Opinión ciclista
Las ingenuidades del Euskaltel
“Yo creo que tenemos un gran equipo, pero tenemos que apretar” le dijo un día Miguel Madariaga a Igor González de Galdeano
Hace tres semanas corría la euforia por twitter, facebook, titulares, prensa, televisión y hasta en las cunetas de la Vuelta a España que por esos días frecuentaba rutas granadinas. Fernando Alonso confirmaba que estaba cerrando un acuerdo, repito cerrando que no cerrado, para comprar la licencia del Euskaltel. Se habló mucho, de relaciones personales entre piloto y ciclistas, de la nueva ubicación de la escuadra, de los patrocinadores, de los compromisos adquiridos por Euskaltel… se habló mucho sin saber de nada. Y mira por donde tres semanas después el acuerdo peligra en diferentes grados dependiendo que medio se consulte: los hay que lo dan por inexistente hasta quienes opinan que hay opciones de arreglar el desaguisado. Euskaltel ya ha lanzado un comunicado hablando de cierre ordenado del equipo. Sólo recordar que en agosto lanzó otro similar.
Sea como fuere anoche pude ver este programa de ETB que nuestra amiga Helena Dias movió por twitter. Son poco menos de sesenta minutos pero sinceramente creo que se narra bien la historia del equipo y mejor aún, se retrata cada uno de los personajes que intervienen en el relato y dan muchas pistas de porqué a Fernando Alonso se le han hinchado las pelotas de tratar en un mundo gestionado con los pies. Y ojo que no digo que el asturiano sea un santo, pero me da que las cosas no le han resultado sencillas a pesar de lo que se argumente.
De todos los protagonistas de este programa me quedo sin dudarlo con la afición, me encanta ese que dice “si quieren un equipo 100% vasco que vengan y pongan la pasta”, que al final evidencia que tiene el criterio más fino y certero sobre estos quehaceres.
El resto de partícipes hace gala de una ingenuidad infumable en personas talluditas con no pocos tiros dados. Por ejemplo Julián Gorospe y Miguel Madariaga que atribuyen sus noches de desvelo y defenestración a no sabemos qué fuerzas ocultas. Son nombres, no dicen cuáles, personas, no sabemos si físicas o imaginarias, que les mataron, laboralmente hablando. Quizá en una pitonisa adivinen esas fuerzas malévolas que un día truncaron su sueño y nos digan de una vez quiénes fueron.
Tanto para Gorospe como Madariaga sin Euskaltel no habrá un mañana en el ciclismo euskaldun y no escuchan esa afición que admite en el mismo reportaje querer seguir yendo a las carreras por les enloquece el ciclismo, vistan o no de naranja. Y como no hay más ciego que quien no quiere ver la candidez de Carlos de Andrés, admitiendo a sus colegas que “Euskaltel nunca puede desaparecer”, es de traca cuando la sanidad pública, sin ir más lejos, lleva tiempo cayendo en picado. También sonrojantes los ánimos que Samu Sánchez e Igor Anton le profieren a Madariaga por el micro. “Puedes ir con la cabeza bien alta” le dicen admitiendo con estoicismo la debacle de Euskaltel y lo que es más grave, la complicadísima situación de la Fundación Euskadi, el germen que debería sobrevivir a este tsunami por si un día esto se puede relanzar.
Luego están las razones de Igor González de Galdeano –quien ha tenido el terrible trago de perder un ciclista y auxiliar en menos de un año en un trance horrible-, que una vez desvinculado del proyecto le confieren de primera mano el mismo en un curioso movimiento circular. Igor lo deja bien claro en diferentes pasajes, esto está aquí, en Euskadi y prescindir del legado social y cariño de la afición sería un error. Aviso de navegantes a Fernando Alonso. Curioso, cuando él fue quien plasmó el desarraigo de la estructura y por ende la normalísima desinversión de las instituciones vascas.
Igor, quien admite haber machacado el código de circulación por seguir a sus chichos en un entrenamiento, pone en solfa los fichajes. Como no tenían manera de contratar a Purito Rodríguez, buscan un marroquí, un griego, un ruso, que al final da positivo,… parece que no hay punto medio, o te vas al rango alto o a otros continentes, donde, con todos los respetos, pocas certezas tienes que no te acaben dando un susto, como al final pasó.
Con todo este dibujo, un embrollo monumental, una sensación de provisionalidad terrible, luchas de poder intestinas y subterráneas que asustan y una cuenta de resultados de la que poco queremos saber, qué podría pasar, pues lo que está sucediendo, que el equipo puede pasar a la historia en cuestión de horas. Ellos sabrán, pero el caramelo se lo habían puesto al aficionado…
Opinión ciclista
Grandes vueltas: ¿Quién es el mejor de la historia?
También en grandes vueltas, nadie se puede medir a Eddy Merckx
Las grandes vueltas son al ciclismo lo que los contrafuertes a una catedral.
Podrán gustar más o menos que las grandes clásicas, ciclismo de un sorbo, cargado como un buen café, pero en las tres semanas de un Tour o Giro o Vuelta salen a flote las miserias y excelencias de los ciclistas.
Nosotros somos más de clásicas, ciertamente, pero el fuego lento también le sienta bien a este deporte.
Hemos visto este listado, este top ten en Facebook y no nos hemos podido resistir a opinar, un poquito sólo, sobre los grandes de siempre en esta historia de tres semanas y mil aventuras.
Y vemos que el primero, como en casi todo, porque superarle se antoja imposible en un largo tiempo es Eddy Merckx, el corredor que resume su carrera diciendo que lo ganó todo, todo lo importante, salvo la París-Tours.
Eddy Merckx instauró una especie de yugo sobre el ciclismo que conoció que no tuvo muchos más nombres salvo el suyo desde finales de los sesenta a mediatos de los setenta.
El control de Merckx fue tal que en esa lista sólo sale un contemporáneo suyo, el escurridizo Felice Gimondi, protagonista en aquella jornada de Pra-Loup que cantó el ocaso del belga.
Gimondi fue, como Alberto Contador, un ciclista que explotó pronto.
Pero se le cruzó Merckx, como a otros tantos.
A Alberto Contador se le cruzó Chris Froome, a quien pudo ganar netamente una vez, en la Vuelta del 2014.
Alberto Contador en este listado podría haber estado más arriba.
Pero…
Sin embargo, no se puede obviar ese legado de siete grandes vueltas, siendo además uno de los pocos con las tres.
La lista también contempla a Miguel Indurain: si esto fuera un medallero olímpico, el Tour sería la medalla de oro y eso le pone a la estela de los más grandes.
Es curioso porque el desempate de Merckx e Hinault lo provoca la Vuelta que el belga ganó.
El tejón sigue siendo, más de treinta años después, el último campeón de la vieja escuela, aunque Tadej Pogacar se ha empeñado en seguirle, con cantidad y calidad de éxitos.
Ambos son ciclistas que atacan de amarillo, rosa o lo que fuera, que amasan triunfos de etapa, que abren distancias de diez minutos sobre los rivales.
Miguel Indurain fue otra cosa, como Jacques Anquetil, un poder contenido, medido en la habilidad contra el reloj.
Luego están los italianos, auténticos pioneros.
Belle époque, inaugurada por Alfredo Binda, ciclista que recibía primas por no tomar parte en las carreras y abrir el pronóstico.
Fausto Coppi y Gino Bartali, cuya rivalidad despierta aún emociones.
¿El mejor de la historia?
Cada uno tuvo lo suyo: su tiempo, sus rivales, sus recorridos.
Medirlos en igualdad es imposible.
Si por algo hemos de fiarnos, más allá de los sentimientos que despertaron esos triunfos, es de la estadística.
Y ésta es inapelable: Eddy Merckx
Opinión ciclista
Tour: Estas etapas matan el ciclismo
La primera de las etapas en Francia ha sido un lastre para el Tour
En un ciclismo, en una sociedad de paciencia menguante, como leo a Ander Izagirre, etapas como la primera del Tour en Francia son un tiro en el pie de este deporte.
Llego ahora a casa y leo que os estáis aburrrrriendo con la etapa tostón del Tour. Aquí tenéis algunas decisiones brutas y cómicas que tomaban los organizadores de Giro, Tour y Vuelta contra el aburrrrrimiento. pic.twitter.com/HDRvFMGrRr
— Ander Izagirre (@anderiza) July 4, 2023
No hablamos del deportista, ni de su necesidad de tomarse un respiro en una jornada que conecta la salida vasca con los Pirineos, que puede ser tomada con más o menos calma, hablamos de imagen, de la percepción, de la sensación que, o eres un enfermo de esto, o es imposible tragarse semejante bodrio.
¿Lo mejor?
La retransmisión, como casi siempre, aunque para conocer las Landas, quizá mejor los documentales de La 2.
La imagen de recreo y asueto generalizados esta jornada de julio fue el mejor tarjetón de invitación a la siesta.
Ya veis, el mito de la siesta y el ciclismo, con la voz de Perico o Javier Ares de fondo, en el calor de julio, las jornadas intensivas en el trabajo.
El ciclismo no puede permitirse etapas así, el Tour, tampoco.
Es la etapa cuatro del Tour de Francia 2023, no estamos en ruta hacia los Campos Elíseos, de homenaje al ganador, ni tampoco en el día después de una gran batalla.
Las fuerzas están frescas y las etapas buscan ganadores y protagonistas en su desarrollo.
El hecho que lamentaba Antonio Alix, sobre los belgas atacando al unísono, como en una broma pactada con la moto de Philippe Gilbert, define un paisaje triste, indigno de la mejor carrera del mundo.
El comentario de Contador, sobre cómo suben los clicks de su marca de bicicletas cada vez que uno de los suyos va en fuga debería ser de conocimiento generalizado en el pelotón, a sabiendas que hay mucha gente mirándoles, pero también equipos de marketing calculando cada segundo que su marca tiene exposición en la televisión.
Jasper Philipsen repitió triunfo en una de las peores etapas que recuerdo del Tour, y eso que hay unas cuantas, pues fumadas suceden cada año, puntuales a la cita.
El ciclismo no se puede permitir días así, los ciclistas por intocables que crean, tampoco.
Seguro que vendrán grandes días de ciclismo, pero si a la larga estos trayectos decantan la balanza sucederá que igual no habrá dinero para todos.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Noticias de ciclismo
Qué poco sabemos sobre el Tramadol
Ahora mismo sólo el ciclismo ha prohibido el Tramadol
Cierto es que no es dopaje, no al menos sobre el papel y en la norma, pero a mí que me lo expliquen ¿qué cojones pasa con el tramadol?
En otras palabras, no se puede dejar de golpe https://t.co/34sQQ5uT7n
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) December 10, 2022
Su nombre corre por los mentideros hace tiempo, no da beneficio alguno en el rendimiento, sobre el papel, pero pitar con esto, o similar, te puede valer la ruina.
En ciclismo ya está prohibido, en otros deportes habrá que esperar, como si se necesitara un tiempo de transición para dejarlo estar.
La sensación, si no fuera porque la hemos visto mil veces en el deporte, sería fea, extraña, casi nauseabunda.
La cosa es sencilla, es matar la sensibilidad del deportista para que éste se centre en el rendimiento sin que nada moleste, si quiera eso tan humano que es el dolor por el esfuerzo fuera norma que esta gente practica.
Ver su gestión denota que hay que poner tanta gente, tan diversa, de acuerdo que parece hasta siniestro que a nadie se le hubiera ocurrido antes.
Otra muesca más en quienes dicen mirar por la salud del deportista
Pillaron en Catar, en puertas del mundial de fútbol a un tipo con 2000 pastillas de Tramadol, como aquel auxiliar de Festina cargado de mierda que cazaron en la frontera entre Bélgica y Francia camino de la salida del Tour en Dublín.
No sé si adujo «consumo privado» en su defensa.
En aquel caso, ya sabemos lo que pasó, en este caso es un argumento más para quienes abogan por el tramadol fuera del deporte, no sólo del ciclismo.
Como me decían en twitter este finde ¿qué no sabrá la WADA sobre el tramadol para hacer esto?
Y lo más tétrico: ¿Qué se habría evitado de haberle puesto coto antes?
El Tramadol no es dopaje, insisten, y escribo constantemente aquí, pero todo lo que toca lo pudre y estigmatiza.
Se utilizó como arma arrojadiza para los irresponsables que iban a saco en algunas llegadas, sin miedo ni complejos, y ahora pesa como una losa sobre una de las grandes estrellas del pelotón, el amigo Nairo, que sigue sin equipo, oficialmente reconocido a puertas de Navidad.
Lo lamentable de todo esto es que, como muchas veces digo, es que estamos ante la punta del iceberg… ¿cuánta parte del cuento nos estamos perdiendo?
Opinión ciclista
Luis Enrique y la mal llamada prensa deportiva
Lo que está sucediendo con Luis Enrique es el termómetro de la prensa que se llama deportiva
Este es un tema que cuando empecé este mal anillado cuaderno solía tratar, pero con el tiempo dejé de lado, por ser imposible sacar nada bueno. Hablo de eso que llaman prensa deportiva.
Admito que me gusta el mundial de fútbol, me gusta mucho, desde siempre, su historia, las leyendas, las sedes… es una mística que sólo los Juegos Olímpicos y ciertas carreras ciclistas, diferentes cada año, según resulten, pueden igualar.
Antes del evento en Qatar, ya sabíamos que el ambiente alrededor de la selección española iba a estar condicionado por la figura del seleccionador, un gran aficionado al ciclismo además, Luis Enrique.
Pues bien, no ha hecho más que empezar el evento y tenemos llamas en las redes contra Paco González, en representación de la camarilla, por su diatriba ante el seleccionador.
Al margen que me parezca que tenga o no razón, el fútbol es algo tan apasionante como espectáculo colectivo, que esto, para mí es una menudencia, lo que me alucina es el ensañamiento gratuito contra una persona que podrá caerte mejor o peor pero que si está será por haber demostrado méritos suficientes para ejercer.
Es la bronca política, el negarle toda cualidad al adversario, llevada a la prensa que se dice deportiva.
Para la gente del ciclismo, la verdad, lo que tenga que decir esta gente poco o nada nos va a sorprender.
Con los años nos han regalado análisis sesudos como aquel que decía que el ciclismo es un deporte fácil porque van sentados o los mismos que medían la salud del ciclismo español por la cantidad de corredores que iban al Tour.
No entremos en cuando hablaban de dopaje.
Ahora, parece que a muchos se les ha caído la careta de esta camarilla.
España, lo siento, no tiene prensa deportiva, tiene una banda de malos actores, aireando lo peor de algo tan hermoso como el fútbol, para sacarse el sueldo a final de mes.
Lo triste es cuando se acuerdan de otros deportes, tipo ciclismo, y sale a flote toda su desconexión con la realidad del deporte.
A mí personalmente Luis Enrique me cae bien, sé que no es políticamente correcto pero al menos lo ves venir.
Y como repiten muchos, por cualquier cosa, hay que bancarle: que en sus famosos streams diga que está pendiente de la campaña de ciclocross me parece genial.
Tenemos aquí un buen embajador, un ciclista de papear kilómetros y sacarle todo el partido a la flaca.
Sólo por eso, y por destapar el disparate que algunos ejercen cada día en nombre de la prensa deportiva, le tenemos que querer.
Nosotros somos modestos, hablamos de nuestro deporte, nos equivocamos mil veces, pero somos directos y transparentes en nuestra opinión, pero sobretodo hablamos de algo que nos apasiona y lo hacemos con cariño infinito.
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Saitama 06
23 de septiembre, 2013 En 17:08
Cuanta razón en tus palabras… Lo de Igor con lo de «mantener la estructura del equipo» a Alonso ya es hipocresía pura…. Una legión de falsos…
kraxoxark
24 de septiembre, 2013 En 8:08
Solo estoy de acuerdo en parte contigo, pero veo que, como a todos, te duele la situación del ciclismo pro, en general.Igor y los que le rodean son los maximos responsables, que no únicos, de haber roto con la identidad del equipo para nada. Lo mejor hubiera sido replegar velas en torno a la fundación y un equipo continental, el año pasado con los ya escasos recursos. Pero claro el Pro-Tour es el Pro-Tour, y a dia de hoy tiene más esclavitudes que beneficios. Tan solo corregirte un pequeño error.Euskara es un sustantivo, no un adjetivo así que la frase sería: «…en el ciclismo en eukera», o más correctamente «…en el ciclismo euskaldun».Felicidades, buen post
Joan Seguidor
24 de septiembre, 2013 En 11:25
Corregido. Muchas gracias