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Cancellara se esculpió un oro
Published
5 años agoon
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Iban Vega
Pues Fabian Cancellara cogió un pedazo de oro, cúbico, de forma cuadrada y aristas desgastadas, redondeadas. Lo miro, lo sondeó, le dio una vuelta, otra, y empezó a cincelar. Picó y picó, pulió por un lado, dio relieve por el otro, dejó impreso el nombre de “Rio2016” y le salió una medalla de oro como una catedral.
Madre mía qué contrarreloj la del suizo, el hombre que no da pedales, directamente maltrata su máquina, en equilibro de fuerza por los lados y vuela por las rutas de Rio, rutas encaradas a un Atlántico que se traga bellos precipicios verdes, que esconden la roca y dan pedigrí al lugar. Cancellara lo bordó. Salió fuerte, se descolgó en el segundo cuarto y lo puso todo en lo sucesivo. La lluvia no fue problema, no para él, que tantas veces se ha caído por arriesgar, pero que esta vez le espoleó a demostrar eso de que las condiciones complicadas no son compatibles con su técnica.
Cancellara, oro, campeón olímpico en vísperas de su retirada. Los grandes se retiran cuando quieren, los eternos lo hacen con un metal colgando del cuello.
Le acompañó Tom Dumolin, sin duda en versión más baja, por todo lo que le ocurrió en el Tour. A ver, que te gane Cancellara no es una deshonra, pero el holandés parecía un punto por encima del suizo en los pronósticos. Tercero, otra vez, como Londres, Chris Froome, quien demuestra que aquello que logró Wiggins no era tan sencillo.
Habrá decepción en la parroquia de los medallistas por la cuarta plaza, por cuatro segundos, de Jonathan Catroviejo. Ni medalla de chocolate, no ostias, es una actuación mayúscula. Castroviejo cuando se dedica a sí mismo rara vez falla. En el mundial se quedó con las ganas, pero en esta ocasión ha corrido contra campeones a temporales, entre otros potros del nivel de Rohan Dennis, año para olvidar, incluida la cabra que se le rompe, Tony Martin, otro que tal, y más lejos Geraint y Kiryienka, corredores que se dejaron algo más que el físico en el Tour para su jefe.
Grande Castroviejo, el ciclista que se dobla sobre sí mismo como una pieza de cartón y vuela. El sábado fue clave para que Purito alcanzara a los fugados, ahora esto. El de Movistar merece un premio gordo cuanto antes, al menos para alimentar esa generosidad que da a otros para sí mismo.
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