Connect with us
Leaderboard 1 XX

Ciclismo antiguo

Permitidme que os hable de la presentación de mi libro

Publicado

en

DT-Swiss 1024×14

El de ayer no fue un día más en mi atribulada vida. El de ayer fue un día realmente emotivo. Tuve ocasión de hacer la puesta de largo de mi primer libro en solitario en un escenario del simbolismo y el sentimiento del Camp Nou. Aunque “Mariano Cañardo, el primer campeón” fue sacado a la venta hace algún tiempo, la aspiración de darle algo más a esta obra, que como todas las de su estilo nace con unas modestísimas miras, hizo que esperáramos a que los astros se alienaran a nuestro favor para poder presentarlo bien.

Y podemos decir que lo hemos logrado. En el marco del Fútbol Club Barcelona, con la implicación de muchos actores y la buena disposición de incondicionales amigos, nuestra primera criatura y su gran protagonista, Mariano Cañardo, tuvieron su merecido reconocimiento.

No sé exactamente cuántos fuimos en el auditorio blaugrana, estimo que entre trescientas y cuatrocientas personas, y no sólo del mundo del ciclismo, nos acompañaron en este emotivo momento. Un servidor tuvo que lidiar con un parlamento ante tan numeroso auditorio y sinceramente me gustó mucho la experiencia. Al final es como recoger lo sembrado tantos años.

Kern Pharma

Me disculparéis que el post de hoy se centré en el libro que saqué junto a un crack llamado Bernat López, pero la ocasión se merece. Sólo dar las gracias a quienes nos acompañaron en cuerpo presente y desde las redes, que hubieron unos cuantos y esperar que podáis disfrutar el libro tanto como yo escribiéndolo. Sacando adelante proyectos como estos podemos garantizar que en el futuro habrá otros.

Y ahora quiero compartir, para quienes no estuvisteis el texto que pude leer ante los asistentes. El objetivo del mismo era desentrañar qué  pretende contar “El primer campeón, que no aleccionar, sobre un personaje enorme en un contexto tan complicado que la sola opción de montar en bicicleta suponía una hazaña. Sin más preámbulo os dejo con el texto en cuestión.

1

Algunos os preguntaréis quién fue Mariano Cañardo. 

Fue un ciclista que ejerció su noble oficio durante casi veinte años. Ganó mucho e importante. Sus victorias se cuentan por siete Voltas a Catalunya, la carrera más importare del momento, vueltas al País Vasco, a Cantabria, a Levante, a Marruecos. Sumadle Campeonatos de España, de todas las modalidades, carreras de pista, el Circuito del Norte, carreras largas, cortas, duras, muy duras, salvajemente duras,… 

Fue además top ten varias veces en el Mundial de fondo e incluso ganó una etapa en el Tour y alguna en las primeras Vueltas a España de la historia, una carrera que nació en su primavera como ciclista. 

Pero la dimensión de Mariano Cañardo va más allá, y si me permitís, me gustaría irme al principio de este retrato. Me gustaría irme a principios del siglo XX. Cañardo nació en 1906. El mundo estaba en permanente cambio. Tecnología, religión, nacionalismos…. tanta confusión degeneró en la  primera guerra mundial.

En España había un pesimismo crónico reposando por doquier. La pérdida de las colonias en el Caribe y las revueltas sociales de esas clases que eran mandadas a combates sin retorno por mantener el esplendor colonial marcaban el pulso. 

Mariano Cañardo nació en Olite, en la Navarra media, a orillas del Cidados, ese río que nos da seña de la actividad principal del lugar: la huerta. Perdió pronto a su padre y se fue a Jaca, un lugar donde aprendió lo básico por aquel entonces y grabó en su mente una palabra: hambre. Esta palabra, como veremos, le acompañará mucho. 

Mientras Europa se desangraba en la gran guerra con muchas pistolas venidas, curiosamente, de Eibar. Finalizada la contienda, se humilla a la nación alemana y se pone la simiente para la siguiente guerra. Por medio Cañardo se va a Barcelona donde se le abre literalmente el mundo. 

Sin embargo Barcelona en esa época no era una ciudad fácil. Tensiones, asesinatos y al final la dictadura, blanca, pero dictadura de Primo de Rivera. Cañardo ensayó a ser carpintero en las naves de Sant Andreu, pero la bicicleta le tentó. Salió un día e iba bien, salió otro e iba mejor. Supo de grandes pioneros como Jaume Janer, el primer catalán en acabar el Tour, y Mucio Miguel. Ambos fueron sus faros en esos años de aprendizaje. 

Unos años que fueron pocos, porque en su primera Volta hizo tercero y saltó la banca. La mejor carrera del momento en manos de un ciclista de tercera categoría. A Mariano Cañardo el gusanillo de la bicicleta le picó fuerte y ya no paró. 

No se quedó en las rencillas domesticas ni con métodos de la prehistoria, se empapó de lo que había más allá de los Pirineos, el francés Victor Fontan le habló de lo que ellos llaman “le métier”, que no es otra cosa que el oficio. Además Cañardo devoró el libro de un tal Henri Desgrange, creador nada menos que del Tour de Francia. En ese libro descubrió el ciclismo de verdad.  

Y es entonces cuando Mariano Cañardo pasa a ser un pionero. Pionero por ser el primero en meter cuestiones científicas en su entrenamiento, pionero por establecer tácticas en carrera, pionero por ser el primer profesional de la bicicleta remunerado a tiempo completo

Pero no sólo eso, Mariano Cañardo es un pionero del deporte en general porque podemos decir que fue uno de los primeros deportistas de masas. Era seguido, y no exageramos, hasta la exasperación. Sus victorias, sus derrotas, sus triunfos menos nítidos,… todo tenía que ser cuestionado y analizado.

Cada palabra suya levantaba multitudes. Si se anunciaba su concurso en una carrera en Montjuïc, cien mil personas se arremolinaban en la montaña emblema. 

Incluso a veces, cuando era llamado al campo del Barça a  hacer el  saque de honor, si la victoria no había sido clara, era objeto de pitidos y reproches por parte del respetable. Mariano Cañardo fue en esa época un símbolo, al nivel de los Pepe Samitier y Ricardo Zamora, con quienes alternó no pocas veces. 

Cañardo corrió en un ciclismo que estaba inventándose, de hecho él lo inventó en parte, como la pléyade de personajes que correteaban entre grandes eventos en esas fechas: Narciso Masferrer, Joaquim Rubio –el gran preparador de Miquel Poblet-, Joan Baptista Soler y  Santiago Jaumandreu,

Todos estos fueron hombres contemporáneos a Cañardo que bien podrían haber inventado la Florencia renacentista, pues no había cosa que no supieran hacer. De esa generación salieron cosas que aún hoy perduran, como el propio diario El Mundo Deportivo. 

El loco momento que le vio correr provocó chocantes escenas, como tomar la salida del Giro en plena plaza del Duomo milanés vistiendo los colores de la recién instaurada República Española, Sí aquellos colores pulularon por la Italia de Mussolini en las espaldas de Cañardo, entre otros. 

En la carretera, Mariano se midió en clave local e internacional. Quienes le sufrieron en España dieron siempre cuenta de la rabia de su pedaleada, como si no fuera una persona sola quien apretaba con violencia aquellos hierros que tenía por bicicleta. Y es que en esos momentos de extrema necesidad, el hambre pedaleaba también con Mariano porque el ciclismo fue refugio de muchos que pasaron hambre hasta las trancas.

Igual que Luis Ocaña, igual que Federico Martín Bahamontes, igual que Julián Berrendero. Dijo un director una vez “aquel ciclismo se corría con el hígado en las manos”. Cuánta razón tenía. 

Aquel ciclismo se corría a cara de perro entre varios nombres: los hermanos Montero, Ezquerra, Trueba y su más feroz rival Julián Berrendero. No era raro acabar resolviendo las carreras con las manos tras las mismas, reyertas que no impedían que todos fueran a una cuando competían juntos en el Tour. A nivel internacional se las vio con el joven Gino Bartali, con Nicolas Frantz, André Leducq, Antoine Magne, a quien le ganó una memorable Vuelta al País Vasco. 

Pero volviendo las circunstancias que le rodearon, éstas no le ayudaron casi nunca. El crack del 29 y la terrible crisis que le siguió le dejaron con un calendario diezmado. Tuvo su plenitud ciclista en tiempos previos y durante la Guerra Civil, cuando se instaló de fijo en Amelie y veía pasar miles de refugiados españoles huyendo de su país. Luego cuando pudo sacar partido de lo aprendido, llegó la segunda Guerra Mundial y ni siquiera pudo salir de España a competir.  

El otro día un lector del libro me dijo “estas personas fueron auténticos héroes”. Creo que la dimensión de héroe la tenemos tan manoseada que no hace justicia a lo que vivieron aquellos ciclistas. Salían por la noche, noche cerrada, a las dos o tres de la mañana. A veces cruzando las costas del Garraf intuían la carretera por la luz de una tormenta que luego les descargaba un mar sobre sus cabezas. Fueron ciclistas endurecidos hasta un punto que no podemos imaginarlo. 

Permitidme una última anécdota: Nos situamos en la Volta a Catalunya de 1941. Estamos en Vic. Mariano Cañardo es una leyenda que apura sus últimos días de competición. Descartado para la general, se estrella a la entrada de la ciudad. Se abre literalmente la cabeza. Le meten en una especie de ambulatorio y medio vendado, con hilillos de sangre rezumando por el rostro, retoma la marcha. “Quiero ayudar a Sancho” decía compulsivamente. Antonio Andrés Sancho era su compañero en el equipo del Barça y además líder de la carrera. 

En esos tiempos un duelo Barça-Espanyol lo era todo, más cuando no había extranjeros que tomaran parte pues en sus países se estaba produciendo una guerra mundial. Además esos días equipo blanquiazul era muy potente, más incluso que el blaugrana, con Berrendero, Ezquerra y Trueba al frente. 

Pero Cañardo se vació por Sancho como si la victoria fuera para sí. Lo había ganado todo, un terrible mareo le sacudía su sanguinolenta cabeza, pero no reparó en ayudar a su compañero y llevar al Barça al podio de su querida Volta.  

No obstante tuvo un último requiebro del destino, la fecha de su muerte, el mismo día que ETA atentó en Hipercor, una noticia terrible que silenció en los medios la pérdida del primer campeón. 

Éste fue Mariano Cañardo y ésta la época que le tocó vivir. Cuando os venga un mal día, un mal momento, pensad que él lo tuvo mucho peor. 

Foto tomada del Facebook de Carles Font, tan runner como el que firma esto

Terres Ebre – Inferior post 1024×300
Continuar Leyendo
5 Comentarios

1 Comentario

  1. Carolina

    3 de febrero, 2015 En 13:41

    Bonito resumen de tu libro el que tienes en tu exposición. Como lectora aficionada al ciclismo me ha gustado conocer al CICLISTA Mariano Cañardo.
    De nuevo, mi más sincera enhorabuena.

  2. Jose Mª Perez Jarne

    10 de febrero, 2015 En 9:19

    ¿nos puedes hablar de el primer corredor español que participo en el tour de Francia ? ( Jose Mª Javierre Rapun, nacido en Jaca ) y que corrio los tours de 1909 (17º, clasificado) y 1910,( 24º clasificado ) Vicente Blanco

    (el cojo de Bilbao) corrio en 1910, con todo el respeto que me merece, no termino la primera etapa, pero bueno eso es harina de otro costal,,cuando se escribe hay que documentarse,

    • Iván

      10 de febrero, 2015 En 12:37

      Ruego disculpes, no acabo de entender qué quieres decir.
      Conozco estos ciclistas, he leído sobre ellos y me gustará escribir un día, en todo caso cuando hablamos de Cañardo, nunca hemos dicho que sea el primer español en correr el Tour. Si esa es tu percepción no es la correcta

  3. Jose Mª Perez Jarne

    10 de febrero, 2015 En 15:24

    por supuesto que no me refiero a Mariano Cañardo,,como bien has podido entender me refiero a Jose Mª Javierre como primer corredor español que participo en el tour de francia, en 1909, y tambien corrio en 1910, mientras que tu citas a Vicente Blanco, en las paginas 41 y 80 como primer español participante en el mismo, por eso te digo que hay que documentarse,,ademas casi estoy seguro que lo sabes, o, deberias saberlo, despues de once años que hace que se viene publicando en todos los medios afines al ciclismo, y mas siendo especialista en todas las modalidades de ciclismo (como pones en tu libro) habiendo escrito en meta 2mil,,ciclismo en ruta,,ciclismo a fondo,, radio marca,,guiones televisivos,,enciclopedia del s´port catala y otros medios, ademas de ser jefe de prensa de la federacion catalana de ciclismo, simplemente creo que desconocer este dato crea muchas dudas al respecto, salvo que lo omitas por no se que intereses intereses, o no ser el mismo que hace unos cuatro años en meta 2mil, decia lo mismo,, desconociendo lo que todo el mundo ya sabe,,, que el primer español en correr el tour fué JOSE Mª JAVIERRE RAPUN
    nacido en JACA

    • Joan Seguidor

      10 de febrero, 2015 En 15:59

      José María, ahora sí caigo
      tienes toda la razón. Es un error mío y se corregirá en la revisión del libro. Ruego disculpes y se corregirá. Obviamente no este error no responde un interés.

Dejar Respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Ciclismo antiguo

1994: La Flecha Valona que cambió el ciclismo

Publicado

en

Por

DT-Swiss 1024×14

Nada fue igual tras la Flecha Valona de 1994 y los azules haciendo pleno

La primera parte de los noventa se tiene como la época más oscura de la historia del ciclismo y muchos toman la Flecha Valona de 1994 como el cénit.

No son pocos los testimonios que hablan de un ciclismo psicodélico, de corredores que no corrían, volaban, de cosas raras, de podencos hechos caballos de carreras,…

Testimonios no faltan.

Kern Pharma

Dos son elocuentes. Greg Lemond justifica parte de su declive por las dos velocidades de aquel ciclismo, un salto de rendimiento que apuntaba una sustancia cuyas siglas eran EPO. David Millar habla en su libro de sus primeras carreras como algo inalcanzable, no había ni roto a sudar que el pelotón ya les había dejado de rueda.

#DiaD 20 de abril de 1994

En el año 94, la Vuelta a España seguía disputándose en abril.

En la antesala de la misma estaba el tríptico de las Ardenas, pero en orden diferente al actual. Una semana después de Roubaix, se corría la Lieja, luego la Flecha Valona y finalmente la Amstel, posteriormente vendría la Vuelta que en esa ocasión dominaría a placer Tony Rominger.

La Flecha Valona se presentaba como la reválida para Eugeny Berzin. El ruso de rubia cabellera había ganado en Lieja días antes y era la punta de lanza del potente Gewiss. Por nombres el equipo celeste copaba las apuestas, sin embargo, los italianos no querían ganar, querían sencillamente coparlo todo.

En el llano que precedía el muro de Huy, Berzin, que iba insultantemente fácil, tomaba unos metros sin que nadie osara seguirle, salvo sus dos compañeros Moreno Argentin y Giorgio Furlan. En la cima de Huy Argentin culminaba la masacre, siendo primero por delante de sus dos colegas.

Gran canaria 400×400
Cruz 400×400

Ellos ruedan y nosotros nos quedamos. Hacen que ir en bici parezca sencillo, no necesitan ni preparar estrategia alguna” dijo Gérard Rué, el gregario de Miguel Indurain, preso de la incredulidad.

Los peores temores que circulaban por el pelotón se hacían realidad y las sospechas no tardaron en plasmarse cuando al día siguiente en una conversación entre Michele Ferrari y varios periodistas, en una pedanía de Lieja, el galeno afirmaba sin pudor:

Si yo soy ciclista y sé que hay una sustancia que mejora el rendimiento y otros la usan, yo también la utilizaría. La EPO no es mala, sólo lo es si abusas de ella, como si te atiborras de zumo de naranja”.

En efecto, el ciclismo de dos velocidades ya era un secreto publicado y público, la caja de pandora se había abierto, estallaría en pocos años…

Imagen: Cronoescalada

Terres Ebre – Inferior post 1024×300
Continuar Leyendo

Ciclismo antiguo

Amstel Gold Race by Jan Raas

Publicado

en

Por

DT-Swiss 1024×14

Nadie dominó la Amstel Gold Race como Jan Raas

Jan Raas fue una de las esas buenas figuras que tuvo el ciclismo a finales de los setenta y principios de la siguiente, que hizo de la Amstel Gold Race su feudo, se la llamó «Amstel Gold Raas».

Nacido en 1952, fue posiblemente el primer ciclista con pinta de intelectual.

Todo un espejo donde se miró el maître Fignon.

Kern Pharma

Fue posiblemente el gran valedor de esa megaestructura neerlandesa llamada Ti Raleigh comandada por Peter Post.A Raas la victoria le gustaba más que a un tonto un lápiz 

Era perrete, parecía italiano más que ciudadano del respetable reino neerlandés.

Gustaba, además, de tomar el pelo a los rivales.

Su último gran triunfo fue en el Tour de 1984, una etapa donde puteó con tino al visceral Marc Madiot, hasta que le rebañó la victoria toda vez que le había asegurado que no estaba para dar relevos.

Sin embargo tuvo gestos encomiables, como cuando renunció al amarillo en un prólogo muy condicionado por la furiosa lluvia.

Eso sí, al día siguiente se empleó a fondo para vestirlo en buena lid.

Gran canaria 400×400
Cruz 400×400

Éste era Jan Raas

Integraron con él el Ti Raleigh, Gerrie Knetemann, Henk Lubberding y un ciclista de apellido impronunciable, Bert Oosterbosch, quien posiblemente alimente parte del exorcismo presente que mantienen en Países Bajos frente al dopaje.
El de Eindhoven pudo ser por edad y ciclo competitivo uno de los pioneros en el uso de EPO.
Hay opiniones encontradas, pero lo que es constatable es que fue encontrado muerto por paro cardiaco a la edad de 42 años.
Con el tiempo Raas sería mentor de otro gran equipo holandés, la Buckler, ese bloque de los noventa compuesto por tremendos gigantones, el origen del actual Jumbo.

En 1977 Jan Raas ganó su primera Amstel, poco después de hacerlo en San Remo

Abrió por entonces el mejor periodo jamás logrado a título individual en la fiesta ciclista nacional y holandesa.
En sus orígenes, la Amstel debió partir de Amsterdam para acabar en la zona del Limburgo, lo que viene a ser la única montaña del plano estado bañado por el mar del Norte.
Las primeras salidas se tuvieron que ir finalmente a Breda, donde la rendición.
Mucho más joven que sus coetáneas valonas, la Amstel nació en 1967 si bien antes su creador, Herman Krott, logró que la empresa cervecera patrocinara un equipo amateur.
La Amstel surgió en cierto modo como culminación a los muchos critériums que poblaban el calendario nacional.
Eran muchos pero casi sin entidad.
Los Países Bajos que tan buenísimos ciclistas tenían necesitaban un acontecimiento de primer orden.
Si Limburgo es su hábitat, el Cauberg, su faro.
Raas tiene aquí su lugar fetiche, pues al margen de ser campeón del mundo, encadenó cuatro éxitos aunque alguno embarrado en la polémica como en un raro transitar de los coches de carrera que le acabó por beneficiar frente a Francesco Moser en 1979.
El ciclo de Raas lo interrumpió Bernard Hinault, cuando lo relegó a la quinta plaza una vez batió a De Vlaeminck.
Al siguiente Raas volvería a ganar.
Cinco veces campeón, el fenomenal ciclista tulipán es destacadísimo recordman de esta carrera pues lejos se ubican Knetemann, Merckx y Jaermann, dos veces ganadores, y Gilbert, con triple corona cervecera

Terres Ebre – Inferior post 1024×300
Continuar Leyendo

Ciclismo antiguo

El Tourmalet, Indurain, Chiapucci…

Publicado

en

Por

DT-Swiss 1024×14

1991, en aquella subida y bajada al Tourmalet no sólo sucedió el gran salto de Miguel Indurain

No sé cómo, aunque puedo imaginarlo, el otro día el algoritmo me recomendó echarle un ojo a este vídeo que me llevó directo al Tour 1991, el Tourmalet, Indurain, Chiapucci y cia.

Dicen que el tiempo da perspectiva, que alejarte de proporciona mejor visión de los sucedido y sin duda de las consecuencias y en esta ocasión pude corroborarlo.

Kern Pharma

Ver aquella grabación me gustó, con los cortes de voz de Pedro González en TVE y Javier Ares y Luis Ocaña en las retransmisiones de radio de José María García.

Total que me papeé toda la subida y bajada a aquel histórico paso por el puerto más emblemático del Tour de Francia, una jornada que 33 años después sigue siendo histórica por lo mucho que pasó en aquella subida.

Recordad que la carrera venía de España, de Jaca, donde la hinchada se había decepcionado fuertemente con la actitud de los Banesto por no empezar a asediar el liderato de facto de Greg Lemond, dorsal 1 y gran favorito.

De hecho, durante un momento de la subida, el narrador de TVE, Pedro González, afirmaba que al americano se le veía seguro y fuerte, con visos de salir de amarillo aquella jornada de 250 kilómetros.

Sin embargo, Luis Ocaña no tenía tanta confianza en el americano, su lenguaje corporal no invitaba al optimismo y acertó.

Estábamos presenciando un cambio generacional en toda regla y no éramos conscientes de ello.

Gran canaria 400×400
Cruz 400×400

Con Chiapucci abriendo camino en el Tourmalet, e Indurain siempre pegado a su rueda, Perico ya había cedido, Fignon nadaba contracorriente y Lemond acabaría descolgado.

Los de la generación del 64 -a la que perteneció también nuestro invitado del otro día, Raúl Alcalá, aunque en esa etapa ya se había retirado- habían derribado la puerta a por el trozo gordo del pastel.

Y no se irían en unos años, encabezados por Miguel Indurain.

Sin saberlo en esos instantes, estábamos viendo un cambio de orden y la marcación de las jerarquías en ese mismo orden, puesto que el momento de duda de Gianni Bugno, una vez pasado el descenso del Tourmalet le sacaría para siempre de las quinielas del Tour de Francia.

El Tourmalet siempre ha sido mágico, el gran anfiteatro del ciclismo, ha tenido mejores y peores ediciones, pero aquella tarde de julio de 1991 fue el gran «revolucionario» del ciclismo que nos asaltaba y marcaron los años más felices viendo este deporte.

Por suerte, mirándolo ahora, aquella magia, el cosquilleo anterior a las grandes carreras sigue y sólo espero que esa llama no se apague.

Terres Ebre – Inferior post 1024×300
Continuar Leyendo

Ciclismo antiguo

Francesco Moser, “signore Roubaix”

Publicado

en

Por

DT-Swiss 1024×14

En la leyenda de Moser, Roubaix es un lugar esencial

La historia es caprichosa, como muchas veces hemos dicho, y situamos a corredores en nuestro imaginario en una faceta que, aunque siendo cierta, no es la única que vistió su leyenda, sucede con Moser y Roubaix.
Por eso cuando la imagen más divulgada de Francesco Moser es la de ese ciclista ancho, profunda mirada, pelo negro, angulada cara y perfil corpulento, sobre la rompedora máquina con la que destrozó el récord de la hora en las altitudes de Ciudad de México, sólo es eso, una faceta, un perfil ideal, una forma de recordar un corredor que fue mucho más y logró mucho más.

Moser también tiene un Giro, el de 84, una carrera marcada por las múltiples influencias que concurrieron para que ganara un italiano ante la insolente juventud que despertaba de Laurent Fignon, que a todas luces fue el ganador moral de aquella carrera. Público hostil, helicópteros que empujaban en las cronos,… Moser tenía que ganar por lo civil o lo criminal. Así lo hizo.

Pero hay una tercera faceta, conocida aunque quizá menos por muchos, las clásicas, y es que Francesco Moser, ese ciclista de porte elegante, rodar agresivo y tremenda ambición, tiene en su palmarés nada menos que seis monumentos: tres Roubaix, dos Lombardías y una San Remo, un botín que le sitúa entre los mejores de siempre, especialmente en el Infierno del Norte, donde sólo le superan De Vlaeminck y Boonen.

Kern Pharma

De hecho Moser es el tercer mejor ciclista del mundo sobre los afilados adoquines encadenando, y eso sí que es difícil, por lo imprevisible de la carrera, tres triunfos consecutivos, logrados en un tiempo en el que las clásicas tenían grandes nombres de todos los tiempos, aunque especialmente uno, Roger De Vlaeminck, ese que llamaban el Gitano, que nunca tuvo amigos, ni siquiera en su propio equipo.

Gran canaria 400×400
Cruz 400×400

 

Así las cosas en la Roubaix del 78, Moser, arco iris a la espalda, arco iris que ganó en Venezuela, se presentó ante “Monsieur Roubaix” como alternativa ganadora a la mejor carrera del año.
El italiano, listo como el hambre, jugó sus bazas sin esperar instrucciones del gran jefe. Realizó dos ataques, primer a 23 de meta y luego a 18 para romper la resistencia de Maertens y Raas, mientras el influjo de De Vlaeminck se hacía notar.

Moser llegó solo al velódromo y De Vlaeminck echaba fuego. “Este tipo es un desagradecido” escupía por esa boca que no dejaba indiferente, como cuando dijo que las cuatro Roubaix de Boonen tenían menos mérito que las suyas.

Cabreado, el gitano cambió de equipo, a sabiendas que su tiempo, aunque glorioso, era caduco frente a las hechuras del joven Moser.
El belga al Gis, Moser en el Sanson.

En 1979 le ganaría por la mano otra Roubaix, dejándose segundo, sintomático.

Al año Francesco renovaría la corona en el infierno tras reaccionar a un ataque de largo radio protagonizado por Thurau. Moser arrastró a su sombra, De Vlaeminck, y a Duclos Lasalle. Les acabaría dejando. Era la tercera.

Pero si Roubaix fue el foco de su enemistad con De Vlaeminck, Lombardía fue otra de las cabezas de esa hidra de mil cabezas que fue su relación con Giuseppe Saronni.

En una rivalidad que para Italia era reverdecer los tiempos de Coppi y Bartali, Moser y Saronni entablaron su enemistad desde el momento que corrieron juntos el mundial haciendo de todo aquello que compitieran un corralillo de gallos enfermizos.

En ese clima se corría en la Italia a caballo entre los setenta y los ochenta y en ese clima Moser se llevó dos Lombardías, uno de ellos delante de Hinault, y San Remo, entrando solo en la Via Roma, tras desplegar toda su sabiduría en el descenso del Poggio.

Terres Ebre – Inferior post 1024×300
Continuar Leyendo

DESTACADO: PARIS ROUBAIX 2024

Ciclismo1 semana atrás

Entre Flandes y Roubaix, la gente prefiere la segunda

El factor sorpresa de Roubaix pesa sobre la dureza sobrevenida de Flandes Entre papá y mamá, entre Flandes y Roubaix,...

Ciclistas1 semana atrás

Joshua Tarling se pasó de pantalla

La imagen de Joshua Tarling agarrado al coche de equipo le va a acompañar siempre De Joshua Tarling tenemos una...

Mathieu Van der Poel1 semana atrás

Van der Poel o hacer que Roubaix parezca fácil

El control de Van der Poel en Roubaix es tan brutal como el de Flandes Lo mismo que hace una...

Ciclismo antiguo2 semanas atrás

Francesco Moser, “signore Roubaix”

En la leyenda de Moser, Roubaix es un lugar esencial La historia es caprichosa, como muchas veces hemos dicho, y...

Ciclismo antiguo2 semanas atrás

La París-Roubaix siempre fue así

En la París-Roubaix nadie toca el recorrido, ni el kilometraje El Domingo, la Pascale, la París-Roubaix, la llamada reina de...

Ciclismo de carretera2 semanas atrás

Un viaje al bar de Roubaix

El viaje a Roubaix es al mismo tiempo un viaje al pasado, a los orígenes del ciclismo Hace 10 años,...

Ciclismo antiguo2 semanas atrás

Viaje a los orígenes de la París-Roubaix

El textil tuvo mucho que ver en los orígenes de la cotizadísima París-Roubaix Nadie puede dudar de que la París-Roubaix...

Ciclismo2 semanas atrás

Johan Bruyneel, Raúl Alcalá y ¿Flandes o Roubaix?

Actualidad y viaje nostálgico con Johan Bruyneel y Raúl Alcalá Ya nos permitiréis decirlo, pero episodio de culto con Johan...

Lo + leído

Copyright © 2017 Página propiedad de JoanSeguidor. www.joanseguidor.com y www.elvelodromo.com son propiedad Joanseguidor. Agencia especializada en contenido deportivo, Ciclismo de carretera, BTT Mountain Bike, Gravel o ciclocross y el mundo relacionado con la bicicleta.