Ciclismo
La Volta sin Fontpineda, una cancelación que da mala espina
Que la Volta quite Fontpineda en la sexta etapa sin mayor explicación…
Ayer, tras el final de etapa de Sabadell, la Volta sacaba este tweet sobre la no subida de Fontpineda mañana sábado…
ℹ️ Per motius de seguretat, s'ha acordat un canvi en el recorregut de l'etapa 6 de #VoltaCatalunya102, eliminant el pas per l'Alt de Fontpineda. Aquest és el nou rutòmetre oficial.
🚴♂️Cambio en el recorrido de la etapa 6 / Change in the route of stage 6
👇https://t.co/AlCpSARzpj pic.twitter.com/soqAKReJ1X
— Volta a Catalunya (@VoltaCatalunya) March 23, 2023
Quienes vivimos en el Baix Llobregat, sabemos que, por desgracia, no hay lluvia ni fenómeno meteorológico peligroso a la vista.
Como aficionados al ciclismo, sabemos que el repecho de Fontopineda era uno de los atractivos de la penúltima etapa de la Volta 2023, una subidita para hacer limpia antes de encarar la llegada Molins de Rei.
Era de hecho, lo más nuevo, junto a Mont Caro, respecto a ediciones anteriores, cuyo recorrido la Volta tiene escrito en piedra.
Pues bien, la organización ha decidido sacar la subida de Fontpineda, arguyendo «motivos» de seguridad, cuestión tan amplia como ambigua, abriendo la puerta a mil interpretaciones.
Como digo no se prevé mal tiempo, y el recorrido era por todos conocido desde hace semanas ¿qué ha sucedido?
Pues eso nos preguntamos muchos, temiéndonos que los mentores de la carrera hayan tenido que sucumbir a recomendaciones de terceros, es decir los equipos, como otras veces ya hemos visto que ha sucedido.
Ojo que esto es importante, no voy a decir que grave, pues al final el organizador -como en las invitaciones de la Vuelta- hace y deshace a su conveniencia, pero sí que es notorio que al aficionado se le prive de un final de etapa que pintaba interesante, más en una carrera cuyo patrón es un corsé férreo y casi inamovible.
Volvemos a eso que muchas veces hemos hablado de la épica que tiene este deporte y el riesgo que nunca va a poder esquivar, porque al desarrollarse en el territorio va a estar expuesto como ningún otro.
Hace unas semanas hablamos con Peio Ruiz Cabestany y nuestro querido Sergio Román Martín, a quien deseo la mejor recuperación del mundo, sobre la épica en el ciclismo a raíz de lo sucedido en O Gran Camiño y si la decisión de cancelar la primera etapa había sido de organizador o equipos.
Pues bien, aquí sospecho que tenemos otro caso similar.
Sé que ningún organizador quiere que un ciclista acabe en el hospital y el buen aficionado al ciclismo nunca desea un circo peligroso para los ciclistas, pero cuando las decisiones se toman así, de esta manera, uno no piensa bien.
Imagen: Guillem Riera
Ciclismo
Vingegaard ya está corriendo el Tour
Un mes y pico después Vingegaard hace su primera salida con la vista en el Tour
Vivimos un periodo dorado en muchos aspectos el ciclismo uno de ellos, quizá el más destacado sea ese triángulo cuyos vértices son Vingegaard, Pogacar y Tour de Francia.
La grave caída del danés nos cogió en Italia, en la ruta de las dos primeras etapas del próximo Tour.
Ahí estaban profesionales del turismo, técnicos de la Emilia Romagna y el propio Davide Cassani dándole vueltas a la recuperación del dorsal número 1.
He de decir que incluso en las horas posteriores a la caída, el exseleccionador italiano era relativamente optimista sobre la recuperación de Jonas.
Otra cosa fue que al poco supimos de sus problemas en los pulmones y que la gravedad de sus heridas eran peores que los primeros pronósticos.
Poca broma con la cantidad de días que pasó en el hospital de Vitoria, aunque por suerte nada tan grave como leí en algunos sitios en los que elucubraron con el final de su carrera deportiva.
Jonas is back riding on his bike outside again. 🤩🐝
Hear what he has to say about his recovery and the Tour de France. pic.twitter.com/Rf1d3odoeM
— Team Visma | Lease a Bike (@vismaleaseabike) May 7, 2024
Sea como fuera de todo aquello hace poco más de un mes, tiempo que ha pasado para ver de nuevo a Jonas Vingegaard paseando en bicicleta y hablando de la posibilidad de ir al Tour.
Yo sin duda que quiero verlo en la salida de Florencia a finales de junio.
Ojo que quedan menos de dos meses y por eso Vingegaard ya ha empezado a correr el Tour.
La suerte de las caídas e incidentes ha sido inversa esta vez.
Vingegaard llegará al Tour tocado y posiblemente no en su mejor forma, como el año pasado le sucedió a Pogacar.
En todo caso, estoy con lo que comentó Contador sobre el nivel de reto que le supone a Vingegaard llegar bien a la mejor carrera del mundo, un nivel de reto que él mismo ya ha asumido anualmente enfrentándose al mejor ciclista de su generación.
Ante el vendaval Pogacar, cuya comparación más obvia nos lleva a Bernard Hinault, el danés mantiene el esquema clásico de fijar el Tour como gran objetivo y luego todo lo demás.
Una cosa tengo clara, si Vingegaard se pone el dorsal en Florencia para la salida del Tour, tened por seguro que estará lo más cerca posible de la perfección, quizá no al 100%, pero cerca y que lo intentará como el que más.
Cualquier otra opción no la considero.
No, en este ciclismo.
Ciclismo
Te puede gustar el ciclismo y no Pogacar
La forma de correr de Pogacar sólo te puede gustar aunque vaya a contrapelo
El titular para Juan Clavijo tras la victoria de Jonathan Milan fue que «Pogacar no atacó».
A este nivel nos ha puesto el listón Tadej Pogacar, el ciclista que muchos dicen que sólo te puede gustar, y que comparto, aunque cierto es que muchas veces nos desconcierta.
Lo que hizo el esloveno en su primer día de rosa en el Giro, salir con Honoré, descolgarle y dejarle, antes de poner en el límite a Geraint Thomas.
Lo de Fossano fue otra más en la cuenta del líder que ha completado las tres primeras etapas con otros tantos ataques decisivos.
En la primera jornada arrastró a Narváez, en la segunda llegó solo y en la tercera ganó Tim Merlier tras hacer, posiblemente, la aproximación al sprint más dura de su carrera deportiva.
La etapa que gana Jonathan Milan se completó sin novedades para la maglia rosa quien si se hubiera juntado con Filippo Ganna en el final, a saber qué hubiera sucedido.
En todo fueron curiosas las palabras de Tadej Pogacar a la salida de esta etapa, explicando lo que hizo el lunes, como que el ataque de Honoré le pilló buen y se soldó a su rueda.
Hizo eso y luego darle un relevo de forzudo a Geraint para llevarlo al límite.
¿Corre Pogacar excesivamente alegre?
Eso es lo que muchos que ya tenemos una edad nos preguntamos.
Sinceramente, me cuesta creer que Pogacar haga estas cosas a sabiendas que le van a pasar factura, o por gustar a cuanta más gente mejor.
Lo hace porque le debe surgir y no sabe decir que no.
Su concepto de la competición es admirable, saca partido de casa situación y transmite una pasión contagiosa en cada pedalada, incluso cuando la da de más, que también lo hace a veces.
Pero no creo que ataques a cuatro de meta y un buen calentón le vayan a condicionar, no al menos a él, no en este ciclismo de ahorro de cualquier energía.
Eso sí, que corra así seguro que no complace a todos, es como esos partidos locos de fútbol en los que los técnicos se vuelven majaras viendo el peligro que corren los equipos.
Lo que sucede es que Pogacar ha venido para hacer realidad todos los sueños que podríamos tener sobre la bicicleta, por eso casi siempre va a gustar.
Imagen: FB Giro d´Italia
Ciclismo
Giro: ¿Qué pasa con los rivales de Tadej Pogacar?
La presumible superioridad de Pogacar no es motivo para que los rivales no lo intenten
El domingo, cuando Pogacar abrió gas en Oropa, la primera imagen del grupo de rivales nos resultó familiar, con una pléyade de muy buenos ciclistas como que bajaban los brazos ante el rey.
Fue un flashazo, luego la reacción se produjo y los daños se contuvieron, en especial gracias al alemán Florian Lipowitz, totalmente volcado en Dani Martínez de inicio y eso que el colombiano mostró cierta flaqueza.
La superioridad de Tadej Pogacar sobre sus rivales es algo ya proverbial en este Giro, mil veces comentado y por ende descontado.
Pero ello no puede significar que se queden de brazos caídos.
Un especialista en situaciones adversas como Vincenzo Nibali reclamo inventiva a los outsiders del Giro de Italia.
Es difícil, pero acciones siempre están a tiempo de activar, como ese sprint intermedio en el que Ben Swift se metió para que Pogacar pillara un segundito menos, aunque la sombra de acciones como la del esloveno a tres de meta sobrevuelen en el ambiente
Pero me cuesta creer que entre los rivales de Pogacar en este Giro no haya más que resignación, más cuando hablamos de corredores como Geraint Thomas, Dani Martínez o Ben O´Connor que ya tienen su trayectoria y por tanto deben guardar cierto grado de ambición.
Es más, los tres citados pueden activar la palanca de los equipos, en especial el Ineos, que no puede alinear lo mejorcito de su casa para sólo rodear a G.
Buscar la sorpresa, tirar de inventiva, como dijo Nibali, eso se impone para ponerle picante y un poco de emoción al Giro, sobretodo no esperar al mano a mano para que te acabe pasando como a Ben O´Connor en la subida a Oropa, que pasó de estar soldado a la rueda de Pogacar a salir disparado por detrás por el destrozo que le había propinado al cuerpo.
Si Pogacar se caracteriza por cambiar el paso en desenlaces cantados, sus rivales deben salir de esa zona de confort y buscarle las costuras, que su equipo podría ofrecer alguna alternativa.
Cortes de lejos, con más de un hombre por equipo, Bora e Ineos tienen ese potencial, y el resto a buscar las zonas grises, pues el control total de UAE se ha demostrado imposible.
Más allá de esto, otras opciones, si no pasan por incidente o accidente no deseado de la maglia rosa, no veo muchas.
Imagen: FB Giro d´Italia
Ciclismo
¿El Tour saliendo de Barcelona? Ojalá, pero…
Suena, y fuerte, Barcelona para dar inicio al Tour de Francia en 2026
Los dos días que el Tour de Francia de 2009 pisó la ciudad de Barcelona los guardo con cariño, de hecho, tengo un porrón de fotos de aquellas jornadas.
Qué Tour aquel, recordado por la rivalidad doméstica entre Lance Armstrong y Alberto Contador, un encontronazo más mediático que otra cosa, pues en la práctica el segundo era muy superior al americano y al resto, como así se vio en Verbier.
Contador ese año hasta le ganó una crono a Fabian Cancellara.
Puesto el contexto, queda el meollo de la cuestión, el Tour saliendo de Barcelona.
Ya entonces, en 2009, se trabajó en esa hipótesis que quedó en nada, creo, por desidia de los dirigentes municipales.
Desde el momento que la Vuelta a España salió el año pasado de Barcelona supe que la opción del Grand Départ del Tour se iba a activar.
No sé, intuición, como si la casa madre, ASO, pidiera una muestra de fidelidad por parte de la ciudad antes de darle el premio gordo.
Sabía también que para 2025 era imposible, eran demasiadas salidas fuera de Francia,
Lille será el inicio del año que viene, cuatro años después de la apertura bretona y con Copenhague, Bilbao y Florencia, por medio.
Que Barcelona fuera salida del Tour en 2026 pondría en cuatro los inicios foráneos de esta carrera en esta década
No son pocos.
Creo en eso de que cuando el río suena, y veo la salida del Tour 2026 desde mi ciudad, cosa que me encantaría por toda la sucesión de cosas que conlleva un evento así y que por suerte pude comprobar este año en la Emilia Romagna.
Sin embargo me reafirmo en algo que ya escribí cuando la salida de la Vuelta el año pasado dejó bastante que desear…
En Barcelona falta algo muy obvio, falta ambiente ciclista, que no tradición ni cultura, pues aquí finaliza cada año una de las carreras más antiguas del mundo, la Volta, se disputaron un par de mundiales de ciclismo y se han vivido grandes tardes de Tour y Vuelta.
El presente es otra cosa, alejada a los buenos tiempos.
Barcelona es una ciudad que vive de espaldas a este deporte, que no a la bicicleta, elemento de transporte que cada vez vemos más por la calle.
Lo vimos en la presentación, con afluencia insuficiente y en un entorno que no transmitía nada.
A ello le sumamos, la dimensión de la urbe, tan grande, tan dispersa, que cualquier cosa, por grande que sea, pasa de puntillas por la vida de la gente.
Poca gente sabría, por ejemplo, situar en el mapa dónde están los tinglados de la Copa América de Vela, siendo ésta una grandísima competición internacional.
Que llegara el Tour seguro que se notaría más que la Vuelta lo vimos en 2009, pero por el caché del evento y lo que significa, pero no por ese cariño al ciclismo que otros sitios del grand départ sí demuestran.
No veo la ciudad paralizada como Bruselas, Niza -en tiempos de Covid-, Brest, Copenhague y Bilbao, últimas sedes de la salida del Tour.
Entiendo que si la ciudad cumple en lo logístico y económico con los requisitos de ASO puede optar al arranque, pero entiendo que los mentores del Tour buscan otras cosas, como un público entendido y amante.
Barcelona, lo siento, no está en esa sintonía y la Vuelta lo ha corroborado, más allá de los evidentes fallos en la organización y me apena decirlo, pero hablamos de una ciudad con tanto evento, con tanto calendario, que el Tour podría caer en el anonimato, primero, y en el cabreo de ciudadanos hastiados de carreras populares, conciertos y cosas varias que en cualquier otro sitio seguro que serían mejor recibidas.
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