Ciclismo de carretera
Las Tres Cimas de Lavaredo rozan lo irreal
La historia ciclista de las Tres Cimas de Lavaredo viene del mismísimo Merckx
Es mirar las Tres Cimas de Lavaredo y ponerse a hablar de los Dolomitas, esa maravillosa y venerada cordillera de los Alpes italianos que debe su nombre al característico color de sus rocas y en honor a su estudioso el geólogo francés Dolomieu, puede resultar una tarea sencilla… o complicada.
Sencilla porque es fácil llamar la atención entre los cicloturistas el simple y mero hecho de pronunciar su nombre: Dolomitas. La tarea se complica cuando se trata de aportar algo nuevo entre tanto “gurú” de la alta montaña, pero lo voy a intentar.
Y si hablamos de Dolomitas, lo primero que se me viene a la cabeza es la figura inequívoca de las Tres Cimas de Lavaredo.
Esas tres rocas que emergen de la Tierra, esbeltas, bellas: la Cima Grande (3003 m), la Cima Ovest (2973 m) y la Cima Piccola (2857 m), componen esta tríada dolomítica. Suena a épica, mito, historia –dada su importante posición estratégica en estas montañas se produjeron furiosos asaltos militares y cruentas batallas entre italianos y austriacos durante la 1ª Guerra Mundial-, alpinismo –Paul Grohmann fue el primero en escalar la Cima Grande el año 1869-, geología –estas rocas se formaron hace 230 millones de años- y por supuesto ciclismo y por extensión, cicloturismo del bueno.
Siempre había querido ascender en bicicleta a las Tres Cimas de Lavaredo y comprobar por mí mismo la extraordinaria belleza del Lago Misurina o sufrir en mi propia carne esa rampa tan dura mantenida al 16% donde atacó Merckx en el Giro del 68 y desde luego disfrutar arriba de un entorno genuinamente dolomítico.
Este mes de julio he podido cumplir uno de mis sueños cicloturistas y así os puedo explicar mi experiencia en persona, de primera mano, paso a paso, kilómetro a kilómetro, pues cada uno que se pedalea constituye en sí mismo toda una aventura, un reto casi artesanal, al borde mismo de lo irreal y fantástico.
De entre las posibles vertientes que yo conozco, a saber la de la olímpica Cortina d’Ampezzo (1224 m) y la de la hermosa Auronzo (864 m), me quedo con ésta última. Supongo que el hecho de que la carretera de Cortina soporta mucho más tráfico y que además se tiene que salvar antes del lago Misurina el Passo Tre Croci, fue lo que hizo inclinarme por la segunda opción.
Auronzo es una bella población en pleno Parque Natural del Lavaredo junto al lago Santa Caterina, aunque decepciona un tanto enterarse que es artificial, pero rodeado de magníficos bosques de abetos.
Al inicio de la subida la carretera va ascendiendo primero suavemente y sin demasiada historia durante unos 6 kilómetros, para inmediatamente después afrontar los siguientes siete mucho más duros con hitos enteros a una media de entre el 8 y el 9 % salpicados por numerosas rampas al 12 (según señales existentes).
Estos kilómetros nos irán muy bien para coger ritmo de ascensión y para ir probando sensaciones ante la tremenda pared que se nos avecina y que ya sentimos próxima.
Sobre el km 11 de ascensión pasaremos por el cruce que viene de Cortina y afrontaremos otro kilómetro entero al 8% para desembocar en un llano que agradeceremos tremendamente y en seguida aparecerá ante nosotros una estampa de postal, de ensueño: la imagen del lago Misurina con las Tres Cimas de Lavaredo recortadas al fondo.
Disfrutaremos de un par de kilómetros y medio de descanso bordeando la parte izquierda del hermoso lago –éste sí, natural-. Estamos ya a 1700 metros de altura, rodeados de un marco de fantasía donde podremos montar a caballo, practicar alpinismo, escalada, senderismo –hay un camino que progresa hasta el Refugio Col de Varda a 2115 m de altura, aunque si lo prefieres puedes subir en telesilla, eso sí “san paganini” de 9 euros-, piragüismo, mountain-bike, camping… y si no siempre te puedes tumbar en un verde prado y contemplar y dejarte llevar por los sentidos.
Pero dejemos el bucolismo y concentrémonos en la escalada porque una vez que dejemos el lago atrás iniciaremos la subida definitiva a las Tres Cimas: 7 km al 8 % -los 4 últimos al 10- salvando 576 m de desnivel.
Un desvío a la derecha con un cartel indicador nos señala el camino: es igual, tampoco hace falta y la carretera no engaña porque se eleva ya muy seriamente tras salvar una serie de dobles curva derecha-izquierda primero e izquierda-derecha después, para darnos de morros con “la pared”: el muro de 900 m al 16 % donde según dicen atacó Merckx, en el mencionado Giro, moviendo la bicicleta con increíble facilidad.
Por si el porcentaje de semejante rampa no la delatara lo suficiente, en la calzada hay unas pintadas que lo recuerdan: 18 % marcado con un triángulo, así como restos del paso del Giro de aquel año: “Gibo” -Simoni-, Piepoli… incluso hay una que se acuerda de Patxi Vila, pero la más curiosa es una que dice en italiano más o menos que en ese punto empieza el Giro.
Salvada esta increíble cuesta donde pones todo lo que hay que poner, encontraremos un tremendo alivio en el llano y siguiente bajada a la altura del Refugio y Lago de Antorno. Muy bonito.
Así nos dejaremos caer hasta el “peaggio”. Sí, has leído bien, si quieres seguir ascendiendo tienes que pagar, como en el peaje de Martorell, eso sí, si vas motorizado: 20 euros del ala.
Pasando en bicicleta, ni qué decir tiene que no pagaremos un duro y que cruzaremos con una media sonrisa burlona mirando al vigilante de turno.
Es lo que hay: o pasas en bici o andando, si no, a rascarte el bolsillo para admirar un entorno natural ¿de todos?
El hecho de que exista este filtro, hará que sean pocos los vehículos a motor que nos podamos encontrar, aunque si lo hacemos en pleno mes de vacaciones, no podremos evitar el encuentro, y susto añadido, con algún “loco” del volante o algún autocar en alguna curva. Así pues, ojo.
Al salir de la zona del peaje y siempre con la vista entretenida en el hermoso paisaje, iniciaremos la última parte, y más dura, de la subida. Quizás los cuatro kilómetros más duros e increíbles que haya escalado nunca, –Angliru y Marie Blanque a parte, aunque no sabría qué deciros-.
Las curvas y los muros “imposibles” se van sucediendo sin tregua en una concatenación de rampas al 12, 14 y 16%, sin descanso alguno. Si vas mirando hacia abajo contemplarás con admiración cómo vas dejando atrás la serpenteante carretera, y en una de estas curvas fue dónde me encontré con el único ciclista en toda la ascensión, o mejor dicho la única ciclista: una chica con muy buena planta que estaba descansando y bebiendo sentada al borde de la carretera.
La saludé con un “hola, buongiorno” invitándola a continuar, aunque no sé exactamente si subía o bajaba, me miró y sonrió pero el caso es que ya no la volví a ver ni arriba ni abajo.
Las pintadas en el suelo como testimonio del paso del Giro continúan, y muchas recordando al llorado Pantani: los tifossi aún no lo han olvidado, tanto es así, que el Refugio de Auronzo (final “reglamentario” de la ascensión a 2300 metros) lo conocen como el “Refugio del Pirata”.
Seguí subiendo por esta interminable pared y lo debí pasar realmente mal, pero ahora, escribiendo estas líneas, no lo recuerdo exactamente, el dolor de piernas, el corazón a mil, sudando a borbotones, deseando acabar este sufrimiento pero a la vez no queriendo terminar, por temor a saber cuándo podré volver a sentir esta emoción.
Lo que sí recuerdo, es que en un momento de la escalada, el pedaleo se automatizó y mi cabeza paró, de algún modo, el dolor y pude continuar salvando curvas hasta que por fin pude ver al fondo de la carretera, y en lo alto, el ansiado refugio.
Una vez arriba la vista es impresionante, fantástica: la visión de las montañas dolomíticas hacen del entorno un lugar casi irreal, de ciencia-ficción, a la sombra de las ya muy próximas Tres Cimas.
En el bar podréis avituallar y comprar unos recuerdos y si queréis agua tendréis que comprarla porque además de que yo no vi ninguna fuente subiendo, en los lavabos hay un cartel que pone que el agua no es potable, y no me lo creo, sobre todo en un país como Italia que tiene unas aguas buenísimas, pero por si acaso la compré.
Tampoco vi españoles, la mayoría de turistas eran franceses, alemanes, ingleses y lógicamente italianos, y es que detrás de las Tres Cimas nos encontramos ya en Austria, concretamente en el Tirol.
Como ascendí con una bicicleta de ruedas gordas, aún me pude permitir el lujo de subir por un camino de piedras –frecuentado por muchos senderistas- un centenar de metros más arriba hasta el Refugio de Lavaredo, para poder seguir disfrutando del entorno y comprobar lo ya comentado de la primera Gran Guerra al ver un par de monolitos erigidos en una ladera en honor a los caídos.
Y allí me quedé más de media hora, en actitud contemplativa, rindiendo pleitesía a nuestros queridos Dolomitas y pensando cuándo volveré…
Imagen: Infobici
Ciclismo de carretera
El Gran Fondo Encamp Pas de la Casa abrirá la temporada de ciclismo en Andorra
La prueba de Encamp es la primera de un cargado verano de ciclismo en Andorra
El último fin de semana de mayo, de 26 al 28, abrirá el calendario de ciclismo en Andorra. Lo hará en el epicentro del País de los Pirineos, con la continuidad de la Gran Fondo Encamp Pas de la Casa, esta vez con una agenda más completa y para más públicos: La Andorra Bike Race, el sábado, y la segunda edición de la Gran Fondo Encamp Pas de la Casa, ya el domingo.
“Estamos muy contentos con las nuevas fechas a finales de mayo, en plena primavera, con el verano próximo y por tanto con horas de sol y temperaturas agradables”
Nino Marot, Conseller de Turisme i Reactivació Econòmica del Comú d´ Encamp.
Para el responsable municipal nos encontramos ante “un evento que nos sitúa en el mapa de muchos ciclistas, para que vengan y conozcan el lugar y luego, cuando vuelvan a casa hablen de él a otros ciclistas”.
Una bola de nieve que ya tiene el antecedente de la primera edición del Gran Fondo Encamp Pas de la Casa y que viene reforzada por “nuestra excelente situación. Encamp está en el corazón de Andorra, es perfecto para conocer todos los puertos que tenemos, saliendo y llegado desde aquí, en un recorrido en forma de estrella.
Prueba de esta situación son las tres versiones de la Gran Fondo Encamp Pas de la Casa que mantendrán recorrido respecto a la primera edición: la larga de 103 kilómetros y más de 3200 metros de desnivel incluyendo Beixalis, Ordino, Envalira y Cortals d´ Encamp, la media de 47 kilómetros y casi 1700 metros con Beixalis y Cortals d´Encamp y la corta de 31 kilómetros y más de 1000 metros con la subida a Cortals d´ Encamp.
Los puertos de la Gran Fondo Encamp Pas de la Casa
Así nos describe Nino Marot las subidas previstas en el entorno de Encamp.
Envalira: “Es uno de los grandes puertos de los Pirineos que nos lleva más allá de los 2400 metros. Es el más importante de la jornada y el más reconocido, pues ha visto pasar varias veces el Tour de Francia, la última hace dos años cuando Sepp Kuss ganó en Andorra. Es una subida amable para el ciclista, con un panorama despejado sobre el Circ de Pessons y Envalira y la peculiaridad que tiene carril bici”
Beixalis: “Es un primera categoría que se ha hecho un hueco en la historia reciente del Tour y la Vuelta. Aunque el día de la marcha, estará cerrado al tráfico, se trata de una ascensión muy tranquila con pendientes exigentes”.
Cortals d´ Encamp: “La llegada de la Vuelta 2019 fue un espaldarazo para el lugar, es una zona virgen e inexplorada para el ciclista”.
La vuelta de la Andorra Bike Race
Sobre retomar la Andorra Bike Race, recuerda que “tenemos hasta 13 rutas de MTB, con perfiles para todos los públicos. Desde el camí de Pardines, con un nivel apto para todos los bikers a otros tramos más complicados y técnicos como el renovado camí d´Espeluga, en la zona de Beixalis”.
En este sentido admite el privilegio de instalarse en un paraje tan propicio para el ciclismo: “La zona de Cortalls d´Encamp es un vergel de rutas y posibilidades, pero es que tenemos a tocar el dominio esquiable de Grandvalira que nos da muchas opciones”.
La inercia que coge la cita y la centralidad de Andorra para tantos ciclistas propician pronósticos optimistas: “Tenemos margen de mejora para el verano, pueden venir más ciclistas a Andorra y que vean que Encamp está en medio de todo”.
Imágenes: Guillem Riera
Ciclismo de carretera
El maillot de mejor joven de la Volta estará muy cotizado
El listado de mejor joven de la Volta incluye nombres ilustres
La empresa de comunicación visual e impresión Scrub Designs es el nuevo patrocinador del maillot del mejor joven de la Volta Ciclista a Catalunya 2023, que este año pasa a premiar al mejor ciclista de 23 años o menor participante en la prueba. La empresa catalana, además, proveerá todos los elementos gráficos de la 102ª edición de la carrera UCI WorldTour catalana.
El maillot que distinguirá el líder de la clasificación del mejor joven de la Volta a Catalunya de este 2023 estará patrocinado por Scrub Designs. La empresa catalana de comunicación visual e impresión a gran formato, con sede en Rubí, celebra su décimo cumpleaños de vida y proveerá, además, todos los elementos gráficos necesarios de esta edición de la carrera.
El maillot de mejor joven de la Volta a Catalunya, caracterizado por su color blanco con franjas naranjas, distingue durante las siete etapas de la carrera al líder de la clasificación de los jóvenes, una de las cuatro clasificaciones diarias, junto con la clasificación general, la clasificación de la montaña y la clasificación por puntos, el ganador final de las cuales es también premiado en el podio final de Barcelona.
Este año, la clasificación del mejor joven de la Volta a Catalunya pasará a premiar al primer corredor de la clasificación general nacido a partir del 1 de enero del 2000, es decir, con 23 años o menor. Un cambio que resta dos años en la edad que hasta ahora marcaba el límite de esta clasificación, teniendo en cuenta la creciente precocidad de los corredores más destacados del panorama mundial.
En los últimos años, en dos ocasiones, la clasificación del mejor joven ha sido ganada por el que ha sido también el vencedor final de la carrera, siendo el caso de los colombianos Sergio Higuita, en 2022, y Miguel Ángel López, en 2019.
Otros destacados ciclistas del panorama internacional como Joao Almeida (2021), Pierre Latour (2018), Marc Soler (2017), Hugh Carthy (2016) o Wilco Kelderman (2015) también han destacado proclamándose el mejor joven de la Volta a Catalunya en las últimas ediciones.
“El maillot del mejor joven premia a los jóvenes talentos del futuro pero que, tal y como está evolucionando el ciclismo, ya son una realidad. Scrub Designs se siente identificada con esta juventud y, además, es una empresa que nos ayudará en todo el aspecto logístico de la organización de la carrera”, explica Rubèn Peris, director general de la Volta Ciclista a Catalunya.
“Para una empresa joven como la nuestra, Scrub Designs, poder participar en la distinción de la excelencia de los corredores más jóvenes nos satisface especialmente, porque nos une a los ciclistas que se esfuerzan día detrás día en una competición de tanto alto nivel como es la Volta a Catalunya”, dice el CEO de la empresa, David Adrià.
La 102ª edición de la Volta a Catalunya se disputará entre los próximos días 20 y 26 de marzo, con salida desde Sant Feliu de Guíxols y final en Barcelona, después de siete etapas exigentes y atractivas. Una vez más, los mejores equipos y ciclistas del mundo estarán presentes rodando por las carreteras catalanas, con una participación de lujo que encabeza el campeón del mundo Remco Evenepoel.
Ciclismo de carretera
Het Nieuwsblad: El Kapelmuur está preparado
Si el ciclismo es una religión en Flandes, el Kapelmuur es su kilómetro cero de la fe
Han tocado la fibra del amante del ciclismo los de Flanders Classics hablando de religión, yéndose a Nuestra Señora del Buen Deseo, la capilla que corona el Kapelmuur, para decir que con la Het Nieuwsblad florece la primavera en Flandes, empiezan las clásicas.
Cycling is a religion. 💙 #OHN23 #FLCS pic.twitter.com/gP3PNeKBkm
— Omloop Nieuwsblad (@OmloopHNB) February 22, 2023
Caer en la cuenta de lo que significa el ciclismo en Flandes merece un viaje, y verlo con tus propios ojos, un viaje que no puede ser ajeno a la bicicleta y probar aquello que te cuentan en persona, sobre una flaca.
El ciclismo es una religión, podríamos decir que sí, hasta en los días más hostiles encuentras gente en bicicleta, sacando horas de donde sea, yendo a los sitios en ella, trazando rutas de auténtico pro, como el ciclista que vimos en la misma cima del Kapelmuur que venía de Amberes, tomaba un refrigerio en la entrada de la capilla para luego ir a Roubaix y Kortijk.
Llovía a mares, pero ahí estaba él, presentando sus respetos en la capilla y buscando un poco de paz en medio de una ruta mayúscula.
Como él cientos, miles de ciclistas se dejan ver cada año por Geraardsbergen y su famosa cuesta a la capilla.
Lo hacen para rendir culto a una subida cargada de señas ciclistas, carteles y recuerdos eternos, también de paneles e infos varias que hablan de la historia del lugar en el ciclismo.
De
La Het Nieuwsblad tuvo el acierto hace unos años de tomar el final del antiguo recorrido del Tour de Flandes para acoplarlo a su historia
El trazado que va hacia Ninove tras atravesar Geraardsbergen y el Kapelmuur incluye la recta del Bosberg, el último muro en medio de un bosque que se cierra sobre nuestras cabezas para hacer la selección final, ahí donde Van Aert dio sólo una vez, pero hizo diana, tan sólo hace un año.
Es el Opening Weekend, lo que viene ahora os lo imagináis pero no sois capaces de adivinarlo, pues los giros de guión están garantizados, el ciclismo hecho pasión en Flandes, donde la primavera empieza y alcanza todas las rutas, sean pequeñas, vecinales o agrícolas, la liturgia está en marcha.
Sentaros y disfrutar, un mes largo que arranca en el corazón de Flandes y morirá en el centro de Lieja, el ciclo más bello de la temporada echa el telón.
Cerveza, chocolate, ciclismo y fervor casi religioso.
Ciclismo de carretera
Las Shimano S-Phyre RC9T en blanco corren por las grupetas
Con las zapatillas Shimano S-Phyre RC9T pedalean valores como el ajuste, comodidad y elegancia
La clave para que gusten o no unas zapatillas reside en mil aspectos, tan opinables como personas las hayan probado, sin embargo, unos meses después de tenerlas y habiendo salido mucho con ellas, nos hemos fijado que las Shimano S-Phyre RC9T en blanco han triunfado entre muchas grupetas.
Cierto es que este par ya venía con buenos antecesores, pero la «imposición» de esa moda «full white» para calcetines y zapatillas ha propiciado que las Shimano S-Phyre RC9T blancas corran por muchos sitios.
Hasta en Flandes…
Pero no sólo nos quedamos en la estética y en «lo que se lleva», también vamos a las prestaciones y lo que da de sí un modelo que supera holgadamente los 200 euros.
Cuando las cogemos con la mano nos llama la atención el nivel de acabados, muy en consonancia con ese PVP que hemos aportado.
¿Primera impresión?
Resultan compactas, de una pieza.
Sus casi 240 gramos nos ofrecen una zapatilla estéticamente preciosa, con sus dos BOA´s, los tensores bien integrados, el microperdoforado bien repartido y ese talón en «metálico».
Aprovechad ese primer blanco, porque es mágico y con el uso, obviamente irá a menos.
Puestas notamos una perfecta sujeción del talón, bien fijo y reforzado para compensar en cierto modo que se vean bajas.
Este cruce de impresiones propicia buena fijación y sensación de libertad al mismo tiempo, en una excelente balanza de prestaciones.
Todo el sistema de fijación se integra de forma orgánica en el cuerpo de la zapatilla, al punto que toda la suela y el empeine se acaban en el mismo material, una microfibra de piel sintética que acentúa esa sensación compacta que comentábamos antes.
Las dos BOA´s además de llamativas, siempre nos gusta ir guapos, fijan en sendas partes, la baja y la media el pie, siendo la de arriba la que tira de la lengüeta más larga.
Todo eso redunda también en la envoltura del pie, en su confort y lo que es más importante, que el paso de los kilómetro no implique tensiones en el pie.
Que el talón fije y el pie se acople bien a la plantilla de alta densidad ,sobre una entresuela de fibra de carbono, son la clave para que la pedalada sea eficiente y no se pierda una pizca de energía del pie al pedal.
La ventilación es otro plus, a la microperforación que se ve a simple vista por la parte delantera, se suma otra rendija de aire en la parte del talón para llevar el pie bien aireado, incluso en los entornos más cálidas.
En salidas más largas, el pie siempre lo notamos fijado y ventilado, al mismo tiempo.
El cuidado es algo al que hay que prestarle mucha atención, si queremos que ese brillo dure lo más posible.
Evitar días de polvo y lluvia -aunque el material se limpie bien- para al final de cada salida aplicarle un poco de producto de limpieza, con suavidad, y luego aplicarle la típica grasa de zapatos que las tenga limpias, hidratadas y protegidas.
Imágenes: Guillem Riera
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Miguel Angel
3 de diciembre, 2021 En 15:41
Buena crónica.Tuve la suerte de subirlo.Pero su dureza no es como el ANGLIRU.