Vídeo
¿Qué pide un sponsor?
Publicado
7 años atrásen
Por
Iban Vega

¿Qué pide un sponsor?, ¿victorias a cualquier precio? no
¿Una buena imagen? quizá
¿Dar que hablar? seguro que sí.
Mirad la felicitación navideña del Team Sky. Nuestro amigo, Jesús Ruiz, el presi de CC Sant Boi, puso este vídeo el miércoles en su muro de FB, acompañado del siguiente comentario:
Para los que piensen que el esponsor es ese ente al que se le pide dinero en enero y se le vuelve a ver al año siguiente en el mismo mes contándole batallitas y victorias ( si las hubiere) .
Estos equipos, aunque estén en otra dimensión, demuestran que cuidar, mimar y trabajar la marca es la mejor forma de mantenerla al lado del ciclismo. Las victorias seguramente, en orden de relevancia publicitaria, vayan detrás.
Pues eso, que Feliz Navidad
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Ciclismo antiguo
Francesco Moser, “signore Roubaix”
Publicado
10 meses atrásen
2 de octubre, 2021Por
Iban Vega

En la leyenda de Moser, Roubaix es un lugar esencial
La historia es caprichosa, como muchas veces hemos dicho, y situamos a corredores en nuestro imaginario en una faceta que, aunque siendo cierta, no es la única que vistió su leyenda, sucede con Moser y Roubaix.
Por eso cuando la imagen más divulgada de Francesco Moser es la de ese ciclista ancho, profunda mirada, pelo negro, angulada cara y perfil corpulento, sobre la rompedora máquina con la que destrozó el récord de la hora en las altitudes de Ciudad de México, sólo es eso, una faceta, un perfil ideal, una forma de recordar un corredor que fue mucho más y logró mucho más.
Moser también tiene un Giro, el de 84, una carrera marcada por las múltiples influencias que concurrieron para que ganara un italiano ante la insolente juventud que despertaba de Laurent Fignon, que a todas luces fue el ganador moral de aquella carrera. Público hostil, helicópteros que empujaban en las cronos,… Moser tenía que ganar por lo civil o lo criminal. Así lo hizo.
Pero hay una tercera faceta, conocida aunque quizá menos por muchos, las clásicas, y es que Francesco Moser, ese ciclista de porte elegante, rodar agresivo y tremenda ambición, tiene en su palmarés nada menos que seis monumentos: tres Roubaix, dos Lombardías y una San Remo, un botín que le sitúa entre los mejores de siempre, especialmente en el Infierno del Norte, donde sólo le superan De Vlaeminck y Boonen.
De hecho Moser es el tercer mejor ciclista del mundo sobre los afilados adoquines encadenando, y eso sí que es difícil, por lo imprevisible de la carrera, tres triunfos consecutivos, logrados en un tiempo en el que las clásicas tenían grandes nombres de todos los tiempos, aunque especialmente uno, Roger De Vlaeminck, ese que llamaban el Gitano, que nunca tuvo amigos, ni siquiera en su propio equipo.
Así las cosas en la Roubaix del 78, Moser, arco iris a la espalda, arco iris que ganó en Venezuela, se presentó ante “Monsieur Roubaix” como alternativa ganadora a la mejor carrera del año.
El italiano, listo como el hambre, jugó sus bazas sin esperar instrucciones del gran jefe. Realizó dos ataques, primer a 23 de meta y luego a 18 para romper la resistencia de Maertens y Raas, mientras el influjo de De Vlaeminck se hacía notar.
Moser llegó solo al velódromo y De Vlaeminck echaba fuego. “Este tipo es un desagradecido” escupía por esa boca que no dejaba indiferente, como cuando dijo que las cuatro Roubaix de Boonen tenían menos mérito que las suyas.
Cabreado, el gitano cambió de equipo, a sabiendas que su tiempo, aunque glorioso, era caduco frente a las hechuras del joven Moser.
El belga al Gis, Moser en el Sanson.
En 1979 le ganaría por la mano otra Roubaix, dejándose segundo, sintomático.
Al año Francesco renovaría la corona en el infierno tras reaccionar a un ataque de largo radio protagonizado por Thurau. Moser arrastró a su sombra, De Vlaeminck, y a Duclos Lasalle. Les acabaría dejando. Era la tercera.
Pero si Roubaix fue el foco de su enemistad con De Vlaeminck, Lombardía fue otra de las cabezas de esa hidra de mil cabezas que fue su relación con Giuseppe Saronni.
En una rivalidad que para Italia era reverdecer los tiempos de Coppi y Bartali, Moser y Saronni entablaron su enemistad desde el momento que corrieron juntos el mundial haciendo de todo aquello que compitieran un corralillo de gallos enfermizos.
En ese clima se corría en la Italia a caballo entre los setenta y los ochenta y en ese clima Moser se llevó dos Lombardías, uno de ellos delante de Hinault, y San Remo, entrando solo en la Via Roma, tras desplegar toda su sabiduría en el descenso del Poggio.
Ciclismo antiguo
El rosa en problemas: Cuando Oropa puso a prueba la fe de Indurain
Publicado
1 año atrásen
28 de mayo, 2021Por
Iban Vega

Ningún líder está exento de sustos como el de Indurain en Oropa
Cuando Egan Bernal se escondió bajo el cobijo de Dani Martínez en Sega di Ala, muchos fantasmas ya vividos y vistos, la maglia rosa en problemas, algo que vimos por primera vez en Oropa cuando Indurain ante los ataques de Piotr Ugrumov.
El Giro caminaba sin novedad hacia Milán. El dorsal número uno Miguel Indurain había sorteado con suerte jornadas realmente dantescas, como la maratón dolomítica que acabó en Corvara Alta Badia, el día que Claudio Chiapucci ganó la etapa pero que el navarro con el rosa incrustado se hizo fuerte en la general.
Ese día un ciclista siempre merodeaba la parte baja del primer ruso. Era letón. Vestía azul con franjas amarillas en el centro de maillot. Se quedaba en los repechos, recuperaba en los descensos que les seguían. Corría para el Mecair, el equipo que recogió el testigo del Ariostea de Cassani, Riis y Argentin y puso la simiente del Gewiss, al año siguiente. Era Piotr Ugrumov, un ciclista despoblado de cabellera, con pasado en el pelotón español. Un ciclista callado pero incisivo, un ciclista con visos de cambiar el paso, de hombre destacado a capo de la general, estaba quieto, discreto, hasta que llegó Oropa.
#DiaD 12 de junio de 1993
El Santuario de Oropa es una elevación al norte de la ciudad de Biella, con B, a diferencia de la capital aranesa, que se define como uno de los lugares sagrados de la Lombrdía. No es muy alto, tampoco el más duro, pero en el filo del fin de semana final de una gran vuelta, cualquier tachuela hace daño y Oropa puede obrar el “milagro” de ver caer la torre más alta.
La carrera no tiene mayor interés, más allá de una escapada compuesta por ciclistas de caché, entre otros Gianni Bugno, que poco a poco comprueba que las generales de la agrandes vueltas van a ser un quimera para sus posibilidades. De ese corte surge Massimo Ghirotto, otro ciclista de escaso pelo en la testa, que sale victorioso de un duelo que incluye interesantes nombres, Abelardo Rondón, Marco Giovanetti y Laurent Madouas.
Por detrás el pelotón inicia la escalada con Moreno Argentin en maestro de ceremonias. El otrora campeón del mundo en Estados Unidos va fresco, exhibe poder en la pedaldada y sobretodo una clase de esa que viene de serie en el ciclista. Argentin aprieta el ritmo desde abajo, su acción, dada la solidez del líder, que acababa de ganar en cronoescalada de Sestriere, parecía sin sentido, pero tenía, vaya si lo tenía.
De repente emerge Ugrumov, son varios intentos, cambios de ritmo bruscos, una subida a tirones, un auténtico látigo sobre la espalda de la maglia rosa. Uno, dos, tres y… cuatro. Indurain va incómodo, coge el manillar por abajo, se inclina tanto que parece besar el ángulo de su potencia. Ugrumov se va, no queda mucho para meta, pero es un momento crítico. Más cuando Chiapucci, Roche y Tonkov superan al navarro.
En meta Ugrumov saca de donde no hay para embolsarse medio minuto que es insuficiente en la práctica, pero simbólico en el ánimo. “Le falta ser más agresivo” dicen algunas leyendas del pasado. Indurain admite que la crono le pesó en exceso pero puntualiza “nunca vi perdida la carrera” y eso era lo que realmente le importaba. Estaba en el arco de su segundo Giro.
Imagen tomada de Rueda Lenticular
Mathieu Van der Poel
#PodcastJS Un Van der Poel-Van Aert es un duelo que vale por mil
Publicado
1 año atrásen
10 de febrero, 2021Por
Iban Vega

A lomos de los dos ciclistas que no se quitan de la primera línea
La actualidad ciclista pasa en gran parte por las roderas que Mathieu Van der Poel y Wout Van Aert dejan al paso de sus duelos.
Una rivalidad de la que no tenemos precedentes hasta donde nos alcanza la memoria, pues hablamos de dos chavales de veintipico años que llevan dándose cera desde tiempos de juveniles, si no antes.
Hemos invitado a nuestro amigo de Ciclo21, Nico Van Looy, cuyo apellido le delata como un perfecto conocedor, admirador y seguidor de estos dos talentos para descifrar qué nos han dado, qué nos dan y qué nos podrán dar Van der Poel y Van Aert en el duelo más íntimo que hemos tenido la suerte de vivir.
Ciclistas
#PodcastJS Pello Bilbao, la excelencia del gran fondo
Publicado
2 años atrásen
5 de febrero, 2021Por
Iban Vega

Pello Bilbao tiene motivos para querer que las cosas vengan poco a poco
Ocurre con Pello Bilbao que lo mejor es lo que no vemos, y cuando hablas con él un rato, en la calma de la pretemporada y al rubor de las olas del Mediterráneo, te explica los entresijos de un oficio cuyos trazos no distinguimos en la televisión.
Diez años ya de este ciclista nacido en Gernika que salió de ese enorme vivero cuyos frutos aún perviven, como fue la primera versión del Euskaltel.
Por eso no nos resistimos en preguntarle por la posible suerte en el Tour de un ocho como el formado por Mikel Landa (Bahrain), Ion Izagurre (Astana), Pello Bilbao (Bahrain), Gorka Izagirre (Astana), Jon Aberasturi (Caja Rural), Mikel Nieve (Team BikeExchange), Jonathan Castroviejo (Ineos) y Romain Sicard (Total).
Os puedo asegurar que piensa que muy lejos de los mejores no rodarían.
Fondo, gran fondo, eso es Pello Bilbao, un ciclista que habla con hechos y emerge cuando el resto entra en el túnel del dolor de kilómetros y las alturas, un comodín que puede ganar grandes etapas pero también optar al podio del Giro de Italia, la carrera que empieza a conocer con detalle.
De su suerte, de la campaña que fue y podrá ser, Pello Bilbao mantiene la la calma, sabe que el año se nos viene encima no va a resultar sencillo y si el confinamiento le enseñó algo es que mejor poco a poco y ya se irá viendo, como en la vida.
Imagen: FB de Team Bahrain
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En la previa de la celebración de las dos Vueltas, la masculina y femenina, Javier Guillén nos vende los motivos por los que tenemos que pasarnos estas tres semanas pendientes de lo que sucede en la Vuelta Ciclista a España. @ivoox https://go.ivoox.com/rf/90824770?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_content=audio&utm_campaign=tw_autopublish
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