Ciclistas
La ¿segunda juventud? de Mark Cavendish
Para Mark Cavendish llega el momento de demostrar que no está acabado
Mark Cavendish es un grande.
O al menos lo era.
O lo sigue siendo, aunque no gane.
Hace dos años podíamos decir sin temor a equivocarnos que Cavendish era, en pocas palabras, el mejor sprinter del mundo.
Sin embargo, estas dos últimas temporadas el infortunio se ha cebado en él con exacerbo en forma de caídas y enfermedades.
Podemos recordar su aparatosa caída en la Milán-San Remo o el anuncio, este pasado mes de agosto, de que colgaba la bici hasta la próxima temporada, víctima de una inesperada mononucleosis.
Y lo hacía sin saber muy bien su futuro.
El hecho de obtener sólo un par de pírricas victorias en carreras menores como el Tour de Abu Dhabi (2017) o el de Omán (2018), durante estos dos últimos años, no le hacían prever un desenlace muy favorable en su actual equipo: el Dimension Data.
A pesar de que muchos ya le colocaban fuera del equipo, sobre todo, según decían, por su mala relación con el manager, y ponían al ciclista de la Isla de Man en la órbita del Bahrein Mérida, no ha sido así y, felizmente, la Gazzetta dello Sport acaba de confirmar su renovación con el conjunto sudafricano.
Será el próximo su cuarto año en el equipo, en el que asombró a partes iguales tanto a sus seguidores como a sus detractores (los que lo daban por acabado después de un 2014 y 2015 algo flojos) al ganar cuatro etapas en el Tour de Francia del 2016, a pesar de abandonar a mitad de carrera para prepararse para los Juegos de Río donde, por cierto, fue medalla de plata en el omnium.
Sólo Elia Viviani pudo con él.
La nueva oportunidad para Mark Cavendish
Por tanto, Dimension Data, con muy buen criterio, le da una nueva oportunidad al británico pensando que donde Cavendish… caben cuatro temporadas.
Perdonad por el chiste fácil, pero es que el “académico del British Cycling” no lo podía dejar así.
Y no podía abandonar con ese mal sabor de boca a los aficionados que tanto lo han aclamado después de que diera el salto de la pista a la carretera, viviendo una de las carreras con más éxito que se le recuerdan a un sprinter.
En su palmarés, el mayor número de etapas ganadas en el Tour (30) después de Eddy Merckx (sólo cuatro menos que el Caníbal) y la clasificación por puntos en las tres grandes vueltas, donde ha conseguido un total de 48 etapas, siendo el segundo corredor en activo (a pesar de sus dos últimos años malos) con más victorias (146), sólo superado por André Greipel (155).
Los récords que sitúan a Mark Cavendish
Ahí va una relación de cosas que define quién es Mark Cavendish en ciclismo…
- en 2007 iguala el récord de Petacchi con 11 victorias en su primera temporada pro.
- en 2009 es el segundo británico (tras Tom Simpson) en ganar un monumento: la Milán-San Remo y primer británico en vestir la maglia rosa del Giro.
- en 2010, tras Millar, es el segundo británico en ganar una etapa en las tres grandes vueltas.
- en 2011, primer británico en conseguir la clasificación por puntos en el Tour y segundo (tras Simpson) en ganar el Mundial de Ruta.
- en 2012, primer ciclista en ganar la etapa final del Tour en los Campos Elíseos durante cuatro años consecutivos.
- en 2013, consigue su victoria número 100.
Soy globero, ¿y qué? porque hace unos cuantos años, y como decía un buen amigo mío, cuando me ponía el culote no conocía ni a mi padre
Por todo esto, por su historial, porque se lo merecía, porque necesita reverdecer laureles y porque aún no está acabado, su renovación por el Dimension Data es una excelente noticia para el mundo del ciclismo que quiere volverle a ver y que lo haga de nuevo con mucha fuerza. Eso le deseamos todos.
Por su parte hará todo lo que pueda y más, con la ilusión de un principiante, del que vuelve a empezar, porque para él “da igual si está lloviendo o hace sol o lo que sea: mientras este pedaleando sobre una bici, sé que soy el tipo más afortunado del mundo”.
Así sea.
Por Jordi Escrihuela
Richard Carapaz
Richard Carapaz, welcome back
El año que acaba ha escrito el retorno de Richard Carapaz
Cuando Richard Carapaz recupera la sonrisa, el ciclismo sonríe.
Suena así, quizá un poco ñoño, demodé, pero es el sentimiento que transmite uno de los corredores más carismáticos del pelotón.
Para Richard Carapaz, la Vuelta recién finalizada es el regreso a una elite que no había dejado pero que le estaba dando calabazas, demasiadas, en forma de caídas, percances y alguna mala suerte.
Lo cierto es que cuando el ecuatoriano hace dos años apuraba sus últimos días en Ineos, ganando tres etapas en la Vuelta, el 2023 pintaba a temporada prometedora, entrando en un equipo, el Education First, que le podía ir como anillo al dedo.
Pero el pasado año ni fue bueno, ni hubo progreso.
Al igual que Enric Mas, Carapaz se dejaba toda la preparación en una cuneta de Euskadi, en la jornada inaugural del Tour de Francia.
Una caída que le hipotecó la ronda francesa y la temporada.
Pero este tipo es un luchador inasequible que sabe leer las verdades de la carretera como nadie y meter toda la carne en el asador si ello es necesario.
Si el plan A no sale, está el B o si procede el C.
El año de Richard Carapaz no iguala sus grandes campañas de 2019 a 2021, pero se equipara y sobretodo le devuelve a los titulares.
Ojo el botín que se llevó del podio, completando el triple-triple, pues ha ganado etapa, vestido de líder y subido al podio en las tres grandes.
El Tour de Carapaz ya fue sintomático, vistió el amarillo en la misma jornada en la que quedó eliminado de la general, pero no fue problema, se reorientó a una etapa y la montaña.
Pasado el trago de no poder defender el oro olímpico, llegó a la Vuelta, empezó con mal pie, pero echó el resto en la gran etapa de Granada para volver a la lucha por la general.
No tiene el punch de antaño, tampoco el factor sorpresa que quizá le ayudó a ganar aquel Giro, pero mantiene el espíritu y el instinto, como cuando casi hace perder la Vuelta precipitadamente a Ben O´Connor en la Herrera, tras acabar con Mikel Landa.
No hay momento en el que no pienses que la puede liar y más con ese equipo que mueve fichas con una eficacia que acorta las distancias con los más grandes.
Esperamos que el «regreso» de Richard no quede aquí, está para el mundial, rodeado de una excelente selección, incluido Narváez.
Si lograra pisar el podio mundialista, pocos se equipararían a su colección de hitos, una mezcla talento y calidad a partes iguales pero sobretodo de instinto.
Imagen:Unipublic/Cxcling/Toni Baixauli
Ciclistas
Canadá es el «dorado» de Michael Matthews
Michael Matthews es el ciclista que nunca deja de sumar
Con la de ayer, Michael Matthews queda como el mejor ciclista de la historia del Grand Prix de Québec.
Marcando el número tres en la línea de meta, el australiano se ha destacado de Simon Gerrans y Peter Sagan como el más laureado de la primera de las dos clásicas canadienses de septiembre.
Lo hizo como acostumbra, saliendo en el momento final, el clave, dejando hacer al resto hasta la misma línea de meta.
En ese grupo iba «encerrado» Tadej Pogacar, quien estuvo en cabeza en los tramos finales pero se vio, como por arte de magia, en un corte y rodeado de tres Lottos y uno de ellos Arnaud De Lie.
Mal negocio, pensaría el mejor ciclista del mundo que quizá esperó demasiado a atacar.
Por cierto, qué mal desempeño de De Lie en ese final, o se vino abajo o no vio la increíble oportunidad que le significaba aquella situación.
En todo caso, las carrera de Canadá vuelven a ofrecer una excelente velada de ciclismo, en prime time europeo y con el regusto de estar viendo el preludio de un Mundial.
Volviendo sobre el ganador, qué ciclista tan interesante y minusvalorado es Michael Matthews.
Una carrera deportiva llena de buenos éxitos, etapas en las tres grandes, ganador de varias clásicas pero ningún monumento, el gran mérito de Michael Matthews ha sido saber mantenerse.
Y no es poco lo que lleva ahí.
Hace más de 10 años que forma parte del paisaje y nunca ha desaparecido, en mayor o menor medida ha estado siempre ahí en un ciclismo que, cuando hablas con los protas, nada tiene que ver diez años después.
Michael Mathews ha pasado de jugarse mundiales y San Remos con Kristoff, Sagan y Alaphilippe a hacerlo contra Van Aert, Pogacar y Van der Poel.
La forma de correr de unos y otros explican la profundidad del cambio y cómo el australiano de carismática sonrisa ha tenido arrestos de seguir ahí, siempre ahí
Así, que si valoramos las pequeñas cosas de la vida, valoremos a Michael Matthews y su proverbial presencia todos estos años, como uno de los ciclistas que supo entender y adaptarse a los grandes cambios de este deporte.
Imagen: FB Grand Prix Cyclistes
Ciclistas
Que Wout Van Aert se quede con lo mejor de la Vuelta
El final de Van Aert en la Vuelta no esconde una carrera excelente
Cuando Wout Van Aert se levantaba del suelo en ese descenso, recién estrellado contra una pared de montaña asturiana, era vigente líder del maillot verde y oficioso de la montaña de la Vuelta a España.
Así dejó la carrera Wout Van Aert, marcando estilo y dando que hablar, siendo protagonista hasta el segundo final de su primera Vuelta.
Un final que sí, es triste e injusto pero no por ello mil veces visto y sufrido, en Wout y en otros muchos ciclistas.
Hay que ser por eso justos, decir que el ciclismo le debe una a Wout sería exagerado, por esa regla de tres le debe mucho a otros muchos, pero ello no esconde que nos entristece verle ya fuera de una carrera a la que había acudido a buscar un poco de calor y ha acabado de la forma más abrupta.
La Vuelta a España de Wout Van Aert ha sido de excelencia, enfocada, como decía, para recuperar el gran ciclista que siempre ha sido y a contrapié desde marzo y la caída en Flandes.
Lo estaba siendo.
Protagonista desde el inicio, delante en la etapa uno, en una crono, no ha dejado palo por tocar, entrando en los sprints con Kaden Groves, entrando en cortes y fugas, haciendo trabajar al equipo -a Sepp Kuss, en especial- en Córdoba y buscando fortuna en etapas que sobre el papel no le iban.
Ha sido el Wout Van Aert de los grandes Tours, del 2020 a 2023, el ciclista excelso y total, capaz de brillar a diario, desde el kilómetro cero de etapa, como si fuera una clásica, como si al día siguiente no hubiera etapa.
Él ha sido garante de esta nueva forma de correr sin reservas y contra los manuales a la que nos hemos acostumbrado.
Con el estado de forma que arrastraba y la felicidad que exhibía, la mejor versión del belga había vuelto a primera plana, con Europeo y Mundial en el horizonte.
Ahora, en esta senda hacia Covadonga, los nubarrones vuelven a surgir alimentando las incertidumbres sobre si llegará a tiempo.
Sin duda no es la mejor manera de plantear objetivos así, con la gente que tendrá delante, además.
Decir que el ciclismo le debe una a Van Aert sería exagerado, pero al mismo tiempo me gustaría que le tuviera guardada una buena de aquí a final de año.
Imagen: Unipublic/Cxcling/Toni Baixauli
Ciclistas
Vuelta: Marc Soler siempre está
Tres etapas en la Vuelta son un gran premio para Marc Soler
Nos dijo una vez Marc Soler que su gran ilusión pasa por ganar una etapa del Tour de Francia, cosa que no es imposible, incluso corriendo para Pogacar, pues siempre surgen algunas opciones, pero mientras tanto, la Vuelta a España va premiando uno de los mejores talentos surgidos en este lado de los Pirineos.
Marc Soler es un lujo hecho ciclista, «especialista en meterse en charcos» como recordó Antonio Alix su acalorada Montonera, merece premios como el de los Lagos de Covadonga, como el que más.
Descartadas las generales finales, el premio de etapas como en la cima más legendaria de la Vuelta a mí al menos me sabe a gloria, pues le recompensa en la medida que otros corredores de su calibre nunca lo han sido.
Es un trotón que mil veces ha tirado para otros, para quien se tercie, desde Nairo a Landa, llegando a ser el mejor consuelo de Pogacar en el Col de la Loze.
Por sus piernas ha pasado parte del mejor ciclismo que hemos visto estos años, generando escenarios que nos han dado grandes momentos,
Ciclísticamente es indiscutible.
Recordaréis la Vuelta 2020, la de otoño y la pandemia, cuando cazó unas cuentas fugas, después de ganar el Lekumberri, encontrándose uno más fuerte, como el su hoy compañero Tim Wellens.
Este año Marc Soler llevaba más de 700 kilómetros en fuga con todo tipo de desenlaces, pero nunca proclives a su favor.
La etapa que perdió ante Wout Van Aert por bajar un momento al coche fue la más sintomática y dio que hablar.
Sin embargo nunca ha desistido y ha seguido cazando fugas, hasta llegar a los Lagos de Covadonga.
En un terreno que no le era el más proclive del mundo, se ha manejado a chepazos y zarandeos en la zona más dura hasta salir airoso y firmar un éxito en el que era difícil de creer a inicio de los Lagos de Covadonga, con ciclistas más livianos en la pugna.
Diana en muchas ocasiones, me alegra que hablemos de Marc no por los jardines en los que se mete y sí por pisar el podio, se lo merece, es un pedazo de ciclista que valoramos más hoy, cuando el ciclismo español no tiene tantos como él.
Imagen: Unipublic – @SprintCycling
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