Ciclismo antiguo
La memoria de Casartelli se cincela en la piedra de Portet d´Aspet
Publicado
1 año atrásen
Por
Escrihuela

Cuando el Tour pasa por Portet d´ Aspet, el apellido Casartelli surge de entre las cunetas
Este martes, el Tour pasó con cierto adelanto sobre el pelotón por las rampas del Portet d´ Aspet. A uno de sus costados, los ciclistas dejaron atrás el monumento dedicado a Fabio Casartelli. Se llama “La Stèle”, el lugar que es testimonio eterno del dolor que sacudió el Tour este mismo día, pero hace 20 años.
#DiaD 18 de julio de 1995
«L’heure s’enfuit, la vie s’arrête, la gloire reluit» («El tiempo vuela, se detiene la vida, brilla la gloria»)
El lema, grabado en el mármol gris de un reloj del sol, resume a la perfección la fugaz vida de Fabio Casartelli. En el reloj, tres símbolos marcan las horas: el alfa, fecha de nacimiento el 16 de agosto de 1970; los anillos olímpicos, medalla de oro el 8 de agosto de 1992 en Barcelona; la omega, 18 de julio de 1995, cuando muere trágicamente en el km 34 de la etapa reina del Tour (St. Girons – Cauterets) en una maldita curva de este puerto, el Portet d’Aspet.
Cada 18 de julio a las 12 del mediodía, un rayo de sol penetra a través de un pequeño orificio proyectando la luz sobre la base del monumento. El astrónomo Danilo Fioretti fue el autor de este meticuloso cálculo. Por eso su escultor, Bruno Luzzani, bautizó su obra como «Volo di Luce» («El Vuelo de la Luz») aunque todo el mundo conoce este monumento a la memoria de Casartelli como «La Stèle» («La Estela»), nombre que recibe este tipo de pedestales conmemorativos con símbolos y textos.
Esculpido en mármol blanco y gris traído expresamente de los Alpes Apuanos, en la Toscana italiana, el monumento representa una gran rueda blanca dejada al descubierto por la bandera olímpica. Fue erigido cerca del lugar del accidente por los miembros de su equipo, el Motorola, y por la Sociedad del Tour de Francia en octubre de 1995. Tan sólo unos días más tarde, el 22 de octubre, Annalisa Casartelli, esposa del corredor, bautizó a su hijo Marco, de pocos meses de edad y al que Fabio no llegó a conocer, en la capilla de la Madonna del Ghisallo. Su bicicleta fue colocada, tal y como quedó después de la caída, en el altar de la pequeña iglesia en su memoria.
«La Stèle» por Fabio Casartelli está situada en la vertiente oeste del col del Portet d’Aspet, pasado el Pont de l’Oule y al inicio del tramo más duro de la ascensión, ya que sus cuatro últimos kilómetros son de una dureza extrema, alcanzando casi el 10% de media y con rampas del 17%. Si lo escaláis por el otro lado, con cuestas duras también en sus dos kilómetros finales, encontraréis el monumento casi al final del descenso, breve pero muy empinado, en una peligrosa curva a la izquierda, donde os será imposible evitar parar y rendir un pequeño homenaje al campeón olímpico de Barcelona 92. En el lugar nunca faltan flores frescas y otros recuerdos dejados a su paso por los ciclistas.
Todos recordaréis aquel 18 de julio.
Las imágenes por televisión conmovieron a todo el mundo del ciclismo. Las palabras de Museeuw, entre sollozos («he visto durante cinco minutos a Fabio morir delante de mí») en la memoria. Sin apenas llegar a cumplir los 25 años, Casartelli, sin casco aquel fatídico día, moría al caer y golpear con su cabeza en un muro de hormigón. La vida lo paró en seco en aquella curva y cuando lo trasladaban de camino al hospital escaló directamente al cielo.
La historia de aquel día ya la conocéis, involucrados en la múltiple caída fueron Perini, Breukink, Baldinger y Rezze; el ganador de la etapa fue Richard Virenque, que se enteró en el pódium del accidente; y el ganador de aquel Tour fue Indurain, el quinto de Miguel.
Al día siguiente, lo recordaréis, los corredores no disputaron la etapa, entrando en meta todos juntos los integrantes del equipo Motorola. Días más tarde, Armstrong pudo dedicarle su victoria en Limoges en la 18ª etapa alzando los dedos al cielo (“It’s for you”), igual que tú también podrás homenajearlo con tu presencia en la próxima edición del Memorial Fabio Casartelli, bien en su versión cicloturista ya en septiembre o en la ciclodeportiva, un día después.
Se trata de marcha que se celebra anualmente desde 1996 con salida y llegada en Saint Girons, en la que se asciende el Portet d’Aspet y el Col de La Core, con todo el apoyo de la familia Casartelli: sus padres, Annalisa y el joven Marco que, por cierto, es el vivo retrato de su padre.
Por Jordi Escrihuela
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Ciclismo antiguo
La inédita y olímpica historia de Christa Luding y Clara Hughes
Publicado
12 horas atrásen
9 de agosto, 2022Por
Iban Vega

Christa Luding y Clara Hughes han sido campeonas olímpicas de ciclismo e invierno
La historia por poco sabida no merece ser omitida. El día que los Juegos Olímpicos coreanos echaron el cierre, hace ua cuatro años, con una fenomenal final de 50 kms de esquí nórdico, queríamos acordaros de dos campeonas olímpicas que las cuñas de Eurosport nos recordaron esos días porque lo fueron de invierno y verano, y en verano lo consiguieron en las pruebas de ciclismo. Hablamos de Christa Luding y Clara Hughes.
La primera era alemana del este, la antigua RDA, en tiempos en los que los mapas de geografía política en Europa borraron fronteras marcadas desde el mismo final de la Guerra Mundial.Christa Luding fue patinadora y ciclista de velocidad. Es una de nuestras campeonas olímpicas.
Christa Luding fue fija en los podios de los ochenta e inicios de los noventa
Su leyenda empieza como patinadora de velocidad. Medio kilómetro y kilómetro, medallas de oro en Sarajevo 1984 y Calgary 1988.Ese mismo año sería plata en la final de velocidad en Seúl 88, la primera olimpiada coreana y la anterior a la de Barcelona, en el 92, como la de Albertville, donde sería bronce de patinaje velocidad en 500 metros.
Clara Hughes es una leyenda en Canadá
La otra protagonista es de Winnipeg. Es una leyenda, una celebridad en un país de honda tradición olímpica, como es Canadá.De hecho, Clara Hughes fue la abanderada en los juegos de Vancouver 2010.
Los juegos de casa, como Chris Hoy en Londres.Para tal honor, Hughes, subcampeona del mundo de contrarreloj en Tunja, año 1995, donde Indurain y Olano, ya había pisado podios olímpicos.
En Atlanta, año 1996, se colgaría dos medallas de bronce en las carreras de carretera, crono y ruta, pero con el tiempo se pasaría a patinadora de distancias más largas que Luding.Hughes ganaría medallas desde Salt Lake City, año 2002, a Vancouver, año 2010.
Por medio, en Turín, 2006, entraría en la galería de campeonas olímpicas: oro en los 5000 metros.
Con la final de hockey hielo aún resonando, las emociones del frío y deslizante, hemos querido tener una esquinita de estos preciosos juegos en este mal anillado cuaderno que es El Velódromo.
Imagen: Olympics
Ciclismo antiguo
El día que Greg Lemond sí batió a Sean Kelly
Publicado
3 días atrásen
6 de agosto, 2022Por
Iban Vega

Ese mundial de Chambery condenó a Kelly ante Lemond
Sitúense. Década de los ochenta, años vintage.
Tiempos de transición, de respeto real y cariño sincero hacia el ciclismo. Guimard diría que los últimos tiempos de inocencia.
El pelotón es poblado por leyendas vivientes.
Nos centramos en dos. Un americano de grácil pedaleo y afortunado sino, Greg Lemond. Enfrente el mejor ciclista del momento, Sean Kelly, un corredor cuyo bagaje excede los límites de la estadística.
En 1989 el Campeonato del Mundo se desarrolla en la ciudad francesa de Chambery, la puerta de los Alpes, un sitio mágico, de montañas preciosas y duendes escondidos.
La jornada es lluviosa y fría. El mundial, siempre en el ocaso del verano rara vez se corre bajo tanta agua. Aquel día descargó el cielo sobre los corredores, tanto que pasarían unos años hasta ver ediciones tan húmedas.
Oslo a los cuatro años y Valkenburg a los nueve le harían honor.
La carrera se decide en un sprint, qué sprint.
Uno entre un millón, Greg Lemond, sorpresivo ganador del Tour un mes antes ante el desconsuelo de Laurent Fignon, lo hizo, ganó a Kelly en una llegada explosiva, casi icónica, en un ambiente espeso y húmedo, con huesos asomando bajo el maillot calado, imitando eso que griegos inventaron en la Victoria de Samotracia, la técnica de los paños mojados para descifrar la anatomía.
Sean Kelly vs Greg Lemond. Un duelo desigual si en grandes clásicas nos fijamos y asimétrico si añadimos mundiales.
Kelly llegaba como ganador de la recién creada Copa del Mundo, fue cuatro veces verde en el Tour, ganador de una Vuelta.
Kelly amasó victorias parciales sobre Lemond en San Remo, Lombardía y Lieja. Le sacó del podio de la Roubaix de 1985.
Sólo en una clásica Lemond rompió la tiranía de Kelly, el Gran Premio de las Américas de ese mismo año cuando se clasificaron cuarto y quinto respectivamente.
Greg pudo con Sean en esa clásica y en todos los mundiales en los que se cruzaron.
Sean nunca pudo con Greg cuando el arco iris amanecía en el horizonte.
La carrera tuvo otro protagonista, Dimitry Konishev, un jovenzuelo soviético que clavó la carrera siempre en vanguardia.
Posiblemente él fuera, con su plata colgando de la nunca, el tipo más feliz del podio francés. Lemond ya había sido campeón del mundo, Kelly nunca lo sería. El ciclismo, caminos paralelos, caminos cruzados, siempre tuvo estas cosas, estos azares.
Lemond nunca ganó a Kelly hasta que lo hizo, y en un Campeonato del Mundo.
Una historia discreta pero latente que explica por ejemplo lo que este año le ha pasado a Peter Sagan, quien nunca fallaba hasta que se vio en el sprint de San Remo.
Historia y foto tomadas de greglemondfans.wordpress.com
Ciclismo antiguo
La Vuelta que descubrió Portugal
Publicado
5 días atrásen
4 de agosto, 2022Por
Iban Vega

La Vuelta a Portugal camina hacia los 100 años de vida
En días pasados, pero no olvidados, salió a la carretera la 1ª Volta a Portugal. Era el año de 1927, abril, el día 26, un total de 42 corredores formaron el primer pelotón de la que se convirtió en la prueba reina del calendario luso. En ese tiempo eran 24 los favoritos a su conquista, bien diferente del selecto lote de candidatos a la victoria en la actualidad.
António Augusto de Carvalho (Carcavelos) fue el primero en firmar su nombre en el palmarés de la Volta.
Para la historia quedó el gran espacio ofrecido al ciclismo con honores de portada en el periódico de mayor tirada nacional, el Diário de Notícias. Igual a lo que hoy hace el periódico francés L’Équipe trayendo en la portada el Tour de France, en ese día en Portugal el rostro de los 24 favoritos imperó con toda grandeza en la prensa, como grandiosa fue la recepción al pelotón para la gran salida en la Plaza Marquês de Pombal.
La capital Lisboa parecía pequeña para la marea de gente que quiso ver de cerca los héroes de las bicis, repitiéndose la misma imagen impactante al final de las 18 etapas con la definitiva llegada en la Avenida da Liberdade.
Pronto aquí comenzó a ser dibujado el título de reina del ciclismo lusitano al juntar entre Campo Grande y Avenida da Liberdade aproximadamente 50.000 personas en la fiesta de consagración de António Augusto de Carvalho, el gran ganador de la 1ª Volta a Portugal tras 79h08m00s.
Con él han finalizado 26 corredores la debutante prueba velocipédica, subiendo al podio en 2º Manuel Nunes Abreu (Leixões) a 9m31s y en 3º Quirino de Oliveira (Campo de Ourique) a 19m06s.
Una curiosidad, en la etapa de apertura el pelotón se concentró en la Plaza Marquês de Pombal hacia al Cais do Sodré, donde embarcaron ciclistas y bicicletas cruzando el Río Tajo para vivir en Cacilhas la salida oficial.
Esta 1ª edición repartió 1958 km por 18 etapas, siendo el primer maillot amarillo Quirino de Oliveira, ganador de la primera jornada al final de 1h24m05s, el tiempo que llevó a recorrer 40,4 km desde Cacilhas a Setúbal.
Triunfó en siete etapas más.
Cinco fueron ganadas por el gran vencedor de la Volta y de las demás cuatro sonrieron a Francisco Santos Almeida (SL Benfica) y una al 2º en la general Manuel Nunes Abreu.
La 1ª Volta tuvo numerosos episodios claramente distintos de los que se viven hoy, fruto del escaso conocimiento del país.
El recorrido, diseñado a partir de un mapa topográfico de 1905, dio lugar a errores en el trayecto y a caminos impracticables al paso de las bicicletas. En dos de las jornadas, la 3ª que unió Sines a Odemira y la 7ª de Beja a Évora, los héroes de las dos ruedas se enfrentaron con el fin del asfalto, poco común en una época muchísimo rural, teniendo de contar con los trabajadores rurales para abrir camino al paso de la Volta.
El pelotón siguió su camino, cautivando a los fans en cada tierra por donde pasaba. Y así es hasta hoy.
Desde 1927, la Volta a Portugal llena de emoción el corazón de los portugueses.
Para aquellos que la viven desde los pedales, los ciclistas, ella representa el máximo objetivo de la temporada, sintiendo por ella una reverencia como si de una soberana se tratara, pues ella fue, es y siempre será la reina del ciclismo portugués.
En 2022, Vilanova de Gaia, enfrente de Port volverá a recibir a los héroes al final de la 83ª Volta a Portugal para la consagración del gran vencedor.
Por Helena Dias
Ciclismo antiguo
El Tour de 1983, por Ángel Arroyo
Publicado
5 días atrásen
4 de agosto, 2022Por
Iban Vega

Escuchándole ahora se puede decir que Ángel Arroyo pudo ganar el Tour de 1983
Hablando de Ángel Arroyo, Reynolds y el Tour de 1983, tomaron la salida a verlas venir y volvieron de París hechos unos héroes.
Ángel Arroyo capitaneó la vuelta del ciclismo español al gran circo del Tour de Francia en un año que el ciclismo español dio el gran salto.
De aquello han pasado casi cuarenta años, pero en la resaca del memorable Tour que acabamos de ver, queríamos escuchar a Ángel Arroyo narrando la histórica edición de 1983.
Una carrera en la que los pronósticos ya saltaron por los aires desde el kilómetro cero, con la baja de Hinault,, y que, a partir de ahí vio como las diferencias parecieron un acordeón de ciclistas subiendo y bajando en la general a una velocidad de vértigo.
Jorge Lastra, buen conocedor de la época, nos acompaña en esta charla con el entrañable Ángel Arroyo, quien recuerda a la perfección aquellos días de julio.
Este podcast cuenta con el patrocinio de Tuvalum.com
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En la previa de la celebración de las dos Vueltas, la masculina y femenina, Javier Guillén nos vende los motivos por los que tenemos que pasarnos estas tres semanas pendientes de lo que sucede en la Vuelta Ciclista a España. @ivoox https://go.ivoox.com/rf/90824770?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_content=audio&utm_campaign=tw_autopublish
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