Ciclismo de carretera
El Rat Penat, uno de esos muros que cuestionan tu fe ciclista
En las rampas del Rat Penat la palabra desnivel adquiere otra dimensión
Me habían hablado mucho de él, incluso lo intuía cuando ibas por las Costas del Garraf, lo vi cuando la Vuelta lo abordó, recuerdo el triunfo de Imanol Erviti… hablo del Rat Penat.
Es una subida despiadada, que no empieza con sutilezas, en un momento dejas el mar ahí abajo, lejos, con la línea costera que va de Castelldefels a casi el Prat de Llobregat, dirección la gran ciudad.
Luego, cuando salvas las primeras culebras, crees que lo peor ha pasado, pues la carretera ofrece varios descansos, te vendrá la puntilla, con otros rampotes que el Rat Penat despliega para tortura del ciclista.
Bien podemos decir que hasta que no llegas a Plana Novella, hasta las inmediaciones del Monasterio Budista no estás a salvo de su veneno…
Lo hemos subido haciendo eses, pero lo hemos logrado y hemos recordado, punto por punto, la historia que en su día nos trajo Jordi Escrihuela…
Parque natural del Garraf (Barcelona). 7.30 h de la mañana. Estamos en uno de los miradores de la carretera que hemos subido, a unos 200 metros de altura, para contemplar el maravilloso espectáculo de la salida del sol, emergiendo del mar como una gran bola roja, encendiendo el cielo. La observamos en un entorno privilegiado y en primera fila. En apenas tres kilómetros de ascensión ya se aprecia una buena vista del litoral. Abajo, la carretera serpentea, enfilada hacia la montaña. El desnivel es tremendo, el esfuerzo de subir en bici hasta este alto también. Sólo mencionar su nombre causa pánico entre los cicloturistas catalanes. Os presentamos el Rat Penat.
Lo primero que hay que aclarar es su nombre, pues esta impresionante cuesta es conocida de varias maneras: Creueta dels Aragalls, así sale reflejado en los mapas de la zona, Palau Novella, urbanización donde podríamos dar por acabada la subida, Turó de l’Alzina Freda, punto más alto ciclable de la montaña hasta la estación meteorológica y, finalmente, Rat Penat (el murciélago) otra urbanización, al inicio del puerto, que es la que se ha impuesto entre los ciclistas. ¿Será quizás por qué los murciélagos son imprescindibles para situaciones terroríficas?
“Sí, pero… ¿dónde está ubicado exactamente?” Pues está ahí mismo, escondido, cerca de una gran ciudad, a la espera de que cualquier despistado sucumba ante sus fauces o bien combatir al avezado ciclista que intente retarle de igual a igual. Saliendo de Barcelona dirección Castelldefels (¡ni se os ocurra hacerlo por la autovía!) y pasada esta población, en pocos kilómetros, encontraréis el desvío a la derecha hacia el Rat Penat, justo antes de las “cuestas del Garraf”, la famosa, y no menos peligrosa, carretera que nos lleva a Sitges. No os confiéis por el hecho de que tan cerca de la playa, sea imposible que os pueda sorprender puerto alguno a vuestro dilatado y experimentado currículum de cimas conseguidas, y es que el alado habitante está ahí al acecho, delante de ti, y no lo notarás hasta que no hayas entrado en su caverna. Sólo tienes que levantar la vista y contemplar la inmensa mole pétrea que se alza ante ti, que parece surgir directamente del mar.
“Sí, vale, pero… ¿es tan duro como dicen?” Aquí en Catalunya, hasta que no se descubrieron los no menos temibles Pradell o Collfred, era el paradigma de dureza extrema y no eran pocos los cicloturistas catalanes que preferían subir el Turó de l’Home que enfrentarse a sus terribles 5 kilómetros de escalada. Para explicároslo, de nuevo echo mano de mi libro de referencia de altimetrías: Ciclistes! (1994) donde Juan García Ayllón (J.G.A.) nos lo describe así: “490 m de desnivel, 9,8 % de media en 5 km terroríficos, rampas máximas 16-17 %. Como mínimo hay que subir con 42 x 24 y para ciclistas muy bien preparados”. En aquellos años lo normal era llevar un 42, el 39 se usaba poco, el triple aún menos y el compact ni existía. Así que había que probar con lo que fuera.
“Y tú… ¿lo has subido?” Varias veces. He de remontarme al boletín de excursionismo del 94 del Club Ciclista Gràcia. En noviembre había una salida 3 estrellas a Palau Novella donde se recomendaba “portar pinyons grans!” (¡llevar piñones grandes!), cuando en ninguna salida, por dura que fuera, se daba semejante “aviso”, por algo sería… La altimetría, ya sabéis, la pude ver en el libro de J.G.A. y quedé sorprendido tanto por sus rampas como por el hecho de que “aquello” estuviera tan cerca de mi casa, así que me fui a por él, solo, con el desarrollo que llevaba entonces, un 42 por 24.
Con éste había subido a Rasos de Peguera y no tenía ningún miedo, pero afrontando su primera rampa, entrando al auténtico túnel del terror, vi que aquello era muy serio y el pavimento se levantaba por encima de mí con unas cuestas que nunca había visto. Con todo metido pude salvar el primer kilómetro y ver como en tan poco espacio había ascendido lo suficiente para tener el mar ya muy abajo. Impresionante. Seguí avanzando muy despacio, contemplando con incredulidad la diferencia de altura entre una curva y la siguiente. En una de ellas paré, no podía más, el corazón se me salía por la boca y eché pie a tierra. Me acuerdo que coloqué la bici tumbada y ¡casi estaba vertical! Asustado, di la vuelta y pensé que tenía que traer más desarrollo y entrenar más, y no había llegado hasta lo más duro…
Poco tiempo después me hice con un plato de 39 y… ¿sabéis dónde fui a probarlo? Efectivamente. Allí estaba de nuevo con mi “ristra de ajos de 26 dientes” para vencer al murciélago. Lo conseguí, sufriendo como un perro pero lo conseguí. Superé la primera fase, allí donde puse pie a tierra, y seguía pedaleando, ¡seguía! Me disponía a afrontar el tramo más duro de la ascensión, la rampa del mirador del Puig del Martell. ¿Martillo? No, mazo, aquí vive el hombre del mazo, que te noquea y te deja sin fuerzas, un tramo infernal, que pude superar con algunas eses ya que si iba recto la bici me hacía caballito. Una cuesta que todo el que la ha superado no la olvida fácilmente.
Después un pequeño rellano, que me dejó respirar, a la altura del Pla de Querol, en pleno parque natural, en un paisaje rocoso y agreste, desolado, casi lunar, aunque no exento de una exótica belleza. Sin demasiado tiempo en contemplaciones y pasada la oficina del parque, la masía “La Pleta”, tuve que volver a retorcerme para vencer otra curva inhumana en otro tramo durísimo hasta coronar un primer alto “la Creueta dels Aragalls”. Aquí encontré el desvío hacia Palau Novella y a la derecha hacia las antenas y el radar del Turó de l’Alzina Freda, con una barrera para impedir el acceso a los vehículos a motor. Mi idea era seguir hasta Palau Novella, siguiendo el perfil de J.G.A., como así hice, pero hoy sabemos que podemos coronar en bici hasta las antenas a 592 metros de altura, en un par de kilómetros más de dura ascensión, sobre todo en su último tramo –si queréis hacer “Cima”, tendréis que hacerlo hasta aquí arriba para que “cuente” –.
La segunda parte del recorrido no es una subida propiamente dicha, siempre dirección Palau Novella. Este tramo de 5 kilómetros de carretera está un poco peor de asfalto pero es totalmente ciclable y es una divertidísima y durísima sucesión de toboganes o “montañas rusas, donde pasas de 70 a 8 km/h y hasta un 20% de desnivel” (J.G.A. dixit). Así es, el segundo “tobogán” es impresionante y es como si un gran tsunami de asfalto se echara encima, un rampón que lo superas porque vienes lanzado de la bajada pero que luego te “clava” en su tremendo desnivel. Esta pared ha sido utilizada en varios spots publicitarios, por su espectacularidad. Así seguí, por este ”parque de atracciones” hasta llegar a Palau Novella, con su majestuoso palacio señorial del s. XIX donde en 1996 se instaló una comunidad budista. Buen lugar para la reflexión y la paz mental.
Después del “éxito”, volví por donde vine, superando de nuevo los toboganes que, por este lado, también se me antojaron durísimos y, al llegar la bajada, vigilando y siguiendo los consejos de J.G.A. “¡ojo el descenso, muy empinado y peligroso!”.
Fue mi primer estacazo al “murciélago”. Más tarde llegó la salida del club, desconocida prácticamente para todos los integrantes de aquella primera expedición de “matavampiros”. Para mí no lo era. Al llegar, ya subiendo, la sorpresa fue mayúscula entre mis compañeros y muchos se dieron la vuelta echando pestes de la ascensión. La verdad es que pocos llevaban los desarrollos adecuados y el murciélago iba dejando víctimas por el camino. Recuerdo que sólo cuatro valientes y yo aguantamos el tipo y acabamos todo el recorrido en una jornada memorable donde incluso nos llovió, endureciendo la salida aún más. Aquel día me caí en el descenso. No fue nada porque prácticamente iba bajando parado pero en un momento dado no pude sacar el pie de la cala y fui a caer sobre un charco. Un poco ridícula –y húmeda- la caída, pero nada serio.
Otro día “engañé” a mi compañero de entreno, mi amigo Jordi L., y le dije “ven, que te enseñaré una subidita que te gustará”. Sus comentarios “irreproducibles”, cuando bajé a buscarlo, después de haber coronado “sólo” hasta la Creueta, y comprobar que me estaba esperando en el Martell, donde se había quedado clavado. El desafío casi me cuesta su amistad. Suerte que luego lo pudimos arreglar delante de unas cervezas en el vecino y bonito pueblo del Garraf, comentando la jugada.
Después he vuelto varias veces más. Sí, ya lo sé, no tengo remedio, pero es que estos puertos me van. Eso sí, lo he hecho más preparado con mi compact y subiendo dignamente, como en el caso de hoy, que lo he hecho antes de escribir estas líneas y llevando encima un GPS y comprobar cómo en el mirador del Puig del Martell me marcaba un 23%, algo que no sabía cuando subí las primeras veces, pero que realmente te deja bien a las claras porque este tramo se hace tan duro y penoso. También he podido “visualizar” un 19% después de “La Pleta” y un 20% al final, tocando las antenas, dando la razón a las nuevas altimetrías que del “murciélago” se han publicado.
Anécdotas y comentarios sobre el Rat Penat podéis encontrar a patadas, porque cada subida individual es una historia en sí misma, gente que lo ha ascendido con triple plato, con BTT, con 39 x 26, con compact…a 5 km/h –se va más rápido andando– haciendo eses o caballitos, o simplemente andando o se han dado la vuelta, pasando por fieras que lo han hecho con 39 x 23. Cicloturistas que han definido el tramo del mirador como infernal, descomunal, el tramo más duro que han subido nunca “sufriendo como un condenado”, pasando por los que no quieren volver nunca más, los que en sus rampas han probado las sensaciones –y platos y piñones– en una subida extrema para preparar sus retos, y los que no ponen pie a tierra “por dignidad”. También son muchos los que han caído descendiendo la zona del mirador y es que la bici se embala rápidamente, así que ¡ojo! y tened cuidado.
A los vehículos motorizados no les va mucho mejor la cosa. Dicen que los camiones no pueden subir a plena carga, que han de dejar la mitad a pie de puerto y luego volver para hacer un segundo viaje, y los coches, en invierno y con hielo, las pasan canutas para poder subir en primera. Son historias del Rat Penat, que espera que tú también vengas y nos lo cuentes.
Ciclismo de carretera
El recorrido del Giro 2025 a una semana de la presentación
La Finestre pinta a ser la gran estrella del recorrido del Giro 2025
Aunque quede una semana escasa para su presentación, hemos localizado un compendio de toda la rumorología sobre el recorrido del Giro de Italia 2025 que hemos querido traer a este al anillado cuaderno.
El tan esperado recorrido del Giro de Italia 2025 es el último de las tres grandes en presentarse, en un momento que no parece sencillo para el organizador, con la salida desde Albania en el alero mucho tiempo y el tema económico que quizá no resulta como esperaban,
En todo caso, permitirme daros ciertos detalles las que serán las 21 etapas del recorrido del Giro de Italia 2025… y a ver cuántas cosas cumplen con nuestra carta anticipada a los Reyes Magos.
1ª etapa: Durazzo/Durrës – Tiranë/Tirana (164.0 km)
La etapa comienza con 70 km planos, seguidos por una subida de 13.5 km al 5.2% en Gracen. Luego, una larga y compleja bajada lleva a Tirana, donde se pasa por meta. Después se repiten dos vueltas en un circuito con la subida de Surrel (5.1 km al 5.3%), con pendientes más intensas en el primer kilómetro. El final está marcado por una descienda técnica antes de la meta.
2ª etapa: Tiranë/Tirana – Tiranë/Tirana (Cronometro individual – 13.7 km)
La crono comienza en Piazza Skënderbej y transita por los principales viales de la ciudad, con una ligera dificultad a mitad de la prueba por la subida de Sauk (1.3 km al 6.2%).
3ª etapa: Valona/Vlorë – Valona/Vlorë (160.0 km)
Etapa con numerosas subidas cortas y duras, incluyendo el ascenso al Paso de Logara (10.7 km al 7.4%) antes de una bajada complicada hacia el mar. La etapa es exigente y favorece a los escaladores, aunque el final se suaviza y es adecuado para algún velocista.
El primer lunes de carrera será día de descanso
4ª etapa: Alberobello – Lecce
Etapa plana que podría ser apta para velocistas, pero con viento salentino que podría dificultar los esfuerzos. Probablemente se pasará por Brindisi.
5ª etapa: Ceglie Messapica – Matera
Una etapa que concluye en Matera, famosa por sus Sassi, con una leve ascensión para llegar a la ciudad. Podría incluir subidas como Miletto o Montescaglioso.
6ª etapa: Potenza – Napoli
Etapa que parte de Potenza y atraviesa Caivano antes de llegar a Nápoles, en cuyo entorno siempre se ve buen ciclismo.
7ª etapa: Castel di Sangro – Tagliacozzo (Marsia)
Primera etapa de montaña, con un recorrido exigente que incluye subidas como Roccaraso, Campo di Giove y el Valico della Forcella. La subida final a Marsia es muy dura.
8ª etapa: Giulianova – Castelraimondo
Típica etapa de media montaña, posiblemente con una ascensión a Sassotetto o Crispiero, con un final exigente.
9ª etapa: Gubbio – Siena
Etapa clave para la clasificación general con sectores de tierra, como el Colle Pinzuto, y un final duro en el muro de Santa Caterina en Siena. Salida y llegada en ciudades increíbles.
10ª etapa: Lucca – Pisa (CRI)
Una crono de 30 km con salida en el centro de Lucca y llegada en Piazza dei Miracoli en Pisa. El único obstáculo es un ligero falsopiano hacia el Foro de San Giuliano.
11ª etapa: Viareggio – Castelnuovo ne’ Monti
Etapa montañosa que incluye la subida al San Pellegrino en Alpe. Podría incluir el paso por Frassinoro y Montefiorino, antes de un final duro en la Pietra di Bismantova.
22 de mayo – 12ª etapa: Modena – Viadana
Una etapa que recorre las colinas de Canossa, con ascensiones a varios castillos, entre ellos el de Carpineti, con un final llano.
13ª etapa: Rovigo – Vicenza (Monte Berico)
Etapa dura, con final en el Monte Berico tras recorrer los Colli Berici.
24 de mayo – 14ª etapa: Treviso – Nova Gorica
Etapa transfronteriza con salida en Treviso, atravesando las colinas del Collio antes de entrar en Eslovenia y terminar con un circuito en Nova Gorica, que podría incluir el duro ascenso a Kostanjevica.
15ª etapa: Fiume Veneto – Asiago
Etapa que incluye el Monte Grappa desde el versante de Semonzo, el Muro de Ca’ del Poggio y una ascensión hacia Asiago. Una etapa difícil para escaladores.
16ª etapa: Piazzola sul Brenta – Brentonico (San Valentino)
Etapa reina con un recorrido exigente hacia San Valentino de Brentonico, pasando por el Paso Santa Barbara. Una etapa muy dura con subidas previas.
17ª etapa: San Michele all’Adige – Bormio
Etapa corta pero intensa, con el Mortirolo desde Monno como la principal dificultad antes de la subida hacia Le Motte.
18ª etapa: Morbegno – Cesano Maderno
Se espera que sea una etapa destinada a los velocistas, sin ascensos importantes, lo que la hace una jornada relativamente tranquila para la mayoría de los ciclistas.
19ª etapa : Biella – Champoluc
La última etapa del fin de semana comienza en Biella, cruzando el Valle de Ayas hasta Champoluc. En este caso, el recorrido presenta tres ascensos: Col Tzecore, Col de Saint Pantaléon y Col de Joux.
20ª etapa: Verrès – Sestriere
El gran final del Giro 2025 se lleva a cabo en Sestriere, tras la desafiante ascensión al Colle delle Finestre, que será la Cima Coppi de la edición. La etapa comienza en Verrès y sube al Colle del Lys antes de alcanzar la subida final hacia Sestriere. Esta etapa será crucial para la clasificación general, ya que probablemente decidirá al campeón de la carrera.
21ª etapa: Roma – Roma
La última jornada del Giro de Italia se celebrará en Roma, con una etapa para velocistas.
Se está considerando la posibilidad de que el Vaticano sea parte de la ruta, ya que 2025 será un año jubilar, lo que podría agregar un toque especial a la ceremonia de clausura.
¿Os podéis imaginar un mejor final de fiesta?
Ciclismo de carretera
Ciclismo: Los cambios que el 2025 trae al reglamento
El nuevo reglamento matiza pero deja lagunas para el nuevo año de ciclismo
Hemos leído uno de los tweets de Flamme Rouge para desvelar ciertos cambios en el reglamento del ciclismo que tendremos el nuevo año nos trae.
On 23/12, the UCI published two documents summarizing the new rules effective from 1/1/2025. As usual, let’s review the main points in this thread. pic.twitter.com/YENx7IR9WC
— La Flamme Rouge (@laflammerouge16) December 27, 2024
Ahí va un breve resumen y algunas consideraciones:
Zonas para avituallar
Las zonas de avituallamiento a pie son obligatorias y estarán señalizadas cada 30-40 km. Contarán con personal con licencia UCI, vestido con la equipación del equipo, y deberán permanecer detrás de una línea marcada al borde de la carretera.
Esto será interesante de seguir en ciertas clásicas donde, como nos dijo una vez Fran Ventoso en Flandes, los equipos recurren a voluntarios que les brindan apoyo a lo largo del recorrido. Este apoyo no solo incluye comida, sino también ruedas para solucionar pinchazos.
De esta manera, se prohíbe el avituallamiento a pie fuera de estas zonas, aunque el avituallamiento desde el coche seguirá estando permitido en todo momento.
Sobre la zona de seguridad de los 3 kilómetros…
No se neutralizarán los accidentes que involucren a un solo corredor, como ocurrió con Roglic en el Tour. Sin embargo, la UCI puede extender la aplicación de esta regla dependiendo de las circunstancias.
Si un corredor se cae solo, incurrirá en tiempo perdido, incluso si el incidente ocurre en los últimos tres kilómetros de la etapa.
Sanciones por infracciones en sprints
Los ciclistas que desaceleren peligrosamente o cambien de dirección abruptamente dentro del pelotón serán penalizados severamente. Las sanciones incluyen la pérdida de puntos en las clasificaciones de etapa.
En este ciclismo obsesionado con sumar puntos, esto puede causar daño. Sin embargo, podría ser más efectivo expulsar directamente de la carrera a quienes, después de cumplir su trabajo, se apartan de manera peligrosa.
Sistema de tarjetas amarillas
Llega la iconografía futbolística con toda su carga simbólica y consecuencias inmediatas:
- Dos tarjetas amarillas en el mismo evento: descalificación y suspensión de 7 días.
- Tres tarjetas amarillas: suspensión de 14 días.
- Seis tarjetas amarillas: suspensión de 30 días.
Las suspensiones que no impliquen descalificación inmediata comenzarán al final del evento.
Nueva regla de seguridad en sprints y condiciones climáticas adversas
Se introduce un «coche de seguridad» para neutralizar carreras en condiciones meteorológicas adversas.
En estas situaciones, los ciclistas deberán reagruparse detrás del coche del jurado y mantener un ritmo lento mientras se toma una decisión.
Se da un paso hacia una mayor claridad: cuando salga el coche de seguridad, todos deberán detenerse. Sin embargo, seguimos sin un marco claro que determine cuándo suspender una carrera y cuándo continuar.
Aunque hay otras consideraciones, no creo que sean tan relevantes como las explicadas. El ciclismo evoluciona, y su reglamento lo acompaña. Otra cuestión es lo que realmente resulta de estos cambios, ya que, al final, la decisión sigue quedando en manos de la subjetividad de un árbitro. Esto es comprensible, pero al mismo tiempo mantiene viva la polémica, como una hoguera que languidece y revive constantemente.
Romper este círculo vicioso no es sencillo. Entiendo que estos pasos buscan avanzar en esa dirección, pero, a veces, da la sensación de que las decisiones van más lentas que la propia realidad de los hechos.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Ciclismo
¿Cómo elegir tu bicicleta de carretera?
Hay una bicicleta de carretera para cada tipo de ciclista
Llega el momento de dar el paso, mirar una bicicleta de carretera, meterse en el mundillo maravilloso e infinito del ciclismo y queda la duda ¿qué bicicleta miro?.
Escoger una bicicleta de carretera parece una tarea complicada, pero en esencia no lo es si se hace en los pasos adecuados. Por ejemplo, habéis pensando en haceros un estudio biomecánico, sé que pudo sonar a extravagancia hace un tiempo, pero actualmente es una previa muy útil para iniciar el proceso de compra de una bicicleta de carretera.
Pensad que en un estudio de biomecánica se afina la calidad de la pedalada, la postura, la comodidad, y en definitiva el nivel de felicidad al salir en bicicleta, pues unas buenas medidas y geometrías protegen la espalda, las rodillas, la cadera… todo.
¿Para qué quiero la bicicleta?
Luego viene la pregunta sobre el uso y objetivo de la nueva bicicleta. Hay que mirarse y ser sincero con uno mismo, ver qué se pretende de la misma: volar en el llano, arriesgar en el descenso, subir como un pájaro, hacer todo a la vez o, simplemente, salir a jugar y disfrutar.
Entrar en una web de bicicletas de carretera ya facilita mucho las cosas y permite responder a esas preguntas.
Bicicletas aero para restar segundos
Si tenemos un animal competitivo dentro, si cada salida es una prueba a muerte de nuestro amor por el ciclismo y la exploración de nuestros límites ahí están las bicicletas de carretera aero, esas que te permiten acoplarse 100 x 100 a la máquina para cumplir con las medias más exigentes.
Son bicicletas de geometría agresiva y sillín alto respecto al manillar, ojo que esa inclinación acentuada que pone a prueba las lumbares. No es sencillo domarla, es nerviosa en las curvas, en los descensos pide caña y agresividad, trazada con cierto riesgo y en los llanos invita a volar.
Hacerse con una de ellas, implica estado de forma importante y un buen “core” para poder sacarle todo el jugo.
Suelen ser la bicicletas que vemos por la televisión en el World Tour. Las utilizan las estrellas porque nacieron para machacarlas, su diseño es aerodinámico hasta el más mínimo detalle y las últimas ya vienen con todo integrado: cambio eléctrico, cables de freno por dentro del manillar y el cuadro.
Son, a la vista, las más espectaculares.
Bicicletas racing para conquistar montañas
Pero hay vida más allá del rendimiento. Entramos en las bicicletas de carreras de toda la vida, bicicletas racing que también podríamos llamar escaladoras: su postura no es aerodinámica, el ciclista va más alto, puede cogerse de la parte alta del manillar y desplegar habilidades ante uno de los escenarios más queridos por el buen ciclista: la escalada.
Son bicicletas que se remontan a una geometría más clásica, aparecen finas y desnudas, desprovistas de todo aquello que no sea necesario tener, porque ponen acento en el peso, igual que en los desarrollos, pensados para trepar y trepar sin más objetivo que ganarle metros de desnivel a cada salida y acabar el día sabiendo que has hecho un trabajo de calidad.
Bicicletas sport y gran fondo, las más cómodas
Cuando decimos sport, hablamos de bicicletas que buscan meter el gusanillo del ciclismo al aficionado. Acostumbran a ser cuadros de aluminio y en ocasiones con horquillas de carbono. Su geometría es cómoda, no implica posiciones forzadas y busca que las primeras salidas en bicicleta sean “disfrutonas”.
Un paso más allá, las bicicletas de gran fondo se piensan para los coleccionistas de kilómetros y grandes salidas. La palabra vuelve a ser comodidad, con un manillar que no implica ir recostado, y con una geometría en la que no importa el rendimiento ni la aerodinámica.
Cabe señalar que, desde hace unos años, en todas las versiones que hemos ido comentando, las marcas incorporan su gamma femenina, con geometrías y disposiciones pensadas para que las mujeres saquen todo el provecho a su máquina.
Bicicletas de triatlón, de pista, eléctricas…
Aunque minoritarias, las bicicletas de triatlón tienen la facultad de no dejar a nadie indiferente. Pensadas para rodar muy rápido, el acople del ciclista sobre las mismas es total, con la incorporación de un manillar de triatleta, la famosa “cabra”, y una posición tan forzada como aerodinámica sobre la máquina.
Las bicicletas de pista podrían ser el kilómetro 0 de la evolución de este maravilloso invento. Sin desarrollos, piñón fijo, sin cables de freno, están desnudas a nuestros ojos, solo cuadro, manillar, ruedas, pedales y cadena. Son perfectas para rodar en la elipse del velódromo, pero también inspiran las fixies que tantas veces vemos por las calles de ciudades eminentemente planas.
Y es que por las ciudades, crecen y de qué manera, también las bicicletas eléctricas, pensadas para añadir poder a cada pedalada y que han servido para que tantas personas que se habían “descolgado” del ciclismo vuelvan a rodar en sus grupetas de toda la vida.
Ya lo veis, hay tantas bicicletas, como personas quieran probarlas, montarlas y disfrutar, la bicicleta es democrática, vale para todo y para todos, sólo es cuestión de montar y echar a andar.
Ciclismo de carretera
Ruta Cicloturista Transcastelló: Ciclismo por el 100% de Castellón
El mejor ciclismo por el corazón de la Provincia de Castellón
Los amantes de la bicicleta y el ciclismo tienen en la Ruta Transcastelló una de las rutas más atractivas de ciclismo del arco mediterráneo. Un recorrido circular que transcurre por espectaculares parajes naturales a lo largo de un recorrido de más de 500 kilómetros que también acercan al ciclista al patrimonio histórico y cultural de la provincia de Castellón.
La provincia de Castellón se ha convertido en todo un punto de referencia para los aficionados a la bicicleta. La provincia más septentrional de la Comunidad Valenciana ofrece una diversidad de paisajes y una rica cultura que la convierte en un destino ideal para los amantes del ciclismo tanto de carretera como de montaña. Un marco perfecto que se acompaña del suave clima Mediterráneo durante la práctica totalidad del año idóneo para la práctica del ciclismo.
Y especialmente éstos últimos encuentran en las pistas y sendas castellonenses un amplio abanico de alternativas dada la escarpada orografía que tiene un territorio plagado de parques naturales y entornos naturales únicos. En este escenario se encuentra la Ruta Transcastelló, un recorrido circular de más de 500 kilómetros que atraviesa tanto montañas como llanuras, brindando una experiencia única para ciclistas de todos los niveles. Una ruta que no solo permite descubrir la naturaleza en su estado más puro, sino también explorar el patrimonio histórico y cultural de los pequeños pueblos que salpican cada una de sus comarcas.
Ruta Cicloturista Transcastelló; un desafío apto para todos
Bajo el amparo del Patronato de Turismo de Castellón, la Ruta Transcastelló nació con el objetivo de promover el cicloturismo en la provincia y fomentar el contacto con el entorno natural de una manera sostenible. Para ello se diseñó un trazado con el objetivo de unir las principales áreas de interés natural y cultural, para convertirle no sólo en un reto deportivo, sino también una oportunidad para conocer los secretos mejor guardados de la provincia.
Se trata de una travesía diseñada para ser accesible a ciclistas de todo tipo de condición física. A pesar de contar con un trazado predeterminado, esta ruta no cuenta con un punto de salida y llegada fijo, si no que se puede empezar y finalizar en cualquiera de sus puntos de paso, de manera que sea el propio deportista el que escoja una única etapa a recorrer, encadenar varias de ellas o, para los más experimentados, hacerla en su totalidad.
Además, existen numerosos servicios a lo largo del recorrido que facilitan la experiencia del cicloturista. Desde alojamientos rurales hasta talleres de reparación de bicicletas, la provincia de Castellón está bien preparada para recibir a los amantes de las dos ruedas. Además, el apoyo local, sumado a la creciente popularidad del cicloturismo, ha hecho que la Ruta Transcastelló se consolide como una de las principales ofertas turísticas de esta privilegiada zona mediterránea. Y todo ello pasando por entornos de alto valor natural y paisajístico como el Desert de les Palmes tan cercano a Castellón y Benicàssim, la sierras de Irta, Valldangel y Espadáb, la comarca de Els Ports o el macizo del Penyagolosa, entre otros.
Un recorrido a medida de cada ciclista
De esta manera, la Ruta Transcastelló ofrece un amplio abanico de posibilidades al ciclista que quiera disfrutar de una simple jornada o a aquel que quiera emprender una auténtica aventura. Algo que se puede afrontar sin problemas y sin llevar un abultado y pesado equipaje a cuestas, gracias a las numerosas localidades que atraviesa, con todo tipo de servicios y comodidades.
No obstante, y a pesar de no contar con un punto de salida y meta fijo, si que se puede delimitar una serie de etapas a recorrer. Una serie de etapas que no disponen de señalización propia pero si que se pueden seguir a través de un track que completa un atractivo recorrido circular. Así pues, y dado su carácter libre que permite al ciclista abordarla de forma autónoma, cada usuario puede decidir donde empezar esta aventura de forma personalizada.
Tomando como hipotético punto de partida la localidad de Benicàssim, la Ruta Transcastelló se adentra al corazón de la provincia rumbo a poblaciones como La Pobla Tornesa, Vilafamés o San Joan de Moró en plena comarca de la Plana Alta. Un primer tramo se caracteriza por su suavidad, con pendientes ligeras y paisajes que van tornándose más agrestes conforme se avanza hacia las montañas.
Algo que el ciclista se encontrará de manera paulatina de camino a Ribesalbes, Toga y Fuentes de Ayódar, en dirección al interior de la provincia de Castellón, antes de emprende un giro hacia el norte rumbo a Zucaina. Aquí, el ciclista ya se encontrará inmerso en el Alto Mijares con las cumbres del Penyagolosa como siguiente punto de referencia.
Desde este punto la ruta continuará hacia el norte de la provincia hacia Vistabella del Maestrat, Villafranca del Cid y Morella como parada obligatoria para disfrutar de uno de los pueblos más pintorescos y mejor conservados de la provincia de Castellón en un entorno inigualable y una gastronomía exquisita.
De camino a la costa, los aventureros pasarán por Catí, Tirig o Sant Mateu o ya en la comarca del Bajo Maestrazgo, con rumbo a Peñíscola, para volver a pedalear junto al Mediterráneo hasta Alcossebre. A partir de ahí la ruta volverá de nuevo al interior para pasar por Coves de Vinromà, Vilanova d’Alcolea y Cabanes, para enfilar de nuevo camino a Benicassim.
Toda una aventura a media de cada ciclista que se presenta como la mejor invitación a descubrir una provincia diversa y rica en historia, cultura y naturaleza, a través de rutas, pistas de lo más variadas, que convierten a la Ruta Transcastelló en un punto de referencia para todo amante del ciclismo.
La presente actuación se enmarca en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, financiado por la Unión Europea-Next Generation-EU. Esta ayuda se incardina en el Componente 14 Inversión 1 del Plan de Recuperación, denominado «Transformación del Modelo Turístico hacia la Sostenibilidad”.
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