El momento dulce de Jesús Herrada parece que no pasará por el Tour
Hace tres años, también en junio, Jesús Herrada ganaba una etapa del Dauphiné y decíamos esto
Hay un cuello de botella, dos grandes líderes, Nairo & Valverde, e insuficientes citas para todos. Por eso este Dauphiné es perfecto para quienes deben tomar el relevo de los grandes capos.
Sin colombiano ni murciano, Herrada ha logrado un triunfo de esos tan sobrados que recuerdan al Valverde de los buenos tiempos, que por cierto no tiene nada lejanos.
El problema es que esa segunda linea que aludimos entra en edad de merecer y quiere más, como es lógico. Si Jesús Herrada y Ion Izagirre siguen de azules deberán tener objetivos para ellos, pero no caramelitos, objetivos con mayúsculas, dignos de su clase y categoría.
Lo poco que han podido brillar lo han aprovechado tan bien, que si se les abre el abanico, de qué serían capaces
Esto es de hace tres años, hoy vemos que aquella segunda línea que hacía poderosa, a su vez, la primera de Movistar, se ha sabido buscar la vida y jugar sus opciones.
Jesús Herrada era uno de esos casos, un ciclista que traía la clase de lejos
Siempre digo lo mismo, me hablaron de él hace diez años, cuando corría para el Andorra, con otros talentos que el tiempo ha tratado bien, tipo Edu Prades.
Jesús Herrada tenía motor desde siempre, iba bien en todos los terrenos.
Un corredor que, como su hermano dejó grandes momentos personales en favor de otros como Valverde y Nairo, como su hermano José, cada vez que tenía ocasión asomaba delante.
Y no sólo ganando, también demostrando cualidades de gran fondista, llegando delante en casi todas las etapas de la última semana del Tour, demostrando que dentro de ese cuerpo conquense y afilado había madera.
El paso que Jesús Herrada dio hace un año y medio, cuando siendo campeón de España, quiso probar a vestir otros colores, el Cofidis en este caso, fue el testigo de la confianza que manejaba el corredor.
El maillot de Jesús Herrada
Dejar Movistar, chez Unzue, una estructura en la que se está a gusto y calentito, no es sencillo.
Aventurarse en un profesional en apariencia, pero World Tour en esencia, necesita de convicción.
Jesús Herrada la tenía y la razón le asiste.
Ya el año pasado fue líder en la Vuelta a España y esta campaña va fuerte.
Es uno de los corredores que más carreras ha disputado.
El otro día ganó el Tour de Luxemburgo, donde no habrá el mejor nivel, pero donde seguro que ganar no es sencillo.
Y ahora la carrera del Mont Ventoux, una carrera nueva, pero que por lo icónico del lugar te pone en el imaginario y hasta en los titulares deportivos del Telediario.
La victoria de Jesús Herrada sobre Romain Bardet es de pasarle la mano al francés, en un mano a mano que se presumía, pero que se debía dar.
Romain Bardet no escatimó y Jesús Herrada le propició una de esas arrancadas que quedan en la retina.
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Un triunfo mayúsculo para un estado de forma sublime, un estado de forma que posiblemente no veamos en el Tour.
Leemos que Herrada va cargado de días de competición y que si quiere estar en la Vuelta no tiene gran margen.
Quizá estar tan bien ahora no implique estarlo en julio, pero desde luego que este dulce que maneja ahora el conquense daría que hablar en Francia, seguro.
Sin embargo, la Vuelta tira.