Giro de Italia
Los americanos que conquistaron el Giro
Publicado
3 años atrásen
Por
Escrihuela

Cuando en Italia creían que aquellos americanos recién llegados eran malos, muy malos…
Los americanos irrumpieron a mitad de la década de los 80 en la vieja Europa.
Lo hicieron para quedarse e imponer una moda.
Para eso, pusieron gran cantidad de dólares encima de la mesa y vinieron a competir a muy alto nivel.
En Estados Unidos la bicicleta aún no estaba demasiado vista para el deporte de competición.
No acababa de prender el ciclismo en el país del fútbol americano, el béisbol o el baloncesto.
Pero algunos ciclistas norteamericanos se liaron la manta cabeza y vinieron a Europa, porque había que venir aquí si querían triunfar.
Los Boyer, Lemond, Grewal, Hampsten… impusieron la moda yanqui que comenzó a extenderse por Italia y Francia.
Ciclismo de los americanos, todo empezó en el Giro del 84
Una mujer llamada Robin Morton, creó el primer equipo profesional americano de carretera de la UCI aquel mismo año.
Gana una maglia azzurra: pon el nombre del ganador en redes con hashtag #MagliaAzzurraSanLuca
Fue la primer mujer en la historia del ciclismo en poseer y administrar un equipo pro masculino.
Y se vinieron para el Giro de Italia a hacer sus pinitos, convirtiéndose en el primer equipo estadounidense en participar en la ronda transalpina.
Lo hicieron bajo el patrocinio de Gianni Motta.
Aquel grupo de amigos ciclistas integrado por los Eustice, Carter, Maxon… decían de ellos que eran bastante malos.
Se los tomaron a pitorreo.
Apenas valían para nada.
Pero esto fue sólo al principio.
Al año siguiente, en el Giro de Italia de 1985, un tal Andrew Hampsten ganó una etapa de alta montaña.
En 1986 un yanqui, Greg Lemond, gana nada menos que el Tour y, en 1988, otro yanqui, el propio Hampsten, vence en el Giro de Italia.
Ya nadie se reía de ellos.
Todo lo contrario. Eran los buenos.
Aquel equipo con Andy, Kiefel, Roll, Phinney, Pierce… estaba patrocinado por Seven-Eleven, una gran cadena de supermercados americana.
Querían darse a conocer fuera de Estados Unidos, donde apenas hacían negocios.
Dicen que la broma les costó unos 4 millones de dólares.
Pero bien valió la pena, porque fue una irrupción ejemplar de aquel equipo, con aquella marca, en Europa.
Estaban muy bien organizados… a la americana.
Habían yanquis, pero también mexicanos como Raúl Alcalá, que se repartieron a vivir por media Europa, aunque siempre pagados en dólares.
Eran organizados pero exóticos.
Y, sobre todo, desacomplejados.
Hampsten se planteó ganar el Giro. Y lo hizo
Dicen que su preparación, como la de todos ellos, se basaba en menos bici pero más pesas, más natación, esquí y footing.
Ante todo eran atletas.
Y aguantaban lo que les echaban.
Cuando Hampsten acabó aquel infernal Giro del 88 comentó: “la montaña y el frío han sido iguales para todos y no creo que valgan como disculpa para justificar el mal momento exhibido por algunos corredores que partían como favoritos”.
Además, eran intelectualmente superiores a la media del pelotón ciclista de aquella época.
Muchos de ellos tenían estudios universitarios.
Atletas e intelectuales.
Esto se demostraba en más declaraciones como las del propio Andy: “creo que tanto a Bernard como a Delgado les faltó mentalización. Entre dos corredores, con iguales posibilidades, gana el que más concentrado esté en sí mismo, que el que más seguro se encuentre de sus posibilidades”.
No les asustaba ni la lluvia ni el frío.
La alimentación tampoco era problema: podían comer sus cereales sin hacer ascos a la pasta italiana.
Tampoco llevaban un estilo de vida monacal, siempre rodeados por sus esposas o novias.
Todos los escenarios de la Girona Gravel Ride
Hampsten hizo mucho dinero, como otros americanos, corriendo en Italia. Hasta 400 mil dólares aquella temporada, algo que le sirvió, entre otras cosas, para operarse y reducir sus enormes dientes.
De esta forma pretendía que en el pelotón dejaran de llamarle “rabbit”.
Aquellos americanos eran más tranquilos que temperamentales.
Pensaban de otra manera.
Hacían las cosas de otra forma.
Eran diferentes.
Y tenían muchos dólares…
Foto: ComoLagoBike
Te puede interesar
Ciclismo antiguo
El Stelvio, un puerto de época imperial
Publicado
1 mes atrásen
29 de mayo, 2022Por
Iban Vega

Las herraduras del Stelvio vienen del imperio austrohúngaro
El Giro 2020 se va a jugar en gran parte en lo que pase entre el Stelvio y Laghi di Cancano con la sensación que nadie está por encima del resto de forma clara…
En todo caso el Giro va a tocar el cielo, el Stelvio, y el espectáculo va a ser tal, que merece la pena irnos a los inicios de los inicios de la montaña en el ciclismo.
Cuando el ciclismo quiso hollar las cumbres para gloria suya, pensó en las que hoy entendemos como grandes de todos los tiempos.
Aún resuenan aquellas palabras de Lapize: “Sois unos asesinos”.
Los destinatarios de tales soflamas fueron los organizadores del Tour que quiso pisar por primera vez los caminos pirenaicos.
Los improperios de Lapize eran lógicos.
Años de miseria exacerbada, en una Europa en puertas de su primera gran guerra.
Las carreteras no eran tales, eran pistas minadas de pedruscos como bidones y heces de ganado.
Se cubrían distancias inhumanas, además salpicadas de estos colosos.
Aquello no era ciclismo, era una tortura de diez horas un día sí y al siguiente también hasta que el cuerpo o la máquina dijeran basta.
Sin embargo aquello causaba estupor entre el público, era la moda, el perenne encanto de lo nuevo.
Hace unos años pude asistir a una interesantísima charla que presentaba un libro sobre la bicicleta desde el punto de vista de los ingenieros de puertos y caminos.
La edición del mismo, más de 300 páginas en encuadernado de tapa blanda, ancho lomo americano y paginado de perfecta calidad del mismo corrió a cargo de varios miembros del Colegio barcelonés de tal insigne profesión bajo el yugo de la pasión de la bicicleta.
Entre otros temas de extraordinaria profundidad, fui al de los puertos de montaña.
Entendía que como ingenieros de puertos tenían algo que decir.
Y lo hicieron: Dedicaron un capítulo que llevaba por nombre «¿Por qué los puertos suelen tener un 7% de desnivel medio?»..
Hay una explicación: su fecha de construcción.
Los puertos modernos contemplan ese desnivel, los anteriores no suelen respetarlo.
Actualmente tenemos puertos que siguen el mismo trazado original: Aubisque, Tourmalet, Izoard, La Madeleine, Pailères,… todos sobrepasan el siete por ciento, pues en su caso fueron trazados en el siglo XIX.
A finales del mentado siglo, ya se empezaba a hablar de racionalizar los porcentajes.
En el artículo titulado “Determinación de la pendiente máxima que conviene para salvar grandes alturas en las carreteras” la Revista de Obras Públicas iluminaba sobre la cuestión.
Se atisbaban puertos con tramos del ocho por cierto separados por breves “descansillos”.
Las carretas tiradas por mulas y los incipientes coches necesitaban estas facilidades si no querían despeñarse cuesta abajo y marcha atrás.
En estos parámetros se ubican Hautacam, Luz Ardiden, Plateau de Beille,…
Y sí.
El Passo dello Stelvio se instala entre los primeros
Su construcción es una obra de ingeniería formulada hace poco menos de doscientos años.
Urgía conectar el Imperio Austrohúngaro con la Lombardía.
La fábrica, ideada por Carlos Donegani, despierta tantos halagos como su dureza e innegable atractivo paisajístico y legendario, estas rampas las doblegó Fausto Coppi.
Sus 48 curvas de herradura por el eterno valle aupadas sobre sillerías empedradas de mampostería causan furor entre los fotógrafos.
Su trazado unía las ciudades de Bormio y Pratto Stevio, o lo que es lo mismo la Lombardía y el Trentino por cuestas cuyo desnivel supera los 1800 metros.
Hoy esa conexión se hace por modernos túneles y el puerto ha quedado como un gran parte temático natural y al aire libre de la épica ciclista y humana, pues por aquí se vieron enormes combates de la primera Guerra Mundial, esa que dicen enterró los grandes imperios, pero a la que sobrevivió el Stelvio.
Para este artículo he necesitado la ayuda del libro “La ingeniería en la bicicleta” de Fundación Esteyco y especialmente el capítulo firmado por un loco de la bicicleta, Oriol.
Imagen tomada de http://www.vacanzattivajournal.com/
Giro de Italia
La de Cortina es el tappone del Giro 2021
Publicado
1 año atrásen
23 de mayo, 2021Por
Iban Vega

Lo que pase en Cortina será definitivo para el Giro 2021
Llegamos a la jornada más emblemática del Giro 2021, la de Cortina d´ Ampezzo.
Una etapa «marca Giro», sin discusión ni duda, sobre el papel es complicado poner en problemas Egan Bernal, pero la necesidad de empezar a apuntalar la carrera para cada uno puede dar con un desenlace inesperado.
Por de pronto la etapa de Cortina en el Giro 2021 es el prototipo de la corsa rosa.
Os dejamos con la impresión que nos causó el día de Cortina d´ Ampezzo hace tres meses, cuando presentaron el Giro 2021.
La etapa de Cortina es «marca Giro»
Para el Giro de Italia, año 2021, que finalmente hemos conocido, las lecturas son las de siempre, una carrera con perfume especial, recorrido que rara vez decepciona y unas perlas que rezuman lo de siempre singularidad o dicho de otra manera «marca Giro».
Por que más allá de lo que se concite en Turín en mayo, el trazado del Giro 2021 una cosa deja clara, hacer una gran vuelta en estos tiempos no es nada sencillo, lo que han tardado en desvelar el recorrido así lo evidencia, y que sea en Italia peninsular lo ratifica.
Hay varias etapas que merecen un capítulo a parte y atención a esa crono final, que el que esté por debajo de los treinta kilómetros no le quita atractivo alguno y la posibilidad de vuelco bajo la campana.
Como la Vuelta, el Giro 2021 acabará en el mismo test individual que desplazó a Purito por Hesjedal hace nueve años y a Hindley por Tao el pasado.
De cualquiera de las maneras hay etapas que sólo se pueden dar en el Giro.
Como esa de Lago Cancano de la última edición, cuando surgió el mejor Pello Bilbao, del Stelvio al final, por que en ese escenario de cansancio extremo y altura exagerada cualquier cosa puede pasar.
Así marcamos en rojo la jornada de Cortina d´ Ampezzo, una etapa tipo Giro, en este caso versión 2021, una etapa de gigantes en el mapa y la carretera.
Si hay algo que hace «marca Giro» es un trazado así
5700 metros de desnivel dispuestos en 212 kilómetros, en la entrada de la semana final, con las piernas finas y la general en el alero.
Se sale de Sacile, a treinta metros, y algunos lo harán tras hacer rodillo, pues ya de salida arranca hacia arriba.
Luego un terreno de nadie que pone el huevo y la gallina antes de la Marmolada, esa recta que mata a los más duros.
Entrará el Giro en terreno de 2000 metros y más, empalmará con el Pordoi, donde Olano firmó su mejor día de montaña y acabará con el durísimo Giau, en la misma cresta en la que Contador estuvo cerca de perder su primer Giro.
Menos de veinte kilómetros de bajada y la llegada a Cortina, emblema de los Dolomitas y de los amantes del esquí que será el ombligo del ciclismo, una vez más.
Las jornadas como ésta nos la describió no hace mucho Pello Bilbao, especialista en sobrevivir en el mar de la fatiga y exigencia extremas: no hay trampa ni cartón, lo que se ve es lo que hay y el Giro se ha especializado en etapas de este calibre, como la que ganara Mikel Nieve hace diez años, como la de Froome en Sestriere, la de Cancano el año pasado y otras tantas que cincelan lo más bonito de este deporte.
Llegarán de uno en uno.
Giro de Italia
#PodcastJS La guía turística del Giro de Italia (II)
Publicado
1 año atrásen
18 de mayo, 2021Por
Iban Vega

Este Giro deja pocos hitos por tocar del norte turístico de Itala
La segunda semana del Giro de Italia la marca Perugia, a medio camino entre Roma y Florencia, una joya de universidad sólo para extranjeros para dar la salida a la jornada del sterrato.
Hablarán de favoritos, de cotas, de peligros por otros sitios, pero nosotros miramos el paisaje moldeado de la Toscana, fruto de los tiempos, de los millones que pasaron por aquí.
En este viaje al norte pasamos de los mejores restos de Bizancio en occidente y la «invención» de Romeo & Julieta en Verona, a cementerios alemanes en los Dolomitas y los guardianes de la república veneciana.
Un viaje que acaba en Cortina d´ Ampezzo, allí de donde florecieron grandes alpinistas que rivalizan con nuestros queridos Patricia y Xoan, nuestros guías por el Giro de Italia.
Si queréis escuchar lo que dio de sí la primera semana…
Ciclistas
Tao Geoghegan en el imperio de Ineos
Publicado
2 años atrásen
29 de octubre, 2020Por
Iban Vega

Sobre la suerte de Tao Geoghegan en el Team Ineos no hay nada escrito
Es curioso, lo decía Adrián García en Eurosport tras la victoria de Tao Geoghegan en el Giro, las vueltas que le hemos dado a la tricefalía del Ineos para el Tour y lo que la temporada nos está dando.
Si en Francia, Egan Bernal pasó de puntillas en la defensa de su dorsal uno, sin el concurso de Geraint y Froome, siendo Carapaz su mejor ciclista, en el Giro de Italia el plan a pie cambiado dejó a Geraint fuera de la quiniela casi sin salir de Sicilia y acabó coronando de rosa a Tao Geoghegan en Milán.
No contentos con un cuadro que parece el lado español del de las lanzas de Velázquez, la primera semana de la Vuelta concluye con Ricard Carapaz al frente de la carrera tras un día que nos recordó cuando la ronda hispana se disputaba en abril.
Lo veis, no hemos echado en falta el Tourmalet.
Está claro que Ineos Grenadier come en otra mesa y de otros platos, pero lo de este año está rompiendo los límites naturales de un equipo que años atrás fiaba su suerte al Tour y al resto de carreras no es que fuera a probar, aunque sí con un perfil mucho más bajo.
El Giro más inesperado de la historia tuvo un desenlace acorde al caos y desorden que reinó desde bien entrada la carrera, con los favoritos cayendo en serpentín y el salto de calidad de segundos y terceros espadas que, siendo sinceros, ninguno de nosotros hubiéramos puesto en un pronóstico hace tres semanas.
Un río revuelto que explica en qué nivel se manejan los británicos que vinieron a cambiar el ciclismo para hacerlo a su imagen y semejanza.
Con este Giro, caben once grandes en la vitrina de Brailsford, a saber siete Tours y un par de las otras dos grandes, un botín que se consolida en la décima campaña de los ingleses en todo esto y que amenaza con crecer con su líder ecuatoriano de la Vuelta.
[elementor-template id=»36790″]
¿Qué hará Tao Geoghegan en el Ineos?
Una pregunta en la que no va prevalecer su nacionalidad, ni siquiera su triunfo en el Giro, por que sencillamente está rodeado de estrellas y ciclistas ilustres.
Lo que en cualquier otro equipo te sirve la capitanía en bandeja, aquí te estimula a trabajar con la ilusión de sacar un día la cabecita entre tanto gallo.
Por que una cosa es el guión escrito a priori y otra la realidad, como bien se ha encargado de mostrar este rarísimo año.
En Ineos, las cosas funcionan en otro orden, sólo cabe ver este mismo Giro, en el que Rohan Dennis, un doble campeón del mundo contrarreloj defendió la suerte de su compañero como propia, mientras Filippo Ganna se hizo con cuatro etapas, abriendo la puerta a metas diferentes y más altas en el futuro.
En la Vuelta a España, Richard Carapaz lidera con Chris Froome en labores de doméstico y la sensación de que el ecuatoriano es, ahora mismo, el más fuerte de la carrera.
Lo indecente de la cuestión es que Ineos tiene capacidad de retener a Tao Geoghegan como ganador del Giro para llevarle el año que viene al Tour en labores de doméstico de lujo de quien se decida, como es capaz de traer a Dani Martínez o Adam Yates o mantener una base de gente del tipo Pavel Sivakov, sin menospreciar que Geraint Thomas sigue ahí y es una leyenda en vivo.
Es terrible, una pasada, y Tao supongo que será consciente, aquí hay topes y estos no te los marcan los directores, son tus propios compañeros que además de compartir hotel contigo en las carreras son competencia pura y dura, pues muchos de ellos pueden, en un momento determinado, hacerse valer y sacar palmarés o caché…
Pero ojo, no todo lo fiéis al presupuesto, también hay gestión, cuando la baraja se rompió con el hundimiento de Bernal en el Tour, nos preguntamos ¿hay plan B en Ineos? las semanas nos han demostrado que lo había y que se han sabido recomponer.


El ciclista debería escuchar lo que se dice y se piensa de él


El atropello de Valverde no debería ser otro más


Tour 1983: Cuando Perico fue el loco de los Pirineos


Tour 2022: La justa reivindicación de Yves Lampaert


El Shimano 105 Di2 mejora conceptos de conexión, transmisión, ergonomía y frenado


Tour 2022 para inquietos – vol I


Angel María de Pablos: «Fignon me dio una entrevista en español sin problema»


David de la Cruz: «He crecido en el cambio»


Eduard Prades: «Puedo decir que no he tenido un buen padrino»


Edu Prades y Terres de l´Ebre: «Mis rincones ciclistas»


La desconexión entre el aficionado, Movistar y Enric Mas empieza a ser notable


Tour 1983: Angel Arroyo le dio la vuelta a la tortilla


Tour 1992, eso ya no volverá


Comparar Carlos Rodríguez con Juan Ayuso no sirve de nada


Merano-Apirca: La mejor etapa de nuestras vidas
Más allá de los cuatro imbéciles que sueltan bilis contra los ciclistas en los comentarios de una noticia, deberíamos escuchar a la sociedad y saber qué piensan de nosotros, porque no somos precisamente "miss popularidad entre los que nos rodean
https://joanseguidor.com/ciclista-criticas-seguridad-carretera/
Más allá de los cuatro imbéciles que sueltan bilis contra los ciclistas en los comentarios de una noticia, deberíamos escuchar a la sociedad y saber qué piensan de nosotros, porque no somos precisamente "miss popularidad entre los que nos rodean
https://joanseguidor.com/ciclista-criticas-seguridad-carretera/
Para algunos Gronewegen gana a Van Aert, como éste lo hizo con Pidcok en la Amstel del año pasado #TDF2022
Qué maestro Groenewegen #TDF2022
Galletas Danesas
La fábrica Kjeldsen lleva desde 1933 fabricando y enlatando estas galletas.
"Uno de los productos gastronómicos que más exporta Dinamarca, idearon el formato de lata para mantener su frescura y evitar que se rompieran"
Hoy costurero oficial. 🤣🤣
#TDF2022
Lo + leído
- Enric Mas3 días atrás
La desconexión entre el aficionado, Movistar y Enric Mas empieza a ser notable
- Ciclismo antiguo1 semana atrás
Tour 1983: Angel Arroyo le dio la vuelta a la tortilla
- Ciclismo antiguo2 semanas atrás
Tour 1992, eso ya no volverá
- Ciclismo6 días atrás
Comparar Carlos Rodríguez con Juan Ayuso no sirve de nada
- Ciclismo antiguo4 semanas atrás
Merano-Apirca: La mejor etapa de nuestras vidas
- Ciclismo antiguo2 días atrás
Tour 1983: Cuando Perico fue el loco de los Pirineos
- Ciclismo antiguo1 semana atrás
Para calentar el Tour, de Merckx al vacío francés
- Ciclismo antiguo2 semanas atrás
El deshollinador que ganó el primer Tour