Ciclistas
¿Es Andy Schleck un juguete roto?
Hace tres años, cuando el grupo de los grandes favoritos ascendía el Col de la Madeleine, una conclusión emergió: el duelo del presente, y posiblemente de los siguientes años, sería el protagonizado por Andy Schleck y Alberto Contador. Ambos ciclistas, jóvenes, poseedores del aprecio del público y valientes se fueron a una eternidad del resto en el coloso alpino. Se arrearon recíprocamente, a iniciativa del luxemburgués, hasta la cima. Nadie pudo seguirles. Rememoraron las grandes rivalidades de este deporte. Se habló de Coppi y Bartali, de Hinault y Fingon, de Marckx y Ocaña. Se dijo que se recuperaba una fórmula tan resultona como en desuso para este deporte y todas esas cosas.
Pero el tiempo demostró que las armaduras de los abuelos quedaban grandes a estos dos ciclistas. Alberto Contador por las causas que todos sabemos, el positivo precisamente en ese Tour y sus consecuencias. Andy Schleck por motivos muy diversos aunque confluyentes. Aunque goza de un Tour de Francia en el palmarés, triunfo que no hace suyo y que sí reivindica Contador, curiosamente, la gran carrera francesa está un año más fuera de su órbita.
El año pasado por su lesión, en esta ocasión no sabemos qué pensar. Andy no se encuentra. No ve aquel ciclista que fue tres veces seguidas mejor joven de la Grande Boucle, que protagonizó una tremenda escalada al Galibier, tanto sólo hace dos años, sólo dos. Andy es un corredor que desde entonces sólo genera dos perfiles de titulares, los que hablan de su carencia total de forma o los que retratan un proceder que no es el más profesional.
En la Vuelta a Suiza, Andy Schleck quiere apurar sus últimas opciones de darle a Radio Shack el mejor Tour posible en sus últimos días de patrocinio, pero en Crans Montana vio que los progresos de California no fueron lo que pensó. «Hoy ha sido una decepción para Andy, tenía la esperanza de hacer una buena subida pero no resultó de esa manera. Vamos a intentarlo de nuevo y tal vez con otro plan», dijo su director Kim Andersen.
Andersen fue parte activa del nacimiento de Leopard en 2011. Creo que fue escogido para dirigir por los hermanos Schleck dada su docilidad. Con él al volante la paraje hizo lo que le dio la gana. Dos años y pico después el propietario del equipo Flavio Becca anda loco por deshacerse del mismo por una secuencia de hechos que invita a pensar que aquí no sólo hay mala suerte.
Se cumple un año de la Dauphiné Libéré que vio el inicio de los problemas del pequeño de los Schleck. Si esto fuera tenis, Andy no ha podido defender los pocos puntos que tenía que la cartera y se ha descolgado irremisiblemente de la elite del ciclismo. Cuando anunció que no podría estar en la salida del Tour 2012, lo primero que pensamos que se debía a su obvia dejadez y por tanto retraso en la preparación. Incluso pusimos en duda que estuviera en la Vuelta a España, esa carrera que los grandes que no pueden ir al Tour por lesión o contratiempo, sitúan automáticamente en su calendario, casi sin pensarlo. Un poco como Wiggins esta temporada y eso que no puede haber carrera más inapropiada para el inglés que la grande hispana.
Con los días se vio que su lesión era seria. Ésta se añadió a esa corriente de desgracias más o menos cercanas: desde el positivo de su hermano a la desaparición forzosa de Johan Bruyneel quien debió flipar con el “savoire faire” de los hermanos. La lesión se resistió y ahora la forma, por el motivo que sea, no llega.
Es pronto, Andy tiene 27 años, pero el círculo se estrecha, el tiempo pasa, y los años se cumplen. El pequeño de los Schleck envejece y casi sin percatarse va camino de ser lo que nos peguntábamos al principio: un juguete roto.
Foto tomada de www.vanlooy.es
Ciclistas
Tour: Van der Poel quiere volar «demasiado» alto
Mathieu van der Poel, en el punto de mira por su acuerdo con una empresa de jets privados
Van der Poel vuelve a brillar en el Tour, cumple con lo que esperábamos -dos de dos en Alpecin-.
Yendo unos días antes, pensé en Icaro cuando leí esta noticia, en el momento de saber que Mathieu van der Poel es embajador de una compañía de jets privados.
Es tan inusual esto entre ciclistas que cualquier reacción que haya leído el neerlandés estos días era más que previsible.
Lo que me alucina es que se sorprenda, más cuando ya había oído murmullo cuando llegaba a los circuitos de ciclocross en un deportivo italiano de alta gama o llevaba esos relojes que patrocinan también el UAE.
Seguimos con el cliché del ciclista, como el deportista menos rico de la elite, y quizá sea cierto.
El tema es que al ciclista le ha venido la polémica a ver tras anunciar en Instagram que será embajador de Flying Group, una empresa de vuelos en jet privado.
El anuncio fue breve: “Encantado de compartir que soy embajador de Flying Group, orgulloso de representar a una empresa que está revolucionando la aviación privada”.
La respuesta del público no se hizo esperar: más de 1.100 comentarios, en su mayoría críticos, señalaban la contradicción entre el uso de jets privados y la necesidad urgente de reducir las emisiones contaminantes.
Algunos comentarios iban al grano: “Coge el tren, tío, y da ejemplo” o “¿El cambio climático te parece una broma?”.
Ante la avalancha de críticas, Van der Poel respondió defendiendo su elección: “Entiendo las preocupaciones medioambientales y respeto todas las opiniones, pero también tengo que cuidar mi tiempo, mi salud y mi tranquilidad. Viajar relajado, con menos estrés y menos exposición, me ayuda a rendir mejor y a mantenerme sano”.
Insistió en que el acuerdo no es por lujo sino por rendimiento deportivo: “Este acuerdo no va de lujo, sino de recuperación y de apoyo para rendir al 100%”.
El argumento, aunque pillado, no deja indiferente más cuando afirma que intenta tomar decisiones responsables con el medio ambiente siempre que puede, aunque reconoce que a veces prioriza sus objetivos profesionales.
A pesar de sus explicaciones, los datos no le ayudan mucho: un vuelo privado medio emite 3,6 toneladas de CO2, más de la mitad de lo que contamina en un año entero un ciudadano medio en Países Bajos.
Y un solo trayecto corto, como de Amberes a Alicante, puede emitir 6,29 toneladas de CO2, lo que supone más de 45 veces lo que emite un vuelo comercial por persona.
Mientras tanto, Flying Group se presenta como una empresa comprometida con la sostenibilidad, aunque no publica cifras concretas de emisiones.
Ciclistas
Carlos Rodríguez llega de vacío al Tour
Ciclistas
Pogačar y Vingegaard, otra vez en el Ventoux
Ciclistas
Tour: La diferencia entre Pogacar y Vingegaard es grande, pero no definitiva
Pensar ahora mismo que el Tour está sentenciado para Pogacar ante Vingegaard es precipitado
Ya podéis contar que de aquí a que empiece el Tour, dos semanas y un día, vamos a darle mil vueltas a la diferencia real entre Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar.
Tras lo visto en el Dauphiné, leemos que Jan Bakelants, retirado en 2022, entró sobre el enfrentamiento entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard de cara al Tour.
A través de una columna en el medio Het Laatste Nieuws, Bakelants no dudó en criticar la actitud de Vingegaard, al que consideró superado por Pogacar.
Según el belga, la forma en que Vingegaard se enfrentó a la superioridad de Pogacar en las etapas montañosas de la carrera parecía más una señal de rendición que de competencia.
«La forma amistosa en que Vingegaard aceptó la supremacía de Pogacar se pareció más a izar la bandera blanca que a demostrar que todavía puede hacer que el Tour sea emocionante«, afirmó Bakelants, dejando claro su descontento con el rendimiento del danés.
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