Ciclismo antiguo
El día que casi matan a Stephen Roche
Entre las grandes obras de Stephen Roche, aquel Giro de 1987
Hace 35 años por estas fechas Italia era un polvorín merced al Giro de Italia en el alero entre Stephen Roche y Roberto Visentini.
Roche, el irlandés que días antes había perdido Lieja por chulearle a uno del lugar, Claude Ciquielion, jugó con algo que es sagrado, que es fuego en la bota, los sentimientos de los tifosi.
Era 7 de abril y el Giro se estaba jugando en el seno del Carrera.
El equipo de Davide de Boifava se repartía la maglia rosa entre sus dos líderes hasta que, una vez asentada sobre las espaldas de Roberto Visentini, parecía que la apuesta se tiraría a favor del italiano.
Pero Roche era mucho de asentir y de poco acatar.
En la primera jornada que se terció, camino de Sappada, se mete en el corte bueno y directamente se niega a auxiliar a su líder, Visentini, que llegó unos ocho minutos después.
La maglia seguía en Carrera pero no sobre quien Boifava quería
Roche subía al podio en un ambiente que rozaba lo bélico y se coronaba como gran favorito a la victoria final.
No sabía entonces el risueño irlandés que había prendido la mecha de la ira de la afición.
Al día siguiente aquello que se respiró en el podio se plasmó en la cuneta.
Escupitajos, insultos, casi agresiones, si es que no las hubo, Stephen Roche era una diana
“El peor día de mi carrera” dijo el portador del rosa que además veía como el equipo directamente lo arrinconaba.
Hasta el patrón del Carrera, la marca de jeans, tuvo que aparecer a poner paz en un equipo roto.
Sólo Eddy Schepers, el belga de generosa cabellera, estuvo con Roche.
El resto pasaba directamente, azuzados por la ira de un Visentini completamente desairado.
“Stephen no correrá el Tour” llegó a decir Boifava, hoy esas palabras nos suenan a sueño inconcluso, la realidad tomaría otros caminos, más favorables a Roche quien firmó ese año el triplete que nadie desde entonces ansía igualar: Giro, Tour y Mundial.
La temporada del trébol de cuatro hojas irlandés.
Imagen tomada de http://www.stickybottle.com/
Ciclismo antiguo
Eddy Merckx: 5 motivos
En ciclismo y en el deporte general, Eddy Merckx es símbolo de excelencia
Cuando se habla de ciclismo, pero yo creo que de cualquier deporte, hay un nombre que siempre sale primero: Eddy Merckx.
80 años recién cumplidos, nacido el 17 de junio de 1945, no quería pasar de puntillas sobre una efeméride tan singular.
Y quiero hacerlo justificando por qué muchos consideran el mejor de todos los tiempos, con cinco razones que lo explican muy bien.
1. Ganó más que nadie, en todos los terrenos
Merckx acumuló la increíble cifra de 445 victorias como profesional, además de más de 80 cuando era amateur.
11 + 19: Ganó 11 Grandes Vueltas (cinco Tours de Francia, cinco Giros de Italia y una Vuelta a España), además de 19 Clásicas Monumento, incluyendo 7 veces la Milán-Sanremo.
También fue tres veces campeón del mundo y ganó en pista, en ciclocross, y hasta hizo historia con el récord de la hora. Literalmente, lo ganó todo.
2. El récord de la hora fue su obra maestra
En 1972, después de ganar de todo esa temporada (Giro, Tour, clásicas…), viajó a Ciudad de México sin entrenar en pista ni adaptarse a la altitud, y rompió el récord de la hora, pedaleando 49,431 km.
Al terminar, bajó de la bici y dijo “nunca más”.
Y no hizo falta repetir: su marca duró 12 años, hasta Francesco Moser.
3. Tenía una ambición sin límites: era “El Caníbal”
No dejaba ganar a nadie, ni en las etapas pequeñas.
Una niña, hija de un ciclista rival, lo apodó “el caníbal” porque no dejaba ni las migas.
Aunque sufrió lesiones, como una grave caída en 1969, nunca perdió el hambre de victoria.
4. Perdía, pero volvía más fuerte
Aunque parecía invencible, también fue derrotado por grandes como Ocaña o Gimondi.
Pero siempre volvía con fuerza. Incluso cuando Ocaña lo superó por 8 minutos en el Tour, Merckx remontó con ataques épicos y terminó ganando.
5. Nadie ha repetido lo que él logró
Muchos han ganado Giro, Tour y Vuelta, pero muy pocos dos de ellas el mismo año.
Algunos ganaron las cinco clásicas monumento, pero nadie las ganó todas dos veces y además dominó las grandes vueltas como él.
Su récord sigue intacto.
Por todo eso, Eddy Merckx no fue solo el más fuerte, fue el más completo y hace poco disfrutamos de esta entrevista con él de mano de su hijo Axel.
Y eso, hasta hoy, nadie lo ha igualado.
Ciclismo antiguo
Eddy Merckx en el Giro: cinco triunfos y enormes polémicas
La corona de Merckx en el Giro tiene cinco joyas
Eddy Merckx, para muchos el mejor ciclista de la historia y del Giro, por ende, nació en 1945 en Meensel-Kiezegem, Bélgica.
Dicen que desde los ocho años ya andaba en bici y tenía como ídolo a Stan Ockers, una figura del Tour de Francia.
“El Tour lo era todo para mí”, diría años después.
Su verdadero nombre es Edouard Louis Joseph Merckx y fue ciclista profesional entre 1961 y 1978.
Durante esos años se ganó el apodo de “El Caníbal” porque quería ganarlo todo, y casi lo logró: 525 victorias en su carrera, incluyendo cinco Tours de Francia, cinco Giros de Italia y una Vuelta a España.
También ganó tres mundiales, casi todas las clásicas (menos la París-Tours) y batió el récord de la hora.
Un monstruo en vida.
Merckx y e Giro, binomio lleno de aristas
Su relación con el Giro fue especial: lo ganó cinco veces y dejó huella en cada participación.
En Italia lo adoran casi tanto como en Bélgica.
Eso sí, su carrera no estuvo libre de polémicas.
En tres ocasiones dio positivo en controles antidopaje (fencamfamina, norefedrina y pemolina), aunque él siempre defendió su inocencia.
A pesar de eso, su legado sigue siendo enorme.
Se retiró en 1978 y desde entonces ha recibido todos los honores:
Barón en Bélgica, Comandante de la Legión de Honor en Francia, y el trofeo UCI al mejor ciclista del siglo XX.
Hay velódromos, calles, estatuas, libros, cómics y hasta una marca de bicicletas con su nombre.
De vez en cuando, aún aparece como comentarista en carreras o sólo se deja ver para revuelo del personal.
“El Ogro de Tervueren” no solo está en lo más alto de la lista de los mejores ciclistas de todos los tiempos: es una leyenda viva.