accidentes, pero cuando leí el informe sobre Remco Evenepoel tras su choque con un vehículo de reparto, no pude evitar pensar en sus dos grandes rivales del Tour de Francia.
Una cosa es no creer en las casualidades, y otra es que el carrusel de la vida ciclista haya colocado a cada uno de los integrantes del podio de Niza ante la misma situación: los efectos de una caída, accidente o percance que te deja tocado.
Todo esto ha sucedido en un año y medio, afectando a los tres mejores ciclistas de grandes vueltas, en un entorno de hipercompetitividad donde cualquier paso en falso te puede dejar fuera de la ecuación.
Es cierto que el belga estuvo involucrado en la misma caída que Vingegaard en Itzulia, pero también es verdad que salió menos perjudicado que el danés.
Sin embargo, este accidente de Remco Evenepoel en Bélgica es de otro nivel de gravedad.
Evenepoel comenzará la temporada 2025 lastrado por un accidente que, afortunadamente, no fue peor, pero que sin duda nos enfrenta a una realidad ineludible para todos los ciclistas, incluidas las estrellas: nadie está exento de un susto mayúsculo, en cualquier lugar, en cualquier momento.
Hace un tiempo, cuando este «mal anillado cuaderno» apenas comenzaba, escribimos un post sobre los padres que se quedan en casa viendo a su hijo ciclista salir a entrenar.
Este incidente con Remco me recordó ese texto, un homenaje a las personas que nos rodean y nos miran con recelo cuando tomamos la bicicleta y salimos a rodar.
La bicicleta sigue siendo un vehículo maravilloso, pero esa belleza no quita que sea peligrosa, porque, al final, el ciclista sigue siendo el eslabón frágil de la cadena.
Patrick Lefevere comentó sobre Evenepoel que lo que le ha sucedido —ir en bici y que alguien abra una puerta sin mirar— ocurre con frecuencia en muchas partes del mundo.
Los efectos ya los hemos visto: una lista de lesiones que asusta para un gesto tan nimio. Decir que hay que mirar SIEMPRE antes de abrir una puerta debería ser innecesario, pero, aun así, es imprescindible repetirlo.
Mucha suerte a Remco en lo que le viene por delante. El ciclismo es así: tocar el cielo en París en agosto y besar el suelo en diciembre.
Y sí, estoy seguro de que él no será el último en vivir una historia similar.
Imagen:
A.S.O./Billy Ceusters
Ciclismo
Me gusta que la Vuelta salga del extranjero pero…
La Vuelta va a encadenar tres salidas desde el extranjero
No lo sé, no lo he comprobado, pero que la Vuelta hilvane tres inicios consecutivos fuera de España creo que nunca ha sucedido.
Podríamos decir que se parece al Tour y, aunque sobre el papel parezca un abuso, no me parece mal que, de vez en cuando, la carrera salga más allá de los Pirineos.
Primero, porque significa que la competición es atractiva, que tiene una marca consolidada y un buen tirón mediático. Y segundo, y más importante, porque contribuye a la salud financiera de nuestra carrera.
Ojo, que la Vuelta va a encadenar salidas en Lisboa, Turín y Mónaco, con la irrupción de Barcelona para evitar que Utrecht se uniera al listado de forma consecutiva.
No son pocas salidas, y en este caso, Italia se convierte en el primer país de las tres grandes que albergará una salida de cada una de ellas.
En todo caso, dejando de lado la estadística más friki, insisto en que me gusta que la Vuelta salga al extranjero, aunque quizá no en tres ediciones seguidas.
Entiendo que el negocio es lo primero, debe ser así, pero encadenar tres salidas internacionales es excesivo, incluso para quienes disfrutamos estas cosas, más aún cuando hay muchos lugares en España que llevan años sin aparecer en la carrera.
Claro que, en esto, también hay truco: si esas ciudades no apuestan por acoger la Vuelta, poco se puede hacer. Pero cuesta creer que no haya localidades importantes en España capaces de albergar la salida, como Lille lo hará con el Tour el próximo año.
Otra cuestión son las etapas previstas para la salida piamontesa. Un tríptico que, veremos, podría convertirse en una oportunidad perdida cuando la carrera salga de Italia, quedando más como un gesto simbólico que como una verdadera competición.
El ciclismo tiene la capacidad de vender país y marca como pocos deportes, pero si todo se resume a la salida y a unos días de estancia sin impacto relevante en la carrera, no sé hasta qué punto tiene sentido el esfuerzo de las instituciones locales por un puñado de horas intrascendentes, como ocurrió con la salida húngara del Giro, que enfadó a tanta gente por la escasa relevancia deportiva de esos días.
El trazado de las tres primeras etapas de la Vuelta, con llegada en alto incluida, transmite poco o nada, al menos a priori.
imagen: Unipublic/Cxcling/Beatriz Martinez
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