Ciclistas
«La Guía del Ciclismo no es más que la guía que siempre quise tener»
Viajamos a la entraña de una obra que destila amor por este deporte: La Guía del Ciclismo
El día que hojeamos la última edición de La Guía del Ciclismo no pudimos menos que decir esto…
Trabajo brutal exhaustivo y minucioso@GuiadeCiclismo es un excelente testimonio para recordar esta temporada tan singular pic.twitter.com/8He8u8DKWW
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 16, 2020
… y es así, con esa misma impresión del primer momento quisimos saber más, y conocimos a José Torrego, el responsable de semejante obra, en estos tiempos, sobre ciclismo… sólo ciclismo.
Está claro que La Guía del Ciclismo no es un proyecto basado en criterios meramente empresariales, aunque la gente no es tonta y quiere también ganar dinero, aunque sea algo y en lo que te gusta además.
Por eso no podemos menos que empezar preguntando por quién es José…
«Soy un enamorado del ciclismo sin ningún familiar que le gustase con anterioridad. Con siete años me aficioné, era la época de Perico Delgado y Miguel Induráin. Pronto canalicé esa afición en la bici, aunque mis padres nunca me dejaron apuntarme a una peña o equipo ciclista y mi afición desembocó en las chapas»
Jugar con chapas, nada menos
«Con siete años jugaba yo solo a las principales carreras ciclistas con chapas, las apuntaba todas y ademas seguía la temporada ciclista al completo»
¿Qué leías entonces?
«Recibía todas las revistas y periódicos de ciclismo: Ciclismo a Fondo, Bicisport, Meta 2Mil…»
Y claro, déjame pensar, querías ser periodista deportivo.
«Claro, tanta fue la vocación que estudié periodismo para dedicarme a deportes y trabajé en La Razón y AS, cubriendo en la primera la sección de ciclismo. Durante mi beca en As diseñé una web – de ciclismo, obviamente– cuando por entonces –año 2002– sólo existía Todociclismo.com, pero no pude lanzarla. Con los años y la experiencia me he quitado la espinita y lancé La Guía del Ciclismo hace un par de temporadas»
¿En qué momento se gesta la creación de la Guía del Ciclismo???
«Tengo otra revista que es referencia en el sector de las startups en España: El Referente»
Entonces no surge de cero…
«Acumulo ya 10 años de experiencia en el sector y es algo que siempre tenia en mente, mi sueño profesional, por decirlo de alguna manera, además de ser ciclista, que ya nunca conseguiré. Tras ver la situación del sector y los medios decidí apostar un producto diferente y más completo de los que existía, sabiendo que era un reto y que sería muy complejo debido a lo atomizado que está el sector y la crisis que sacude a los medios y ahora con la Covid19 más...»
Y llegas a esta guía…
«Analicé un poco toda mi competencia y decidí crear un producto en papel anual, que resumiera toda la temporada de ciclismo. Es algo que no existía por eso decidí hacerlo»
La revista es increíble una vez entra en el detalle
«Está hecha con pasión y de forma muy minuciosa, he hecho aquella revista que siempre soñé tener y que nunca tuve. Lo que más se aproximaba eran las guías Marca y las Guías anuales de las revistas de ciclismo, una evolución del Urtekaria pero más completo…»
¿Qué carencias detectáis en el mercado para esta apuesta?
«Quizás la única oportunidad que existía en el mercado respecto a la información de ciclismo, es la de un producto en papel anual que cubra todo el mundo del ciclismo profesional de carretera. Además las webs actuales quizás no tuviesen el contenido tan estructurado como el nuestro, calendario anual, ciclistas, análisis de los equipos…»
Una realidad que en el entorno web no es tan sencilla de refleja
«Lo que es obvio es que el contenido es el mismo para todos y diferenciarse informativamente en la web es muy muy complejo. Creo que Cyclingnews ha dejado en un segundo plano a todas las webs de información de ciclismo»
Vosotros también habéis reforzado vuestra web
«Este año hemos optado por dos tipos de contenidos que quizás estén mejor estructurados que en el resto de medios, por un lado los fichajes, y por el otro las marchas cicloturistas» como son.
¿La Guía del Ciclismo en papel es un proyecto rentable y sostenible?
«Este año teníamos pensado llegar a break-even y cubrir gastos en nuestro tercer año pero la crisis de la Covid19 nos ha afectado negativamente. Nuestra estructura es mínima, los ingresos son muy limitados ya que las marcas buscan otros canales para llegar a su audiencia (ciclistas, eventos, marketing online, otros medios), estamos en un sector feroz y si a eso unimos la crisis que estamos viviendo, la verdad es que la situación no es sencilla, todo lo contrario muy compleja. Yo no vivo de La Guía del Ciclismo, pero la ilusión de verla crecer año a año en facturación y ventas, y la satisfacción de hacer aquello que me gusta me hace que siga teniendo la locura de aguantar. Y aunque no me marco ninguna fecha como límite, esta aventura podría acabar el cualquier momento, pero las ganas y la pasión me pueden…»
Que hay ganas queda patente en cada hoja que pasas
«Como te he comentado quizás es la Guía que siempre soñé tener y nunca tuve y por eso tiene tanto trabajo y está hecha con tanta minuciosidad. Al final los proyectos periodísticos que creo son de nicho y la Guía de Ciclismo es la réplica de la otra revista que tengo, la Guía de Inversión de El Referente. Hablamos de Productos digitales que son complementados por publicaciones anuales de datos de mucho valor, un modelo que sostiene el profesor y periodista americano Jeff Javris en un libro llamado «El fin de los medios de comunicacion de masas»
Pero ¿hay público objetivo para un producto de esta potencia???
«Bueno, en eso estamos y el tiempo nos dará la razón, quizás tengamos un público de 5.000/7.000 lectores interesados en este producto en España y mucho más grande si hablamos de Latinoamérica, a donde nos gustaría llegar con la Guía 2019 y la Guía 2020 este año. Lo que es evidente es que si no piensas en global tendrás menos opciones de ser rentable.
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— La Guia del Ciclismo (@GuiadeCiclismo) May 15, 2020
¿Cómo se complementa la web?
«En la web intentamos publicar noticias de actualidad basadas en dos criterios periodísticos que llevo a rajatabla: inmediatez y diferenciación, aunque no es sencillo, es un sector muy atomizado, con muchos medios y diferenciarte informativamente de ellos es cada vez más difícil.
No es sencillo, tú lo has dicho
«De ahí, que busquemos aportar un extra, con contenidos mejor estructurados, mejor organizados que fidelizen a nuestros lectores y les aportemos un valor. Pero aquí la competencia es feroz, no solo de otros medios, sino de los propios equipos que también publican contenidos y de medios extranjeros o plataformas como ProCyclingstats«.
Y acabamos: ¿Cómo saldrá La Guía del Ciclismo de este ciclo?
«Por ahora seguiremos la misma linea de trabajo, tenemos la duda de si las publicaciones en papel tendrán sentido en digital pero ahí entramos en el problema de la piratería y la pérdida de marca y de rentabilidad, una decisión que este año a causa de la Covid19 nos empezamos a replantar de nuevo…»
Ciclistas
5 desenlaces de capo en los monumentos
Ganar en los monumentos es tan complicado, que hacerlo de forma contundente tiene valor doble
Me encanta la expresión italiana de «capolavoro» para retratar esas victorias que dejan huella en el aficionado. victorias que si se producen en alguno de los cinco monumentos valen por dos e incluso por tres, si se logran sin dudas ni titubeos, demostrando superioridad en un entorno de competitividad total.
En estos años creo que han habido jornadas en la que se veía de lejos el ganador.
Los tres Lombardías de Tadej Pogacar o las dos Liejas de Remco Evenepoel están en ese nivel, pero hemos querido ir un poco más allá y recordar esas jornadas en las que el ganador ya se daba por seguro de lejos…
La Lieja 2015 de Valverde
Es cierto que las cuatro victorias de Alejandro Valverde en la Lieja-Bastogne-Lieja han sido para enmarcar, en términos de estrategia y sprint en condiciones de fatiga máxima, pero la que gana en 2015 es una exhibición rotunda.
La forma en la que el murciano controló el desenlace, sabiéndose favorito y vigilado, fue suprema, un punto más en su grandeza.
Les controló desde adelante en el Muro de Ans, dejó hacer a Dani Moreno y a 500 metros de meta se fue a por él, cerró el hueco y se dispuso a lanzar el sprint que acabó ganando.
Parece sencillo, porque así lo hace, pero sin duda que la complejidad de esos momentos explica la enormidad de ganar en los monumentos.
La Lieja 2011 de Gilbert
Ese año había un coco en el pelotón y respondía al nombre y apellido de Philippe Gilbert.
El belga se incrustó entre los dos Schleck y les mantuvo a raya hasta el mismo sprint final.
Nunca hubo opción para los hermanos luxemburgueses, el Gilbert aquel venía de ganar Amstel y Flecha, era favorito y ejerció como tal.
Incontestable.
La San Remo 2019 de Alaphilippe
Está lejos este Alaphilippe de aquel de hace cinco años, pero es que ese ciclista fue superlativo, en especial aquellos días.
Su rueda estaba marcada, venía de ganar Strade y de batir a los velocistas en un sprint de Tirreno, pero ello no fue suficiente para que ejerciera con solvencia hasta la misma Via Roma.
Jugó, literalmente, con los rivales en una carrera que se precia de ser la más complicada de ganar entre los monumentos.
La Roubaix 2015 de Degenkolb
Qué ciclista aquel John Degenkolb en 2015, antes de aquel maldito accidente entrenando.
Ganador en San Remo, dobló Roubaix a las pocas semanas como Van der Poel el año pasado.
Ese día el alemán sacó remató el córner, quedando cortado en un primer término, pero remontando desde atrás, cogiendo el primer grupo y batiéndoles al sprint.
La San Remo 2014 de Kristoff
El noruego tuvo años muy buenos y en especial en ese ciclo, cuando todo le salía.
Su victoria en la Milán-San Remo fue una exhibición de equipo, con un Luca Paolini de excepción en la Via Roma para dejarle sembrado el camino.
Qué poco estético ha sido siempre Kristoff, con ese casco torcido, pero qué jodida fuerza de la naturaleza cuando estaba inspirado.
Este año, en Flandes y Roubaix, he vuelto a tener esa sensación de asistir a algo único y brutal, el control y aniquilación de competencia que ha ejercido Mathieu Van der Poel en ese sentido, ha rescatado esos momentos en los que ganar uno de los cinco monumentos parece la cosa más sencilla del mundo.
Ciclistas
Mola Pidcock, mola mucho Tom Pidcock
El pequeño pero curioso bagaje que está construyendo Tom Pidcock no es desdeñable
He leído de quienes han estado cerca de él que Tom Pidcock es gallo, tiene ego, cierto aire de suficiencia e incluso de distancia.
He leído eso y me lo creo, incluso diría, que lo celebro porque en esa expresión sobrada de ciclista top se prolonga una actitud en carrera que sólo puede gustarte, y al final estamos aquí para valorar a esta gente si son buenos o malos ciclistas, no si en la vida cotidiana resultan más o menos amables.
Tom Pidcock siempre ha sido una estrella, mucho antes de pisar el Ineos y destacar en el World Tour.
Con ese «cuerpo escombro», que diría Alix, ha logrado granjearse éxitos y notoriedad por donde ha pasado, por una forma de correr que no genera indiferencia, más bien todo lo contrario, cualquier amante del ciclismo tiene que estar encantado con lo que hace Tom Pidcock en la carretera.
Él siempre se mueve, arriesga y ataca, e importa más bien poco quién sea el rival.
Lo demuestra cada invierno en ciclocross cuando se mete en las cuitas de Van Aert y Van der Poel, entre los dos, como la cuña que calza una mesa.
Lo evidenció el año pasado saliendo a por Pogacar en Amstel y Remco en Lieja
En ambas ocasiones salió desplazado hacia atrás, pero no se escondió.
Exactamente igual que ayer en la Amstel Gold Race.
Con la duda de Van der Poel activaría el rodillo, él no espero y se metió en una fuga de «mortales», eso es Hirschi, Benoot, Vansevenant…
No escatimó el relevo, tampoco rehuyó algún «ataquito» por si acaso y en el sprint se sacó la espina de esa llegada de hace tres años, aquí mismo, con Wout Van Aert.
A Tom Pidcock le vemos muchas veces a remolque, cerrando huecos, algo descolgado, pero también le vemos y con la misma intensidad que cuando coge el mando y no se deja nada.
Como dijimos el año pasado tras la Lieja es «Juan sin miedo», ha construido un carisma sólido, y apuntalado por la hinchada anglosajona, basado en presencia en carrera y triunfos, pocos, pero muy buenos.
Imagen: FB Amstel Gold Race
Ciclistas
El día y la Amstel que merecía Tom Pidcock
Esta Amstel es un bálsamo para Pidcock e Ineos
Habiendo sido tercero y segundo, a Tom Pidcock no le valía otro resultado que la victoria en la Amstel Gold Race.
Simbólica, en este sentido, la imagen de Tom Pidcock abrazándose con Michal Kwiatkowski en la meta de la Amstel, ganador dos veces aquí, como su los saberes para ganar la clásica de la cerveza se transmitieran en el seno del equipo.
A inicios de año, nos preguntamos en este mal anillado cuaderno cuál sería el día grande de Tom Pidcock este año.
¿Cuál sería su Alpe d´Huez o Strade Bianche en 2024?
Pues bien lo ha sido la Amstel Gold Race, la carrera que le negó fortuna a Tom Pidcock mediante dos fuera de serie.
Hace tres años frente a Van Aert, en un photofinish muy discutible y el pasado ante Pogacar, intratable.
Esta vez Pidcock fue el más listo de la clase.
En una jornada en la que Mathieu Van der Poel no pareció en su prime, se apresuró a sacarlo de la ecuación rápido.
En estas carreras hay un momento en el que si Van der Poel no se ha ido solo, el tema se revuelve y el pronóstico se torna incierto.
Así, fue, en un corte de cortes, Pidcock se metió con gente que no racanea como Vansevenant, Hirschi y Benoot para hacer hueco y jugarlo todo al sprint final, sabedor que es muy fuerte en estas lides.
Su victoria es agua de mayo caída en abril sobre el palmarés de un Ineos que ha dado un claro paso atrás en su presencia en el pelotón, que yo no hegemonía.
Es el tercer triunfo, ojo del equipo inglés, pero qué triunfo, toda una Amstel Gold Race que el equipo británico ya tenía en sus vitrinas, una carrera que un soplo a un equipo sin duda en apuros.
El imperio sigue de pie…
Imagen: @Eltiodelmazo
Ciclistas
3 clasicómanos que se aproximarían a Mathieu Van der Poel
Lo que está logrado Mathieu Van der Poel empieza a ser muy serio
En vísperas de una carrera fetiche para Mathieu Van der Poel como la Amstel Gold Race, le he dado vueltas como el otro día con Pogacar en esfera de las vueltas, a otros corredores que yo haya visto y me recuerden lo que está haciendo el neerlandés: hacer de clásicas tan exigentes e impredecibles tantas veces como Flandes y Roubaix su casi seguro coto del éxito.
Llevo viendo ciclismo hace más de treinta años, he visto clasicómanos que me han impresionado de forma puntual -Alaphilippe en la San Remo que gana-, otros alguna vez más, pero lo de Mathieu Van der Poel excede a la amplia mayoría y sólo se podría medir con tres nombres, cuya sola pronunciación habla del tamaño de la obra que está construyendo el campeón del mundo.
Tom Boonen, el «pedrusquero» perfecto
Es posiblemente el más bueno de todos, al que Mathieu Van der Poel mejor se podría equiparar.
Tom Boonen hizo de las piedras una obra de arte alargada en muchos tiempos estado con el mejor de siempre en Roubaix, Roger De Vlaeminck, y entre los más grandes en De Ronde, entre los que ya se ubica el mismo Van der Poel.
Por su forma de abordar los adoquines, de volar sobre ellos, de mover el cuerpo, de hacer de su estructura sobre la bicicleta un todo perfecto y demoledor, el belga me pareció un maestro en estas lides, un tipo del que seguro el actual coco se ha inspirado alguna vez.
Boonen tenía velocidad pero era muy fuerte, como para ganar en Roubaix con la solvencia que lo hizo el domingo Van der Poel y en Flandes condicionaba a los rivales y resultó decisivo para que un tal Devolder se llevara dos ediciones seguidas.
Fabian Cancellara, en todos los terrenos
Si Boonen era elegancia, conocimiento táctico y efectividad, Cancellara tenía un punto de fuerza que le hacía temible, lo suyo era intimidad a los rivales.
El suizo amasó un palmarés similar a Tom, mostrando una evolución mucho más significada, pues no tenía el sprint del belga.
Eso le llevaba a victorias por derribo de los rivales, hasta que, no podía dejarlos a todos detrás, pero batía al sprint, como con el pobre Sepp Vanmarcke en sendas «majors» del adoquín.
Johan Museeuw, el inspirador
Sin duda el primer gran especialista de estas carreras que he visto.
Se apoyaba mucho en el equipo -ahí está esa famosa Roubaix de 1996-, pero también en su fuerza bruta y en el conocimiento del lugar.
Nunca dio la sensación de poder total que exhibe en la actualidad Mathieu Van der Poel, como si todo lo que puede influir en la carrera lo hará, pero a su favor, sin embargo, era grande torciendo situaciones complicadas de carrera.
Museeuw bebió de los grandes de los ochenta y creció viendo a los mejores de épocas anteriores y lo transmitió en carrera, dotando de un innegable romanticismo sus éxitos.
Pero si hemos de valorar lo que estamos viendo ahora es otro nivel, son máquinas que no dejan nada al azar, ciclistas a los que nada parece afectarles, ni siquiera en las heridas de las manos…
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